INTRODUCCIÓN

En la posguerra, los horrores de la contienda civil (y de la II Guerra Mundial, 1939-1945) provocan que los poetas centren su atención en la existencia de la que, ahora más que nunca, notan su peso. Ante esta presión, adoptan una de estas posturas: unos transmiten una visión positiva de la vida, pues creen que el flamante régimen traerá un nuevo orden basado en el respeto a la autoridad, el valor del trabajo y la unión de la familia dentro de un ambiente cristiano (poesía arraigada). Estos poetas editan en la revista Garcilaso (creada en 1943), evitan toda referencia a la triste realidad y suelen encontrar consuelo en la perfección de la naturaleza, que entienden como una manifestación de Dios y su tratamiento como un modo de ensalzarlo (Tú y yo sobre la tierra de José García Nieto -1944-, La casa encendida de Luis Rosales -1949-).

Otros, sin embargo, manifiestan su pesar por los resultados dramáticos del conflicto, buscan respuestas en la divinidad, no la hallan y critican su silencio, porque los deja desamparados y solos en un mundo que no logran entender y los aboca a la soledad y a la muerte (poesía desarraigada). Como consecuencia de esta trágica situación, estos poetas, que suelen editar en la revista Espadaña (fundada en 1944), se ven afectados por una fuerte angustia existencial (Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre -1943-, Hijos de la ira de Dámaso Alonso -1944-).

espadanaTodos se expresan a través de un lenguaje directo e íntimo, usan estrofas populares, poemas cultos, el verso libre y muestran interés por la perfección formal y los recursos líricos. Los poetas existenciales españoles más representativos de la poesía arraigada son los citados en la Generación del 36: Luis Rosales, José García Nieto, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo. En la poesía desarraigada destacan Victoriano Crémer, Eugenio de Nora y González de Lama (fundadores de Espadaña). También, durante esta década, sobresalen en otras tendencias del panorama poético español Carlos Bousoño, José Hierro, Carmen Conde y José Luis Hidalgo.

En la Extremadura de los años 40, la reforma agraria llevada a cabo por la II República desaparece. Los trabajadores del campo y sus familias viven en la miseria y sin ningún tipo de ayudas sociales, por lo que les afecta de lleno la crítica situación de la economía y sufren los llamados años del hambre. La actividad cultural es mínima. En las escuelas, los libros de texto contienen alabanzas a España, al régimen, a la historia del imperio y a la religión. De ahí que se incidiera en la dimensión espiritual de la lectura. El analfabetismo es alto, las bibliotecas son escasas y se encuentran mal dotadas. El número de lectores es, por tanto, muy reducido.

La actividad cultural se reduce a la edición de algunos libros patrocinados por las Diputaciones provinciales de Badajoz y Cáceres y a destacar la poesía regionalista con un homenaje a Luis Chamizo (1946) y la edición de libros como Medallones extremeños (1949) de Manuel Monterrey y sonetos de Rodríguez Perera de corte cristiano y clásico, con un contenido aséptico.

enciclopediaNo obstante, también aparecen obras como Ausencia de mis manos de Manuel Pacheco (1949), que suponen un cambio de enfoque literario, un alejamiento de los presupuestos del régimen y un aumento de la calidad. Este exiguo ambiente se completa con representaciones teatrales en el teatro romano de Mérida (iniciadas en 1933) o, en Badajoz, donde se estrena Las brujas de Luis Chamizo en 1946. En el periódico Hoy colaboran escritores como José López Prudencio, Antonio Reyes Huertas, Arturo Gazul y Enrique Segura Otaño que, con una mentalidad más abierta y valiente, se atreve a hablar en 1944 de Federico García Lorca, de Felipe Trigo y de los poetas malditos franceses (Chateaubriand, Mallarmé, Verlaine, Rimbaud).

