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Poesía de la Renovación (1980-1989, s. XX)

INTRODUCCIÓN

En la poesía nacional, durante los años 80, se produce una renovación que vuelve a la rehumanización, al equilibrio de la tradición y la innovación y a nuevos enfoques cuando se tratan temas como los recuerdos, el paisaje o el amor.

Los poetas más representativos son algunos de los destacados en la década anterior: Gimferrer, Montalbán, Sarrión, Foix, Villena y Colinas, que mantienen sus características.

En Extremadura despuntan Luciano Feria, Ángel Campos, Álvaro Valverde, María Rosa Vicente, Basilio Sánchez (accésit Adonáis 1983), Juan María Calles (Premio Adonáis 1986), Santos Domínguez, Antonio Pacheco, Isla Correyero, Javier Pérez Walias, Jesús García Calderón, Dulce Chacón, José Luis Bernal, Elías Moro, Emilia Oliva, José Manuel Fuentes, Antonio María Flórez, José María Lama, César Nicolás, Fernando León, José Iglesias, Miguel Romero, José Cercas.renovacion1

Son poetas que se ven influidos negativamente por el ambiente mundial, se expresan con desencanto, adoptan una postura escéptica ante la realidad, que los lleva a la búsqueda de su identidad a través de la memoria, y no desdeñan los elementos irracionales del poema.

Conciben la poesía como afirmación personal contra la masificación de la sociedad de consumo y la basan en valores universales del momento (no regionales), donde confluyen diversas tendencias (poesía del silencio, meditativa, visual, metapoesía), que conocen a través de abundantes lecturas y son muestra de su diversidad.

Además, se adhieren al «Manifiesto palmario, horrible, pero necesario, contra el arte rupestre del siglo XX en el oeste de España» que, en el II Congreso de Escritores Extremeños (Badajoz, 1982), fue redactado por Felipe Núñez y firmado por 23 escritores asistentes al evento.

Declaran un compromiso exclusivo con su obra, se adhieren a una nueva concepción de Extremadura, cuidan la forma del poema, conocen a los poetas extranjeros y se interesan por la reflexión sobre la poesía y su capacidad liberadora.

A todos los une el modo inconsciente de reflejar los lugares de Extremadura donde han vivido, como centro de su experiencia vital.

Sus referencias poéticas son Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Guillermo Carnero, Pere Gimferrer y Antonio Colinas.

Sus rasgos definitorios son el uso de un cierto barroquismo expresivo, el gusto por la ruptura lógica del discurso, el deseo de perfección formal, la recurrencia al simbolismo, el empleo de la palabra como medio para indagar en la realidad y la situación en un registro contemplativo. A su vez, rechazan el tono narrativo, el coloquialismo y la conexión formal del poema.

En 1983, se aprueba el Estatuto de Autonomía y, en 1987, gana las elecciones autonómicas el PSOE con Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El panorama literario se anima con la creación de la Real Academia de Extremadura (1980), los Departamentos de Publicaciones de las Diputaciones Provinciales de Cáceres (1980, –en 1988 creó la I.C. El Brocense–) y Badajoz (1984, año también de la creación de la Colección Alcazaba de Poesía), de la Editora Regional (1984) por la Junta y del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura (1984).

Estas editoriales aumentan considerablemente la posibilidad de editar para los escritores que, en 1984, crean la Asociación de Escritores Extremeños (AEEX).

renovacion2Otras iniciativas completan este activo ambiente como el Aula de Poesía Popular de Badajoz y su revista Correspondencia poética (1980); las Jornadas de Poesía Última (1981) en Montánchez organizadas por Diego Doncel y Antonio Galán; la I Feria del Libro de Badajoz y Mérida (1981); el Aula de Poesía de Cáceres (1982); la celebración del VII Congreso de Estudios Extremeños (1982); la edición de las antologías Jóvenes poetas extremeños en el aula (1983) por Sánchez Pascual; la publicación de  (1984) por Ángel Campos y Álvaro Valverde; …

… la creación del grupo Alcandoria y su Hoja parroquial (1982), Arco Iris (1984) y La centena (1986) por Antonio Gómez; los Cuadernos Kylix (1986) y los Poemarios Kylix (1987) por Juan María Robles y de la editorial Menfis (1986); el Premio de poesía Ciudad de Badajoz (1981); los Premios Adolfo Vargas Cienfuegos de la Asociación de la Prensa de Badajoz (1981), alentados por Gregorio González Perlado; los Congresos de Escritores Extremeños (del I al V celebrados de 1980 a 1989) por la AEEX.

Además, los poetas, para publicar y darse a conocer, participan en los certámenes de la región (Ciudad de Badajoz, Residencia, Juan Manuel Rozas, Ruta de la Plata, Constitución) y de fuera (Adonáis, Loewe, Hiperión, Vicente Gaos).

Esto hace que aparezcan en la prensa nacional, publiquen en editoriales de prestigio fuera de Extremadura y abran el camino a otros jóvenes poetas extremeños. También la Junta reconoce la labor poética con la concesión de la Medalla de Extremadura a los poetas Manuel Pacheco (1986) y Jesús Delgado Valhondo (1988).

De 1980 a 1983, la editorial Universitas publica Literatura en Extremadura de Manuel Pecellín, primer manual sobre escritores extremeños que abre el camino para la reconstrucción y la puesta al día de la historia literaria de Extremadura.

Además la tarea docente de Ricardo Senabre y Juan Manuel Rozas, catedráticos de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, suscita en muchos de sus alumnos el gusto por la expresión poética y el interés investigador por los escritores extremeños.

También Rozas, que edita su primer poemario, De la consolación y sus dioses (1984), influye en los jóvenes poetas de la Facultad de Letras, en cuyo ambiente se crean revistas (Residencia, 1980. Gálibo, 1983), colecciones poéticas (Palinodia, 1985) y editoriales (Norba 10004, 1987).

Además aparecen otras revistas como Melquíades (Badajoz, 1982), Nuevo Alor (Badajoz, 1983), Oropéndola (Cáceres, 1983), Anaquel (Mérida, 1984), Alor novísimo (Badajoz, 1984) y Espacio / Espaço escrito (Badajoz, 1987), que contribuyen decididamente a la difusión de la poesía dentro y fuera de la región.

