Canciúnculas
CANCIÚNCULAS [1]
TRES INSTANTES Primer instante AMOR [2] Con una guitarra atada al cuello por esas calles de Dios. ¿dónde[3] vas? -No lo sé, soy ciego y he perdido el corazón. Segundo instante DOLOR [4] Pintor: píntame el pensamiento de este crítico momento de dolor, y hazlo eterno. Tercer instante OLVIDO [5] ¿Qué me separa de ti? ¿El odio? … ¿El amor? … ¿La verdad? Me separa de ti, (escúchalo bien) la amargura del abismo del mar. NOVIA Te dejaré cuatro versos colgados de aquel farol, para que te cuente el tiempo como un reloj. Te tocaré un fandanguillo con las rejas del balcón. «La guitarra tiene un hoyo dentro del hoyo mi amor». Cuando tú estés desnuda sin compasión. Te llevaré al campo con el balcón. ¡Campo mira qué guitarra tengo, para rezar[6] mi canción! «La guitarra tiene un hoyo dentro del hoyo mi amor». ¿RECUERDAS? Recuerdas cuando pasaba silbando que tú salías como eres y te supliqué llorando: ¿Me quieres? Recuerdas cuando pasaba cantando que una noche fuiste mía y me decías llorando: ¿Me quieres? Recuerdas di, de aquel día que yo pasaba muy triste y me dijiste: ¿Qué tienes? Llorando entonces los dos me preguntaste: ¿Me quieres? Y te contesté que no. LUNA LLENA Enamorados, salid que esta noche hay luna llena. Enamorados, contad con la luna las puntas de las estrellas. Enamorados, salid que la luna hace fuerzas para parir. ESPERÉ I Esperé y llegó el día, porque toda espera llega. Te quise como ninguno es posible que te quiera. Solo para ti una tarde, ¡una tarde toda entera! II Te fuiste luego llorando por el camino del huerto; pues tú saliste perdiendo[7] que yo me quedé cantando. ENTRE LAS ZARZAS Se escondía entre las zarzas y entre la arena. Se escondía y de pinchos, y de lágrimas y de penas me llenaba. Se escondía y no la encontraba, y no la encontraba. Se escurría entre mis manos, se me escapaba, dejando arroyo de risa clara perfume de clavel y luz de alba. Cuando me la encontré era cieno y la dejé. CRIMEN Serena como mi luna era aquella noche larga. Serena como mi crimen de las cuatro puñaladas, dadas como cuatro besos dentro de toda su alma. Eran cuatro puñaladas que dieron las cuatro torres con sus veletas de plata, clavadas en todo el cielo, para sacar cuatro estrellas de la oscuridad amarga.[8] Eran cuatro cirios muertos, cuatro ojos sin luz clara. Eran cuatro penas grandes por las cuatro puñaladas. Cuatro, sólo cuatro besos secos, como el día que no tuviese mañana. Y, sólo tuvo la culpa aquella noche tan larga. CARMEN ROMERO [9] Cantaré los caracoles por ver si puedo convencerte. ¡Y olé! Carmen Romero te diré lo que te quiero y hasta dónde puedo quererte. Esta noche cantaré los caracoles. ¡Y olé! RÍO La lengua grande del río, de tanto lamer el cielo le está quitando el color. (Vía láctea tú eres la mejor demostración). ¿Dónde va tu lengua viva cantando a veces dolor otras cantando alegrías? Dime, río: ¿Dónde está tu corazón? -Yo canto sin corazón un día me lo robó un pescador-. PARA MI CONSOLACIÓN I Tengo una casa en el campo con dos álamos por puerta, que no dan sombra porque la sombra me aterra, toda la sombra es secreto y a mí el secreto me pesa. Córtame Dios mío la luz, yo te daré mis tijeras, que quiero hacer un tejado con una luz que sea buena. Tengo que arreglar la casa para cuando venga ella.