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Poesía de Final del Siglo XX (1990-1999)

INTRODUCCIÓN

En esta década, los poetas se caracterizan por el dominio técnico, la sobriedad, la forma narrativa y el tono coloquial. Rechazan las vanguardias y la concepción irracional del poema. Tienden a la espiritualidad. Presentan interés por todas las literaturas, deseos de elaborar un lenguaje literario, rechazo de la política, compromiso con su tiempo y variedad tanto en los modelos como en las tendencias.

Los poetas más destacados son Luis Alberto de Cuenca, Andrés Trapiello, Benítez Reyes, Ana Rossetti, Jaime Siles, García Montero, Blanca Andreu, Juan Carlos Mestre, Sánchez Robayna, Martínez Mesanza y Jon Juaristi.

En Extremadura, los poetas tienen una concepción universal de la poesía y coinciden en la expresión narrativa, la reflexión sobre el tiempo, la relectura de la tradición, los temas urbanos, el uso de la imagen del viajero, el lenguaje coloquial, la atención a lo cotidiano, el empleo de la anécdota y la sensualidad como rescate del tiempo perdido o reafirmación del presente, la atracción por la ironía y la recuperación de la métrica.

Su formación (muchos proceden de la Facultad de Letras) les permite ponerse al nivel de calidad de los poetas nacionales (Diego Doncel Premio Adonáis 1990, Irene Sánchez Carrón Premio Adonáis 1999).XX 1

Quizás la diferencia fundamental con respecto a los poetas de la década de los 80 sea que algunos vates (como los Premios Adonáis mencionados) abandonan el intimismo con que los versificadores anteriores expresaban su desencanto y lanzan sus reflexiones hacia fuera denunciando clarament preocupaciones sociales y ambientales como la superficialidad de la sociedad posmoderna, el cambio climático, la publicidad engañosa, la droga, el sexo o los efectos nocivos de la globalización.

En esta década llama la atención el alto número de poetas entre los que destacan Diego Doncel, Irene Sánchez Carrón, María José Flores, Ada Salas, Antonio Méndez Rubio, Rosa Lencero, Julián Rodríguez, Serafín Portillo, Pilar Fernández y Manuel Carrapiso.

También sorprende la pluralidad de tendencias poéticas (de la experiencia, del silencio, meditativa, figurativa, contemplativa, visual), hecho que indica un deseo de independencia y de exploración de nuevos caminos expresivos.

Y de la poesía experimental (ver Poesía del conocimiento al final) y de las restantes tendencias aparecen referencias en los comentarios introductorios de épocas y poetas contemporáneos.

Además es obligado citar a poetas mayores que empiezan a editar en los años 80 y se consolidan en los 90 como Rufino Félix [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/ su poemario Reencuentro], Juan María Robles Febré, Antonio Román Díez García, Juan Carlos Rodríguez Búrdalo [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/ sus poemarios Si volviera mayo y Latitudes], Benito Acosta, Santiago Corchete, Juan José Cajide o Miguel Combarros [ver en la sección Otros poetas actuales de esta web].

Además existen otros muchos poetas que componen poesía al margen de las citadas tendencias como Mari Carmen Alegre, Raúl Aragoneses, Luis Atienza, Juan Manuel Cardoso, Francisco Javier Carmona, Ana María Castillo, Antonia Cerrato, José Ramón de Luis, José María del Álamo, Juan Manuel del Pozo, Antonio Luis de la Cruz, …

… Jesús Díaz, Miriana Díaz, Estrella Doncel, María José Fernández, Félix Gala, Paco Galán, María Galván, Jonatan García, Juan Gómez, Jorge Hidalgo, Manuel Hurtado, Emilia Jiménez, Faustino Lobato, Ana Belén Martín, Francisco José Martín, Jesús Martínez, Jesús Mendo, Mila Ortega, Paqui Quintana, Plácido Ramírez, Francisco Rangel, Trinidad Ródenas, José Manuel Sito, José Manuel Vivas o Gregorio Yáñez.

XX 2En los años 90, la AEEX crea, en colaboración con institutos de Secundaria, el Aula Díez-Canedo de Badajoz (1993), el Aula Jesús Delgado Valhondo de Mérida (1994), el Aula José María Valverde de Cáceres (1995), el Seminario Humanístico de Zafra (1996) y el Aula José Antonio Gabriel y Galán de Plasencia (1997) y organiza los Domingos de Poesía en la Sala Tragaluz de Badajoz, Diez lecturas en el museo en el MEIAC, Congresos de Escritores (el VI celebrado en Cáceres, 1992, y el VII en Plasencia, 1996), la I Semana de Poesía Joven en Cáceres y la edición de la revista El espejo (1995).

El consistorio de la capital autonómica crea el Premio de poesía Ciudad de Mérida (1994) y el de Badajoz la publicación anual El vuelo de la palabra (1996), la ERE funda el Premio Extremadura a la Creación (1999) y las Consejerías de Educación y de Cultura promueven los Talleres de Poesía en colaboración con las Universidades Populares.

Además, se celebran otras actividades como la edición del Boletín de la RAEx y la revista Qazris (1990), el Premio Cáceres Patrimonio Mundial (1990), la edición del libro-objeto La Pirámide (1990) de Antonio Gómez, la creación de la tertulia literaria Gallos quiebran albores de Mérida (1993), las I Jornadas sobre el libro en Extremadura (1993), el Aula de Poesía Juan Manuel Rozas (1993), la aparición Oeste Gallardo, boletín de la UBEx (1993) o la fundación de Ventana literaria en Almendralejo (1994). …

… La creación del Gabinete de Iniciativas Transfronterizas (1993) por la Junta de Extremadura, de la revista La luna de Mérida (1993) y de las editoriales De la luna Libros (1994) por Marino González, Del oeste ediciones cofundada por Ángel Campos (1994) y su Colección Los libros del oeste (1995), de la Asamblea de Extremadura (1994) y Cicon ediciones (1998). Los Encuentros literarios en la Facultad de Letras (1994), la I Semana de poesía española contemporánea en Cáceres (1995), la creación de las Cajas de Trueno (poesía visual y objeto) y  la carpeta gráfica Píntalo de verde (1994) de Antonio Gómez o la edición de la revista Ars et Sapientia (1999) de la Asociación de Amigos de la RAEx.

XX 3

También animan este ambiente la edición de revistas como Sub Rosa (1990) y La ronda de noche (1995) por Julián Rodríguez, la publicación de las Hojas Poéticas Kylix (1990) y Hojas Poéticas Uziel (1998) por Juan María Robles, la creación de grupos poéticos como Ecos de Papel (1992) por José María Aranda, José María del Álamo, Eladio Méndez, Fernando Galán, Pedro Murillo y Fernando Herrera, y Poetas por la Paz (1994) por los cuatro primeros citados más Pilar Felisa, Hablar/Falar de poesía (1997) por Ángel Campos, la tertulia literaria Café a las 5 y copa a las 7 de Francisco Lebrato (toda la década) o institutos de enseñanza media.

Por ejemplo, el I.F.P. (luego I.E.S.) Emerita Augusta de Mérida edita dos revistas Empresa’92 (1992, coordinada por José Casillas) y Arco Iris (1993, por Antonio Salguero lo mismo que las actividades citadas a continuación) con sendos apartados literarios, cuyos contenidos se decantan por la poesía en Extremadura, y publica también poemarios de profesores, alumnos y personas de su entorno, donde editan más de 200 poetas: Escritos del Sentir (1989), Poemas del reencuentro (1990), En horas de soledad (1991), Manantial de secretos (1992), Alma entre labios (1993), Homenaje. A Jesús Delgado Valhondo (1994), Como mágico perfume (1995), Canciones de una abierta herida (1996) y Almacén de ilusiones, baúl de sueños rotos (1997).

Además, los cuatro últimos poemarios fueron presentados por alumnos en forma de diaporamas (narración, recitación, diapositivas, luz, música y medios audiovisuales): en la presentación de Homenaje. A Jesús Delgado Valhondo, destacaron la trayectoria humana, espiritual y lírica del poeta extremeño, un año después de su muerte. En la de Como mágico perfume, realizaron un repaso de la poesía de autores extremeños en la historia de la literatura española.

En la de Canciones de una abierta herida, ofrecieron una visión de la poesía contemporánea española, ilustrada con unos excelentes dibujos de Juan Fernández Pinilla [Audio de la entrevista realizada por Pilar Fernández de la emisora Radio Forum de Mérida a Antonio Salguero Carvajal, profesor-coordinador de la presentación de este poemario colectivo por un grupo de sus alumnos en la Feria del Libro de Mérida el 6 de junio de 1996 (Archivo de audio)]. Y en la presentación de Almacén de ilusiones, baúl de sueños rotos, incidieron de nuevo en los versos de poetas extremeños.

MARÍA JOSÉ FLORES

(Burguillos del Cerro, Badajoz, 1963)

María José Flores Requejo estudia Filología Hispánica en la Universidad de Extremadura, donde se interesa por poetas como Federico García Lorca, Vicente Aleixandre o Luis Cernuda. Obtiene el título de doctora e imparte clases en universidades italianas. Actualmente es profesora de Lengua y traducción española en la Facoltà di Lettere de la Universidad Del Aquila.

Comienza a ser conocida después de ganar el Premio de Poesía Adolfo Vargas Cienfuegos convocado por la Asociación de la Prensa de Badajoz (1984) y se consolida con otros como el Juan Manuel Rozas (1986), Ciudad de Badajoz (1991) y Ciudad de Mérida (1994). En 2009, es nombrada académica de la Real Academia de Extremadura.flores 1

Sus libros de poemas son De tu nombre y la tierra (1984), en cuyo contenido la poeta se aferra a la persona amada como un modo de apartarse de la imperfección del mundo, de ralentizar el efecto destructivo del tiempo y de alejar la presencia de la muerte.

Noche oscura del alma (1984), cuyo título recuerda al famoso poema de San Juan de la Cruz, recoge el adverso estado emocional de la poeta, que naufraga en sus preocupaciones existenciales, desorientada y sola.

Oscuro acantilado (1986) contiene el miedo de la poeta a caer en el abismo de la nada, cuyo solo recuerdo le supone un suplicio ante la idea de dejar de sentir, de emocionarse, de amar.

Nocturnos (1988) gira en torno a la noche como espacio para la reflexión en el silencio sobre el conocimiento personal y el misterio del amor, de la creación poética, del ser humano y del mundo.

El rostro de piedra (1993) se desarrolla en el mundo simbólico del amor, que la poeta sitúa en medio de la naturaleza, donde quiere desvelar los grandes enigmas de la existencia.

Impura claridad (1995) ahonda en la condición grandiosa pero imperfecta del ser humano, que ama, siente, tiene ideales, pero es caduco, mortal y finito. Poemas del cuerpo (1999) supone una reflexión de la poeta sobre el modo más apropiado de extraer los sentimientos desde su mundo interior para expresarlos con idéntica exactitud a como los siente.

Antología poética (1984-2003) es una recopilación de sus libros de poemas realizada por la Editora Regional de Extremadura (2005), cuyo apartado final son unos poemas inéditos bajo el título de Del animal y de su culpa (2003), que es una mirada hacia el interior de la naturaleza humana para buscar dentro de ese animal (aunque racional) la culpa de nacer, de vivir angustiado por su desorientación y de morir sin poder remediarlo.

Un animal rozado por el tiempo (2008) es el ser humano que se manifiesta con sus sentidos intactos como un ser primitivo, recién creado, pero que también nota en su cuerpo (aunque símbolo de fortaleza humana) el efecto negativo del paso del tiempo. [https://www.youtube.com/watch?v=hPJGXbhBOCw]

flores 3

La poesía de María José Flores es un elogio a la palabra como centro de la reflexión sobre el hecho poético y al cuerpo como referente físico de las emociones y también del dolor existencial, que le causa el fluir del tiempo, la soledad y el temor a la nada. Su poesía es esencial, armónica, etérea, llena de sugerencias y elementos de la naturaleza (el agua, la piedra, la noche, el cuerpo).

Se le ha denominado «Poesía del silencio» (275) desde que, con su poemario Nocturnos, finaliza su búsqueda de la palabra exacta y entra en otra etapa donde busca la expresión desde el silencio que, paradójicamente, no la lleva a la oscuridad sino a la luz. También habla de sus vivencias en la infancia, de asuntos cotidianos y de la naturaleza en el ámbito rural.

Poética

Sus características poéticas son desnudez verbal, intensidad emotiva, concentración mental, ímpetu lírico, fina sensualidad y hondo intimismo. Sus versos son breves, pero intensos y repletos de un sensual lirismo, que no siempre expresa con palabras sino con certeras imágenes, versos dispuestos estratégicamente, preguntas retóricas, expresiones sugerentes, recursos musicales y espacios en blanco (medio aparentemente inútil al que, sin embargo, la poeta confiere un alto valor comunicativo). Desarrolla así su forma personal de expresión pura, que resulta novedosa, esencial y trascendente, acorde con su amor a la existencia.

Su interés por el concepto sin adornos la lleva a acumular en el corto espacio de sus breves poemas hondos sentimientos, que resultan en un primer momento herméticos por su depuración formal y significativa. Luego, sin embargo, se descubre que se trata de la poeta que mira, observa su entorno cuidadosamente y toma conciencia del mundo donde habita con sus versos, intentando retener el momento preciso en que las cosas aún son plenas.

Y LA CAUSA DE TODO  (2)

Y la causa de todo
eran dos cuerpos
que se necesitaban
para sobrevivirse

que se abrazaban lentos
perdidos
como ausentes

que sólo eran verdad
construyendo el origen.

EL SILENCIO  (3)

El silencio

un dulcísimo vértigo
la frescura del agua por los hombros
en la blanca quietud de las espaldas.

Hablemos de la noche

las islas se adormecen sobre un balcón abierto
y el agua es un latido de labios o de brazos
un silencio tan hondo como un pecho en la tierra.

LA NOCHE ES UN NAVÍO  (4)

La noche es un navío
una umbría barcaza de pájaros y redes

Piedra en las aguas

rosa

que unos dedos heridos arrojarán temblando

Oscura inmensa vela desplegada.

DESNUDOS SOMOS AGUA  (5)

Desnudos somos agua
o silenciosa piedra.

Somos ramaje seco
verde rama que tiembla.

Palpitar
sombra
sueño
nacimiento
presencia.

Desnudos somos esa
claridad que nos ciega.

CUANDO EL DOLOR ASOLA LA BLANCURA  (6)

CUANDO el dolor asola la blancura

cuando la noche tiende sus redadas
y herida como un pecho se demora
se cumplen los designios de la sombra

la piedad sin clemencia de la tierra
que acoge silenciosa y que devora.

LO MIRAMOS  (7)

Lo miramos
como se miran las cosas imposibles
que duelen y que asombran en los sueños.

Poco sabemos de él y sus honduras.

De ese animal esquivo y solitario
que repite paciente nuestros gestos.

SOMOS DAÑO Y PIEDAD  (8)

Somos daño y piedad.
Espesura y silencio.

Piedad en el abrazo y en el gozo
y daño en la palabra y en el cuerpo.

Y somos claridad y somos sombra.

La claridad del tiempo que nos hace
y la sombra del tiempo que nos borra.

EN LO OSCURO SE ACERCAN  (9)

En lo oscuro se acercan
reconocen
a tientas
en silencio
el respirar del otro
el cansancio o la dicha
con que yacen
o gimen
o muerden
o se buscan.