En 1941, aparece el semanario Norma como un medio propagandístico de la Falange, que pasará a denominarse Hoja del lunes en los años 50 donde, por ejemplo, Lencero editará sus primeros poemas. A mediados de la década, este panorama se reactiva con la creación de la revista cacereña Alcántara (1945), que aún sigue editando, y la pacense Guadiana (1946). Al final de la década, se celebran la I Exposición del Libro Extremeño (Cáceres, 1948) y dos Asambleas de Estudios Extremeños (la I en Badajoz, 1948, y la II en Cáceres, 1949), donde se produce un encuentro de intelectuales y escritores regionales con otros venidos para la ocasión desde fuera como José María Cossío y Joaquín Montaner. Paralelamente, la Revista de estudios extremeños contribuye a esta reactivación publicando obras de intelectuales, eruditos, investigadores y críticos extremeños como Miguel Muñoz de San Pedro, Carlos Callejo, José Álvarez Sáenz de Buruaga o Antonio Rodríguez-Moñino, que destaca por su amor a los libros, su labor bibliográfica, sus estudios sobre la historia literaria y sus investigaciones sobre escritores de Extremadura.

Los máximos representantes de los poetas extremeños existenciales fueron Alfonso Albalá y José María Valverde, que siguen las características de esta tendencia en la lírica nacional.

 

ALFONSO ALBALÁ

(Coria, Cáceres, 1924 - Madrid, 1973)

Alfonso Albalá Cortijo realiza el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Cáceres. Después estudia la carrera de Derecho en Salamanca y la de Filosofía y Letras en Madrid que abandona, por falta de medios económicos, al morir su madre. Se inicia en el periodismo a los dieciocho años en el diario Extremadura de Cáceres y, posteriormente, da clases de lengua española en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Además colabora en los periódicos Ya, Pueblo e Informaciones, escribe novelas y poesía. (1)

alfonsoAlbalá se sintió fuertemente influido por los sucesos luctuosos de la guerra civil, que vivió en su infancia con un profundo temor a la violencia, sentimiento que no lo abandonará nunca. No obstante, tanto sus novelas como sus poemarios tienen su raíz en el ámbito de Coria, de donde extrae excelentes y emotivas descripciones de su paisaje urbano y de su entorno natural. 

Su poesía existencial se adscribe a la corriente conservadora tanto lírica como religiosa. Su tono es propio de un ser doliente y angustiado, que busca en Dios las respuestas necesarias para soportar la existencia y conseguir el equilibrio espiritual, que espera lograr plenamente en la vida eterna. Su temática se centra en el amor, el paisaje, el tiempo, la muerte, el contacto con Dios a través de sus reflexiones y la búsqueda de la armonía, en la que su mujer juega un papel primordial como equilibrio emocional del poeta. Usa con maestría el soneto y el verso libre.

izda

En 1949, la Diputación de Cáceres le edita Desde la lejanía, su primer poemario. Se trata de un libro sencillo y cuidado, que tiene como eje significativo su pueblo natal, el paisaje extremeño y sus recuerdos, evocados desde Madrid (de ahí el título). Su contenido es variado y su expresión resulta espontánea, pues la elabora a golpes de la emoción que le suscita su necesidad de permanencia en el tiempo. Utiliza principalmente el cuarteto asonantado y el soneto.

En 1952, obtiene un accésit del Premio Adonáis con Umbral de armonía donde el poeta, como ser humano, busca el equilibrio anímico, alentado por el amor terreno a su amada y el amor divino a Dios, a quienes considera el umbral de la armonía, paso previo al disfrute eterno de ese estado ideal.

En 1966 consigue otro accésit Adonáis con El friso, una sentida elegía a su madre fallecida, donde reflexiona sobre el tiempo y la muerte en un tono dolorido, pausado y sereno, con rimas asonantadas y sin apenas recursos poéticos.

En 1979, aparece póstumamente Sonetos de la sed y otros poemas, que trata sobre el amor, el paisaje y la necesidad de Dios desde una perspectiva mística. Este poemario, el tercero que le edita la Colección Adonáis, convierte a Albalá en uno de los escasos poetas que han publicado en esta editorial en tres ocasiones. (2) 

En 1998, el Ayuntamiento de Coria le publica, en una edición de Gracia, María José y Paloma Albalá, Poesía completa, que le será reeditada por la Editora Regional de Extremadura en 2014.