[10] «El dolor se hizo placer el placer se hizo dolor, se fundieron en mi pecho en forma de corazón». Guardé doce campanadas que en el bolsillo me suenan, compraré toda la luna y al álamo de la izquierda se lo pondré de sombrero para que ella lo vea. «Canta chicharra canta, que yo no diré mi queja. ¡Mi queja! ¡Ay!, qué dolor dolor de la tarde aquella». Tendré preparado un lecho un lecho de flores frescas. Subiré al álamo y contaré una a una las estrellas. Te veré venir gitana llena de color, morena. Los álamos se han dormido los sapos no les despiertan. Las luciérnagas parecen cristales rotos sin mueca. ¡No te quites los zapatos! gritaré cuando la vea. «Anda ve y dile a ése que silba en la puerta que debe marcharse ya, porque contigo está un hombre que no le importa matar». Dios mío, hazme un collar, hazme un collar con estrellas, yo te dejaré la aguja, tú sólo me la enhebras. ¡Qué regalo voy a hacerle cuando la tenga de cerca! [11] II ………………………………………. ………………………………………. III Cansado estoy de esperar y el que espera desespera. Ni gitana, ni morena, ni joven guapa, ni vieja, acaba ya de llegar para consolar mi pena. Para mi consolación pienso a veces que está muerta. POETA TORERO La mitad llena de luna, la mitad llena de sol. Así sería la plaza en que torease yo. La mitad llena de sueño, la otra mitad despierta; y tocando los platillos la luna con las estrellas, y el Sol con una guitarra tocándose malagueñas. Por mí mismo brindaría la suerte que Dios me diera, (y vaya suerte la mía …).[12] La mitad llena de luna, la mitad llena de sol. Así sería la plaza en que torease yo. MEDIA ZURCIDA Ayer y hoy [13] ¿Dónde vas media zurcida presumiendo? Si todos[14] conocemos los desvelos de la mujer que te cuida. Ayer sentado en el café te he visto pasar mil veces, me creí un general [15] de peces. Hoy sentado en mi balcón te he visto pasar mil veces y me has hartado de emoción, porque como tú, media zurcida, tengo de zurcidos yo llena la vida. CASTILLA EN SIESTA Llanuras …… Sequedad en mi garganta y en la tierra. El sonido de una sierra en una madera dura. El trigo seco,[16] hace reverencia al Sol. El viento se queda quieto en el lamento de la siesta. En el vaho, navega va que navega, sin saber a ciencia cierta adónde va,[17] mi pena. Un hormiguero despide una lengüita de fuego,[18] ¿descenderá hoy del cielo hecho Dios, Espíritu Santo? (Un solo árbol[19], consuelo de la gran pasión del campo).[20] UNA TARDE DE MAYO ME SAQUÉ YO DE PASEO (¡Que por algo fui hortera¡) «Una tarde de verano me sacaron de paseo» [21] Una tarde de mayo me saqué yo de paseo en mi pueblo, presumiendo de pantaloncito blanco y chaqueta azul de cielo, (azul de cielo sin luna, casi negro), y me parezco a mí mismo marinero, adquiero[22] un contoneo especial de mar, un junco que llevo se convierte en un remo[23] que me hace navegar por el paseo. _____ Una flor en el hojal, (un clavel), hace que cambie yo el paso[24] media pulgada (¡si acaso porque no se nota nada!). El remo se convierte en estoque,[25] y de marinero he pasado a ser torero. Me silbo[26] al oído un pasodoble castizo ………………………….. (¡lo voy marcando tan bien que hasta una bella mujer se queda piropeando mi garbo!). _____ Diez notas de un triste tango argentino, se me ha colado en el sino con su saborcillo amargo, el estoque por encanto pasa a ser una guitarra, y yo me convierto en gaucho. Así voy dando mil siete vueltas en esta tarde de mayo al paseo …………………. ……………………………….. ……………………………….. Al regresar a mi casa a una chiquilla le piso, alza su cara y me dice llorando «Perdóneme, señorito». NOCHE COCIDA [27] Un color de luna enferma y cansada. Un sonido que se pierde en la calleja, porque con él no va nada. ¡Suspiros!, un corazón se deshoja en suspiros. ……… ¿Vendrá? ………. Ansiedad de vida y muerte. ¡Es la historia!; (noria de la eternidad). Un torreón da respeto de siglos a su misma sombra. Un secreto que se asoma tras el quicio de una puerta deja abierta una leyenda de ……………………………… ………………………………….. Mi pensamiento va madejando romances de amor, el corazón se duerme en sus sentimientos. La soledad en un rincón hila que hila que hila trocitos de mi canción; hila que hila que hila las fibras de mi dolor ….