Ahondando en la espesura de lo humano.
En la noche insondable de los cuerpos.

NOTAS

(1) Es una de las corrientes de la lírica de los años 80, que tiene influencias del surrealismo y del misticismo. El poeta más representativo de esta tendencia a nivel nacional es José Ángel Valente.

(2) Poema de De tu nombre y la tierra, cuyo contenido expone la necesidad del ser humano, ante el miedo a la existencia, de refugiarse en otro.

(3) Poema de Oscuro acantilado, que contiene un elogio al silencio y a la noche, ambiente y entorno apropiado para la creación poética.

(4) Poema de Nocturnos,  que acoge la descripción de la inmensidad, la magia y el enigma de la noche.

(5) Poema de Impura claridad, que contrasta la patente fragilidad del ser humano con su hipotética perfección, un puro espejismo.

(6) Poema de Poemas del cuerpo, donde se concibe la tierra como un felino que, aliado con la noche, acecha al ser humano.

(7) Poema de Del animal y de su culpa, que gira en torno a la certeza del enigma que encierra la doble personalidad del ser humano.

(8) Poema de Un animal rozado por el tiempo, cuyo contenido es una descripción de la naturaleza contradictoria del ser humano.

(9) Poema de Un animal rozado por el tiempo, que destaca el instinto de animal primitivo como una seña de identidad del ser humano.

DIEGO DONCEL

(Malpartida, Cáceres, 1964)

Diego Doncel Manzano ha sentido siempre inquietudes literarias. Ya de estudiante organiza unos encuentros literarios denominados Jornadas de Poesía Última (1981-1985) en Montánchez, a los que concurrieron poetas relevantes del ámbito poético nacional. Luego fue cofundador de la revista Espacio/Espaço escrito y director de la Colección Los solitarios y sus amigos de la editorial Calambur de Madrid.

A comienzos de 2017 gana el Premio de Periodismo de la Fundación Mercedes Calle-Carlos Ballestero de Cáceres con el artículo «Cuando vuelvan las cigüeñas». Actualmente es profesor de literatura, poeta, novelista, crítico de teatro y poesía en ABC y en su suplemento cultural.

Diego Doncel ha editado los siguientes poemarios. El único umbral (1991, Premio Adonáis 1990) ironiza sobre la trascendencia del idealismo místico pues si, en algún momento de la Historia, pudo servir al hombre para integrarse en la creación como un elemento más, sentir el gozo de formar parte de ella e, incluso, creer que era válido para superar la muerte, finalmente se manifiesta como un simple estado contemplativo que (por otra parte, privilegio de unos cuantos elegidos) es incapaz de detener el tiempo y evitar la muerte.doncel 1

Una sombra que pasa (1996) es un único poema dividido en doce “movimientos”, con los que el poeta sigue intentando responder a las múltiples interrogantes que le plantea la existencia, donde el hombre común, imperfecto y finito, no tiene trascendencia alguna. Es «una sombra que pasa», una simple y fantasmal imagen sin voluntad ni albedrío, metáfora de un ser doliente que ha sido condenado a vivir, en un mundo incomprensible, desencantado, solo y afligido sobremanera por el tiempo imparable, la angustia, su preocupante imperfección, el temor a su caducidad y, finalmente, su disolución en la nada.

En ningún paraíso (2005, accésit Premio Gil de Biedma) expone con desencanto la realidad del mundo presente, que es la cara oculta del bienestar (soledad, desorientación, falta de esperanza en el futuro). Un mundo donde las personas viven a base de siquiatras y medicamentos para calmar su ansiedad y su estrés en medio de un consumismo feroz, aleccionado por la televisión y la publicidad. La reflexión sobre esa dura realidad lleva al poeta hasta el dolor, el desencanto y a situarse en el lugar de las víctimas de este desafuero postmoderno, que las arrastra a la artificialidad, al vacío y a la nada.

Porno ficción (2011, Premio de Poesía Ciudad de Burgos) advierte las incoherencias que vive el ser humano en este bronco mundo posmoderno y propone salir de la espiral destructiva en la que se halla con inteligencia, para dilucidar el contraste entre realidad y ficción y conseguir, dentro de una sociedad desorientada, alcanzar el autocontrol.

doncel 2

Luego ha editado El fin del mundo en las televisiones (2015, XXVIII Premio Tiflos de Poesía), donde aborda el caos de la sociedad actual en cuyo centro el ser humano lucha por sobrevivir en un entorno que lo ha cosificado y lo maneja a su antojo, y Territorios bajo vigilancia (Poesía reunida) (2015), cuyo título acoge una advertencia del autor «Recuerda que vivimos en territorio bajo vigilancia», contiene los poemarios que ha editado hasta el momento de su edición.

En 2020, Doncel gana el Premio Loewe con el poemario titulado La fragilidad, y en 2022 consigue el Premio de la Crítica. El contenido es consecuencia de la muerte de su padre por una negligencia médica, durante la pandemia, cuando «España entera parecía estar en duelo». Aunque el poeta no quiere hacer «un documento para el dolor sino un acercamiento moral» y reivindicar «que la poesía acompañe a la sociedad, a la gente y le dé armas para el consuelo. Esa conexión es el fin de todo poema».

El jurado asegura que Doncel «alcanza la cota más alta de una poesía trepidante, lúcida y valiente como pocas, convirtiéndose sin duda, en el autor más destacado de su generación».

Poética

Diego Doncel concibe la literatura como una aventura reflexiva, personal y biográfica. Su poesía recoge la crisis espiritual que padece como ser panteísta y trágico, pues se siente parte de una naturaleza fatal. De ahí que se note predestinado a vivir como una condena la existencia y denuncie la falsedad de la vida, que no es sino tiempo que se le descuenta hasta que caiga agotado y solo en manos de la muerte.

Es la suya, por tanto, una concepción desencantada de la existencia, que ejemplifica con patentes referencias a numerosas situaciones (muchas espeluznantes) de la vida cotidiana actual.

Su poesía es intimista y supone una indagación en los enigmas existenciales buscando respuestas para llegar al conocimiento de la esencia del ser humano, de las cosas y del mundo. Su temática reflexiona sobre la actitud y la posición del ser humano ante la vida y la muerte, la relación estrecha que lo conexiona con la naturaleza y la nefasta influencia que ejerce la sociedad de consumo (artificial) en el ser humano (natural).

Su estilo es sensible, irónico, trascendente y solemne, aunque lo manifiesta cálidamente en forma de soliloquio narrativo con tono conversacional.

Doncel percibe su poesía como una unidad de reflexión y sentimiento, que pertenece a una tradición literaria. De ahí que exprese sus meditaciones por medio de poemas con extensos versos libres en forma de reflexión monologada, que encierran un denso contenido donde, en un principio, aparecen símbolos bíblicos y clásicos y, en sus libros posteriores, referentes urbanos como los anuncios luminosos, los fármacos, el ruido, el sexo y las drogas.

Esa forma de decir la ha adquirido en buena medida por las lecturas de poetas como Octavio Paz, Haroldo de Campos y Sánchez Robayna que, unidas a su atención a las nuevas corrientes poéticas, lo han convertido en uno de los poetas más innovadores en el ámbito extremeño y nacional. (10)

CORO SEGUNDO  (11)

En ti, Señor, esta carne mortal
entra en sosiego. Constelaciones de calamidades
ha encontrado en su senda, pensamientos impuros
de algún dios escondido que la ha hecho sufrir.
La locura era guía frente al duro desierto,
aquélla que ansiaba, perdida por la sed,
el mar del más allá.
No vibraban los cielos
ardiendo con sus frutos cada nervio
del mundo, sino el vacío de las cosas
que invitaba a la carne a la absoluta negación.
Por ti entonces, señor, y a fin de poseerte
anegó el apetito que convida a gustar
toda materia, para resucitarte en su carne
a sí misma se negó. Abismaba su cuerpo
en la tierra baldía de su propia conciencia,
como labios amantes que en la noche
cayeran del más hondo sentir.
No quería la luz limpia que se fija
en los seres como si fuera un sueño,
sino la eterna luz nacida de las sombras:
el corazón de los seres y el corazón de todo
que la uniera al principio y la fecundara
en el signo de tu divinidad.

LA PRESENCIA DE LA ANGUSTIA  (12)

2

Todo está solo en medio del mundo y
en él sólo hay formas sin sentido
que anima el aliento de la muerte.

Ahora veo fúnebres en mi mirada
los bosques en los que un día puse
a descansar mi corazón,
y mi aliento se pierde en el
aire del mundo sin que nada
les una.

Allá en lo alto el cielo
agoniza su luz en el lugar vacío
de los dioses y la humedad
de las primeras estrellas va cayendo
en mi alma como caen las ruinas
sobre el polvo de un sueño.

Con los ojos abrasados y humildes
miro atardecer el mar
y veo cómo el cenagal helado de las nubes
devora el oro de las aguas y la tormenta
trae pastos y espacios calcinados a la espuma
de mi corazón.

Hay algo viejo en mí
que está viejo en el mundo que va borrando
mi rostro con el musgo del cansancio
que hace temblar mis manos bajo
el vacío celeste y poco a poco a la vida
la va llenando de sal. Bajo las sombras sólo siento
náusea y terror de mí pues ya no soy otra cosa
que un animal devorado por el tiempo
que el lugar donde un hombre y su razón
y sus sueños fracasan.

EL HOMBRE DE NUEVA YORK  (13)

¿Este tarado, que soy yo, es un hombre o la sombra de un hombre?
Los increíbles tonos de pastel eléctrico están parpadeando
por toda la ciudad. Un ojo solitario los registra, encendido
como un televisor en un apartamento abandonado.
Esculturas de vidrio, constelaciones acrílicas,
edificios hechos anuncios luminosos,
parecen un remolino estelar sobre esta noche turbia
tan drogada de ficciones como el alma.

Un hombre, o la sombra tarada de un hombre, hablaba solo:
–Embrutecido por el pensamiento –se decía–
huelo, desde lejos, a metamorfosis
(la de la vida en la muerte)
porque la poesía hace estéril el espíritu.
Mejor ser nadie a levantarse cada día
de la página como de una gusanera, a pudrirse
emponzoñado de mitos metafísicos, a que la vida
sea polvo de palabras sin suelo en que posarse.
Es dura la tierra de la poesía y el mundo
muere en ella indignamente nombrado.

Ah, no quiero leer más esa lujuria sucia
de la inteligencia, ni mancharme los sueños
con la carroña de los sentimientos
(que los papeles viejos enmohecen, apestan).
Como la ciudad mi vida es una calle
que huele a basura y a grasa de automóviles,
pero yo sólo deseo ser un analfabeto
del alma, inocente y humano,
que vive con decoro.
Pasar por los humildes placeres de los días
con un poco de humor, viajar lejos de mí …
hasta olvidarme, y ya olvidado beber
muy lentamente el coñac de la vida,
la brasa de los sueños frente a la ventana
de un futuro aún sin recorrer.
Si escribir es prepararse para no escribir más,
despido a las palabras, y me saludo a mí mismo
como si fuera, por feliz, un desconocido.

En el aire flotaban las nubes silenciosas,
las gotas de la lluvia brillantes como el charol.
Aquella sombra, que era el alma tarada de un hombre,
por las grietas frías de sus labios
murmuraba todavía algunas frases antes de callar:
– … Y me escuecen demasiado los crímenes
del recuerdo, como una rozadura.

Las calles parecían una ampolla de morfina,
olores de enfermo salían de los clubes como un escupitajo de tiniebla,
los expresos recorrían sus spleens… (14)

–Aunque sin ser tan vanidosos como las flores
del campo o los pájaros del cielo
está caro entrar en ningún paraíso.
–En ningún paraíso –repitió el eco sordo
junto al zumbido lejano de las avenidas.
–En ningún paraíso.

SEXSURFING (15)

La chica a la que se le notan los pezones debajo de la camiseta,
¿es una chica real o una serie de imágenes perdidas en el ciberespacio?
Todas las noches la busco aunque ni siquiera sé quién es, sólo
una mujer joven que se exhibe en lugares de nadie y los faros de los autos
le llenan de electricidad la cara.
El sexo, para ella, es un acto que borra cualquier identidad personal.
El único acto de amor en la era del consumo.
La exhibición sexual, dicen en unos de los vídeos, es la mercancia más compleja,
la consumimos no sólo por placer sino como una forma de que el mundo entre dentro de nosotros:

la persona que se exhibe no se vende, quien se vende es el espectador.

[…]

VERTEDEROS SOCIALES (16)

[…]

La niña no duerme, no duerme nunca.

Los intervalos del sueño les llegan discontinuos desde esas hondas televisivas

que lanzan sus ficciones a la tierra de nadie en que ella habita.

Mira por la ventana a la claridad nocturna.

No se puede saber qué piensa, si oye las voces de la policía ahí abajo,

las sirenas, el tráfico de coches en la avenida.

Su pensamiento tiene un territorio propio: el del miedo.

En la acera el contenido de los bolsos de las prostitutas es inspeccionado a fondo.

Alguien recoge la fotografía de una niña con los rasgos de la cara

devastados por la enfermedad y lo transmite por la radio.

Los clientes miran desde los bares.

De camino a los furgones, aún se espera la llegada de las horas más difíciles.

Aún se espera que la historia haga su aparición y abrase este maldito país.

Como todas las noches las sacudidas de los nervios le zumban a la niña debajo de la piel.

[…]

AÚN TENGO REALIDAD (17)

[…]

No sé cómo ni dónde he tomado conciencia
de mí, de este animal que escucha el viento,
como si fuera un aparecido,
con sus frufrús almidonados en la niebla
y que descubre, en este parque suburbano,
la música torpe del mundo desplegar su armonía
de bestias y de insectos aquí en su corazón.
Ah, que ve seres que se hacen zumbidos
de un más allá absurdo cuando miran al cielo,
que siente cómo la alta tecnología del dolor
berrea en las praderas de la conciencia
los misereres de su propia infelicidad,
que oye solo el ruido y el misterio de sus sentimientos
en este repetirse de los días.
Ah, y entonces, ¿dónde puedo encontrar
una razón humilde para permanecer aquí
como la imagen de un espejo que la vida
va desfigurando? ¿Y en qué lugar
de la vida puedo tomar conciencia de quién soy?

[…]

EL FRÍO DE LA CASA (18)

Después de tanto tiempo, vuelvo a estar en tu casa.

Las fotos del pasillo se han vuelto viejas

de tanto vivir en el pasado.

Hay una luz de otro tiempo en las ventanas

del fondo y el ruido de la calle trae voces

de gente que ya ha muerto.

Dime si soy como tú, si me convierto como tú

en el polvo que se acumula encima de las cosas.

Si ser tu hijo es esto: caminar por tus huellas,

repetir tus gestos,

estar en la misma dimensión de tus heridas.

En el salón los sueños siguen sintonizados

en un canal que ya no existe,

los muebles se han llenado de arrugas, en el piano

se toca el nocturno de lo que se fue.

Junto a la chimenea se han arrojado todas nuestras noches,

conversan en silencio nuestros cigarrillos,

se hacen amargas las sombras en los vasos,

por las paredes se va ensuciando algún rayo de luz.

En los espejos quien envejece soy yo.

[…]

NOTAS

(10) Doncel también ha editado novelas: El ángulo de los secretos femeninos (2003), Mujeres que dicen adiós con la mano (2010) y Amantes en el tiempo de la infamia (2013, Premio Café Gijón) [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/, 16-1-14].