Además, en los años 80, los colegios e institutos extremeños comienzan a realizar numerosas actividades literarias (revistas, poemarios, diaporamas, concursos, recitales), cuyo vitalismo juvenil viene a beneficiar este dinámico contexto.

También surgen iniciativas particulares como la creación del grupo Babel (1989) por José María Aranda, José María del Álamo, Pilar Fernández, Rosa Lencero, Ana Carvajal, Concha Rivas y Eladio Méndez en Mérida.

LUCIANO FERIA

(Zafra, Badajoz, 1957)

Luciano Feria Hurtado estudia Filología Hispánica en la Universidad de Extremadura. Ha sido profesor de Lengua y Literatura en el instituto Suárez de Figueroa de su ciudad natal. Ha obtenido premios como Ruta de la Plata y Residencia de Cáceres, Vicente Gaos de Valencia y Dulce Chacón de Zafra.

Fue vicepresidente de la Asociación de Escritores Extremeños de 1999 a 2001, coordinador del Aula Literaria del Seminario Humanístico de Zafra desde su fundación en 1996 y secretario del Premio Dulce Chacón. Actualmente se dedica a la escritura con una apasionada entrega.luciano1

Comienza leyendo a Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno y Antonio Machado y advierte que la lectura le da sentido a su vida y le ayuda a conocer el mundo y a sí mismo. La muerte de su padre lo lleva a escribir poesía para hallar respuestas al misterio de la existencia.

En un principio busca la explicación de la caducidad humana al margen de Dios pero, más tarde, la misma poesía lo lleva a la certeza de que la vida tiene un significado trascendente.

Su obra poética, estructurada en tres libros de poemas que forman una trilogía, es el resultado de un laborioso proceso de indagación que concibe como una aventura espiritual, a través de la palabra, en busca de sí mismo y de lo absoluto: un misterioso potencial de luz que alberga la existencia en una especie de triángulo simbólico (liberación, felicidad, sabiduría) que conduce a la trascendencia, a pesar del caos y el absurdo diario.

El instante en la orilla (1989) es un viaje en busca del equilibrio entre la vida y la muerte a través de la belleza de la poesía, durante el cual el poeta acepta la imperfección humana y el enigma de la existencia.

Fábula del terco (1997) es también un viaje, donde el poeta intenta asumir la parte sombría de la condición humana (egoísmo, cobardía, vanidad), pues piensa que sólo así puede reconciliarse consigo mismo y con sus semejantes.

Es también, según el poeta, «un libro sobre la búsqueda y el encuentro con Dios: Justamente una obligación humana y una aventura necesaria, si quiero ser yo mismo, libre, maduro, persona. La experiencia de lo trascendente. Se trata del significado de la vida en la propia vida cotidiana».

De la otra ribera (2004) es un diario espiritual que arranca desde su primera memoria, ahonda en recuerdos de sus vivencias unas veces con dolor y otras con gozo y busca lo trascendente para llegar a su revelación gracias a la capacidad que tiene el arte de albergar lo sagrado. Además, De la otra ribera contiene las luchas interiores del poeta sobre el misterio de la trascendencia y de la muerte. [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/]

En 2020, reedita los tres poemarios en una publicación conjunta, denominada Sentido y melancolía.

luciano2

Su obra poética surge de un proceso creativo que forma un todo unitario, donde cada uno de sus libros es un extenso poema que sigue al anterior y se relaciona con el siguiente.

Su forma poética resulta singular, pues utiliza personajes simbólicos como el poeta de Bríndisi, los dioses o Astenái y extensos versículos narrativos con los que recupera la tradición perdida del antiguo contador de historias.

Esta amplia perspectiva le permite recrearse en la palabra para rescatar los hechos de los tiempos bíblicos, rememorar su más tierna infancia o reflexionar sobre el lento pero imparable fluir del tiempo y el cambio experimentado en las personas y en las cosas.

Quiere llegar de esta forma a ahondar en el pasado para  descubrir la raíz de su origen y alcanzar el autoconocimiento.

Su expresión es cálida y mansa como la corriente de un río, con la que suscita en el lector el gusto por la narración y el placer por escuchar su discurso pausado.

Su labor poética va encaminada a desentrañar la relación entre el ser humano y la palabra con el fin de aprender a indagar en sus anhelos de infinito y entender su preocupante imperfección y caducidad, siempre buscando la armonía que le descubra la belleza de las cosas y le proporcione la paz de espíritu que necesita.

Es una tarea trascendente, por tanto, en la que se entrecruza el análisis sobre la naturaleza del ser humano y de la misma poesía (metapoesía), que concibe como una experiencia dolorosa y, a la vez, como un acontecimiento gozoso, donde indaga líricamente sobre la relación amorosa y la apasionante aventura de vivir. (1)

 ¡AH, LAS PALABRAS!  (2)

Ah, las palabras.
A veces,
cuando brotan exactas, lúcidas, revelan
secretos que ignorábamos, iluminan las sombras,
nos traicionan
sólo por la verdad.
Pronunciadas al mundo para creer
nuestras propias ficciones,
las palabras, rebeldes,
descubren nuestros miedos, las huidas,
lo que tanto y con tanta
dulce morosidad celamos
para sobrevivir. Las palabras. A cambio
de la luz.

Última Thule. Poema. Salvación.

LA ESPIGA -PARA ABRIRSE- ANTES FUE GRANO  (3)

La espiga —para abrirse— antes fue grano.
No se saciaba nunca.
La tierra, el agua, el aire, los incendios iban dándolo todo.
Y un día
fue ella misma el alimento.

Así el amor —cuando surte en el hombre— vive del hambre
y de la imperfección. Es la impureza
del labio lo que busca a otro labio; el hondo
surco, a la semilla. Siempre, siempre, la sed.

Amor mío, da gracias. Yo no soy una diosa:
la imperfección, sólo la imperfección, abre al espacio.

XIII  (4)

La lluvia ha desatado su cabellera en las costas de Bríndisi.
Y es intensa y amarga, oscura y muy antigua.
Alguien me ha traído tu voz del otro lado del mundo, alguien
que me ha querido mucho.
Me ha traído tus ojos, tus manos, tu sonrisa, la lluvia de una calle más suave y
más limpia.

Alguien, en fin, tu corazón, tu testimonio,
y he asomado mi rostro a los espejos.