[28] …………………………………. ¡PERO!, mira mira miiiiiaaaaaa como se sube la cuesta Facundo con su farol, y el Señor con su lucero. Al venir la madrugada pierde las canas la luna y se queda como una aceituna. (Aceituna sevillana). EL RELOJ DE MI ABUELO [29] El reloj de mi abuelo tiene la fiebre en el péndulo. Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac. …………………….. ¡Ciento veinte pulsaciones!, ni una menos ni una más. Rrrrrrrrrrrrrasssssss. Un quejido. Dan, dan, dan. Tres suspiros. El péndulo, como una mano con galones de oficial, presume. Un, dos, tres, aro. ………………….. Triunfal. Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac. ……… El oficial tiene una pierna de palo. Un, dos, tres, aro, tic, tac, tic, tac. ……………………. ¡ciento veinte pulsaciones!, ni una menos ni una más. FIESTA Mientras a la plaza iba con sombrero de ala ancha y reluciente de nuevo, el sol se dormía en mis botas presumiendo. Por ser fiesta me fajé [30] un pasodoble torero. Recostado en una esquina con un cigarro en los dedos para ver cuál de las mozas se fijaba en mi sombrero. (Y, todas pasaron de prisa).[31] El sol se dormía en mis botas quedándome frío por dentro. ESPEJO Cuando río, ríes. Cuando lloro, lloras. Cuando sufro, no sufres. Cuando pienso, no piensas. ¡IDIOTA! 4 CUADROS CUBISTAS [32] PRIMER CUADRO Descarrilamiento El ojo turbio de un puente. Una rueda de la máquina del tren. Un asiento de primera. Unas gafas con dos lágrimas y un libro. Verde pintado con brocha, azul y verde de un río, por donde van siete peces descoloridos. SEGUNDO CUADRO Suicidio Líneas propias de mujer y por pechos las pirámides de Egipto. Unas manos enlazadas en un rito religioso. Circunferencias concéntricas. Un grito en una boca de sátiro. Un látigo por una boca mordido. ¡Una vida que se escapa tras el color amarillo! Junto al sombrero de un cura, la pistola de todos los suicidios. TERCER CUADRO Caos Un metro medida exacta de lo inexacto. Un compás midiendo el humo de un cigarro. Un hombre pelado al cero, la inmensa esfera del mundo que un psicólogo admirado estudia meditabundo.[33] CUARTO CUADRO Bronca Una botella partida; detrás una cara rota de hombre, monstruo o mujer. Un corazón gota a gota ha ido llenando un vaso de esencia de bergamota. La mitad de una guitarra suspira por dar la nota última, el ¡ay! postrero del cante, la eternidad de la hora. Las cuerdas son nervios retorcidos que a un segundo lo ahogan. Un tricornio, un pañuelo, una barba ya canosa, una pierna de madera y el ojo de una señora. Un reloj que a voces dice el momento de la bronca. ………………………………….. y más olvidos, olvidos de veinticuatro mil cosas. VIAJES VENTE Agárrate de mi mano iremos por el camino. ¡Agárrate de mi mano iremos sobre el mar! ¡¡Agárrate de mi mano iremos por el aire!! ¡¡¡Agárrate de mi mano iremos sobre el río!!! …….. -¿Dónde?- …….. Donde la corriente quiera llevarte conmigo. CAMINANTE [34] I Caminante. ¿Dónde vas? -Voy en busca del corazón del camino-. El camino nació blanco, nació muerto, nació frío. Su corazón está podrido. II Caminante. ¿Dónde vas? -Voy cortando el espacio con tijeras que formo de luces de mis ojos. Voy cortando el espacio buscando el infinito-. ¡Espera, caminante, y me marcharé contigo![35] VIAJE DE PLATERO Y YO [36] Y las peñas agrupándose en rebaños. Y los años que se caen en la cuneta del camino floreciendo. Las encinas y los olivos amasando para hacer una gran torta de la tierra. Un ciprés grita: ¡Adivina adivinanza, ¿quién se llenará la panza?! Un cantar se suspende