 

SONETO DE LA TIERRA DE SECANO  (3)

   La casa, solitaria junto al pozo;
–se hace nube el perfil de aquella sierra–
palomas en los surcos de la tierra,
borricos al molino por carozo.
   El eco burla la tonada al mozo,
mira al potro el señor, mientras lo hierra;
celosa ladra en el umbral la perra,
y el trigo se acarrea y bulle el gozo.
   Bulle el gozo y la vida en el verano,
está lleno de frutos el granero,
y encallecida está la áspera mano.
   ¡Alegría de bodas para enero!
Bendita sea la tierra de secano,
y bendice a tu Dios, buen terruñero.

 

CON EL BARRUNTO DE LA MUERTE  (4)

Apenas hombre mozo, y ya me veo
caer a cada paso, con el barrunto
de la muerte detrás, como un recuerdo,
como un olfato triste que entibiara
la llaga de tu huella en el sendero.

Mozo apenas, y esta lenta mirada,
como una desazón, sobre mis sueños,
vuelta hacia el fondo claro de aquel día,
por empañarme el alma con su aliento,
y limpiar tu cristal, tu oscuro vidrio,
tu apelmazada mano sobre el miedo.

Sobre mi miedo, sobre mi árbol mozo,
se me ahueca el temor, con el misterio:
acaso el corazón será una fruta,
tal vez menuda hierba daré al huerto …

¡Otra antesala con la voz cimera,
madurando esperanza en Tus silencios!

 

TODO EN LA AMADA  (5)

Allá: todo está allí, en esa orilla.
Todo está en ti, mujer: todo en la amada.
Sobre mi seco pozo de silencio
espero la humedad de tu palabra,

lo mismo que la hiedra: brocal solo,
lodo y cal solo hacia las nuevas aguas.
Aquí todo está aquí, en esta orilla,
hacia mi pozo lleno de nostalgias.

Todo está aquí. Todo está en ti, canción;
eres canción, paisaje, tarde clara,
mis hijos, versos míos, tierra madre ...
abre, llueve en mi pozo tu palabra.

Aquí, sobre mi pozo de silencio,
donde mi seca voz amurallada,
llueve, canción, mujer, llueve mi voz,
llueve tu voz, tu hiedra en mi antesala.

 

RÍO ABAJO  (6)

Bajo el arco del puente y río abajo
volarán los vencejos.

Tarde clara,
encendido encinar,
luminoso amor de Dios.

Y las gavillas altas.

Agua de Dios, delgado viento,
bajo el arco del puente,
sobre el pretil del puente.

Luminosa memoria,
ara encendida, amor, amor de Dios.

Mi novia fiel, como las aguas,
con su horizonte amor, y su sonrisa,
y río abajo siempre, clara …

 

EL FRISO  (7)

Llovía sobre el friso,
como un recuerdo, entre nosotros;
llovía en la memoria yacente, en nuestra piedra;
llovía sobre el coro,
en la callada opacidad de algún recuerdo,
en la madera, sobre el hombro
continuo de los hombres
abatidos y unánimes, borrosos.

Llueve en la evidencia expectante
que talla sobre el friso este rastrojo
de ciegas voces doloridas
hacia la tapia blanca, entre los olmos.

La enterramos con lluvia,
en un oscuro atardecer de otoño,
cuando la luz tenía justo el color del friso,
del tiempo en el recuerdo con que nombro
su regreso.

¡Qué sorpresa interior,
y cuánta soledad entre los olmos!

 

SONETO ÚLTIMO  (8)

Casa, casa de Dios me busco, hermanos,
hilvanando la voz de mi pobreza
a esta arena de Dios que pisa y reza
mi palabra desnuda por sus llanos.

Por los llanos de Dios izas tus manos,
almenando tu sangre, y la aspereza
de este tacto sin Dios, en la tibieza
de mi memoria anclada hacia tus vanos.

Huecos de Dios, lejanos, agua quieta
siempre de luz en siempre lejanía,
cae sobre mi tiempo toda, agrieta

esta agria masa de melancolía
en mis llanos de Dios, en la meseta
de mi ausencia total sin Tu armonía.