Entre tanta humedad y madrugada, entre tanta derrota,
sólo escribir tu nombre, amor,
podía regresarme.

XXXII  (5)

Esta tarde de julio has paseado cerca
de aquella huerta en la que os bañabais. No queda apenas casi nada ya. Ni está la alberca allí,
ni las grandes higueras, ni allí crece la hierba fresca  para los animales,
y están ausentes —también— los ojos claros y húmedos del agua. Sólo ciertos restos de noria
confirman que exististe.

“¿Qué podría
ya añadir a la fábula de la ciudad, a mis criaturas? ¿Qué necesito ya
-esta tarde soñadora y candente-
de ese poeta oscuro de Bríndisi y de esa voz
que fuera cálida en el destierro, en la inocencia, carne útil del ritmo
amargo de mi corazón?
Ahora no me importa si tengo que llorar. Ahora no me importa si he de desnudarme.
Puedo escribir de noche versos sobre la luna, y amanecer al día siguiente con los labios serenos, firme,
y un escándalo hondo de belleza y de sed:
agradecido al mundo, respirándolo. Al cabo, como otros poetas, sintiéndome
feliz de seguir vivo.”

EL AUSENTE  (6)

Mi vivienda estuvo hecha con roca y a lo lejos, y a mí acudían los enamorados
a entregarme su instante para que lo eternizara, ¿recordáis?
pues los hombres habían cortado sus vínculos con la noche, y había un gran anciano
dentro de mi juventud.

Han pasado muchas épocas en mi vida desde entonces y el corazón me pide que hable el universo.

Que yo ciegue mis ojos y tape mis oídos. Que enmudezca la lengua que canta al sol
y ríe cada mañana.
Mi vivienda de hoy abre sus puertas cerca.

Barca negra, negra navegación: este libro ha de ser pronunciado sólo
por quien no quise ser.

ADENTRO EN LA ESPESURA  (7)

Pero Dios no nos habla nunca directamente a los hombres, sea en la vida o en la literatura. Nos sopla. Nos levanta en el pecho la ola encendida de la pena o de la alegría, y, con la espuma dentro, respirando a bocanadas su poderoso aire, hemos de construir nosotros, sólo nosotros, los hombres, en el poema, la morada más digna posible de sus habitaciones; en la vida, consintiéndonos en nuestro ciclo tan perecedero, un criterio razonable y fecundo de felicidad. Guillén: ¿seres humildemente acordes frente al dolor y al gozo? ¿Aquella calma inquebrantable pretendida por el estoicismo? “Es justo —dice Eckhart— quien carece en absoluto de voluntad.” Quien, cuando viene el negro, el denso soplo de la desgracia, cuando cunden rondando el corazón las brujas, acepta y ama, asume y vive, ¡vive!, no se cuestiona nunca la honda y cálida validez del sentido. ¿Aprender, por lo tanto, de la pupila eterna que alumbra el alma de los animales? ¿Confianza, la firmeza en el barro? Corazón, durante mucho tiempo, has recorrido zanjas y visitado casi todos los alvéolos simbólicos de la muerte, encarnado la llamada del padre. Dime: ¿has conocido tú, también, el punto y la salida? (…)

Si alguien un día me preguntara muy claramente tú crees en Dios, mi corazón, ¿cómo iba a expresar este inasible renacimiento? Dinos que sí o que no, Astenái, me acuciarán los muchachos impacientes de mi territorio, la noche aquella alta centro y hoguera de las narraciones, fábula, cuando yo, sin embargo, poeta, aunque venga orientado y renovado del mar, sólo voy conociendo despacio el significado originario de la sencillez, oh brisa, boca, oh palabra de amor, palabra de resignación, ojos invisibles y acogedores (me disuelvo ahora en vuelo como una cruz) en la calma antigua y fluida del universo.

Soy el ritmo verdecido de la visión. Soy la sustancia transparente de la materia que va redonda en el hueco ingrávido de la vida. Soy la esfera imaginaria y hermosa de la unidad. Soy, derramado, definitivo, el silencio más solidario de la naturaleza.

NOTAS

(1) Luciano Feria también ha escrito ensayos de literatura (“Confesiones, confusiones y acasos de un profesor de Enseñanza Secundaria”, 1992), crítica literaria (“Al abrigo de la memoria (Poesía en Extremadura, 1989-1995)”, 1996), estudios de educación sobre la importancia de la tutoría y la lectura para los alumnos en el ámbito de la Enseñanza Media (La acción tutorial en Educación Secundaria, 1993, Plan de lectura, 1998) y una novela titulada El lugar de la cita (2019), XV Premio Dulce Chacón [comentada en http://asalgueroc.blogspot.com.es/]. Actualmente, está centrado en la composición  de su siguiente novela, que ha titulado Colonizaron nuestras almas.

(2) Poema de El instante en la orilla, donde las palabras iluminan al ser humano con su revelación de la verdad. [recitado en el vídeo del final]

(3) Poema de El instante en la orilla, en cuyo contenido la imperfección, paradójicamente, alienta el afán de pervivencia del ser humano.

(4) Poema de Fábula del terco, que acoge la certeza del poeta de que la palabra y el amor pueden compensar su imperfección y devolverle la autoestima.

(5) Poema de Fábula del terco, donde el poeta real se separa de su guía simbólico (el poeta que ha viajado a Bríndisi) porque, a pesar de la nostalgia de su infancia, ha conseguido, gracias a la poesía, reconciliarse consigo mismo.

(6) Poema inicial de De la otra ribera, que contiene una declaración de intenciones del poeta al inicio de su narración poética.

(7) Poema final (fragmento) de De la otra ribera, en cuyo ámbito la existencia de Dios se hace patente al poeta, después de vivir la aventura de la palabra.

ÁNGEL CAMPOS

(San Vicente de Alcántara, Badajoz, 1957 – Badajoz, 2008)

Ángel Campos Pámpano fue profesor de literatura en varios institutos extremeños y en el Instituto Español Giner de los Ríos de Lisboa y un relevante difusor de la literatura portuguesa, que ha traducido a poetas como Fernando Pessoa o Antonio Ramos Rosa.