en el clavo de su mismo sentimiento ….. (Mi Platero va mascando su dulce filosofía) [37] rodando[38] sobre el silencio del campo …………. …………………………… …………………………… Rodando siempre rodando, como el Sol, la Luna y yo. VIAJE EN TREN Una roca recortada con navaja para hacer de ella una casa. Unos álamos y un río que discuten, «de si es mío o no», la Luna, el Aire y el Sol. Un dolor monta en un cuervo, y una esperanza en un mirlo. La máquina da un silbido agudo, estrecho y sombrío,[39] en donde cabalga el frío. Mil voces paran al tren, un chirrido. (¡La estación!). «¡Bocadillo, bocadillos, bocadillos de jamón!». El tren se toma una copa, -se calienta-, y sale de allí despacito, despacito y regañando. ¡Ay, qué bueno está ese vino, ay, qué rico! Uno, dos, tres ….. muchos olivos que están haciendo instrucción; y el tren casi distraído les va tocando el tambor. ……………………………………. ……………………………………. En los hilos del telégrafo escribe música Dios.[40] VIAJE EN AVIÓN El río como un tornillo se clava en su nacimiento. El pensamiento hecho niño, va tocando la guitarra en ese cartón rizado de tierra recién labrada. El camino, (alfiler de la corbata del pueblo), presume de ser platino lleno de brillantes negros. Los olivos, los castaños y los pinos, son ejércitos de frailes capuchinos. ¡Una palmera, otra, otra y otra …! Giran que giran que giran como molinos de vientos del diablo que en el centro de la tierra haga pan. En una vuelta de campana te he visto otra vez palmera, parecías el ventilador del cielo. Mitad águila mitad Dios, me voy creyendo cuando paso por encima de los pueblos. ¡Sube avión, sube más!, que quiero ver el mar dentro de mi corazón. ………………………………. ………………………………. Y baja después avión. Que quiero verle al mar [41] el corazón. Cuando hago la barrena, el río como una aguja se eleva para coserme en la tierra. INCORPÓREAS NOCHE DE CALENTURA [42] Después de leer aquella noche Las Galgas de Pedro Caba.[43] ¡Apaga la luz!, que todo su color rojo se ha metido en mis ojos. ……………. ¡Ay! ……………. ¡Escaleras tan pendientes y yo rodando por ellas! …………………………………. ¡Enciende!, y mira a ver si tengo rotas las piernas. La sombra de la pantalla forma círculos que crecen en el techo y estallan en las paredes. Ese clavo ha dado en piedra y no entra más a pesar del martilleo constante de mis miradas. ¡Cómo se retuerce el clavo en la pared y en mi alma! Otra vez las sombras pardas, de un perro que llora, (a un gato la cola se le eriza sola), y una vieja cabra desriza la barba y la alarga por la estancia toda. …………………………….. ¡Apaga! ¿Quién me empuja por los hombros para meterme en la tierra y taparme con escombros? ………………………………………. ¡Que me ahogo! ¡¡Enciende!! Mañana, (¡ay! …… cuándo será mañana), ponedme un velo blanco, -¡No!- negro, -¡No!- rosa, -¡No!- azul, -Eso es, azul como el cielo-. ¡DEJADME MORIR! «Que callen esos niños que cantan en la calle»
Una congoja absurdamente querida, se ha enroscado en mi garganta. Una congoja verde de hierba recién llovida en la noche. Una congoja nítida sin dolor en la cabeza ni fiebre de anginas. Una congoja que me trae ansias de morir. ¡Mujeres venid con cirios a alumbrarme! O no no, no vengáis dejadme solo en mi muerte gozar. ¡Que el ruido respete la eternidad del momento mío! ¡Que el sonar del río que llevo dentro calle, quiero suspenderme sin peso en el aire! ¡Que yo no sea, que yo no exista, que yo no oiga la carcajada de las cosas. Que yo sea la nada toda! «¡Que callen esos niños que cantan en la calle!» -¿Por qué no cantar?- Pues que canten, sí, que canten, mejor será. DUERME QUE VIENE EL HALCÓN. NANA «Tu sueño no tema al halcón si el halcón volviera yo te defendiera con mi corazón».