(11) Poema de El único umbral, donde la conciencia por boca de un coro reflexiona sobre cuestiones metafísicas y les imprime un sentido universal.

(12) Poema (segunda parte) de Una sombra que pasa, que muestra una dolorosa y desencantada visión de la existencia por la imperfección del ser humano.

(13) Poema de En ningún paraíso, que critica la artificialidad del materialismo por desvirtuar el carácter natural del ser humano y provocar que el mundo sea todo lo contrario a un paraíso.

(14) “tedio, melancolía”. El poeta quiere reflejar con esta imagen la monotonía de la vida.

(15) Poema de Porno Ficción que arremete contra uno de los grandes vicios de la era actual, el sexo, porque cosifica a las mujeres que se exhiben y convierte hipócritamente un vicio en un bien de consumo.

(16) En estos versos de El fin del mundo en las televisiones se detecta en qué alto grado el miedo, producido por una sociedad enferma, afecta a una niña: lo más tierno de ese maremagnum en que se ha convertido la realidad.

(17) Este texto, que pertenece al poemario En ningún paraíso, editado en la antología titulada Territorio bajo vigilancia muestra cómo el mismo poeta se siente desorientado en medio del caos que describe con tanta preocupación, cuando necesita encontrar razones para vivir en tan incomprensible situación.

(18) Comienzo del poema «El frío de la casa», donde el poeta cuenta las sensaciones de la vuelta al hogar cuando el padre lo necesita y se encuentra con el paso del tiempo, reflejado en los muebles, las fotos y en el mismo ambiente de su antiguo hogar.

ADA SALAS

(Cáceres, 1965)

Inmaculada (Ada) Salas Moreno estudia Filología Hispánica en la Universidad de Extremadura y forma parte del grupo de escritores (entre los que abundan los poetas), que surge de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, propiciado por el catedrático Juan Manuel Rozas.

Fue profesora en la universidad francesa de Angers y, posteriormente, imparte clases de Lengua y Literatura en Madrid. En 2019, la Junta Regional le concede la Medalla de Extremadura por su obra poética y por «colaborar activamente en la difusión de la cultura y la literatura en numerosos foros nacionales e internacionales».

Su obra poética, cuyo estilo se enmarca en la poesía del silencio [https://www.youtube.com/watch?v=4d5_bAVtobg], comienza con Ellas tienen la palabra (1997), a la que sigue Arte y memoria del inocente (1988, Premio Juan Manuel Rozas), que se sitúa en un bosque repleto de fauna y flora, donde toman valor los sonidos y las sensaciones en detrimento de la palabra. El ser humano aparece en su forma primigenia de hombre desnudo, viviendo una existencia natural y contemplativa sin llegar a traducirla en pensamiento. No obstante, la sombra invade este ambiente originario advirtiendo la imposibilidad del idilio.salas 1

Variaciones en blanco (1994, Premio Hiperión) es una fecunda y serena interrogación de la poeta a su otro yo, celoso guardián de las respuestas que ella busca, donde el poema supone la única forma de acceder a la revelación de sus conocimientos secretos. La palabra pierde protagonismo frente a la sonoridad visual, creada por ángeles, caballos alados y espacios etéreos, donde aparecen palabras que, junto a la mirada, la noche y la sombra, imprimen una forma física a ese mundo netamente sensorial.

La sed (1997) expone la necesidad (sed) de la poeta por rescatar del olvido personas, lugares, recuerdos y vivencias, que la fugacidad del tiempo se va encargando de desplazar hacia la desmemoria, e incluye una serie de poemas metapoéticos (algo que se repite en todos sus libros), donde aborda el misterio y la desazón de la propia creación poética.

Lugar de la derrota (2003) expresa la angustia vital, el dolor por lo perdido, la preocupación ante el tiempo y la certeza de que la muerte es una capitulación.

Noticia de la luz (2003) transmite la inquietud de no conocer la felicidad, la perfección ni la eternidad (luz anunciada) y, en su lugar, sufrir el dolor, la imperfección y la muerte.

Reflejos (2006) es resultado de una colaboración con el fotógrafo Tete Alejandre.

Esto no es el silencio (2008), Premio Ciudad de Córdoba, expone hondas preocupaciones de la poeta en un tono confidencial y afligido, que describen un “recorrido hacia el desaprendizaje”.

No duerme el animal (1987-2003) (2009) es una recopilación de sus cuatro primeros poemarios.

Ashes to ashes (2010) es la traducción realizada por Jesús Plasencia a lenguaje visual de los Cuatro cuartetos de T. S. Eliot y la traslación a lenguaje poético de Ada Salas.

Limbo y otros poemas (2013) es un poemario donde la poeta se sitúa en un estado de conciencia (limbo) en que se evade del entorno y medita sobre la frecuencia de la realidad no visible que, enigmática, le envía mensajes hasta ahora indescifrables.

Diez mandamientos (2016), donde Ada Salas insiste en esa búsqueda que mantiene de largo con la palabra, para que su mensaje diga estrictamente lo que desea sin distorsión alguna.

Escribir y borrar (1994-2016), una  antología  que también es ilustrada por Jesús Plasencia.

Descendimiento (2019), un poemario cuya base es el cuadro «El descendimiento» del pintor Rogier Van Der Weyden, que la poeta ha contemplado a la par que escuchaba las canciones y la música de Bach, para ella un músico conmovedor. Así llega un momento en que la pintura, la  música y la poesía se funden anímicamente en poemas multisensoriales, que expresan la interrelación entre las artes y el interés de la autora por sentir la emoción que provocan en cualquier alma sensible.

Criba (2021) incluye poemas de la autora y monotipos (el original se reproduce una sola vez) de Laura Lio.

Arqueologías (2022), donde indaga en la memoria colectiva a través de los restos arqueológicos, que muestran el paso del ser humano por la existencia en las ruinas que deja el implacable paso del tiempo.

Poética

El objetivo de su poesía es llegar al conocimiento de sí misma, del ser humano, de la existencia y del mundo desde la soledad de la escritura y de su pensamiento donde, en el fondo, siempre halla emociones para celebrar la vida, a pesar de su inquietud existencial, de su búsqueda muchas veces infructuosa o de su fracaso cuando necesita transcribir el silencio, en cuyo ámbito se desenvuelve buscando, paradójicamente, respuestas.

salas 2En su poesía confiesa su dificultad para expresar todas las sensaciones que siente con el único medio de la palabra. Por esta razón, es una poesía pura, de versos breves, muy concisa, parca en palabras pero amplia en sugerencia pues, eliminado lo superfluo, quiere decir únicamente lo esencial con el fin de que su mensaje sea efectivo e, incluso, se enriquezca con cada lectura.

Debido a su intensidad conceptual, se trata de una poesía hermética en un principio pero, en cuanto se ahonda en su contenido, se descubre que la poeta se limita a escuchar y trasvasar los mensajes captados por sus sentidos a palabras sutiles y precisas, que le permitan transmitir exactamente lo que oye de una forma enriquecida. Esta actitud la lleva a ser muy exigente en su trabajo poético con ella misma y a que el resultado de su proceso de búsqueda a veces dure años.

También se trata de una poesía cuya disposición es primordial, pues se manifiesta sin títulos, con espacios en blanco, signos de puntuación omitidos, vocablos sueltos y versos partidos. Teniendo en cuenta estas características, es fácil entender que a esta forma de escribir poemas se le denomine poesía del silencio y que tenga mucha importancia su carácter visual hasta el punto de que se debe leer como se contempla una pintura. (18a)

NAVEGARÉ LA MANO HASTA SUS AFLUENTES  (18b)

Navegaré la mano hasta sus afluentes
como el insecto explora la rama extraña.
El último recodo el cálido remanso
perderán su secreto.

Seré sólo dos labios
y ni la lluvia impedirá que moje
tus diez orillas. Ni el más cruel
aguacero.

QUÉ SELVA DE SILENCIOS ALZAS  (19)

Qué selva de silencios alzas

contra mí

qué airado río
qué feroz cordillera
si he bebido en la espalda
profunda

de tu boca.

Qué altísimo
temor
puede ocultarte al hambriento animal

de la palabra.

A QUÉ REGIÓN ME LLEGARÉ A BUSCARTE  (20)

A qué región me llegaré a buscarte
ahora que reposas a mi lado
en forma de deseo
hombre
cuya belleza apenas
conocía. Cada día me ciñe
su cilicio de ausencia.
Me has herido de vida desde toda
tu muerte
y no hay sueño bastante a tu vacío.

NO CREÍA POSIBLE ESTE SILENCIO  (21)

No creía posible este silencio.
No hay nada aquí.
Una extensión abierta donde todo
podría consumarse
la muerte del huracán
la piel
el precipicio. Lugar
de apariciones.
Sólo soy el vacío.

La más pequeña luz puede colmarme.

LAS PALABRAS QUE DIJE YA NO  (22)

Las palabras que dije ya no
me significan. No sabía que a todo
le sucede lo mismo
y que mueren de tiempo
también
las palabras. O seré yo
tal vez. O seremos lo mismo.

Un oscuro temblor donde resuena
lejos

lo vivido.

HAS LLEGADO MUY TARDE  (23)

Has llegado muy tarde.
Todo estaba dispuesto a recibirte
las luces

encendidas
el pan
sobre la mesa.

Has llegado a la pura sucesión
de la sombra.

Pero puedes quedarte.

MUCHOS AÑOS TEMBLÉ BAJO LAS SÁBANAS  (24)

Muchos años temblé bajo las sábanas
y era aquélla la forma del silencio y del miedo
oh negra soledad. Han cambiado
las cosas. No hace ruido
la noche
y consuelo a mi hija
-aunque algo de muy lejos traiciona
mis palabras-. Pero no calla el curso
oscuro
del sentido. Alguien clavó
entonces
una aguja en su centro.

No duerme el corazón.

(técnica) (25)

Escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y borrar
escribir
y
borrar borrar borrar
después

difuminar
se.

CHANSON DU DÉSIR, II (26)

Éste era el sentido

de la profanación

éste el sabor de lo que tanto tiempo

habías masticado. No hacerse

sino

deshacerse.

No hablar

sino callar.

El que espera.

El que recibe.

Besa primero al huésped y le brinda

un espacio

ofrece

pero no

violenta no atosiga.

Para desmoronarte

así

te habías construido

-sólo

lo inflexible se rompe-.

Ahora desaprendes la trampa

del lenguaje.

Lo que dice

tu cuerpo no tiene

boca.

SUSPENDER EL JUICIO (27)

Recuerda nada es

lo que parece. Ni siquiera

la nada. Así por qué habrías

de temer. Si se arranca la carne aún

quedan los huesos. Y los huesos

qué son. Tal vez

no sean nada pero entonces

recuerda

que nada -los huesos

ni la nada- es

lo que parece. Y que lo vivo

crece

donde crece la muerte.

[DEBAJO DE LA PIEL (28)]

Debajo de la piel

corre la sangre. Debajo del color

el blanco del estuco.

La luz.

La transparencia.

Otro poco

de aceite

para

que lo vivo

aflore entre lo muerto.

El pulso de esa mano. La savia

de ese roble. Un pequeño gusano

que crece en esa herida

una abeja

que zumba

en ese corazón.

Quién se atreve a decir que todo está cumplido.

Cuando va a anochecer

los vencejos invaden esta sala

vacía.

POEMA DE CRIBA (29)

Truena. Están abriéndose

los cráneos de los dioses. Llueve

como si el agua fuera a rebañar las sobras

en el plato del mundo.

Una mujer camina

bajo el agua

y el agua no la borra.

No la ahoga tampoco.

No lo comprendo

cómo

sin aparente esfuerzo

bajo

este cielo cayéndose

persiste en

lo que

sin apenas dudar

llamaré existencia.

NOTAS

(18a) Además, Ada Salas también ha realizado incursiones en el ensayo con títulos como Alguien aquí. Notas acerca de la escritura poética (2007), El margen, el error, la tachadura (2011) y Lengua del alma (2019).

En el año 2005, edita Alguien aquí (notas acerca de la escritura poética), que es un conjunto de breves reflexiones en prosa sobre el proceso creativo: «La escritura es una forma de penetrar en el silencio. El poema se elabora en una dimensión mental distinta a la cotidiana. Escribir aporta una nueva perspectiva de la vida. Los poemas son fragmentos del puzzle ilusorio de nuestra existencia».

En 2011, publica El margen, el error, la tachadura, donde vuelve a reflexionar sobre la composición poética.

(18b) Poema de Arte y memoria del inocente, donde se manifiesta la sensualidad de una mujer enamorada, que imagina acariciar apasionadamente al amado.

(19) Poema de Variaciones en blanco, que muestra la actitud negativa del otro yo de la poeta que se muestra silencioso y se niega a dar respuestas a sus interrogantes.

(20) Poema de La sed, cuyo contenido lo ocupa el fuerte dolor y la nostalgia de la poeta por la ausencia de su padre fallecido, a quien casi no conoció.

(21) Poema de Lugar de la derrota, que contiene la angustia de la poeta ante el silencio que lo invade todo y la asusta, pues ahora capta un profundo vacío que le resulta sinónimo de desolación y muerte.

(22) Poema de Lugar de la derrota, cuyo centro temático lo ocupa el estremecimiento ante la certeza de que la muerte arrasa con todo, incluso con la palabra, el tesoro más preciado del ser humano.

(23) Poema de Noticias de la luz, donde el amor de la amada se convierte en decepción ante una larga espera del amado.

(24) Poema de Esto no es el silencio, cuyo contenido se refiere a un trauma infantil causado por el miedo al silencio de la soledad.

(25) Poema de Ashes to ashes, donde la poeta expone su laboriosa técnica de escritura, basada en escribir y borrar las veces que sea necesario. El título del poemario, Ashes to ashes, procede de la frase «Ashes to ashes, dust to dust» («Cenizas a las cenizas, polvo al polvo») que tradicionalmente se suele emplear en los actos funerarios de Inglaterra y tiene su origen en la Biblia, donde ya aparece para recordar el destino ineludible del ser humano. La denominación completa del libro de Ada Salas es más extensa: Ashes to ashes: Catorce poemas a partir de catorce dibujos a partir de [sic] T.S.Eliot.

(26) Poema del Limbo y otros poemas, que advierte de la existencia del lenguaje corporal y gestual a través de los cuales se transmite sutilmente el deseo.

(27) Poema de Diez mandamientos, donde la poeta plasma su certeza del trágico final que espera al ser humano.

(28) Poema de Descendimiento en el que la poeta observa que, detrás de la muerte que se respira en el cuadro, sigue existiendo la esperanza vital que alienta todas las cosas.

(29) Poema de Criba expone la imagen del ser humano que sobrevive en medio de la naturaleza hostil.

 

IRENE SÁNCHEZ CARRÓN 

(Navaconcejo, Cáceres, 1967)

Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Extremadura y en Filología Hispánica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Además es doctora en Lengua Española con una tesis sobre la adquisión de lenguas. Fue lectora de inglés en el colegio St. Thomas Moore de Londres.

Después imparte clases en un instituto de Badajoz y posteriormente trabaja en la Unidad de Programas Educativos atendiendo, entre otros temas, a las Rutas Literarias por Extremadura. Actualmente es profesora en un instituto de Cáceres y en el Centro Universitario de Plasencia y también articulista del periódico Hoy.