 

NOTAS

(1) Además compuso ensayos como los titulados Notas para un ensayo sobre la armonía, que expone su concepción sobre la vida y la literatura, e Introducción al Periodismo y Para una metodología de la información, donde indaga sobre el género periodístico como profesor en la Facultad de Información de Madrid.

(2) También compuso una trilogía de novelas sobre la guerra civil, titulada Historias de mi guerra civil, en torno al misterio del mal y de la violencia humana: El secuestro (1968), Los días del odio (1969) y El fuego (1979). En el año 2005, la ERE le publica la novela Memorial del piano, que contiene cuatro historias de amor en un ambiente trágico.

(3) Poema de Desde la lejanía, que acoge una alabanza a Dios por la buena cosecha que ha producido el campo ese año. [recitado en el vídeo del final]

(4) Poema de Umbral de armonía, que muestra el miedo incubado por el poeta en su niñez a causa de la guerra civil.

(5) Poema de Umbral de armonía, que contiene una declaración de amor dirigida a la mujer amada.

(6) Poema de Umbral de armonía, cuyo contenido es la descripción idílica de una tarde, donde el emisor intuye a Dios en la perfección de la naturaleza y en la presencia de la amada.

(7) Poema de El friso (vv. 27-44), donde el poeta manifiesta el dolor sentido en la tarde lluviosa que enterraron a su madre.

(8) Poema de Sonetos de la sed, que expone la decepción y la soledad del poeta ante el silencio de Dios.

 

 

JOSÉ MARÍA VALVERDE

(Valencia de Alcántara, Cáceres, 1926 - Madrid, 1996)

Se marcha a Madrid cuando era adolescente. Lee a Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Baudelaire y Verlaine en la biblioteca de su padre, que era notario, aduanero y poeta. Después descubre a la Generación del 27 y su capacidad de creación. Cuando aún es alumno del instituto Ramiro de Maeztu publica su primer poemario, Hombre de Dios. Salmos, elegías y oraciones (1945).

valverdeDe 1950 a 1955, es lector de español en Roma, donde conoce nuevas concepciones de la poesía. Escribe en revistas como Escorial, Garcilaso o Espadaña. Consigue la cátedra de Estética en la Universidad de Barcelona, cargo del que dimite por estar en desacuerdo con la expulsión de sus cátedras de otros profesores (Aranguren, Tierno Galván, García Calvo). Se exilia a Estados Unidos y Canadá, donde es profesor universitario. Vuelve a España con la democracia y, en 1977, es repuesto en su cátedra. (9)

Como poeta escribe Hombre de Dios (1945), donde aparece como un adolescente que se angustia ante su búsqueda infructuosa de Dios. La espera (Premio Nacional de Poesía 1949) es la búsqueda de refugio en Dios, que se le manifiesta en las estaciones del año, las cosas pequeñas y el amor. En estos libros tiene influencias de Rosales, Panero y Vivanco y de poetas hispanoamericanos como Pablo Antonio Cuadra y Ernesto Cardenal, sacerdote de la teología de la liberación y ministro sandinista.

Versos del domingo (1954) contiene un tipo de poesía que se hace visual y supuso una decepción para aquellos lectores que lo conceptuaban como la voz del nacional-catolicismo. En Poesías reunidas (1961) edita sus libros anteriores y dos poemarios nuevos: Voces y acompañamiento de San Mateo, una paráfrasis del Evangelio, recoge su interés creciente por cantar a animales y objetos cotidianos. Y La conquista de este mundo contiene momentos claves de la historia de la civilización en su esfuerzo hacia el progreso que, sin embargo, no cree que salve al hombre individual.

serEn 1971, edita Enseñanzas de la edad (Poesías 1945-1970), una selección de sus dos poemarios anteriores y un libro nuevo: Años inciertos, que marca un cambio gradual hacia su concienciación política y social, expuesto con ternura, ironía, sinceridad y perfección técnica. Ser de palabra y otros poemas (1976) destaca la importancia capital que tiene la palabra para el ser humano y describe la dificultad de ser poeta, cuando la realidad lo ha llevado a cambiar su concepción del mundo. Finalmente edita Antología de sus versos (1978) y Poesías reunidas (1945-1990).