También fue director de la revista bilingüe Espacio/Espaço escrito y coeditor de Hablar/Falar de poesía, coautor de la antología Abierto al aire, fundador de la editorial Del oeste ediciones, creador de las Aulas Literarias Díez-Canedo de Badajoz y Jesús Delgado Valhondo de Mérida y alentador de la creación de otras cuando presidió la Asociación de Escritores Extremeños.angel1

Como poeta comienza editando La ciudad blanca (1988) que, ilustrado por Javier Fernández de Molina, gira en torno al asombro que le produjo el descubrimiento de Lisboa.

Caligrafías (1989) es un poemario que versa sobre el contenido de los dibujos, que se incluyen del pintor citado, y la difícil tarea del poeta.

Siquiera este refugio (1993) tiene como fondo el río Guadiana, que forma parte de su concepción vital y poética, y una casa donde, apartado de toda circunstancia, medita en el silencio de su refugio creador.

Como el color azul de las vocales (1993) está formado por 21 tankas (poemas de procedencia japonesa), que expresan en breves pinceladas el gozo del poeta ante la presencia femenina en la casa (concretamente de su hija Paula), que se manifiesta en su imagen característica, su voz cálida y su mirada femenina.

De Ángela (1994) son cinco tankas con dibujos de Domingo Frades, que expresan la alegría del poeta por la irrupción a la vida de su hija Ángela y la conexión establecida con ella a pesar de su corta edad.

La voz en espiral (1998) es una antología, cuyos poemas son reflexiones sobre el hecho poético, la poesía y la escritura.

El cielo casi (1999) está compuesto por tankas (en sus dos primeras partes repite los de Como el color azul de las vocales) que, en cinco versos cortos, exponen pensamientos intensos, primero esperanzados por la presencia filial en la casa y, luego, desencantado ante la idea de su marcha o su pérdida.

El cielo sobre Berlín (1999) contiene serigrafías de Luis Costillo y una reflexión desolada sobre la melancolía, la soledad, el pasado y la muerte.

angel2Jola (2003) es un libro en prosa poética, que recoge las sensaciones placenteras sentidas por el poeta en mitad del paisaje que existía, antes de producirse un pavoroso incendio, en la zona de Jola, pueblo rayano de la provincia de Cáceres situado entre frondosos bosques. Como contraste, contiene fotografías de Antonio Covarsí, que ha plasmado en ellas los resultados del fuego devastador.

La semilla en la nieve (2004, Premio Extremadura a la Creación) es un libro elegíaco que el poeta escribe por la muerte de su madre, donde asocia una expresión cuidada con una forma íntima para exponer el hondo dolor sentido ante los recuerdos y su ausencia.

Por aprender del aire (2005) también tiene ilustraciones de Javier Fernández de Molina y está compuesto por cuarenta tankas, que destacan la perennidad del aire frente a la caducidad de los pájaros, que en él vuelan, y de las personas, cuyo sueño es volar.

La vida de otro modo (Poesía 1983-2008), editado por Calambur, acoge su poesía completa hasta aquel momento.

Póstumamente aparece Cercano a lo que importa (2012), una antología de sus libros más cinco poemas inéditos de su primera etapa.

La base de su poesía se encuentra en la lírica contemporánea española y portuguesa. Sus temas preferidos son el amor, la familia, la naturaleza y los lugares entrañables, que giran en torno a la casa, punto central de su poética porque le sirve de refugio y de lugar de escritura.

Su cálido estilo se distingue por su compromiso con el hecho poético, su esfuerzo por depurar el lenguaje y su indagación en la realidad para conseguir enfoques nuevos, que lleven a la reflexión sobre la esencia de las cosas.

De ahí que muchos de sus poemas estén influidos por los tankas y haikus orientales, sean breves y diáfanos y gocen de una gran emoción, un denso contenido y una cuidada forma.

En su labor poética, no distingue entre prosa y verso, de ahí que los mezcle y componga indistintamente prosa poética o poemas en prosa, dependiendo de la necesidad comunicativa que tenga en cada momento y las inflexiones rítmicas que desee imprimirle a su mensaje.

        SINTRA  (8)

La subida es un goce entre la niebla menuda.

El encanto del bosque y la firmeza
del verde en la luz húmeda de las hojas:
un vuelo de raíces y de ramas.

En mitad de la fronda,
un jardín con estanque.

La tierra huele a lluvia entre helechos
y humo de hojarasca: aquí se quedan
las tormentas que vienen del océano.
La subida es un goce entre la niebla más densa.
(Arriba hay un palacio, o mejor,
un capricho inglés del diecinueve).

SIQUIERA ESTE REFUGIO  (9)

CONSTRUIDA LA CASA, qué queda sino aguardar ante su puerta un efecto de luz, una voz que desde dentro te llame y cubra, como un presentimiento, la honda distancia que separa tu nombre de otros nombres. La casa sola, geometría del aire, describe la razón de la escritura, la herida intacta del silencio.

COMO EL COLOR AZUL
DE LAS VOCALES
 (10)

4

OJOS FURTIVOS
(azules) de mujer
pueblan la casa.
Una mirada incendia
las paredes del cuarto.

9

AHORA SE ESCONDE
el violín de la luna
tras una nube.
En el muro, de blanco,
he pintado tu nombre.

20

LOS DOS ESTAMOS
ocultos en palabras,
recién nacidos.
Y a  la sombra de un nombre,
del mismo nombre, juntos.

TU SECRETO  (11)

exactamente ahora
he abierto la puerta
y gritado tu nombre varias veces

pero hoy tampoco nadie
ha respondido a mi llamada

traía tantas cosas que contarte
que me he sentado solo
en el sofá de mimbre de la abuela
ahí frente al chinero
que guarda todavía
la porcelana del día de tu boda
y me he puesto a decírselas
a tu lugar vacío

aunque hablara con lengua equivocada
tú asentías con la benevolencia
y el placer del que ignora
las palabras ajenas que no entiende

pero tú eras la sabiduría

y tu secreto
una efímera calma
sobre el mantel de hilo

me ofrecías café y yo seguía
conversando en silencio con tus ojos
buscaba una respuesta que tardaba en llegar

procura ser feliz con lo que hagas

ya ves la voz elige siempre
el golpe justo
su propio asentamiento

en la carencia
en la desposesión

POR APRENDER DEL AIRE  (12)

1

Brizna en el aire.
Es una partitura
el leve pétalo

de la flor o el del pájaro
que a tu reclamo acude.

15

También la rama
como el viento y la luz
del aire aprende.

Es la casa, lo frágil,
la tierra que germina.