En 1996, gana el Premio de Poesía Valbón de Valencia de Alcántara. En 1997, consigue el Premio Hermanos Argensola de Barbastro (Huesca) con el poemario Porque no somos dioses (1998), cuyo título adelanta el contenido del poemario: la preocupante imperfección del ser humano, que es la causa de su angustia, soledad y desorientación. No obstante, también contiene la ilusión de que esa intranquilidad vital lleva al ser humano a imaginar y a crear intentando imitar a Dios.carron 1

En 1999, obtiene el Premio Adonáis con su libro Escenas principales de un actor secundario (2000). En sus páginas la existencia se manifiesta como una representación teatral, cuyo protagonista es el ser humano que realiza una y otra vez su mediocre papel como un autómata sumiso, melancólico, doliente y solo, cuya recompensa es la muerte que lo acecha impasible a lo largo de su existencia.

Además, se encuentra dominado por circunstancias, que es incapaz de controlar, y por fuerzas superiores como la publicidad y el consumismo, que lo arrastran hacia la nada, convirtiendo su vida en una experiencia descorazonadora.

Después colabora en el libro conjunto Siete poetas, siete poemas y una canción (2001), donde edita poemas de sus libros anteriores, y publica un librito de poemas con forma de canciones titulado Sevillanas (2002), cuyo sentido alegre (amor correspondido, sensaciones naturales, ilusiones) o triste (deseos insatisfechos, amores imposibles, paso del tiempo) se encuentra envuelto por los requiebros rítmicos de este tipo de canción andaluza que, con frecuencia, mezcla satisfacciones y pesares.

Su siguiente poemario, Atracciones de feria (2002), continúa insistiendo en la preocupante fragilidad, en la insufrible espera de un triste final y en el olvido a que somete al ser humano su caducidad y el paso del tiempo, que lo obligan a vivir en la desesperanza y el desencanto, siempre pendiente de un inminente desenlace fatal. No obstante, la experiencia de sus libros precedentes hace que este poemario gane en espontaneidad, en hondura expresiva y en una latente esperanza, que se sostiene en el amor, las palabras y los recuerdos.

carron 2En el año 2008, gana el Premio de poesía Antonio Machado de Baeza con Ningún mensaje nuevo, cuyo título indica la ausencia de novedad en su interior pues vuelve a tratar los temas del amor, la escritura y la poetización de lo cotidiano.

En 2010, la Editora Regional le publica El escondite, que es una reedición de sus dos primeros libros.

En 2017, gana el XVI Premio Emilio Alarcos de Poesía de Oviedo con el poemario Micrografías, que es un examen de conciencia de las experiencias claves sobre las que la poeta ha ido construyendo su vida desde el limbo de la infancia hasta notar en el presente el efecto negativo del cambio de las cosas y de su caducidad, por lo que en todo el proceso se trasluce una intranquilidad del yo poético ante la inestabilidad de la existencia.

(http://asalgueroc.blogspot.com/2018/07/micrografias-de-irene-sanchez-carron.html).

En 2019, la ERE le edita Poemas escogidos, en la Colección El Pirata donde, debido a su finalidad didáctica, intenta conjugar los textos con ilustraciones.

Poética

La poesía de Irene Sánchez Carrón es clara y directa, pues su objetivo es la comunicación, la expresión y la emoción. De ahí que se refiera a situaciones cercanas a cualquiera, use recursos literarios moderadamente, esté dosificada en poemas precisos y breves, se apoye en imágenes para que los poemas puedan ser captados también visualmente y emplee, sobre todo, versos heptasílabos y endecasílabos blancos.

Es una poesía, en definitiva, que procede de la observación de la realidad y de la contemplación de las Artes (pintura, cine, escultura, literatura) desde una perspectiva diferente. No obstante, su expresión poética vela con la ironía una dura crítica contra el materialismo, el interés por tener y no por ser, la publicidad y la violencia, que son los culpables de la desorientación, el miedo, el desencanto y la soledad del ser humano actual.

También Irene Sánchez ahonda en el misterio de la palabra y la creación poética como ficción. Unas veces expresa el placer estético que experimenta cuando se siente invadida por el efecto balsámico de la palabra, su misterio y su poder restaurador. Otras, sin embargo, se lamenta de su incapacidad para llegar a la esencia de la palabra, desentrañar el misterio del hecho poético y ahondar en el conocimiento de sí misma, de la existencia y del mundo.

AL FINAL  (28)

Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.

Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.
El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.

Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.

LAS PALABRAS, LOS TESOROS  (29)

Las palabras me aturden.

Son como lentos buques
que surcan sin descanso
los mares de los siglos
y van de puerto en puerto
cargando su bodega de tesoros.

Después llegan a mí,
–pobre mortal
con las horas contadas–
y, eternas, se me ofrecen.

Yo las siento escalar mis altos muros,
y siento sus raíces en mis huesos
y su savia correr venas adentro.

TIENDA EN CASA  (30)

Reciba, sin gastos de envío,
su sonrisa restaurada y blanqueada,
fácil de montar,
sin baterías,
biodegradable,
autoadhesiva,
inodora,
a prueba de bombas,
retransmisiones bélicas en directo,
genocidios,
intervenciones aliadas y ataques a objetivos no civiles
que al final resultan ser un puente, una fábrica,
quién sabe si algún parque,
eso sí, no civil.

Pruebe sin compromisos
nuestra sonrisa
sometida a los mejores controles de calidad
y vuelva a brillar con luz propia
en todo tipo de acontecimientos.

Si no queda conforme,
le devolvemos su tristeza.

PERSONAJE A PUNTO DE CRUZAR LA CALLE  (31)

Qué nostalgia infinita nos acecha
ahora que las ventanas sólo son
rectángulos vacíos de cristal y madera
contra la densa niebla de la tarde
y el otoño ha llegado
tras esa larga enfermedad que es el verano.
Qué pobre este ahorrar para luego
sin saber para cuándo,
y que las cosas ya no sean,
sólo sirvan,
y que se cierren puertas para siempre,
y marcharme
con lo que quise haber dicho entre los labios
y cruzar la avenida
cuando cambien a verde los semáforos.

EQUIPAJE  (32)

Mantén, camino, tú, la esperanza.

Van cayendo los días
en las secas cunetas de mis años,
pasan las estaciones,
otros son los viajeros que hoy marchan a mi lado,
ha caído algún árbol que estuvo antes erguido
y las aves que perdieron el rumbo
vuelan ya de regreso.

Mantente tú, camino,
con cansancio y con sed, con hambre y con deseo,
y dame tus placeres,
tu empinada hermosura hacia el ocaso.

COMO DESCONOCIDOS  (33)

… y si tú no volvieras a cruzarte conmigo,
si no volviera a verte
y pasaran los días como pasan las cosas
que no tienen sentido,
si de pronto
me miraras sin verme
como miran los trenes
los que nunca han viajado,
si un buen día pasáramos
uno al lado del otro
sin buscarnos los labios con los ojos,
sin hacer tropezar
nuestra sombra en el suelo,
así, sin más, un buen día, de pronto,
como desconocidos.

EL ESCONDITE (34)

Tengo miedo.

Jugábamos al escondite.
Yo me ocultaba
y tú me perseguías.
Pasaron largas horas
y tú no me encontrabas.
Pasó la primavera,
se esfumaron los largos días de verano
y vino el otoño con su crujir de madera seca
y vino el invierno con su dolor de corazón sepultado en la nieve.
Te espero en mi rincón
y tengo miedo.

LA BELLA DURMIENTE QUE DESPERTÓ ANTES DE QUE LLEGARA EL PRÍNCIPE (35)

Cuentan que despertó antes de que llegara el príncipe,
que remontó su sueño
como si el agua clara
que siempre descendió por los arroyos
comenzara a saltar ladera arriba.

Dicen quienes la vieron
que fue un beso de sed  lo que rozó su boca
y que un hondo suspiro convocó manantiales
de leche por sus pechos.

La verdad de la luz incendió la hojarasca
y un zarpazo inclemente
arañó el terciopelo de sus ojos dormidos.

La fragua de su aliento maduró las cosechas
y el súbito galope de su pulso
adelantó el verano.

Dicen que ahora va sola de una ciudad a otra.
A su espalda arde el bosque
con toda su espesura,
con toda su maleza.

Siempre se cuentan cuentos.
Dicen…
mas quién lo sabe.

NOTAS

(28) Poema de Porque no somos dioses, que lleva una cita de Octavio Paz: “Los ojos ven, el corazón presiente” y trata sobre la conciencia que tiene el ser humano de su imperfección y de la resignación que adopta ante su finitud como algo propio de su naturaleza.

(29) Poema de Escenas principales de un actor secundario, que tiene una cita de López Álvarez (“Hiedra tenaz, osada enredadera”) y concibe las palabras como nutrientes que invaden gozosamente la intimidad de quien escribe.

(30) Poema de Escenas principales de un actor secundario, donde se critica irónicamente el ambiente artificial en que la publicidad y los medios de comunicación envuelven engañosamente al ser humano.

(31) Poema de Atracciones de feria, cuyo contenido es una melancólica concepción de la existencia, donde la autora aparece idéntica a una autómata, desorientada y sola.

(32) Poema de Atracciones de feria, que es una invocación al camino realizado por la poeta en la vida de quien, acuciada por el paso del tiempo, solicita esperanza.

(33) Poema de Ningún mensaje nuevo, recitado en el vídeo del final, donde la amada plantea a su amado la posibilidad de que un día dejen de amarse.

(34) Poema de El escondite, donde la poeta expresa su temor ante el cambio y la fragilidad de las cosas.

(35) Poema de Micrografías, en el que la poeta rompe con un tópico ancestral: la bella durmiente, cuyo despertar no necesita del beso de un príncipe azul, despierta sola y se dispone a conocer el mundo sola.

FAUSTINO LOBATO DELGADO

Almendralejo, 1952.

faustinofaustinoRealiza sus primeros años de estudios en el IES Santiago Apóstol, que son decisivos en su inquietud literaria. Miguel Hernández y Lorca son sus autores preferidos. Después llegan las extensas lecturas de Juan Ramón Jiménez y Machado. De la poesía pasa al teatro en un tiempo en lo que lo prohibido se hace atractivo y acaba en un grupo de arte y ensayo interpretando obras de autores centroeuropeos. Con dieciocho años, estudia Humanidades en Badajoz y se ordena sacerdote a los veinticuatro años. Al poco tiempo, con veinticinco años, atraviesa los Pirineos para estudiar Antropología y Teología en la Universidad Católica de Lovaina (Louvain-la –Neuve, Bélgica).

Su encuentro con el sociólogo y antropólogo René Houtard en Louvain marca un antes y un después en su visión de la realidad. En el entorno de catedrático de Sociología, contacta con grupos próximos a la Teología de la Liberación y con escritores libaneses y palestinos.

En esta época pertenece a un grupo cercano a la escritora y profesora de la KUL (Katholieke Universiteit Leuven), Kristien Hemmerechts. Y, a través de estos escritores de Leuven, toma contacto con poetas francófonos como André Schmitz, Guy Cabet (poeta y músico), André Imberechts (W. Cliff).

Vuelve a Badajoz, a finales de los ochenta, donde alterna su la actividad docente universitaria con un intenso compromiso social en el mundo gitano y desestructurado de la Plaza Alta de Badajoz. Este entorno, deprimido socialmente, le sirve para escribir de forma menos lírica y con un contenido más adaptado a la realidad. Escribe artículos reivindicativos sobre esta zona deprimida de Badajoz en el diario Hoy. Y se le concede el premio Internacional de poesía Amico Rom de Lanchano (Italia), que le marca otra manera de trabajar el verso.

En el año 2000 deja la institución eclesial para dedicarse a impartir clases de Filosofía en Secundaria y Bachillerato. En 2002, consigue el primer premio de la Fiesta de la Primavera de Badajoz con el poema “Tu gesto”, que es editado en la revista de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos de Badajoz.

Por estas fechas de inicios del siglo XXI, cuando empieza a publicar, y conoce al escritor Francisco Rangel, miembro de la Asociación de Gallos Quiebran Albores, que lo invita a participar en sus tertulia. El encuentro con este grupo de escritores de Mérida hizo que se planteara nuevas formas de crear el verso. En el año 2010, junto con otros escritores de la ciudad de Badajoz funda la Tertulia de Escritores Página 72.

En 2018, edita un cuento por encargo, titulado “Cuando se perdió la A”, porque tenía un hijo de cuatro años, que, con una ayuda adecuada, es el autor de las ilustraciones.

POÉTICAS

Faustino Lobato publica su primera obra en 1998 (Poemas gitanos), dato por el que es incluido en la Poesía de final del siglo XX (1900-1999) y por la estrecha relación mantenida por su poesía más reflexiva con la llamada Poesía del silencio de esta década. Desde el poemario citado hasta el libro actual Donde el alma ignora, su forma de escribir ha sufrido una notable evolución: “De un verso balbuceante de lo social, con notas líricas a uno más intimista y existencial, donde se mezcla prosa poética con el verso. De manera transversal y continua la metapoesía ha ido apareciendo en mis escritos, como una forma de decir que el hecho de hacer versos serena mi inquietud de permanente búsqueda”.

En su trayectoria poética, se distinguen cuatro etapas:

Podría decirse que en mi vida de escritor hay tres etapas:

La primera (1998-2003) tiene como referencia la realidad social y, a veces, la sobrevivencia como meta-relato. A esta etapa pertenecen los poemarios Poemas gitanos, Pegados al horizonte, Cuatro momentos para el poema y Quiebros del laberinto (este, en la línea de la poética del silencio).

faustino17La segunda etapa (2003-2010) viene marcada por un planteamiento existencial de vida diferente. Por una parte, una visión de lo humano donde la fragilidad toma protagonismo (en esos momentos vivía con intensidad la enfermedad de Parkinson de mi padre). Y por otro lado, una nueva forma de encarar lo cotidiano como realidad mayor. De esta etapa son Las siete vidas del gato y Un concierto de sonidos diminutos.

En esta fase, además, participo en antologías poéticas como Otoño literario (Badajoz), Rizomas (Mérida) y Poetas en Libertad 8 (Madrid).

La tercera etapa (2010-2017) tiene como base el ámbito creador de la Tertulia Página 72 y, de manera especial, el nacimiento de mi hijo Rodrigo. Así, en el ámbito del crecimiento poético y personal surge un poemario: El nombre secreto del agua. Con este libro descubro una forma de entender la realidad más intimista y donde la meta-poesía viene a ser el trabajo central con referencias al agua o al tiempo. Este crecimiento de fondo no es más que el desvelamiento de ese espejo interior que, de forma sencilla, marca la mirada del silencio creador.

Y la cuarta etapa (2017-2025), que se inicia con Rehacer el alba. Memorias de un naufragio, es la etapa de la consciencia: «Ser consciente de lo inmediato y, desde ahí, escribir. Voy más allá de la propia experiencia, porque me centro en esa realidad de la consciencia, donde el presente adquiere visos de intimidad».

En esta etapa también participa en antologías: Como un río sonoro de manzanas (Mérida). Selección de poemas 10 autores (Madrid); Veinte verdades fingidas (Badajoz); Silencios encontrados (Málaga); Itinerario Monumental de Mérida (Mérida); Al final poesía (Málaga); Salgueiro Maia (Cáceres).

