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Historia y Poesía, patrimonio inmaterial en Mérida

En la diapositiva siguiente se muestra, a la izquierda, el Templo de Diana de 2000 años de antigüedad y, a su derecha, un poema del profesor del instituto Santa Eulalia de Mérida Antonio López Martínez, que certifica su permanencia en el tiempo:

La conexión que se establece aquí entre Historia y Poesía muestra que la Literatura es un espacio cultural íntimamente relacionado con la Historia. Así que, aunque conozco Mérida desde mi primera memoria y habito desde 1987 en la ciudad, me declaro amante de ella principalmente por la conjunción de Historia y Poesía que en su ámbito aprecio.

Luego, como estoy relacionado desde hace décadas con la Literatura y ejerzo la docencia en esta ciudad bimilenaria, la considero Patrimonio Inmaterial de la Cultura de la Humanidad por esa estrecha relación que se hace patente en sus lugares milenarios, que han suscitado numerosos versos de abundantes poetas a su permanencia en el tiempo.

Maqueta de Augusta Emerita

“Teatro”

… la majestuosa mole de tus gradas
y el ruinoso escenario de tu templo,
que en blanco mármol tuvo revocadas
hace siglos sus clásicas fachadas.
El sol arranca pálidos destellos
en los trozos de mármol que prendidos
quedan de basamentos, demolidos
por el cruel tiempo que pasó por ellos.

                                                                             Juan A. Martínez

Y es que, desde Augusta Emerita, fundada en el año 25 a. C., Historia y Poesía se encuentran íntimamente unidas, porque Mérida es un lugar muy histórico al ser protagonista en episodios fundamentales de la Historia como la romanización y la islamización de Hispania o la transformación experimentada por la ciudad a partir de los años 50 del siglo XX hasta convertirse en capital de Extremadura.


Estos procesos históricos han dejado huella en construcciones que hoy son venerables ancianos, cuyas edades oscilan desde los 130 años de la Plaza de España a los infinitos del Guadiana, río ya presente cuando se empieza a escribir la Historia, pasando por los 1.200 años de la edificación de la Alcazaba árabe y los más de 2.000 años de la construcción del puente romano sobre el mítico río Anas.

A la vez Mérida es una ciudad muy poética desde que, según el prestigioso bibliófilo Antonio Rodríguez-Moñino, comienza la poesía en Extremadura en las inscripciones funerarias de las necrópolis de Augusta Emerita como en esta inscripción dedicada a Julia Sotira, una habitante de la colonia:

Luego, en el siglo XVIII, nace en Mérida Juan Pablo Forner, uno de los principales representantes del Neoclasicismo español:

Después, a comienzos del siglo XX, viene al mundo en la calle Bastimentos de Mérida Jesús Delgado Valhondo, autor de una obra poética de especial magnitud por la trascendencia de su temática, que es la descripción de la mayor epopeya en la que puede embarcarse un ser humano, la búsqueda de su creador:

Y, algunos años más tarde, ve la luz en Mérida Rufino Félix, cuya poesía se distingue por su rico vocabulario, su fina sensualidad y su enternecedora nostalgia por el tiempo ido, cuyos años de plenitud vive en aquella Mérida abarcable de los años de la mitad del siglo XX y hoy sigue gozoso habitándola:

Además, desde que se editan publicaciones periódicas en Mérida se incluye abundante poesía en sus páginas como, por ejemplo, en El león ibérico de 1881.


Este interés por la poesía se acentúa a mediados del siglo XX con cuatro publicaciones que incluyen poemas: dos son poéticas, Jaire, creada por dos sacerdotes: Juan María Robles Febré y Francisco Horrillo, y Olalla, fundada por Félix Valverde Grimaldi.

Y otras dos que no son poéticas: Mérida, la revista de la Feria que, en los diez números editados en la década de los años 50 del pasado siglo, publica 120 poemas, y el semanario Mérida que, en sus 110 números, edita 144 poemas.

“Plaza de Santa Clara”

Plazuela de la infancia
de amarillas paredes
de piedras centenarias
en donde las palomas
se arrullan en la calma
y duermen las cigüeñas
inmóviles, extáticas
y chillan en las siestas
cernícalos que bajan
en vuelos caprichosos
hacia la amable plaza
¡Oh las tardes del Ponce!
Tardecitas lejanas
tan borrosas, tan luengas
tan de ayer, ya tan vagas.

                                                 Baldomero Díaz de Entresotos

Más actualmente, cuando la biblioteca pública Juan Pablo Forner convoca a los grupos poéticos de la ciudad, acuden a su llamada los colectivos líricos Poetas por la paz, Ecos de papel, Babel, La luna sola, La luna de Mérida, Alcandoria y Gallos quiebran albores.

Los dos últimos grupos son los más activos con sendas tertulias y abundantes actividades poéticas, que resultan una referencia para toda la Comunidad: Alcandoria es fundada por Antonio Gómez en 1982, y Gallos quiebran albores, por Rufino Félix, Jesús Martínez, Eladio Méndez, Antonio Salguero y Miguel Combarros en 1992.

Por tanto, Historia y Poesía siempre han estado estrechamente vinculadas en la capital de Extremadura desde su misma fundación en el año 25 a. C., base argumental de mi Itinerario Poético de Mérida (2007) y de mi Itinerario Monumental de Mérida (2010):

En ambos Itinerarios se proponen recorridos culturales por la ciudad histórica con la lectura de poemas ilustrativos en los lugares visitados como la alcazaba árabe, cuyo edificio se encuentra construido sobre cimientos romanos.

“Sueño de formas y piedras”

Romana y mora, silente y callada.
Cúmulo de piedra y argamasa
y en el centro un aljibe
de agua prístina y clara
que aliviaba la sed en los asedios
cuando la turba cristiana
se arrimó a reconquistarte a ti
fitero mojón, fortaleza y barbacana.

Hoy son tus muros testigos
de tu ancestral esplendor
a la orilla del Guadiana
belleza sin parangón.
¡Alcazaba emeritense
tú eres la mejor canción!
                                           Paco Galán

En fin, Historia y Poesía se hacen realidad como Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad en Mérida.

asalgueroc

Fotografía de cabecera: Plaza de España de Mérida