Entran, salen y vuelven a entrar abejas en mi cerebro, que me traen con un ritmo extensionado, sonidos negros. (Ausencia de mí mismo) ¡Y vuelven a entrar!, para traerme libado el seco sabor del mar. ¡Y vuelven a entrar!, para traerme un zumbido balbuciente ……………, (es la nana del demente), que me deja adormecido. |
NOTAS
[1] Es un libro que recoge los poemas escritos por JDV de 1930 a 1935. Su título procede del ritmo de la cancioncilla que el poeta imprime a los poemas de la primera parte. Fue encuadernado artesanalmente con pastas duras de libro de contabilidad de la época. Su medida es de 25 X 20´5 cms., no lleva prólogo y los poemas fueron mecanografiados con tinta azul y adornados con dibujos por Leocadio Mejías, íntimo amigo de JDV. Las siete palabras del Señor y Pulsaciones tienen una presentación idéntica, por tanto JDV debió realizar esta triple labor cuando tomó conciencia de autoría sobre 1939. Canciúnculas se parece a Pulsaciones en que muchos de sus poemas presentan versos tachados y reelaboraciones del autor. JDV no tuvo interés en difundirlo por una crítica adversa que le dio Pedro Caba, pero no lo rechaza y de él selecciona poemas para incluirlos en Hojas húmedas y verdes y en El año cero, sus primeros libros editados. Canciúnculas estaba inédito hasta el momento de publicarlo en la presente edición.
[2] «Apunte XII» de Hojas húmedas y verdes.
[3] Esta palabra debía ser “¿adónde?”, porque el poeta pregunta por el lugar al que va la persona interrogada no por el medio en que se desplaza. Esto vuelve a suceder en otros poemas de este libro y en “Canciones de caminantes” de La muerte del momento.
[4] «Septiembre» en El año cero.
[5] RO: «¿Qué me separa de ti? / ¿El espacio? ….. ¿La distancia? …… ¿La edad? / Me separa de ti, (escúchalo bien), / me separa de ti, la verdad». RD: Evidentemente los versos definitivos tienen mayor calidad.
[6] RO: «decir». RD: Con el cambio, el poeta evita un término común y se decide por otro que hace más lírica la expresión.
[7] RO: «tú saliste perdiendo». RD: El poeta añade «pues» para hacer el verso octosílabo.
[8] RO: «de aquella noche tan larga». RD: Tiene mayor calidad, porque resulta más creativa y acorde con el estado espiritual del poeta.
[9] Este poema aparecerá más tarde como segunda parte del poema «Cante jondo» de El año cero.
[10] RO de este verso y el último de la cuarta estrofa: «para cuando venga» y «para que lo vea», respectivamente. RD: El poeta ha añadido «ella» en ambos versos con dos objetivos: uno para identificar a la mujer que espera y, otro, para hacer ambos versos octosílabos como el resto.
[11] La preposición “de” sobra, pero el poeta la necesita para que el verso sea octosílabo.
[12] RO de esta estrofa: «Yo brindaría / y tiraría la montera / a la gitana desnuda / que los toros presidiera». RD: El poeta evita la cacofonía «brindaría / tiraría» y la alusión al sexo, demasiado comprometida para la época.
[13] RO: Esta nota no aparece, fue añadida posteriormente como un subtítulo. En Inefable … esta nota se convertirá en una cita afirmativa («Hoy es ayer»), indicando la preocupación del poeta por el paso del tiempo.
[14] RO: «Si el que más o el que menos». RD: El verso ha sido sintetizado por el poeta para suprimir una frase tópica y suavizar la rima asonante de «menos-conocemos-desvelos» que se repetía en versos consecutivos.
[15] RO: «me creía un general en su desfile». RD: El poeta ha cambiado el tiempo verbal y ha suprimido «en su desfile», para conseguir una asociación más acorde con la ironía que quiere expresar con «general de peces».
[16] RO: «El trigo seco reseco». RD: «reseco» es suprimido para evitar la repetición de «seco» y la rima interior del verso «seco-reseco» que el poeta arregla de una forma fácil y, a la vez, evita la repetición conceptual que era innecesaria.
[17] RO: «adónde carajos va,». RD: «carajos» es suprimido para evitar una expresión poco lírica.