A la vez, Tino Lobato has mantenido un encuentro intenso con grandes creadores a través de la lectura diaria de sus obras: Cernuda, Valente, Otero, Gamoneda, García Montero, Andrade, Sophia de Mello, Peixoto y también Garcilaso, Bécquer, Rimbaud, entre otros.

faustino1POEMAS GITANOS (Premio Amico Rom de Lanchano (Italia). Badajoz, Uziel, 1998)Estos poemas fueron recogidos en un cuaderno editado por la Colección poética Uziel y a ellos se le añadieron otros hasta completar la edición con 13 poemas. Estos poemas premiados tienen expresiones romanís como un guiño a la cultura gitana que por razones miles, muchas de ellas políticas, no se desarrolló en España. Están adaptados a cantarlos con guitarra y recuerdan al Lorca del Romancero gitano.

La obra está dedicada por el autor a sus padres, que le enseñaron a compartir con los demás sueños de mar, prendido a la línea de horizonte lejos de naufragios.

Se abre el libro con un primer poema a modo de canto, Gili romaní, seguido de otro de las mismas características, Taranto. El resto pone de relieve aquello que forma parte de ese ser gitano tan particular, como son la salvaguarda de la virginidad de la mujer antes de casarse, lo que se llama la honra de la mujer joven, Chaví; la actuación de la justicia entre los clanes manteniendo la figura de honor del anciano, El tío. Los demás poemas son letras para canciones dirigidas al sol y a la luna, Kham ta `Chon y tópicos del pueblo gitano, como el deseo de la buena suerte, Sastipé.

PEGADOS AL HORIZONTE (Plaqueta desplegable. Badajoz, Uziel, 2000)

faustino2Poemario de amor y desamor, donde los versos vibran ante la ausencia hasta sumergirse en el gozo de la presencia. Los doce poemas cuentan la historia de las perdidas, pero de todas las pérdidas -no solo de las amorosas- que, aceptadas, hacen crecer al ser humano. Trata, por un lado, de la lucha interna con los propios sentimientos, y del acrecimiento ante lo que llega, siendo esta realidad algo que el yo aprecia doblemente. Se juega con la dicotomía amor-desamor, incluso con la paradoja de sufrir al mismo tiempo que se siente la alegría del no todo está perdido.

Las ausencias la forman seis poemas (I-VI) conformando un capitulo llamado Cantos de sirena. En este espacio el yo lírico siente la pérdida de lo amado, y el querer se confunde con la pasión. Solo el silencio será capaz de calmar la angustia de lo ausente, de lo que no es, de aquello de lo que no se quiere hacer historia ni pasado. El tiempo juega, en estos versos, un papel protagonista.

Las presencias se dibujan con otros seis poemas (I-VI) en el apartado Cantos de tierra adentro, donde no se juega con el deseo imaginado sino con la realidad presente. Este capítulo acoge el gozo místico del encuentro como el Cántico espiritual de Juan de la Cruz.

CUATRO MOMENTOS PARA EL POEMA (Primer Premio de Poesía Villa de Montijo. Montijo, Ayuntamiento, 2001)

faustino3Este poemario hace referencia a cuatro tiempos del existir real, de la vida que cuesta mirar y que los versos son capaces de traducir con la fuerza y el calor de la palabra. Estos cuatro tiempos se enraízan en los elementos humanos que forman parte del paisaje humano: crecer, soñar, existir y vivir.

Según Antonio Viudas Camarasa, uno de los miembros del jurado, la obra muestra, en verso libre y armónico ritmo interno, momentos de la vida en la creación literaria. Viudas Camarasa opina que el autor presenta una poética especial y demuestra haber leído e interiorizado versos de la mejor poesía, mientras medita en la esencia de la vida. Creencia, ensueño, existencia, vivencia son ejes sobre los que se mueve su creación artística. Expresiones sencillas, de copiosa sensibilidad y reflexión sobre el ser humano, donde las palabras son “logos perfumado” y se mira la vida “con los ojos de lo amado”.

Estas opiniones me llevan a escribir con más detenimiento, aunque la confianza en mi proceso de creación se dará a partir del 2010, cuando la Editorial Imcrea me publique Las siete vidas del gato.

QUIEBROS DEL LABERINTO (Badajoz, Nuevas Letras, 2003)

faustino5Este libro traza, a modo de relato y en versos blancos, las andanzas de un peregrino por una ciudad en una realidad espiritual. Es un meta-relato para hablar del alma que busca el centro de sí mismo del ser, la realidad innominada del misterio, centrada en Badajoz.

La estructura interna de la obra se enraíza en los cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra. Son estos elementos los que llevan al poeta a mirar con ojos de amante herido por los rincones de una ciudad donde-paradójicamente- vive y se siente morir. Es el lugar donde el ser, al mismo tiempo que se apaga, renace. En definitiva, el libro trata de los sentimientos encontrados en la aventura de la búsqueda interior, del fuego como de lo auténtico. Será esta búsqueda la que provoca esos quiebros, esos saltos propios de quien se resiste a la monotonía del siempre lo mismo.

Así, el relato nos adentra en el entresijo de calles, siendo la ciudad una gran metáfora para subrayar cómo el ser humano, en su búsqueda de la verdad se introduce en el laberinto de la existencia, un viaje interior lleno de sueños y de deseos. Dicho esto se comprende el porqué de la estética de los espacios en blanco en el poema, además de que esto permite al interlocutor una lectura pausada e interiorizar el sentido de los versos.

LAS SIETE VIDAS DEL GATO (Badajoz, Imcrea, 2010)

faustino6Comienza el libro con la dedicatoria: “ ’A mi padre, de quien aprendí a mirar la vida’. Y es que este libro tiene como emoción y eje central los sentimientos por los que veo llegar lo inevitable a mi ser más querido, mi padre. Estos sentimientos se reproducen en forma de verso al interpretar el viento, la luz, el agua que pudieran ser los últimos en cualquier instante”.

En las cuatro partes de que consta el poemario, el poeta, casi en silencio, va por el caudal de la vida, contemplando los accidentes del camino y el final del mismo. Todo ello reflejado en las circunstancias del durísimo Párkinson, en la difícil espera de la muerte y en el impresionante intercambio de amor y energía entre él y su padre.

En esta obra, se nota la transmisión del dolor con suavidad, eliminando la crudeza de esta situación difícil para dejar vía libre a esa mirada con la que mi padre me enseña a mirar la vida. En ningún momento, el poeta deja de preguntarse el porqué de este terrible tránsito de la muerte, de analizar la ternura y el desconcierto que este hecho existencial le produce para aprender de cualquier respuesta por leve que sea, pero hay preguntas que no tienen respuesta, aunque es cierto que una pregunta siempre es un paso hacia delante.

Ver al respecto de esta obra el enlace:

http://asalgueroc.blogspot.com.es/2013/01/las-siete-vidas-del-gato-faustino.html

UN CONCIERTO DE SONIDOS DIMINUTOS (Badajoz, Herákleion, 2013)

faustino7Un concierto de sonidos diminutos, es un poemario donde los ruidos de lo cotidiano y lo citadino se convierten en un concierto de diminutos gestos que se refleja en los versos como una paradoja de este vivir a contracorriente que termina por ser una ironía. En realidad, el poemario viene a ser un libreto para seguir una partitura en la que está escrita la vida misma.

El título, esos sonidos diminutos, nos van a dar la clave para asomarnos a los poemas: La clave es el silencio cómplice, porque en medio de ese silencio es donde anidan los secretos, sus momentos de salvación y esos resquicios de luz que encuentra el poeta en la vorágine de los relojes y los calendarios…Una búsqueda constante de levedad. Es un poemario muy terrestre, muy aterrizado, anclado a lo cotidiano a veces incluso de manera dolorosa, hundiendo sus raíces en el fango de cada jornada…

Un concierto de sonidos diminutos es también el retrato de una salvación, del hallazgo de destellos en medio de una oscura monotonía. La salida del laberinto de “pobreza y desastres” de los que habla la Radio está dibujada sobre el mapa de la piel. El poemario se toca también, el papel se torna en materia viva, esconde pulsiones y en muchas de estas páginas tiembla el placer. Y otra vez el juego de contrarios, necesarios mutuamente y espejo de la vida: ruido y silencio, peso y levedad, y ahora materia y aire, o alma (presente en algunos poemas).

Ver al respecto de esta obra:

http://asalgueroc.blogspot.com.es/2014/07/sereno-monologo-soliloquio-unconcierto.html

EL NOMBRE SECRETO DEL AGUA (Madrid, Vitruvio, Col. Baños del Carmen, 2016)

faustino8El título se debe al último verso de la última estrofa del propio libro: Se oculta el poema en el aliento de las palabras. / Y las estrofas, cantos rodados, se pegan / al ser del verbo, con el anhelo / de darle nombre al agua.

El libro tiene tres partes con los títulos prestados del aserto de Heráclito: Todo fluye, Todo cambia, Nada permanece. A lo largo de cada una de estas partes discurren veintiocho poemas enumerados y otros tantos sin enumerar y en recto separado por barras cursivas. Junto a ellos, e intercalándose, hay una serie de prosas poéticas que pretenden, rompiendo la estética acostumbrada, pararse en una reflexión que al yo literario se le antoja necesaria.

La estructura, en sí misma, es un ensayo estético que intenta completar, con miradas y formas diferentes, una reflexión de conjunto sobre la búsqueda de lo esencial en medio de lo frágil. El agua es el metarrelato; esta es la gran metáfora a través de la cual el yo literario se aventura en contar sensaciones que van alternando el dentro y el afuera en un juego místico que deja al lector su parte creadora.

Ver también sobre esta obra:

https://revistadehistoriadelasvegasaltas.files.wordpress.com/2016/06/el-nombre-secreto-del-agua.pdf

REHACER EL ALBA. MEMORIAS DE UN NAUFRAGIO (Madrid, Vitruvio, 2018)

Con prólogo de Efi Cubero, dedicado a Gema, mi mujer por los naufragios compartidos el libro está dirigido a aquellos que han perdido toda esperanza de rehacer la vida, a los que no saben cómo recuperar la ilusión y hacer algo que merezca la pena. Por esto, se parte del desengaño, del más puro agnosticismo, para llegar a recuperar lo mejor de lo que se creía perdido.

El libro tiene cuatro partes con unos títulos que describo:

-El primero, la levedad del barro, (connotación mesopotámica), subraya ese aceptar o mejor ese ser consciente de la fragilidad (barro) fuera del ámbito protector en el que se está. Reconocer ser “barro, la fragilidad” es importante para crecer.

-El segundo capítulo titulado con un condicional Si el infierno soluciona la distancia, subraya esa lucha diaria en la que el ser humano entra, solo, enfrentándose con las circunstancias más adversas. Todos tenemos, necesariamente, que vivir el día a día con poco o con nada. El infierno se constata que no está fuera sino dentro de uno mismo.

-El tercer apartado, Movimiento de lo absurdo, nota ese viaje sin retorno que se inicia cuando se rompe con lo acostumbrado.

-El último capítulo es el resumen de una toma de decisión, descubriendo la luz, Más allá de las tinieblas. Este apartado no es el final sino más bien la confirmación del viaje iniciado, el sentido de todo lo que se comienza a hacer después de las rupturas.

LA SORPRESA DE LO HUMANO (Badajoz, Fundación Caja de Badajoz, 2018)

Este poemario es un intento de subrayar aquello que más le llamó, y le llama, la atención en esta paternidad vivida como hombre maduro. Los versos de este libro explanan algunos gestos del mi hijo que le sorprenden y provocan admiración. No es solo la sorpresa de lo humano en él sino también la sorpresa de lo humano en mí.

Cada capítulo corresponde a un año, de los cuatro, de la vida de Rodrigo. En los versos aparece, mi preocupación por el tiempo, pues sé que me iré en los mejores momentos de la vida de este niño. Aunque esto no sea importante sí merece ser expresado para que cuando llegue el momento del hasta luego, el tránsito se acepte como algo normal y sea menos doloroso.

En este libro he incluido versos del poemario anterior Un concierto de sonidos diminutos. Esos versos aparecen en cursiva al final de algunos poemas (págs. 36, 38, 54, 58,60, 68, 72). En realidad, es un guiño al poemario de 2013 porque en el trabajo actual, La sorpresa de lo humano, trato –también- de lo cotidiano. Así, este poemario, continua aquello que en los versos finales de Un concierto de sonidos diminutos se expresa: “Tal vez habrá que esperar / uno, tres días, / a que el aire se vuelva sonido/ y no dañe el espíritu; / y el agua brote/de los labios de un libro.”

Ver también sobre esta obra:

http://asalgueroc.blogspot.com/2018/07/la-sorpresa-de-lo-humano-de-faustino.html

NOTAS PARA NO ESCONDER LA LUZ (Valencia, Olé Libros, 2019)

El mismo autor declara en el prólogo que la luz está omnipresente en Notas para no esconder la luz, pero en realidad lo que está presente es «la consternación del poeta frente a los juegos contradictorios en que esta lo sume».

Antonio Salguero Carvajal ha comentado su impresión de lectura en http://asalgueroc.blogspot.com/2020/11/notas-para-no-esconder-la-luz-de.html

En los años siguientes, Tino Lobato edita poemas en varias antologías–Cuaderno de Banco (Antología, 2019): https://faustinolobato.com/cuaderno-de-banco-badajoz/. Plural. Antología Página 72 (2020): https://faustinolobato.com/plural/. Treciembre. Coro de voces (2021): https://faustinolobato.com/treciembre/. Cabo de Gata. Espuma y verso (2021): https://faustinolobato.com/cabo-de-gata/

SIN RAZÓN PREVIA (Lugar edición, Abismos del Suroeste Ediciones, 2021)

Es, según la editorial, «Un libro único, inclasificable, un ajuste de cuentas del escritor consigo mismo».
Poema laberíntico (en el sentido mistérico de la hermosura) con infinidad de puertas que se abren al centro para mantenernos en el interior del sueño lírico y de la reflexión. Un vergel con toda la crudea del existir, una inmersión en el dolor y la estupefacción que se sustenta en el contrafuerte de la conciencia moral.

El discurso es un recorrido por los recovecos de la conciencia humana, un paseo por los miedos, un canto de valentía. El poeta se imbuye de la experiencia sensorial y encuentra suficiente estímulo para el ascenso epistemológico. Aprovecha todos los estímulos que el camino le proporciona y los pone al servicio del hecho literario.

7+3, LA VIDA EN UN INSTANTE (Lugar edición, Editorial, 2022)

Este libro, según el mismo poeta, es la plasmación de los diez días que pasó con su familia confinado por el covid, cuyos poemas recogen el miedo, la incertidumbre y la soledad del obligado aislamiento y lo transforman en versos terapéuticos. El sufrimiento cede ante la cura del amor, de la vida, en un instante.
El eje central del poema Instantes (IIII) podría ser también el eje central de este libro, pues resume en tres palabras (Miradas, palabras y abrazos) lo que nos falta cuando lo perdemos todo en un instante y contiene a su vez las claves de la curación.

Es un poemario que surge del infortunio, de la presencia de la enfermedad, que desnuda nuestras fragilidades y nos obliga más que nunca a renunciar al contacto golpeando con la fuerza de una ola atlántica, y la transforma en una suave brisa donde todo es tacto y es caricia, eclosionando en un abrazo de los que conjugan lágrimas y alivian dolores. Estos [7+3] poemas recogen el miedo, la incertidumbre y la soledad del obligado aislamiento y los transforman en versos terapéuticos, pues el sufrimiento cede ante la cura del amor, de la vida, en un instante.