40

Pura evidencia
donde fulgura aún
el paraíso.

Me he llegado aquí
por aprender del aire.

CERCANO A LO QUE IMPORTA (III) (13)
Acerca tu mirada a este paisaje. Que tus ojos recojan todo el verde profuso que lo habita, la luz azafranada que da vida al silencio, la plenitud posible, exuberante, del volcán, la de la luna llena… Que descubran tus ojos la vigencia vegetal que se despliega e inunda su verdor entre los cardos, a ras de tierra. Y en la hora del sol en lo más alto, un aroma en el aire que perfila la misma pulsación de la mañana. Acerca tu mirada, y que tu boca contemple este paraje, abigarrado y profundo, colmado de chumberas y de cactus y de granadas solas. Que tanta floración no es un engaño ni tampoco un misterio, sino tan sólo un modo de sentirse desmedido, cercano a lo que importa, por fin libre.

NOTAS

(8) Poema de La ciudad blanca, que cuenta la subida gozosa del poeta al Monte da Lua de Sintra (Portugal) -en cuya cima se encuentra el Palácio da Pena de estilo romántico-, durante la cual se siente mimetizado con la naturaleza exuberante del entorno.

(9) Texto que abre Siquiera este refugio, en el que la casa es un lugar donde el poeta se siente protegido, aunque nostálgico, en el silencio elocuente de voces ya extinguidas.

(10) Tankas del poemario con el mismo nombre, donde el poeta goza con el ambiente encantador que crea la presencia de su hija en la casa.

(11) Poema de La semilla en la nieve, donde el poeta se lamenta por la pérdida de su madre.

(12) Tankas (selección) de Por aprender del aire, donde aparece el protagonista del poemario (el aire) como sinónimo de vida y eternidad.

(13) Poema de La voz en espiral reeditado en Cercano a lo que importa (Antología poética), cuyo contenido acoge el significado de este enjundioso título y quizás del sentido originario de la obra poética de Ángel Campos.

ÁLVARO VALVERDE

(Plasencia, Cáceres, 1959)

Álvaro Valverde Berrocoso ha intervenido en actividades culturales como coeditor de la antología Abierto al aire, cofundador de la revista Espacio/Espaço escrito, presidente de la AEEX, coordinador del Plan Regional de Fomento de la Lectura y director de la Editora Regional de Extremadura.

Además, aparece en varias antologías de la poesía contemporánea española y ha obtenido varios premios literarios. Premio Extremadura a la Creación (2001).valverde1

Ha publicado novelas, ensayos, … y los siguientes poemarios (14). Territorio (1985) acoge la base de su poética desde el primer poema que, a su vez, contiene el germen de toda su poesía.

Las aguas detenidas (1989) es un libro donde el poeta capta en palabras la fugacidad de las personas y las cosas, después de rescatarlas de la memoria como restos de un pasado inexistente.

Una oculta razón (1991) muestra al poeta, situado en su casa, indagando en sus recuerdos más lejanos con el fin de recuperar la memoria de su origen y la razón de vivir. Premio Loewe.

A debida distancia (1993) es un poemario donde el poeta aparece situado a medio camino de las cosas, para mirarlas con calma y conseguir una nueva perspectiva para su meditación. Premio Ciudad de Badajoz (1984).

Ensayando círculos (1995) subraya la presencia del ser humano frente al olvido provocado por el tiempo, el anhelo de permanecer, la recuperación del momento en que la memoria se hizo patente y del lugar donde se produjo el reconocerse, y la afirmación, en definitiva, de la existencia.

El reino oscuro (1999) está encabezado por una cita de José Ángel Valente (“De cuantos reinos tiene el hombre el más oscuro es el recuerdo”), que explica el significado del título y del libro, producto del viaje repetido (circular) del poeta a la comarca fronteriza de las Hurdes (norte de la provincia de Cáceres) en un proceso idéntico al que realiza en su mente buscando sus recuerdos.

Mecánica terrestre (2002), cuyo título hace referencia al enigmático mecanismo que gobierna el mundo de un modo sorprendente, contiene el asombro del poeta ante ese misterio, que lo lleva a incorporar un grupo de poemas amorosos como muestra palpable de ese secreto dispositivo.

Desde fuera (2008) es una honda meditación sobre las circunstancias de su existencia particular y su relación con el mundo.

Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010) (2012).

Plasencias (2013), cuyo título refleja la diversidad que caracteriza el lugar sobre el que gira su mundo poético.

Más allá,Tánger (2014), donde una mujer regresa a su lugar de origen, después de años ausente, y confluye con un hombre que lo visita por primera vez.

Álvaro Valverde. Antología poética (1985-2015) (2017).

El cuarto del siroco (2018. II Premio Nacional «Meléndez Valdés» de Ribera del Fresno 2019) es, en italiano, el lugar para refugiarse del abrasador siroco y, metafóricamente, supone un lugar seguro ante los avatares de la existencia y un refugio para los lectores que en él busquen cobijo. [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/]

Sobre el azar del mapa (2022), editado por Tusquets, contiene dos cuadernos de viaje: «Cuaderno de Sofía», dedicado a la capital búlgara y «Cuaderno suizo», ofrecido a las ciudades de Grandson y Ginebra.

valverde2El centro de su poética se encuentra en Plasencia, su ciudad natal, que, con sus alrededores, conforma su territorio tanto real (en él vivió su infancia) como imaginario (la ciudad cambia y debe imaginar la que era).

Dentro de ese espacio el poeta es un personaje urbano, que deambula angustiado por su laberinto y necesita oxigenarse con el paisaje natural (molinos, ruinas, bosques), donde suele atenuar sus intranquilidades existenciales.

Su concepción de la poesía gira en torno a la palabra, que le permite materializar la conciencia y rescatarla del tiempo, recuperar el pasado a través de la memoria y contemplar por medio de la mirada su entorno de un modo trascendente.

Sus ideas recurrentes son el poema como soporte de la reflexión sobre la poesía y la existencia, la incertidumbre entre la permanencia o la huida, las diversas actitudes del poeta ante el hecho poético, la memoria rescatada en la escritura, la búsqueda de lo absoluto en entornos cercanos y en el viaje por la vida y por los libros.

Sus temas preferidos son su lugar de nacimiento, su entorno natural, la reflexión sobre la existencia y la poesía, los recuerdos, el amor, el paso del tiempo, la soledad y la muerte.