Valverde fue un intelectual comprometido humana, religiosa, social y políticamente. De ahí que sus temas sean el amor, la relación con la divinidad y su preocupación por el ser humano. Como poeta existencial comienza con una temática religiosa, que difunde la grandeza de Dios a través de su asombro ante la creación. Paulatinamente, deriva hacia un humanismo y a planteamientos marxistas, debido a la injusticia, la pobreza y la opresión. Por esta causa concibe la poesía como un acto de comunicación reflexiva para exponer de un modo directo y diáfano emociones, intranquilidades y denuncias. Su estilo se caracteriza por el intimismo y la expresión natural, precisa y cercana, con la que sigue la estela de Antonio Machado. Usa los versos de arte menor (asonantados), los de arte mayor (especialmente el endecasílabo y el alejandrino), y el verso libre (al final de su obra poética). (10) 

 

  

SALMO INICIAL  (11)

Señor, no estás conmigo, aunque te nombre siempre.
Estás allá, entre nubes, donde mi voz no alcanza,
y si a veces resurges, como el sol tras la lluvia,
hay noches en que apenas logro pensar que existes.

Eres una ciudad detrás de las montañas.
Eres un mar lejano que a veces no se oye.
No estás dentro de mí. Siento tu negro hueco
devorando mi entraña como una hambrienta boca.

Y por eso te nombro, Señor, constantemente,
y por eso refiero las cosas a tu nombre,
dándoles latitud y longitud de Ti.
Si estuvieras conmigo yo hablaría de cosas,
del cielo, de la brisa, del amor y la pena.
Como un feliz amante que dice sólo: “Mira
qué pájaro, qué rosa, qué sol, qué tarde clara”,
y vierte así en la luz de los hombres su amor.

Pero no. Tú me faltas. Y te nombro por eso.
Te persigo en el bosque detrás de cada tronco.
Te busco por el fondo de las aguas sin luz.
¡Oh cosas, apartaos, dadme ya su presencia
que tenéis escondida en vuestro oscuro seno!
Marcado por tu hierro vago por las llanuras,
abandonado, inútil, como una oveja sola … 
Hombre de Dios me llamo. Pero sin Dios estoy.

 

LAS VIEJAS CAMPANAS  (12)

Oigo viejas campanas que llegan del pasado,
campanas de la tarde en los pueblos tranquilos ...
Campanas que no he visto, y ahora están cantándome
desde los dulces valles del pasado difunto.

Venid conmigo, entrad a la sombra que llega.
Cantad, pues sois tan leves que no puede decirse
si sois un sueño muerto o si es que estáis distantes,
porque la lejanía confunde espacio y tiempo.

Éste es el tiempo triste de nacer con recuerdos.
Cuando yo vine al mundo, habían muerto cosas
que he crecido esperando. Y yo no lo sabía,
las suponía cerca, tal vez tras de mi casa,
tal vez tras de esos montes adonde van los pájaros.
Y el rumor del poniente era su voz remota.

No sé, yo no sé qué eran las cosas que esperaba.
Sé que era algo sencillo. Eran dulzuras mínimas.
Quizá mañanas claras, quizá rumor de fuentes,
quizá campos amigos donde Dios paseaba,
o era el amor, a salvo del viento de la historia,
o el conversar despacio de las cosas sabidas ...

 

HISTORIA DE NUESTRO AMOR  (13)

Yo te vi someterte poco a poco,
quitarte la corona de ilusiones,
descender del sitial de libertad
a querer sin querer; he contemplado
tu primera sonrisa temerosa,
distraída, volviéndose a luchar
contigo misma y el amor naciente,
como asomada a una ventana, pero
escuchando hacia dentro de la casa
los pasos de alguien que entra; yo sé cómo
alguna vez, al tiempo de tu risa,
se veía cruzar un pez de sombra
bajo tus ojos de agua abierta y clara.