EN EL ÁNGULO INCIERTO DEL ESPACIO (Lugar edición, Editorial, 2022)

Según el autor, «Espacio y luz han estado en la intencionalidad de mi trabajo creativo desde hace años. En este poemario los espacios tienen una gran carga sensual, porque estos no son como los vemos, sino como los sentimos desde el sonido, el olor, los gestos o el silencio.

En este libro, se hacen presentes sin mencionarlos algunos rincones de mi ciudad, el lugar donde vivo y me habita: Las avenidas, el río, los monumentos. Y de cada uno los rincones que especialmente los hacen vibrar desde el silencio o los gestos, desde los sonidos o el perfume que algunos rincones tienen.

La obra, además de tener un magnífico prólogo de José Manuel Vivas, un poeta que admiro, este poemario cuenta con cuatro capítulos que dan forma al contenido y disponen de un relato con el contenido del capítulo y de una prosa poética que, verso a verso, se dispersa por las páginas pares marcando el matiz lector del poema de la página impar; a esta disposición la llamo diálogo interno entre el verso y el metaverso”.

EN EL ALFABETO DEL TIEMPO (Valencia, Olé Libros, 2022)

Según la editorial, este libro de poemas contiene un capítulo de vida convertida en literatura, donde nada queda al azar en este prontuario del desastre, de cuya entropía emerge la belleza.

En el prólogo, José Antonio Olmedo asegura que Faustino Lobato nos regala con En el alfabeto del tiempo un capítulo de vida convertida en alta literatura. Es interesante observar cómo el escritor construye su estrategia para generar subjetividad y verdad. El qué se sobrepone al cómo; el fondo, a la forma; lo dicho, al decir. Estímulo, fuerza biológica y mental, incontinencia. Todo queda supeditado a una necesidad expresiva que marca la naturaleza del poema. Nada queda al azar en este prontuario del desastre, de cuya entropía emerge la belleza. Solo puedo añadir que asistir a esa conversión ha sido algo único, transformador y emocionante.

DONDE EL ALMA IGNORA (Valencia, Olé Libros, 2025)

Según el prologuista Luis Oroz, este poemario es un viaje por las emociones humanas, un recorrido desde el desgarro hasta la esperanza y no un recorrido lineal, sino el auténtico reflejo ante una situación sobrevenida, con subidas y bajadas, con giros y vacíos, un universo que Faustino Lobato pincela desde esa montaña rusa que es la psique).

Lo primero que llama la atención de Donde el alma ignora es la cuidada y novedosa estructuración con que está expuesto. Según el autor: «Es la forma de trabajar los materiales escritos en el móvil, mientras estuve ingresado en el hospital por una afección grave. Mientras trabajaba estos versos, primero surgen los dos capítulos siguientes».

El contenido de Donde el alma ignora es una toma de conciencia integral de la realidad, pues trata tres asuntos cruciales, que afectan a todo ser humano: la fragilidad y la caducidad de la naturaleza humana; la importancia de la casa como refugio y la necesidad de el otro.

Sin embargo, la experiencia sufrida que descubre al poeta su nimiedad, provoca que la experiencia vivida, en cambio, lo aboque a un renacimiento vital, después de estar al borde del abismo, que lo lleva a gozar de un doble descubrimiento: su casa y al otro.

Como cierre, unas palabras de Antonio Salguero, redondean y resumen el carácter de la poesía de Faustino Lobato:

De mis lecturas de los poemarios de Faustino Lobato, he sacado en conclusión que su poesía es el resultado de una honda meditación, cuya expresión goza de un tono sereno, reflexivo, intelectual, filosófico e íntimo con el que, como poeta, trata de ahondar en la realidad más allá de la superficie, donde, apartado del bullicio cotidiano, dialoga con su conciencia de un modo trascendente en un estado de éxtasis, parecido al de los místicos.

A este atractivo de la poesía de Tino Lobato se agrega su trascendente temática, que es cercana al lector, pues se conforma con los asuntos que preocupan al ser humano común; a saber, el paso del tiempo, simbolizado en la visión del agua de Heráclito; el peso de la existencia, materializado en las intranquilidades cotidianas, que concibe como ruidos ambientales y mediáticos, que distorsionan la realidad y no le permiten degustar la existencia, y la extinción de la conciencia, cuando se hace realidad la preocupante caducidad del ser humano.

De ahí que sus lectores valoren su límpida y elaborada reflexión, en un momento en que el diálogo personal del ser humano consigo mismo, no está de moda, cuando es lo único que puede hacerlo mejor a través del autoconocimiento y, una vez que tenga claro su proceder presente y futuro, colaborar en la construcción de un mundo más humano. De lo contrario, como ahora, seguiremos sin entendernos personal y colectivamente y no podremos convertir en habitable este bronco mundo.

POEMAS

EL TÍO (36)
Pañuelo al cuello,
bastón en mano,
mirada firme
flor de arrabal.
Silencio de palabras
sombrero calado
boca cerrada
sol de mediodía.
Juicio de hermanos
ley gitana
reyerta de agravios
sangre y vida.

V (37)
Te he encontrado
después de esperar
en el cansancio de los días.
Gozo de la brisa que baña mi orilla.
recogido en la calma de este río,
al unísono de este fuego
que prende en mí
sin quemarme.
Te encuentro así, sin titubeos,
llena de primaveras, de lunas.
Y navego en ti, hasta saciar mis labios
con versos. Sí, con palabras
de viento y mar
y sentirte ardiendo.

III (38)
EXISTIR en el hastío de los días,
monocordes y grises, y en los alegres,
en todos los días de amor
que dan felicidad sin nombre,
que pasan y dejan su huella
en la brisa del recuerdo;
EXISTIR, con las manos tendidas,
abiertas en señal de duelo, de oración
por todos los muertos, por todas las injusticias
que rompen el horizonte humano,
por todos los sinsabores,
por todos los desprecios;
EXISTIR, con los pies en la tierra,
pegados a ella hasta enamorar los cielos,
prometidos paraísos de otro día
en discursos envueltos,
transformados hoy en deseos,
en sinceros ideales vestidos
aún de Invierno;
EXISTIR, con la rabia en la boca,
y los ojos ciegos al llorar en mi adentro;
con el infierno de la duda y en la sinrazón
quemando trozos de alma
y de sentido amor;
en el rechazo, con torpezas,
amordazado;
EXISTIR, con la vida en vigilia,
insomne, pendiente y a la espera;
viviendo en la crecida, en un permanente nacer
con el deseo de los hambrientos,
con la locura de confiar en blanco;
EXISTIR en el calor de los días,
con la casa en fiesta y el alma vestida
de todo lo humano, de dioses y Olimpos,
de cielos, de lo que comprendo, de todo lo vivo
y de lo contrario.
Existir con la esperanza dolorida
y un vivir de primavera,
renaciendo siempre
y amando …

A LA ALCAZABA (39)
    En la frontera del Sol la ciudad herida estaba
    En mil pedazos rota.
    El viajero se acercó…
GUSANO de piedras que abraza
el pretil del horizonte,
orilla de otro mundo,
paisaje con sabor a cal,
a madrugadas,
lleno de amores y lunas.
ALCAZABA verdiblanca
bañada de claridad
de vientre arrugado y almohade
donde los días hablan de vientos
AMOR de mañanas que susurran
flores
amor de tardes llenan
los ojos de dulces secretos,
de calles
de cantos desvelados.
PREÑADA de fría soledad
mocea el deseo del aire
que revienta en la lluvia,
en el torpe bullicio del paisaje.
Un diálogo de cielos
acuna las estrellas
TRAICIONES y risas
ansiosas de descanso
se vierten en la sangre
y en el río.
HIPOTECADA
en el impulso del vacío
surca el misterio de los días
esa memoria ácida que la hunde
En la ciénaga del recuerdo.
VIGIA grávida de hombres
que se quiebra
en mil antojos
de atormentados sueños.
DESTRONADA en un paraíso
de abrazos
de ríos,
de lunas,
Juega con el afán mudo
de clarear mares.
VESTIDA con olor de humo y cartón
se agacha en la soberbia de la orilla
con la viuda embriagada
hasta el colmo del hastío.

POR ESTRENAR (40)
En sus labios había
una palabra por estrenar.
No cabe el gesto, sólo la mirada
a punto
de retomar la tarde.
Sus manos, orillas de un río
que arrastra silencios.

SIESTA (41)
El calor aprieta los tabiques. Una mosca
deja estelas en la luz. Y con el insecto,
la pasión se enreda en los muebles.
Un concierto de sonidos diminutos.
Las paredes dibujan sombras.
La calma pasea su reino
al compás de una persiana
que juega con la brisa al escondite.
El rugido loco de un motor
rasga la siesta en dos mitades.
Una maldición recorre la calle.
Un grito remata el concierto
del alboroto. Se despeja la playa
de los sueños y el gigante de la tarde
se adueña de la situación.
Y otra vez a empezar.

1 (42)
Nunca, como ahora, sentí este dulce trueque del agua,
ebrio de tormentas, en el oscuro espejo de los juncos.
Nunca sentí el vértigo de las miradas que me afirman
y nombran en el caudal de otras orillas.
Nunca tuve tan cerca los muros de esta casa
de mi cuerpo, la caricia del viento resbalando
por la frontera de mi espalda. Nunca, como ahora,
me fue tan tierna el agua.
Nunca sentí mi piel tan llena de remansos
en la búsqueda de un punto en el horizonte.
Nunca, como ahora, noté tan cálida esta magia
de los dedos que fluye, mansamente, en la corriente
de las horas.
Nunca.

1 (43)
DUELE el parto de lo infinito
en este límite ingrávido
del alma.
La memoria juega a regresar a la nada.
El deseo retoma el color
en la piel de la vida.
Solo, en esta lucha. Solo
con el anhelo de alcanzar el silencio
de aquello que no se nombra.
        Cómo parar esta inercia sin sentido.

LO HUMANO (44)
Ese revés de mi ser animal con deseos,
el ímpetu del Paraíso perdido,
mi luchar a contracorriente,
la locura de hablar sin medida,
un descuido del gesto creador
al que llamo libertad,
la autonomía innominada,
mi cansancio de no saber soñar
y querer hacerlo,
la distancia inversa de lo infinito,
el renacer de las sombras.

Sí, lo humano
lo que tú y yo somos
cuando quebramos el tiempo
ante el espejo interior que nos habita;
cuando simplemente
nos miramos
y le miramos.

EXIGENTE CON LA OSCURIDAD

Exigente con la oscuridad,
elijo una forma discreta de huir
ante la luz que, implacable,
refleja la verdad.

La luz rompe
la falacia de las prisas.

FUEGO (46)
Te vi pasar con la premura de una tormenta
que no admite pausas.
Hacía calor. La música amortiguaba los silencios.
Te vi pasar dejándome el regalo de tu sombra
y el perfume incierto de una mirada perdida
en la frontera de la calle.
¿Se quemaba la ilusión?
Te vi detrás del verso como un ángel guardián.
No había palabras.
Solo el tímido hueco del dolor.
Te vi pasar frente al espasmo absoluto de la noche
y dejé que arrojaras mis deseos en el infierno de siempre.
¿Se quemó la esperanza?
Qué decir si el destino marcó nuestro punto de llegada.

[INSTANTES] DÍA CUATRO (47)
Cuatro días,
cuatro días manteniendo la fuerza
que cabe en un segundo,
y que parece un infinito.
Un segundo para mirar
y mantener el norte
y, con amor,
contemplar la vida en silencio.

[EN LA HUELLA DEL SILENCIO] (48)
31
Sin palabras, en el silencio grave de las formas
sin palabras. Sólo líneas curvas, construyendo
el lugar. Sin palabras, en un jardín de luces y sombras.
Espacios ocres y verdes, blancos y azules.
Sin palabras, ante el temblor del paisaje
rehago el silencio.

CUANDO (49)
CUANDO pronuncio tu nombre
es el silencio quien responde.
Tu nombre resbala por las paredes,
atraviesa los rincones y vuelve
con la herida de no saber.
Cómo contar el tiempo,
descifrar las caricias
sorteando la luz del mediodía
en esta gramática de la ausencia.
Espero que ocupes tu lugar,
ahora, vacío.

[ÉXODO] (50)
4
Cada vez más frágil
el espíritu
calla desiertos.
Esta fragilidad del campo de batalla,

        lo que no acepto
        y disuelve mi nombre,
        la finitud que rompe su oleaje
        en el ritmo de lo humano.

Cada vez más frágil
en esta espera sin compás
que desnuda mi alma.
Fragilidad de esta carne
que muda el canto
y moldea la frontera
de este cuerpo
hecho agua.

Cada vez más frágil,
sin palabras,
ante
el misterio
que me circunda

(36) Poema de Poemas gitanos, donde el poeta recoge características identificativas tanto del atuendo como de la ley gitana.
(37) Poema de Pegados al horizonte, donde el poeta muestra el gozo por su feliz encuentro con la amada.
(38) Poema de Cuatro momentos para el poema, cuyo contenido refleja los condicionantes, que presenta la existencia al mezclar momentos gozosos con otros repletos de dolor.
(39) Poema de Quiebros del laberinto, referidos a la alcazaba árabe de Badajoz, a la que el poeta considera vencedora del tiempo y, a la vez, vencida por el hastío.
(40) Poema de Las siete vidas del gato, que recoge el estrago que está haciendo el alzhéimer en la mente de su padre.
(41) Poema de Un concierto de sonidos diminutos, donde el poeta capta pequeños sonidos de la amable hora de la siesta, cuyo ambiente es interrumpido por el estruendo de un motor, que distorsiona la amable percepción de la realidad.
(42) Poema de El nombre secreto del agua, donde el poeta cuenta su descubrimiento del cálido valor del agua.
(43) Poema de Rehacer el alba. Memoria de un naufragio, que describe el momento previo al intento de rehacer la existencia.
(44) Poema de La sorpresa de lo humano, donde el poeta destaca el valor de lo humano.
(45) Poema de Para no esconder la luz, que, vital para el poeta, muestra también el lado oscuro de la realidad.
(46) Poema de Sin razón previa, cuyo desencantado contenido se relaciona con el desamor.
(47) Poema de La vida en un instante, donde el poeta percibe el rápido fluir del tiempo.
(48) Poema de En el ángulo incierto del espacio, en el que silencio marca la visión de un paisaje natural.
(49) Poema de En el alfabeto del tiempo, donde el poeta muestra la necesidad de la presencia de la amada, ahora ausente.
(50) Poema de Donde el alma ignora, cuyo contenido negativo es consecuencia del abandono actual del espíritu.

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ BÚRDALO

Cáceres, 1946

Es hijo póstumo, pues su padre, guardia civil, muere en un incidente con los maquis. Pasa su infancia y su juventud en Piedras Albas, un pueblo de la provincia cacereña, situado en la frontera con Portugal, donde vive la etapa más feliz de su vida, aunque sufre la ausencia paterna.

Sus primeros pasos en poesía fueron las lecturas de Gustavo Adolfo Bécquer y de poetas regionales como Gabriel y Galán, Luis Chamizo, Delgado Valhondo y José María Valverde, en la biblioteca doméstica de su abuelo.

Después su abuelo Mateo lo envía a estudiar al colegio de huérfanos de la Benemérita en Madrid, donde padece la soledad y la lejanía de su casa.