Paralelamente estos temas le sirven para reflexionar sobre el hombre actual, la tarea del escritor y la tradición literaria, en la que suele ahondar realizando abundantes y variadas lecturas a modo de conversación con otros escritores.

Su tono es pausado y cálido con el que, desde su reflexión íntima, expone sus emociones para que el lector las comparta y experimente sus propias sensaciones. Su estilo se caracteriza por la expresión diáfana, la forma narrativa, la dicción sobria, el empleo del verso libre y la tendencia a la depuración. (15)

HOJAS DE ACANTO Y ROSAS (16)

Hojas de acanto y rosas,
una vieja piedra de molino y enramadas,
el suelo tejido de una hiedra fresca.
Dejarse caer cuando la siesta insiste,
cuando la parra protege y la chicharra canta.
Mecerse con la brisa de la tarde,
con la música acorde de las moscas.
Obligarse a vivir con mansedumbre.
Ni dormir ni siquiera estar despierto.
No buscar sino amor.
Aquí, en el huerto sombrío
donde las horas son luz tamizada
y del limón aroma.

Hagamos de este lugar un territorio.

PLAZA DE SAN JUAN  (17)

Despiden las moreras
un olor fragilísimo.

Es de noche. Sostiene
la ciudad su sosiego.

ENCLAVE  (18)

COMO quien nada espera,
sentado frente al muro que levanta
dos árboles meciéndose,
mirando en la distancia
la sombra desvaída de la ausencia,
la torpe maquinaria de las horas.
Como quien ve pasar delante –sin moverse–
la película gris de los recuerdos
y en nada ya repara o desespera,
sin que se note apenas, olvidándose.
Así, desde la noche, en el origen,
en el turbio presente casi exacto
de una vida pasada inútilmente,
ese ser que yo he sido –sin conciencia
siquiera de saberlo–, la figura
que ahora me contempla –la inocente
apariencia de su rostro–, parece interrogar
ante el espejo
una razón que valga la respuesta
de estar –frente a este tiempo–
aquí esperando.

HE TEMIDO EL ENCUENTRO (19)

He temido el encuentro. Sí, supuse probado
que esa ignota comarca encerraba secretos
que eran míos de antiguo.
Que su mito era fruto de una aciaga mentira.
Sus leyendas tejieron una red de emboscadas.
Cuando apenas conozco, hago mías las huellas
de esos pasos que ahora
asimila la sombra.
Cada casa o iglesia, cada muro o sendero,
participan del tránsito.
Suspendidos proponen su ficción de promesas.
Junto al río, sentado, al pasar de la noche,
he entendido lo inútil de ofrecerles batalla.
Paralelos discurren dos viajes. A un tiempo,
retrocedo y avanzo. Peregrino a las fuentes
y aun así permanezco.
Voy de paso. ¿Hacia dónde?
¿Qué remoto espejismo me depara el presente?
¿Por qué yendo, regreso? Trazo círculos, lanzo
piedras planas al agua. En sus ondas intento
apresar el que sea, para mí, convincente.
Con paciencia, persisto. Fijo el pulso. Procedo.
Son ensayos fallidos. Darán cuenta algún día
de la vida de un hombre: solo, ajeno, consigo.

MECÁNICA TERRESTRE  (20)

Lo mismo que una imagen
recuerda a alguna análoga
y una sombra a la fresca
humedad de otra estancia
y un olor a una escena
cercana por remota
y esta ciudad a aquélla
habitable y distante,
así, cuando la tarde
se hace eterna y es julio
todo expresa una múltiple,
inasible presencia,
y el agua es más que el filtro
de lo que fluye y pasa
y la luz más que el velo
que ilumina las cosas
y el viento más que el nombre
de una oscura noticia.

5  (21)

MIRAS. En el café, gente distinta
que bebe mientras lee o que conversa
ajena a lo que pasa por la calle.
Afuera, el ventanal muestra fachadas
de casas siempre iguales que entristecen;
una ciudad que vive adormecida
a la luz mortecina del otoño.
Ves bicicletas
alineadas enfrente de la puerta
y su quietud es todo un símbolo
de lo que en realidad ocurre:
poco, o muy poco, o casi nada.
La vida tiene a veces estas cosas:
no sabes si es que el tiempo se detiene
o eres tú mismo
el que, sin previo aviso,
se ha dado finalmente
por vencido.

(Rotterdam)

CIUDAD (22)

Son tantos los viajes que nunca has emprendido
que al hacer el recuento de los días pasados
en esta amurallada ciudad en la que vives
constatas con dolor -y sientes lástima-
que fuiste en su interior un prisionero.

Quedarte en este encierro es la razón
que iguala a una condena tu existencia.

38 (23)

Nada más natural
que un judío de Tánger.

Según Abraham Bengio,
si en este mundo estableciéramos
tan sólo dos categorías,
una la comprenderían los hebreos de aquí;
la otra, los del resto del mundo.

Vinieron de un destierro
para exiliarse en otro.

Comparten con nosotros,
los que allí denominan europeos,
la misma identidad,
igual desgarro.

EL CUARTO DEL SIROCO (24)

Cuenta Leonardo Sciascia

que en las casas patricias

de la vieja Sicilia

había, desde el siglo XVIII,

un cuarto del siroco.

En él se refugiaban de ese viento

los días que soplaba con más fuerza.

Uno quisiera

que en las horas peores de la vida,

cuando todo se vuelve violento vendaval

y las cosas se ocultan tras un velo de polvo,

existiera una estancia semejante.

Un lugar recogido, a modo de refugio,

en el que cobijarse

del triste pensamiento de la muerte.

Aunque sea inevitable,

como el de Racalmuto revelara,

que, antes de que se le note en el aire,

el siroco se nos clave en las sienes;

que antes de que se anuncie

ya se le sienta, sin remedio,

en las rodillas.

IMAGINARIO (fragmento) (25)

No somos sino aquello que miramos.

Yo, que una vez

pinté la nieve del deshielo

en las altas montañas,

y ciudades lacustres

y fábricas y barcos y estaciones;

yo, que viajé a países extranjeros

y fui a lejanas islas

en busca de lugares asombrosos,

he llegado, lo sé, al convencimiento

de que soy el paisaje de esta tierra:

tan comicial, acaso, como él:

como él, quizá, tan pobre.