Ya bajas y gozosamente aceptas
tu parte de dolor y amor. Colocas
mi mano sobre tu cabeza y dices:
«Heme aquí. Cúmplase en los dos lo escrito».

 

DIALÉCTICA HISTÓRICA  (14)

Este amigo marxista se preocupa
mucho porque su niña tiene tos.
Trascendental, severo, descendiendo
de su esfera de planes y de ideas,
esconde su ternura y analiza
a la niña y su tos, como si fuese
un caso de dialéctica en la historia.
Y es verdad: esa tos suena a otras toses
de mis niñas, y me entra por el pecho.
Claro, no será nada. Crecerá,
tendrá también sus niñas, con sus toses
y su amor, y un marido, que tal vez,
luchará por la historia y su esperanza.
¿Y hasta cuándo, después? ¿Hasta el gran salto
hacia la libertad, sin tos, sin deudas,
sin negritos hambrientos en el mapa,
y “a cada cual, conforme necesite”,
y cultura y reposo? ¿Y nada más?
Este amigo marxista, tierno padre,
¿no ha de querer la clara alienación
de amar y ser amado aun tras la muerte?

 

LA TORRE DE BABEL CAE SOBRE EL POETA  (15)

Maduro ya de edad y de poesía,
te has mudado a un país de lengua ajena, 
y no es vivir. Lo que ellos aquí dicen, 
como respirar, fácil, rico, exacto, 
tú intentas remedarlo, con esfuerzo, 
y oyes tu voz, ridícula y extraña, 
fallar lo que aquí un niño siempre acierta, 
hasta acabar diciendo algo no tuyo. 

Ahora te es ajeno hasta el paisaje: 
no te habla a ti: hasta el pájaro y el árbol 
y el río te escatiman las leyendas 
que aquí envuelven sus nombres –en ti, rótulos–. 

En vano te sonríen los demás,     
corteses, y aun amigos, animándote 
desde la lengua en que ellos son los amos: 
no aciertas a quererles: se te olvidan: 
el fondo de tu espíritu no late 
si no vive en la lengua que es tu historia.

  

NOTAS

(9) José María Valverde era muy apreciado por sus traducciones del inglés, alemán y griego y por sus estudios críticos, filosóficos y literarios. Tradujo a poetas como Shakespeare, Hölderlin, Rilke o Kavafis. Recibió el Premio de traducción Fray Luis de León en 1960 y 1977 y se le concedió el Premio Nacional a su obra como traductor en 1990.

(10) En su obra crítica destacan Estudios sobre la palabra poética (1952), Historia de la literatura universal (1957) y sus monografías sobre Azorín (1971), Antonio Machado (1975), Joyce (1978) o Nietzsche (1982) Compuso también antologías generales de la poesía española e hispanoamericana.

(11) Poema de Hombre de Dios, cuyo centro temático lo ocupa una queja ante la ausencia y el silencio de Dios.

(12) Poema de La espera, que evoca con nostalgia los recuerdos de un tiempo ya pasado a través del sonido de las campanas, conservado desde la infancia.

(13) Poema (octava parte) de Versos del domingo, donde el amado valora que la amada aceptara renunciar a su libertad para ser una misma persona con él.

(14) Poema de Años inciertos, donde se critica las ideologías totalitarias porque anulan las emociones del ser humano.

(15) Poema de Ser de palabra que, escrito en el exilio cuando Valverde imparte clases en la Universidad de Trent (Canadá), trata sobre la imposibilidad de adaptarse a un ambiente extraño, especialmente por su lengua distinta.

 

IMÁGENES

INTRODUCCIÓN: Portada de la revista Espadaña (1ª), portada de la enciclopedia Álvarez (2ª). ALFONSO ALBALÁ: Alfonso Albalá (1ª). Portada de su libro de poemas Umbral de armonía (2ª). JOSÉ MARÍA VALVERDE: José María Valverde (1ª). Portada de su poemario Ser de palabra (2ª).

 

VÍDEO POESÍA EXISTENCIAL (de Extremadura, un bello poema)

 

 

Fotografía cabecera: Dehesa extremeña