En el colegio Infanta María Teresa, durante el bachillerato, tiene dos profesores que le encauzan la inquietud lírica, que siente desde niño, descubriéndole a poetas clásicos como Garcilaso y Manrique, sobre todo, y que, años más tarde, una vez iniciada su carrera militar (primero en la Academia de Zaragoza y, después, en la Guardia Civil), aflora con pasión por la expresión poética, al terminar la carrera de Derecho.

De la literatura posterior, sus influencias son más de poemas que de autores como Salinas, Dámaso Alonso y poetas de la generación del 50: Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, Luis Cernuda, Francisco Brines, Mariá Manent y Joan Margarit principalmente.

Actualmente gozan de su interés Eloy Sánchez Rosillo y, fuera de España, William Wordsworth, Ives Bonnefoy, Eugenio de Andrade y Philippe Jaccottet.

OBRA POÉTICA

Su primer poemario es El arpa cercenada (Accésit del Premio Gemma 1985. Editorial Catoblepas. Madrid), un libro primerizo, fruto de lecturas apasionadas de los poetas extremeños mencionados, de la precipitación por la temprana ilusión de publicar y del deseo de reivindicar una Extremadura olvidada y oprimida, que sufría con la emigración.

Le siguen, De un oficio infinito (1986. Premio Adalid. Ediciones del EME. Madrid), que es un poemario escrito por un joven capitán a lo largo de dos años, convencido de que, si difícil es aprehender poéticamente “lo militar”, sólo un militar y, a la vez, poeta, podría acometer la empresa de un libro de poemas en torno a lo militar con alguna posibilidad acerca de la bondad artística del producto.

Nocturno y luna del planeta Muerte (1988. XI Premio Internacional Jaén): El poemario fue compuesto en un tiempo de encarnizadas guerras (Irán-Irak-Afganistán), donde la brutalidad del ser humano y el fanatismo religioso alcanzan cotas desconocidas.

La mente necesita resguardarse de tanto acero enconado, tanto hierro candente en un ejercicio de existencialismo. Abrir paso a los sueños es necesario. Una cita de Caballero Bonald en la última parte del libro es significativa; dice así: ¿A quién le pediremos cuentas / qué tribunal podría/ juzgar la podredumbre de la historia?

Al sur de las estrellas (1991. Editorial Beturia. Madrid): Este libro surge ante el hecho inevitable de tener que abandonar Cáceres, tras varios años de vecino, por exigencia profesional, y con escasas posibilidades de volver en largo tiempo.

Los poemas de este libro son una especie de retratos, de postales que llevarse el poeta para tener siempre presente Extremadura y la ciudad que lo vio nacer.

Del perfil opaco de los pasos (1991. Premio Claudio Rodríguez. Ayuntamiento Salamanca). Es el primer poemario que Rodríguez Búrdalo considera realmente maduro (y razón por la que, en esta web, aunque no le corresponde por edad, se encuentra situado en la década de la Poesía de final del siglo XX).

Este libro se reconoce en aquel verso de Luis Rosales, que dice «La palabra del alma es la memoria; por eso, desde el principio mismo, el poeta quiere acercarse a la complejidad de un mundo primigenio, que se va contaminando con la trampa falaz de la existencia».

Ciudad sin labios (1993, Premio Ateneo de Onda, Madrid): El libro, dividido en tres partes, quiere mostrar la evolución del sujeto poético desde la visión de un mundo de sucesos de su entorno emocional hasta la introspección de su propia existencia. Todo ello desde una poesía de la contemplación y de la memoria, de lo visto y de lo vivido, orientado hacia la emoción.

Territorio corporal y otros poemas (1993. Editorial Kylix. Badajoz): Cuaderno de poesía dividido en dos partes. En la primera, a modo de antología, reproduce poemas de libros anteriores para resaltar en la segunda parte la incursión en el Surrealismo.

Con los textos de esta parte, Búrdalo quiere poetizar la expresión simbólica de una geografía corporal. Los poemas no llevan título, se identifican con números romanos. El signado como VII quiere dirigir una mirada diferente a la transición entre niñez, adolescencia y madurez, con recurso a la memoria para resaltar episodios capitales.

Equipaje de otoño (1993. Premio Orippo. Edición del Ayuntamiento de Dos Hermanas. Sevilla)

Es un libro escrito teniendo a la vista el poeta los cincuenta años de edad; de ahí que se abra con el poema titulado “El aviso”, cuyo primer verso dice: “Hoy, que advierto los pasos del otoño… ser testigo clave / del otro que me habita”.

Cuenta el autor que, “al comentar el proyecto con el poeta almeriense Julio Alfredo Egea, bastantes años mayor que yo, no entiende la razón del tono del libro, dada mi edad. A continuación le confieso que, además, el poemario llevará por título Equipaje de otoño, lo que acaba por desconcertarle. Tal vez debí haberle advertido que desde la concepción misma del libro pretendía distanciarme del yo, de mí mismo, aquella otra virtualidad de la creación poética: sentirse habitado por la otredad que el lenguaje instala en nosotros a medida que nos reconocemos habitantes de una lengua: ser testigo clave del huésped que me habita. Ese ‘huésped’ se conciencia desde el presente en continua y pautada sucesión de vivencias cotidianas”.

En el dócil fulgor de las palabras (1999. Antología. Editorial Calambur. Madrid): “Razón de vida: la poesía de Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, titula Miguel Ángel Lama el prólogo de esta antología, donde desentraña el tema clave de la poética de Búrdalo:

La contemplación sobre el mundo y sus elementos, la reflexión sobre el tiempo y la muerte, el tema del amor, son algunos de los lugares sobre los que la poesía de R. Búrdalo vuelve una y otra vez en sus diferentes muestras poéticas.

Pero cualquier recuento de los temas frecuentados por el poeta a lo largo de sus libros acabará en la constatación de la insistencia en uno de ellos, bajo cuyo prisma se observan todos los demás: el tiempo. Poéticamente, podríamos añadir, el tiempo machadiano».

Por citar, un poema, como en libros anteriores, el poeta remite al lector al titulado “Las horas devastadas”, del libro Equipaje de otoño.

De piel y humo (2000. Finalista del Premio Ciudad de Torrevieja. Editorial Aguaclara. Alicante): Su expresión, desde el punto de vista métrico, se materializa en endecasílabos blancos, una fórmula que Rodríguez Búrdalo utiliza con frecuencia.

El poemario lo escribe tras descubrir y leer con entusiasmo a José Mª Valverde. Sus versos “Grabado está en tus huesos cada dolor, / cada ilusión que ha cruzado tu edad.” inspiran el poso de su lectura e influencia.

Comentario (DE PIEL Y HUMO)

Los himnos devastados (2002. Editora Regional de Extremadura. Mérida).

Cartografías (2002. Premio Ciudad de Alcalá. Edición del ayuntamiento de Alcalá de Henares).

Cuando llegue el olvido (Antología). (2004. Colección abeZetario. Diputación de Cáceres): De esta antología dice el poeta: “Los poemas que integran el libro han sido elegidos por mí mismo repasando mi obra toda, se trata, por tanto, de una antología. He pretendido vertebrar y dar unidad al volumen tomando como referente el olvido, motivo frecuente en mi poesía, destacado siempre por quienes han tenido la consideración de escribir sobre ella”.

Las oscuras brasas. (2005. Antología poemas de amor. Colección Desde El Empotro. Valdepeñas): Según el poeta: “La colección citada me ofreció acoger un poemario mío. En aquel tiempo yo no disponía de ningún inédito y surgió el acuerdo de espigar en mi obra y antologar poemas de amor. Así la génesis de este libro”.

La luz ardida (Poesía reunida, 1986-2006). (Edición Caja Castilla La Mancha. Ciudad Real). Quando giungirá l´oblio (2006. Edición bilingüe español-italiano). Traducción de Cuando llegue el olvido. (2004, a cargo de Emilio Coco para I cuaderni di abanico. Editorial Levante-Bari): El libro se presentó en la Academia de España en Roma, con intervención de su entonces directora; del General Director del Arma de Carabinieri, Cuerpo hermanado con la Guardia Civil, y representaciones del patronato de la Academia y de la Diputación de Cáceres. La presentación del libro corrió a cargo de Patrizia Botta, hispanista y catedrática de la Universitá degli Studio “La Sapienza” di Roma.

Bóveda y estribo (2012. Poesía escogida por Rafael Guillén para el Instituto de Estudios Almerienses. Colección Letras, nº 70).

Si volviera mayo (2015. Editorial Beturia. Madrid): En este poemario, el poeta quiere detenerse de nuevo en lo perdido y en el desgaste del tiempo. El mayo del título es sólo la metáfora sobre un momento primaveral y de juventud, que ya se ha perdido. Es un recorrido por la infancia y la juventud, en el que recupera episodios que marcaron su vida.

Con este regreso, el poeta quiere ahondar en los mismos temas de siempre, pero con una visión más esperanzadora, pues, en cierto modo, el paso del tiempo es una ley de vida inevitable.

Comentario (SI VOLVIERA MAYO)

Latitudes. (2019. Premio Juan Bernier. Edición del Ateneo de Córdoba. Colección Arca del Ateneo): Poemario escrito en Nueva York a lo largo de los meses que, durante nueve años, el poeta pasaba en la ciudad. Recoge vivencias en largos paseos por la gran urbe. Es, en fin, un libro no tanto para festejar o halagar a la ciudad emblemática, aun constatando el asombro que le produce, pero tras el que se desliza la profunda herida que me causa el sufrimiento de tantos seres humanos como en ella se refugian, en busca de asilo ante la desigualdad y la injusticia del mundo.

Desde el comienzo Lorca está en estas páginas, reivindicado como capaz de mostrar la injusticia y la desigualdad que persiste casi un siglo después, aunando esto con la propia muerte del poeta (¿Qué lúpulos de sangre estremecieron / el silencio de Víznar con tu muerte, / qué lágrimas de plomo en los olivos?).

Junto a Lorca, surgen evocaciones de la estancia neoyorkina de José Hierro (East river), y el libro todo se tiñe de un cierto tono de desamparo y compromiso social ante la contemplación de los más desvalidos y sus oficios menores, los mendigos, los marginados. Y siempre, como en toda la poesía de Búrdalo, la reflexión sobre el tiempo.

Comentario (LATITUDES)

La vida en un podcast (2021. Premio Alcap. Edición Colección Alcap): Según el poeta: “La primera impresión al leer La vida en un podcast podría ser la de encontrarnos ante un libro misceláneo, de aluvión, y puedo afirmar como padre de la criatura que no es así.

No fue la intención primera al concebirlo y tampoco al encontrarme en el resultado final. Si puede entenderse el podcast como un corte esencial en un largo programa radiofónico, cinematográfico o musical, yo he pretendido recoger en este poemario esencialidades de ese trecho claroscuro qué es vivir. Y, naturalmente, aparece la exigencia de pluralidad de instantáneas diversas como lo es el propio transcurrir de los días, ¿cuál, entonces, es el lazo unitario de todos ellos?

Yo creo tenerlo claro: es la vida, esa sucesión de encuentros, cómo los he vivido y cómo los poetizo. En este poemario trato de recuperar momentos o episodios (podcasts), que marcaron mi vida sobre todo los seres queridos, los poemas dedicados a mis padres, una deuda pendiente (“In nomine patris” y “Mater admirabilis”)”.

Comentario (LA VIDA EN UN PODCAST)

OTRAS ACTIVIDADES LITERARIAS

Al mismo tiempo que Juan Carlos Rodríguez Búrdalo elabora su obra poética, desarrolla una intensa actividad literaria con la dirección de dos Aulas de poesía: José Luis Sampedro en Aranjuez (1997-2004) y Pedro Antonio de Alarcón en Valdemoro (1999-2004), ambas sostenidas por sus respectivos Ayuntamientos.

En ellas comentaron sus poemas, entre otros López Anglada, Rafael Morales, Ángel García López, Manuel Alcántara, Luis García Montero, Olvido García Valdés, Benítez Reyes, Benito de Lucas, Leopoldo de Luis, José Viñals, Jesús Hilario Tundidor, Rafael Guillén… y poetas extremeños como Santiago Castelo, Álvaro Valverde, José Antonio Zambrano, Rufino Félix, Basilio Sánchez, Pureza Canelo, José Antonio Ramírez Lozano, Pureza Canelo, García Calderón… entre otros.

También, Búrdalo es Académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Académico y Medalla de Garcilaso de la Vega de la Real Academia de Córdoba. Encina de Oro 2007 de la FAECAM y Vecino de Honor del barrio de El Zapillo (Almería). Además, ha sido invitado a leer y comentar sus poemas en Cáceres, Badajoz, Almería, Castellón, Málaga, Toledo, Jaén, Córdoba, Ávila y en las universidades Pontificia de Salamanca y Complutense de Madrid.

Aparte ha obtenido reconocimientos como el Premio Amantes de Teruel (Teruel, 1984). Premio Virgen de Guadalupe (Guadalupe, Cáceres, 1988). Premio Justas Poéticas Castellanas (Dueñas, Palencia, 1991). Premio Miguel Hernández (Rosal de la Frontera, Huelva, 1993). Premio Ciudad de Ávila (Ávila, 1994). Premio Extremadura desde la ausencia (Mérida, Junta de Extremadura,1995).

(A MI ABUELO) (51)

EN EL HOMBRO, terciadas, las alforjas:
al pecho el más último recuerdo;
las congojas a la espalda;
en los ojos la pátina de un sueño
y en el alma, por si llega, la mortaja.
Delante, sólo camino.
(poema de El arpa cercenada)

CAMARADA (52)

MORDIDO POR LA FIEBRE del otoño,
murió el viejo soldado
en la ciudad del Norte.
Acudieron los hijos que el tiempo
se fue llevando a lejanas provincias.
Vistiéronle la última ropa militar,
dispuesta para el día inexorable.
Y plomo sobre plomo, la tarde
y su tristeza en furgón oscuro,
le hicieron morador de un nicho:
tumba que él soñara conquistada
en muerte militar, por cualquiera
tierra, desde alguna batalla.
Luego de un rezo común,
dejáronle los hijos las lágrimas últimas,
los nietos un recuerdo frágil,
y alguna comisión designada
unas ramas de laurel y sus presencias.
Después
quedó ya solo.
Entonces se acercó el desconocido.
Pareció que dijera alguna cosa,
mas lo cierto es que signó la cruz;
erguido como un álamo
miró alto,
como más lejos,
saludó a la manera tan pulcra de un cadete,
y se fue lentamente
hacia la noche.
(poema De un oficio infinito)

PRONOMBRES IMPERSONALES (53)

Sucedió hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar.

EDGAR A. POE

NO SÉ DE DÓNDE vengo,
si del cero
o del bosque primario.
Soy, tal vez,
aquel insecto minúsculo
que olvidó volverse al mar.
Llevo millones de años
buscando lo mismo:
horado cavernas, dispongo
recibimientos en la altiplanicie,
ofrezco búfalos en la pradera
o vírgenes adolescentes de la negritud.
Golpeo tambores y grito
asomado a los valles. Ahueco
la mano y grito también a las estrellas;
disparo mi eco tal dardo avisador,
mensaje urgente de presencia,
de realidad latida,
sublimada materia.
Desespero
y menosprecio lo que rebasé:
arranco sus pieles
y cubro con ellas mi vanidad;
ostento sus calaveras
y hago de su muerte atributo de mi rango.
Avanzo más
y me invento dioses y liturgias.
Pongo mi temor último y mi duda
congénita, específica,
sobre sus símbolos. Y a veces los agito
sobre todo lo ignoto
dejando marca indeleble de mi pequeñez
en la espalda de los siglos.
Tengo obcecaciones y mato
en su nombre. O me vacío
y persigo a los que las nombran.
Así mi historia: incesante
zigzag, atroz y milenario.
Ahora,
en este tiempo que vivo,
intento asumir mis pasos
y apuesto certeza a lo incierto
de ayer y de siempre.
Me asomo a los valles
y disparo mi eco
que vuelve anochecido.
Y sigo rastreando lo profundo
de los mares, y estallo
en cerebrales proyectos de metal
y álgebra, ansiedad y codicia
sobre el cielo inabarcable
y ajeno.
(Poema de Nocturno y luna del planeta Muerte)

ARCO DEL CRISTO (54)

LA BELLEZA no es del oro:
va en la luz.