Ya solo aspiro a su serena soledad

a la sabia modestia de su luz transparente

y, en fin, a todo aquello

que él expresa en silencio,

sin recurrir siquiera a las palabras.

NOTAS

(14) También ha escrito libros de artículos (El lector invisible, 2001), de viajes (Lejos de aquí, 2004) y novelas (Las murallas del mundo, 2000, y Alguien que no existe, 2005, donde se interna, por medio de monólogos interiores, en la memoria de sus dos protagonistas para lanzar una mirada crítica a su territorio).

La novela Las murallas del mundo (Sevilla, Algaida, 2000) es una profunda reflexión íntima, que conmueve, inquieta y calma a la vez por la tremenda soledad del protagonista y por ese manso discurrir expresivo, que crea un ambiente de dulce melancolía, amortiguadora de su desencantada situación. La novela resulta una acertada metáfora de la existencia humana pues, en la vida del protagonista, se refleja la del ser humano universal (ASC, 9-12-06).

En 2020, la AEEX le edita Porque olvido (Diario 2005-2019), recopilación de los comentarios que ha publicado en su blog durante los años mencionados. En 2022, participa en Extremamour, una exposición del fotógrafo suizo Patrice Schreyer, a cuyas imágenes Álvaro Valverde compone dos versos a cada una con la impresión poética de lo que le sugieren.

 (15) Sombra de la memoriaLos marinos inmóvilesLugares de otoñohttp://asalgueroc.blogspot.com.es/Imaginario

(16) Poema de Territorio, considerado por el autor su primer poema verdadero y el núcleo germinal de su obra. Contiene los deseos de crear un espacio propio para su retiro.

(17) Poema de Lugar del elogio, donde el tiempo se detiene en el olor de las moreras, invasoras aromáticas de la ciudad dormida en el silencio de la noche.

(18) Poema de Una oculta razón, que recoge el autorreproche del autor de no vivir de una forma útil y consciente.

(19) Poema de El reino oscuro (versículo 3), que trata sobre la incertidumbre existencial del poeta, cuya emoción oscila entre el preocupante presente y su cada vez más lejano pasado.

(20) Poema de Mecánica terrestre, que descubre la existencia de otra realidad, de otra mecánica en el fluir de las cosas.

(21) Poema de Desde fuera, donde el poeta observa cómo la melancólica monotonía de la vida cotidiana también invade ciudades emblemáticas como Rotterdam.

(22) Poema de Plasencias, cuyo contenido recoge el lamento del poeta por sentirse prisionero en su ciudad.

(23) Poema de Más allá, Tánger, que recoge el profundo dolor de los judíos sefardíes por sentirse desterrados en Tánger.

(24) Poema con el mismo título que el poemario, El cuarto del siroco, donde el poeta expone la razón de ser del libro: su deseo de que cuando llegue la muerte tenga una estancia como el cuarto del siroco para refugiarse.
(25) Poema de Sobre el azar del mapa, donde el poeta destaca el valor del paisaje y su silencio, después de conocer el bullicio mundano.

MARÍA ROSA VICENTE

(Madrid, 1959)

María Rosa Vicente Olivas vive su infancia y su juventud en Don Benito (Badajoz), donde se revela como una escritora precoz, que comienza a escribir a los seis años, edita su primer poema en el periódico Hoy con diez, acompaña en recitales a los poetas renombrados del momento (Lencero, Pacheco, Valhondo) y es invitada a los círculos literarios de Extremadura en los años 70.

Después estudia Filología Hispánica en Salamanca y, desde 1987, reside en el Puerto de Santa María (Cádiz).rosa1

En 1973, publica su primer poemario, Llamarada azul, con prólogo de Jesús Delgado Valhondo, que es un libro juvenil donde la joven poeta muestra influencias de la poesía tradicional, Bécquer, Rubén Darío, Machado y Lorca.

En su contenido aparecen Extremadura, la gente y animales de su paisaje, el río Guadiana y la naturaleza llena de plenitud. Su expresión suave, tierna, transparente e íntima ofrece variadas sensaciones, que muestran su acentuada sensibilidad. No obstante, adopta tonos trágicos cuando trata sobre el paso del tiempo o el misterio que envuelve la realidad.

En 1977, edita Escalera de ratas, un poemario caracterizado por su tono surrealista, lenguaje onírico y sintaxis desestructurada, que trata una temática cercana a la poesía social y contiene un mensaje comprometido con la dignidad del ser humano y contra las injusticias.

También en 1977 obtiene un accésit del Premio Adonáis con Canto de la distancia (1978), un libro que supone un cambio de estilo hacia la modernidad. Se centra en el ámbito de su infancia, que aparece como metáfora de un mundo perdido del que sólo le llegan ecos por la distancia a que lo ha sometido el tiempo.

El medio de captarlos es el lenguaje poético, que obra el milagro de rescatar los recuerdos del olvido, fijarlos en la mente y recrearlos en forma de olores, sonidos, imágenes, voces o susurros.

No obstante, la poeta se muestra muy preocupada ante la fuerza arrasadora del tiempo a través de un lenguaje sorprendente por el uso llamativo de la sintaxis, que incluye juegos de palabras y dichos populares.

En 1981 compone Poemas, una plaquette (tiene sólo diez poemas) que llama la atención por su lenguaje impactante con el que trata de recuperar el enigma (por lejano) del tiempo pasado, no sin abrir un mayor hueco en la nostalgia de su debilitado ánimo.

Desanimada por la muerte de su madre, no vuelve a publicar hasta 1997, año en que aparece Quizá de madrugada, otra plaquette, donde evoca vivencias del pasado que, junto a personas y lugares, han desaparecido arrastradas por el tiempo. También edita en este año El libro de los bosques, una antología que contiene poemas escritos desde 1977.

En 1999 publica Salvo el humo, que es una meditación sobre el tiempo, donde adopta una actitud estoica ante los sucesos de la vida y piensa que se debe aprender a convivir con la idea de la muerte.

En 2009, edita En terreno de nadie (Premio de Poesía José Espronceda) donde la protagonista, herida por la acción demoledora del tiempo y la ausencia de seres queridos, vierte su negativa concepción de la existencia: la vida es una pelea inútil, que el ser humano perderá sin remisión.

rosa2Su tema insistente es la preocupación por la pérdida del tiempo ya vivido, que trata de recuperar a través de la memoria y de los recuerdos.