[18] RO: «despide como una lengua de fuego». RD: «como» no aparece y «lengua» es sustituido por «lenguita». Con la supresión el poeta convierte en más real lo que dice y, de paso, evita la comparación que no era necesaria, y con el diminutivo hace la expresión más cercana y cálida.
[19] Ésta es la primera vez que aparece en la poesía de JDV la imagen de «un árbol solo», símbolo que se va a convertir en centro de su obra poética.
[20] vv. 4 y 5 del «Apunte I» de Hojas húmedas y verdes.
[21] Esta cita de autor anónimo sirve de orientación al lector. El empleo de citas encabezando un poema será un recurso utilizado por JDV con la finalidad docente de orientar al lector sobre el contenido de los poemas donde aparecen.
[22] RO: «hasta adquiero». RD: La palabra «hasta» aparece tachada en este verso y en tres versos más abajo (que en la RO decía: «hasta un junco que llevo») para evitar la repetición y hacer la expresión más directa.
[23] RO: «se me convierte en un remo». RD: «me» es suprimido, porque en el verso siguiente hay otro y el eliminado era innecesario.
[24] RO: este verso eran dos: «me hace cambiar / el paso». RD: Con la reducción el poeta evita que acabe el verso en infinitivo y en aguda y con la introducción de «yo» inserta un requiebro que le imprime un tono más lírico.
[25] RO: «se me convierte en estoque». RD: «me» es suprimido por innecesario.
[26] RO: «Yo me silbo». RD: «Yo» es suprimido para hacer la expresión más fluida.
[27] Ed. Alcántara (Cáceres, nº 20, 1949), El año cero con el subtítulo «(Barrio de San Mateo de Cáceres)» y numerosas variantes, ABC y Primera antología (1961).
[28] RO: «fibras de mi corazón ….». RD: La reelaboración indica más fielmente el estado anímico del poeta.
[29] Ed. El año cero con alguna variante.
[30] Esta palabra es utilizada en el sentido de “acometer, empezar a ejecutar”.
[31] RO: este verso iba acompañado de otro: «Todas pasaron de prisa / como quien va algún entierro». RD: El añadido de la conjunción «y» y la eliminación del segundo verso aumenta la sugerencia y añade misterio.
[32] Los cuatro poemas que contiene este apartado son experiencias vanguardistas del joven JDV, que escribió abundantes composiciones de este tipo porque estaban de moda. Pero, excepto estos poemas, el titulado «Arco de Santa Ana» de Pulsaciones y los textos vanguardistas transcritos en “Y otros poemas”, no se atrevió a difundirlos y los destruyó, según sus propias declaraciones. En el relato «Momento de vida» de El otro día de JDV, el protagonista es atropellado por un automóvil y siente unas sensaciones idénticas a las que describe el poeta en estos poemas cubistas (p. 93).
[33] RO: los tres últimos versos decían: «Una inmensa esfera del mundo / entre la navaja del barbero / y un álamo». RD: La reelaboración mejora los dos versos últimos (que eran una simple descripción sin valor lírico) dotándolos de trascendencia y sentido.
[34] RO, CME, APJDV, HSC: “I / Caminante ¿Dónde vas? / -Voy en busca del corazón del camino- / El camino, caminante, / nació blanco, nació muerto, nació frío. / El corazón del camino, caminante, / está podrido. // II / Caminante ¿Dónde vas? / -Andando siempre caminos …..- / Soy eterno peregrino / del arte de caminar. / Yo voy cortando el espacio, / con las tijeras que formo, / con las luces de mis ojos. / Yo voy cortando el espacio / en busca del infinito. / Caminante: / Yo me marcharé contigo”. RD: Es más sintética y, por tanto, producto de una elaboración posterior del poeta. En La muerte del momento, JDV incluirá el poema «Canciones de caminante», con algún momento parecido: «-Caminante ¿Dónde vas? / -Cortando espacio y canción / con tijeras de miradas” (vv. 5, 6 y 7).
[35] RO: «Caminante ¿Dónde vas? / -Voy cortando el espacio / con las tijeras que formo / de las luces de mis ojos. / Voy cortando el espacio / en busca del infinito-. / ¡Caminante; yo me marcharé contigo!». RD: Las reelaboraciones tienen el objetivo de conseguir una composición con versos de idéntica medida.