MIRA este sol demorado
mostrar sus joyas de otoño en el Arco del Cristo,
en su faz de pómulo minúsculo,
sobre la roña inmisericorde del tiempo.
Mírale dictar colgaduras de cobre
junto al canto de la fuente mansa;
aquí, donde sueña imposibles pupilajes
de algún mar y el humilde Guadiloba.
Vibra la luz en las grietas penitentes
de este arco de piedras encajadas,
sobre este indicio de puerta menor,
modesto espejo de sílice cansina
que refleja de octubre, y brilla.
Se pinta la tarde los labios con violetas
y queda el Arco prendido de un destello,
deslumbrado,
con un fulgor misterioso y rojizo
como la patria de un dios.
La belleza no es del oro:
va en la luz.
(Poema de Al sur de las estrellas)

SOBRE LA LUZ ROTA (55)

HE VISTO una pedrada de tristeza
en el charco oscuro de tus ojos,
sobre la luz rota de tus pocos años.
Y no sé cómo llamarte, pequeño pordiosero.
No sé cómo decirte: ven,
acércate muchacho, no te vayas.
Mas procura ser cauto;
que nadie advierta mi temblor,
este golpe de ternura y de pesar
que me asesta tu mirada.
Pero acércate.
No te vayas sin dejarme el alivio
de arrancar estas monedas que me arden.
Acércate muchacho
y cumple tu trabajo con premura.
¿Acaso no te dice la experiencia
que tu morena delgadez me turba,
que tu gesto de perro callejero
me hace pasar un mal rato?
Acércate muchacho,
que la máscara se mueve,
que se empieza a notar el maquillaje
y estoy por volver la mano al pantalón
hasta el próximo zarpazo de vergüenza.
(Poema de Del perfil opaco de los pasos)

CARTA DE PRESENTACION (56)

LLEVAS
la herida del tiempo desnuda en la pupila;
como un seco pespunte de galopes
apagados, ceniza de los días,
ausencia siempre.
Sabes
que tus horas residencian la condena
a vivir en soledad junto a los hombres,
prisionero de la tarde, hermanando
algún dolor, peregrino de la luz.
Dictas con tu vida del vértigo insondable
de existir: ese pálido perfume
que hospeda incierta levedad del hombre;
ese arder en terca sed de tacto mudo,
vuelco apresurado al rastrojo insaciable
de la sangre, tendido labio.
Sabes que tu oficio
consiste en escrutar el mundo sin descanso,
hundir las manos en la noche para abrirla,
beber azogue de la estrella,
vivir cegado.
Mas de esa luz que tú disciernes
será el verbo;
de ahí carne que entraña la palabra,
mansa soledumbre de los límites
que abre de pronto la ternura,
que te viste la túnica más clara,
que te aniquila y resucita en el poema.
(Poema de Ciudad sin labios)

VII (57)

TAMBIÉN DE LA LLUVIA decirte,
de aquel proceso de arterias sin luz,
de aquellas cimas desoladas,
del tiempo sólo.
También de aquella emboscada a la niñez;
de aquella rendición de las palomas.
De espumas cuando pierden la plata
y canciones difuntas; de tantas aves sin estela
en vestigio de alguna frontera.
También de la lluvia decirte;
de un poso de mercurio en las pupilas,
de besos ningunos.
Mas así la historia de nuestra edad residenciada,
así este litoral ignoto de los labios,
así la vida.
Como tantos columpios olvidados,
fallecen los estambres del asombro entre las horas,
sin más tutela o mitra
que el poder de algún astro lejano,
sin más caricia en despedida o llanto
que esa forma tan atroz de los suicidas
cuando se hacen al vacío
y aún dejan una mirada sin retorno en las estrellas.
(Poema de Territorio corporal y otros poemas)

LAS HORAS DEVASTADAS (58)

FRENTE AL MAR la tarde languidece
y es diciembre: otoño en Almería,
en el viejo corazón de las palmeras,
en el cansado horizonte de bisagra
que junta en un corimbo cielo y mar.
La luz se pudre en la retina
y es una lenta certidumbre en desbandada,
una malva rendición de gaviotas,
un cálido rejón de acabamiento.
Todo ha sido silencio y unas barcas
laborando tenaces frente al sol.
Y todo ha sucedido en mis ojos solamente;
pero ha sido y es bueno recordarlo,
pues mañana,
cuando otra luz enhebre los despojos
y sólo la memoria sostenga
la torpe quimera de las horas,
la tarde y el mar y las palmeras
volverán a levantar ante mis ojos
el esplendor incierto de la vida.
(Poema de Equipaje de otoño)

LAS VOCES DEL YUNQUE (59)

A VECES EL AYER viene a mi frente
oscuro como pie de un enemigo.
Yo escucho su llegada sin un gesto
porque sé cómo mata la nostalgia.
Inerme, dejo que el verdugo oficie
la turbia ceremonia repetida.
Alzado luego de morir tan mío
retomo mi vivir color de lunes,
suplanto signos, transparencias hondas
y vuelvo por mis pasos anteriores.
En la hollada bandeja de la tarde
el silencio y la memoria de un sueño.
(Poema de De piel y humo)

ÚLTIMAS DEVOCIONES (60)

La gracia toda y todos los matices
en el suave esplendor de sus dieciséis años

PAUL VERLAINE

LLUEVE HOY en el jardín de la memoria,
llueve y dudo del fulgor que acude a mi pupila,
ahora que pasa la muchacha pregonando
su indolente abundancia,
el cesto lleno de mujer instantánea;
ella que me mira mujer y adolescente,
trigo y pulpa que pide levadura
mientras brincan por su blusa en desbandada
dos vuelos de luz y crestería.
Llueve junio en el jardín de la memoria,
llueve y dudo de tanto en mi pupila sucedido,
pues sé con dolor que la muchacha de otro tiempo
y el cuerpo atroz que ahora me turba
espejo son de una sola carne,
azogue amargo de una sola vida,
de aquel mito y de este asombro,
mujer total que inverna mi pecho
y ocupa mis ojos por primavera;
luz que brilla cuanto un recuerdo alcanza.
Y sé que nada puede volver lo ido,
que nada puede repetir la aurora;
mas sé también que tuve el mar
y que gocé su abismo,
porque tuve la exacta belleza
que da la juventud.
(Poema de Los himnos desvastados)

LA LUZ ARDIDA (61)

EL DÍA FUE FELIZ, mas ya se acaba.
Al recoger la dicha de estas horas
un hondo sentimiento me conmueve:
saber que de los dones de la vida
otro gasté. Su luz, ardida queda.
Guardo ahora su vino irrepetible
y quiere visitarme la tristeza,
que bien sé yo no vuelve lo que arde,
que del tiempo tributo sólo somos,
materia y sueño para hendir lo breve.
El tiempo nunca premia ni castiga :
impasible mira y las cosas pasan.
Como pasa este día que gasté
y se apaga otra luz en mi frontera.
(Poema de La luz ardida)

14 (62)

También estoy nostálgico de días.
También fui muy feliz. También recuerdo.
También yo fui testigo de otras horas

ANGEL GONZÁLEZ

FUE LA NOCHE, y en su frente
los astros todos son posibles.
Hoy somos otros; pasos de un camino
ya borrado, débito de un sueño
en cepa convertido, pretil diverso
del pozo inexorable de los días,
lejano resplandor de la quimera
que a un niño y una sombra
sorprende ahora de la mano.
La noche es palabra de ceniza
y el alba reprocha a la memoria.
Son otras las alondras, otras las voces,
el pinar otro.
Pero es mía la huella
de la lluvia, el trono de los ecos,
ámbito recobrado, película muda
en esta reposición amable
de filmoteca sentimental.
Al menos
me queda la pedrea del premio
que un día fue tener la primavera.
(Poema de Cartografías)

LA CASA (63)

Pasa por nuestra casa alguna vez,
dedica un recuerdo a cuando estábamos todavía todos,
pero no te entretengas demasiado.

MARIO LUCI

SOY RODRÍGUEZ desde una madrugada
del Cáceres pardal de los cuarenta.
Dos sábanas de tela cenicienta
redenta en alcanfor y repasada
abrigaron mi carne amoratada,
palpitante humedad por donde alienta
la sangre su ambición de vuelo, cuenta
primera de una luz hacia la nada.
Sesenta años después, cuando repasa
la vida los contornos del olvido,
disfrazado de mí, de tanto huido,
me quemo en la corteza de mi brasa.
El tiempo ha sido tiempo, y ha cumplido.
La casa ya no está. Yo soy la casa.
(Poema de Si volviera mayo)

MEMORIA DEL BRONX (64)

¿Y SI HUBIERA UNA VIDA MEJOR, más
alta que los más altos edificios;
una vida mejor, más solidaria
en el cruce de calles, en el Metro,
entre tantas miradas que no ven
porque no tienen luz, sólo ceguera
por la niebla que enfría la pupila…?
Y tú, ¿qué te guardaste, Federico,
qué blues de ceniza no quisiste
escribir, no pudiste, sin dolor,
hacerlos carne roja de un poema?
¿Qué memoria de Harlem te llevaste,
del Harlem Spanish, del otro Harlem
más turbio y más oscuro en los adentros,
con iguales luceros apagados?

Ahora que te sigo en Nueva York,
que recobro tus pasos en Manhattan,
en Brooklyn, en El Soho, en East River
frente al Hudson, tal vez Battery Park,
¿qué memoria de Harlem te llevaste;
qué blues de ceniza, Federico,
te llenaron de angustia el corazón
aquella madrugada de fusiles;
qué lúpulos de sangre estremecieron
el silencio de Víznar con tu muerte,
qué lágrimas de plomo en los olivos?
Duerme en paz, Federico, tu palabra
por encima del tiempo permanece.
La ciudad no ha barrido diferencias,
pero tú las pusiste ante sus ojos,
sacaste del silencio la verdad
y trazaste un retrato a la Justicia.
Tu verso y tu recuerdo, Federico,
-Harlem, otra vez Harlem- desnudado.
El hombre; siempre el hombre por encima
de leyes que lo niegan, lo reducen
o lo aplastan; el hombre siempre igual
entre otros hombres, alto siempre, nunca
despojado en la llama de su luz.
Duerme en paz, Federico, tu palabra
no se puede ignorar en Nueva York:
la ciudad y tu verso van unidos
como el llanto de un niño a su orfandad.
(Poema de Latitudes)

(51) Poema de El arpa cercenada, en cuyo contenido se refleja el drama de la emigración.

(52) Poema de Un oficio infinito, que marca la diferencia entre la existencia común y la vida militar.

(53) Poema de Nocturno y luna del planeta Muerte, que denuncia la violencia como una característica innata del ser humano.

(54) Poema de Al sur de las estrellas, donde el poeta capta la incidencia dorada de la luz en el Arco de la Estrella de Cáceres.

(55) Poema de El perfil opaco de los pasos, cuyo contenido denuncia la forma hipócrita con que se suele afrontar la visión de la miseria.

(56) Poema de Ciudad sin labios, donde el poeta descubre su mayor intranquilidad espiritual: El paso y el peso del tiempo.

(57) Poema de Territorio corporal y otros poemas, cuyo sentido gira en torno al recuerdo del paso de la infancia a la juventud con el inconveniente de la soledad sentida fuera de casa.

(58) Poema de Equipaje de otoño, que contiene la manifestación del desencanto vital en que se encuentra el poeta, que no logra mitigar la contemplación del paisaje otoñal.

(59) Poema de De piel y humo, donde aparece otra circunstancia que atormenta al poeta: los recuerdos del pasado.

(60) Poema de Los himnos desvastados, que acoge el recuerdo gozoso del encuentro con el amor, aunque con la nostalgia latente de no poder ahora recuperarlo.

(61) Poema de La luz ardida, en el que, después de una jornada feliz, al poeta solo le queda la nostalgia del día ido.

(62) Poema de Cartografía, que contiene la certeza de que el tiempo cambia al ser humano, pero no le puede quitar que lo haya vivido.

(63) Poema de Si volviera mayo, cuyos conmovedores versos finales expresa la nostalgia de la casa familiar, ya desaparecida.

(64) Poema de Latitudes, donde el poeta destaca la preocupación social, que Lorca manifiesta en Poeta en Nueva York.

IMÁGENES

INTRODUCCIÓN: Logotipo de la Colección Adonáis (1ª). Portada del número 1 de la revista El espejo de la AEEx (2ª). Portada de Canciones de una abierta herida del I.F.P. Emerita Augusta de Mérida (3ª). MARÍA JOSÉ FLORES: María José Flores (1ª). Portada de Antología poética 1984-2003 (2ª). DIEGO DONCEL: Diego Doncel (1ª). Portada de El fin del mundo en las televisiones. (2ª). ADA SALAS: Ada Salas (1ª). Portada de Esto no es el silencio. (2ª). IRENE SÁNCHEZ CARRÓN: Irene Sánchez Carrón (1ª). Portada de El escondite. (2ª). JUAN CARLOS RODRÍGUEZ BÚRDALO: Juan Carlos Rodríguez Búrdalo (1ª). Portada de El arpa cercenada (2ª). Portada de Del perfil opaco de los pasos (3ª). Portada de Equipaje de otoño (4ª). Portada de En el dócil fulgor de las palabras (5ª). Portada de De piel y humo (6ª). Portada de Si volviera mayo (7ª). Portada de La vida en un podcast (8ª). Invitación a la presentación de Quando giungerá l’oblio (9ª). FAUSTINO LOBATO: Faustino Lobato (1ª). Logo de la Asociación Cultural Gallos Quiebran Albores de Mérida (2ª). Logo de la Tertulia de Escritores Página 72 de Badajoz (3ª). Poemarios de Faustino Lobato hasta mediados de 2025 (4ª). Portada de la antología Como un río sonoro de manzanas (5ª). Portada de Poemas gitanos (6ª). Portada de Pegados al horizonte (7ª). Portada de Cuatro momentos para el poema (8ª). Portada de Quiebros del laberinto (9ª). Portada de La siete vidas del gato (10ª). Portada de Un concierto de sonidos diminutos (11ª). Portada de El nombre secreto del agua (12ª). Portada de Rehacer el alma. Memorias después de un naufragio (13ª). Portada de La sorpresa de lo humano (14ª). Portada de Notas para no esconder la luz (15ª). Portada de Sin razón previa (16ª). Portada de 7+3, La vida en un instante (17ª). Portada de En el ángulo incierto del espacio (18ª).  Portada de En el alfabeto del tiempo (19ª).  Portada de Donde el alma ignora (20ª).

VÍDEO POESÍA DE FINAL DEL SIGLO XX (de Extremadura, un bello poema)