De ahí que su poesía intente eternizar lo cotidiano y contenga la nostalgia por la infancia y la juventud irrecuperable y el dolor por las personas desaparecidas, sobre todo por la muerte de su padre cuando contaba sólo con 15 años.

Es lógico, por tanto, que recree el ambiente familiar, los viajes y los sucesos cotidianos (por ejemplo, las tormentas y los apagones de luz) por medio de recursos insólitos e ideas sorprendentes, con las que intenta recuperarlos como si se tratara de un mundo mítico.

Su poesía se caracteriza por su desnudez, fuerza expresiva y fondo enigmático. Su lenguaje es sencillo, pero con una emoción que lo capacita para transmitir las sensaciones suscitadas por la atenta contemplación de su entorno. No obstante, se vuelve hermética cuando nota que los recuerdos se le pierden en la desmemoria.

En sus últimos libros se va desprendiendo de artificios, clarifica los temas tratados y se muestra más acorde con su carácter natural, porque es consciente de que poesía y realidad tienen la misma forma de nombrar las cosas.

Utiliza el verso libre, cuyo ritmo consigue con la acumulación de ideas, que emplea para recomponer su mundo perdido e indagar en el conocimiento de sí misma y de los demás.

IX  (24)

Olvido los muñecos de trapo,
las marionetas de Montmartre.
Olvido todos los silencios marítimos.
Olvido casi el corazón,
partiendo a trozos
el cansancio.
Olvido el musical
ritmo de los planetas,
olvido el dinosaurio,
la fragata,
olvido tus abrazos,
olvido que me muevo,
el corazón, los músculos,
el surco de la boca,
la lengua.
Olvido los manteles
y los panes
y el beso que te tengo preparado,
olvido que te olvido
y quisiera olvidar que estoy viviendo
del olvido, fusil de la distancia
en los jardines sin aurora.

ACARICIARTE ANÍS  (25)

Acariciarte anís,
verter consejos
desde la licorera tan tallada,
alejando un hervor
de tan escueta
hilanderada miel;
creciendo a mar
rosario que desrezas,
eludiendo tu abrazo
que acaricia el desastre como a funesto cómplice.

LAS TARDES DE LIBREROS  (26)

En las tardes heladas
montábamos negocios imposibles.
Felices y arruinados,
hablábamos de grandes
proyectos de futuro,
de hermosas aventuras.
Después vino la vida
a cambiarnos las reglas
y el juego del presente
se nos quedó pequeño.
Ahora que estamos lejos
cómo me gustaría
retomar tantas charlas
que nunca terminaron,
reírnos como entonces
y devolverte aquellas
tardes en que estuvimos
derrapando en la curva de los sueños.

INTERIOR DE UN VIAJE  (27)

El interior de un sueño tiene aristas,
recodos y escondites,
años para perderse en la memoria
y aparecer de pronto en cualquier noche
en que el viento es extraño
o hace calor, y miras de repente
la luna y te responde
otra mirada que, hace tiempo, quiso
sentirse diferente.
Y no te reconoces
en los leves fragmentos
de película muda
que contemplas absorto.
Y sin motivo alguno piensas: esto
ha de ser parecido a lo que algunos
sienten cuando regresan de una grave
enfermedad y ven la luz al fondo.
Pero no hay luz. Ni fondo.
Sólo queda
un extraño que mira con tus ojos
la luna en una noche del pasado.

QUIEN CRUZÓ LA FRONTERA  (28)

Quien cruzó la frontera
entre dos mares
sabe que en los espejos
habita lo más turbio de nosotros.
Al otro lado,
en donde la mirada
descompone su gesto
y nos devuelve, irónica,
el perverso latido
de otro yo.
Allí donde el azogue
destroza la memoria.
Al filo del cristal, rozando el sueño,
donde espera la nada su botín,
alguien que ya no está
nos hace señas.

EL RING  (29)

Cuando no han de llegar tiempos mejores
asusta comprender cómo los días
se acortan y contienen
en su raíz el germen del final,
los límites del ring
donde pelean
dos edades distintas que se ignoran.

Porque se vive a oscuras,
no se puede comprar un paraíso
con un acto de fe,
ni fingir un mañana, sino darse
cuenta de los momentos que aún ofrecen
razones para estar en esta lucha
que se sabe perdida de antemano.

NOTAS

(24) Poema de Canto de la distancia, que acoge un lamento por el olvido de personas y hechos, que provoca la distancia interpuesta por el tiempo entre la memoria y los recuerdos.

(25) Poema de Poemas, cuyo asunto es la evocación dolorosa de un pasado lejano, que trae a la mente recuerdos en forma de aromas percibidos en la infancia.

(26) Poema de Quizá de madrugada, que versa sobre la añoranza de la ilusión puesta en proyectos juveniles, luego malogrados por circunstancias adversas.

(27) Poema de Salvo el humo, cuyo tema es la certeza de que la realidad resulta más simple de la que se sueña y de que no existe esperanza posible ante el tiempo irrecuperable.

(28) Poema de Salvo el humo, que lleva la cita: “’Bailamos la muerte / y apenas era octubre’. M. Irigoyen”, donde el espejo devuelve al emisor una imagen distinta de sí mismo y recuerdos de personas ya desaparecidas.

(29) Poema de En terreno de nadie, cuyo contenido es la preocupación por el paso del tiempo y la necesidad de hallar motivos para seguir viviendo.

 IMÁGENES

INTRODUCCIÓN: Manifiesto, Badajoz, II Congreso de Escritores Extremeños, 1982 (1ª). Portada del poemario Kylix nº 25 (2ª). LUCIANO FERIA: Luciano Feria (1ª). Portada de su libro De la otra ribera (2ª). ÁNGEL CAMPOS: Ángel Campos Pámpano (1ª). Portada de Cercano a lo que importa, su antología poética póstuma (2ª). ÁLVARO VALVERDE: Álvaro Valverde (1ª). Portada de su poemario Más allá, Tánger (2ª). MARÍA ROSA VICENTE: María Rosa Vicente (1ª). Portada de su libro En terreno de nadie (2ª).

VÍDEO POESÍA DE LA RENOVACIÓN (de Extremadura, un bello poema)