[36] RO: el poema comenzaba con estos tres versos: «Los capullos de las flores / conteniéndose el suspiro / que les hará florecer.». RD: Estos versos han sido eliminados, quizás porque el poeta quería iniciar el poema con un comienzo abrupto como el que se produce en los primeros versos de la versión transcrita.
[37] RO: estos versos no tenían paréntesis. RD: El uso de este signo gráfico se hará característico en JDV cuando desee indicar una reflexión simultánea al discurrir del poema como ocurre en este caso.
[38] RO: «Mi Platero va rodando». RD: La reducción de este verso y el hecho de que, en el original, una flecha escrita a pluma conecte la estrofa: «Un cantar / se suspende en el clavo / de su mismo sentimiento» con «rodando» y los versos siguientes indican que el poeta ha querido alargar y acentuar el «cantar», que se oye en el campo mientras camina junto a Platero.
[39] RO: este verso aparece reelaborado: «sombrío, agudo y estrecho», quizás para evitar la misma rima asonante en los tres versos. RD: El poeta se decide finalmente por dejar «sombrío» en último lugar posiblemente para conseguir el efecto onomatopéyico del silbido del tren.
[40] RO, estrofa final: «Una nube se me ofrece de algodón / porque ha visto, / que me azotan / y me cortan / pensamiento, / los palos y los hilos / del telégrafo». RD: El poeta, consciente del prosaísmo de estos versos, realiza una drástico esfuerzo de síntesis y consigue reducirlos a dos versos, que son más líricos y tienen una calidad que los sitúa entre los más logrados de su obra lírica. En su artículo «Carta a un poeta en Alemania» (Hoy, 27-4-66), reelabora estos versos de la siguiente manera: «Las golondrinas tiran saetas a media altura. […] Otras escriben música […] en los alambres”.
[41] RO: «Que quiero ver al mar». RD: El poeta añade «le» para hacer más cercano lo que dice.
[42] Red. El año cero con leves variantes en los vv. 18, 19 y finales.
[43] Novela editada en 1934 (premio Gabriel Miró 1935). Pedro Caba (Arroyo de la Luz -Cáceres-, 1900) fue doctor en Filosofía, ensayista de temas existenciales (Los sexos, el amor y la historia, 1947 y 1950, Algunos rasgos del hombre extremeño, 1968) y novelista (Las Galgas, 1935, Tierra y mujer o Lázara la profetisa, 1945). JDV lo conoció en la tertulia de la farmacia de su hermano Juan en Cáceres y, durante muchos años, se benefició del fructífero magisterio filosófico y poético que ejerció sobre él. El aprecio de JDV por Caba se manifiesta en varios momentos de su obra poética: Encabeza poemas con sus citas, le dedica poemas y libros, le encarga prólogos y destaca en artículos su personalidad filosófica («¿Qué es el hombre? de Pedro Caba», Hoy, 4-8-49, «Pedro Caba», Hoy, 14-7-77). El filósofo, en correspondencia, le dedicó artículos como los titulados «Los cuentos de un gran poeta», CME, APJDV, y «Un gran poeta», Hoy, 26-1-58.
[44] Esta cita son unas palabras pronunciadas por Leocadio Mejías que, años después, le recordó a JDV en una carta (Madrid, 19-1-53, APJDV). Mejías (Cáceres, 1911) fue el primer amigo de JDV en Cáceres y les unió una fraternal amistad. Años más tarde se fue a Madrid, donde alcanzó fama como guionista de cine y autor teatral. También escribió novelas (Santa Lila de la Luna Lola, 1935, en colaboración con Pedro de Lorenzo, Aventurero urbano, 1947), un libro de poemas (La ilusión), una comedia (Sr. Clown, 1942) y una biografía (Ramper, una vida para la risa y el dolor, 1957).
[45] De nuevo JDV, para escribir un poema, recurre a la técnica de basarse en una cita de personas próximas; en este caso, de dos amigos: Pedro Caba y M. Carbajo, un médico con el que también mantuvo una cercana relación.
Fotografía cabecera: Teatro romano de Mérida