Poesía Neoclásica (1700-1799, s. XVIII)
INTRODUCCIÓN
En 1700 comienza a gobernar Felipe V, primer rey de la Casa de Borbón, en cuyo reinado Extremadura pasa a ser una unidad territorial y administrativa claramente definida, idéntica a la de hoy. En 1724 abdica en su hijo Luis I, que muere este mismo año, y tiene que volver a reinar. En 1746, sube al trono su hijo Fernando VI. En 1759, le sucede su hermano Carlos III, un buen rey para España y «el mejor alcalde de Madrid». El siglo termina con el reinado de Carlos IV, hijo del rey anterior, que comienza a gobernar en 1788. En su reinado, sobresale su valido el extremeño Manuel Godoy, Príncipe de la Paz.
El siglo XVIII es denominado el Siglo de las Luces o de la Razón, porque en él se produce un movimiento sociocultural, la Ilustración, que revisa todos los planteamientos anteriores de forma racional y los difunde en la Enciclopedia.
Esta gran obra, publicada entre 1751 y 1780 en 37 volúmenes, fue dirigida por Diderot y D’Alembert, que recopilan todo el saber humano, basándose en planteamientos igualitarios y reformistas, difunden la cultura y los conocimientos, crean una actitud crítica y antidogmática, denuncian los prejuicios y creencias tradicionales y se basan en el Experimentalismo (Racionalismo de Kant). La Ilustración culmina en la Revolución Francesa de 1789.
Estas nuevas ideas trastocan los planteamientos políticos, religiosos, sociales, económicos y culturales de Europa. La burguesía francesa disputa razonadamente el poder a la Monarquía, se alía con el Pueblo y guillotina al rey Luis XVI. La fe y la religiosidad disminuyen y los jesuitas son expulsados de varios países europeos por combatir la Ilustración (1767). El progreso, la desaparición de costumbres atrasadas, el desarrollo económico, las reformas sociales y, en definitiva, la felicidad del ser humano son los objetivos que desean conseguir los ilustrados.
En España, la Monarquía es eficaz y beneficiosa para el país, por lo que no sufre los graves problemas de la de Francia. No obstante, se ve influida por su lengua (en boga, espectro, gabinete, catastro –galicismos–), sus modas y su pensamiento (adoptado por los afrancesados durante la Guerra de la Independencia).
El sistema de gobierno, típicamente neoclásico, es el Despotismo Ilustrado, que se resume en la frase Todo para el Pueblo, pero sin el Pueblo. En España (y, especialmente, en el reinado de Carlos III) produce mejoras sociales, elevación del nivel cultural y la creación de instituciones nacionales como la Real Academia Española de la Lengua, la Biblioteca Nacional o las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Las características del Neoclasicismo literario (1750-1785) son su atracción por el arte clásico de Grecia y Roma debido a su sencillez, elegancia y carácter funcional. El tratamiento de una amplia temática sobre Medicina, Filosofía, Matemáticas, Justicia, Historia, Agricultura, Literatura. El uso de un lenguaje sencillo, práctico y razonado, que destierra los sentimientos y la inspiración. La vuelta a las reglas de lugar, tiempo y acción y a los temas clásicos de la naturaleza, el bucolismo y las musas. Los contenidos científicos, aplicables y didácticos. La intención de instruir deleitando. El predominio de los géneros docentes (fábula, ensayo, libros de viajes, epístolas). Y la crítica contra la incultura y las malas costumbres, que obstaculizan el progreso y el bienestar de la gente común.
En Extremadura, el siglo comienza con los desastres de la Guerra de Sucesión. Portugal ocupa Valencia de Alcántara, Alburquerque y Jerez de los Caballeros, sitia dos veces Badajoz, asola la zona, provoca una época de hambre y causa un descenso de la población. La situación del campo es crítica, los campesinos necesitan tierras para cultivar y se levantan contra la Mesta, que la acapara para pastos de las ovejas.
No obstante, el espíritu ilustrado se mantiene y crea las Sociedades Económicas de Amigos del País, que surgen como asociaciones para difundir las ideas progresistas procedentes de Francia y ayudan decididamente a la formación de los ciudadanos y a la modernización de España. La primera que se creó fue la de Plasencia en 1780 y, después, la de Trujillo, Coria y Villafranca de los Barros. Su lema era “Fomenta enseñando”.
Entre los poetas neoclásicos más importantes estuvieron los extremeños Francisco Gregorio de Salas, Vicente García de la Huerta, Juan Meléndez Valdés y Juan Pablo Forner. Como desarrollaron su labor poética fuera de los límites de Extremadura, asimilaron las características de la poesía neoclásica nacional.
FRANCISCO GREGORIO DE SALAS
(Jaraicejo, Cáceres, ¿1729 – 1797?)
No se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento ni de su muerte. Por este motivo también se piensa que nació a mediados del XVIII y murió en 1808.
Estudió en Salamanca. Después se ordenó sacerdote en Plasencia. Ejerció su ministerio en la iglesia de Santa María de la Magdalena y fue capellán del hospital de las Recogidas y predicador del Rey en Madrid. También llegó a ser miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Era amante de su sacerdocio, de la vida en contacto con la naturaleza y de las tertulias. Tenía don de gente y gozaba de un carácter afable y sencillo, que lo llevó a rechazar los honores ofrecidos por el influyente extremeño Manuel Godoy. Sintió una acentuada nostalgia por su Jaraicejo natal, situado en la Sierra de Miravete (Cáceres), adonde se apartaba de la vida mundana de la Corte y encontraba muchas veces su inspiración. En cambio, satirizó la corrupción cortesana y las costumbres de la ciudad en numerosas ocasiones.
Tiene una extensa obra lírica editada en dos tomos con el título de Poesías (1797); muchas de las cuales obtuvieron una gran popularidad. En Observatorio rústico (1772), Salicio y Coridón, dos labradores, se encuentran en un frondoso valle junto a un arroyo y, a la sombra de un árbol, se cuentan la existencia agradable que llevan en sus lugares respectivos en contacto con la naturaleza, las faenas del campo y las sencillas costumbres rurales.
De esta situación se deducen preceptos morales, que destacan los beneficios obtenidos por la actitud honrada que estos sencillos personajes adoptan ante la vida, y una exaltación de la vida natural en el campo frente a la existencia artificial en la ciudad. En Égloga de Dalmiro y Silvano (1795), estos pastores se cuentan sus amores y penas en un ambiente bucólico, que recuerda las églogas de Garcilaso.
Sus Elogios poéticos (1799), dirigidos a escritores, militares, clérigos y pintores extremeños, muestran una fuerte atracción por su tierra. También compuso una colección de Epigramas (1816) con asuntos (elogios a las virtudes humanas y crítica a los vicios) y metros variados (sonetos, romances, silvas, octavas, décimas, fábulas).
Entre ellos se encuentra el titulado “Juicio imparcial o definición crítica del carácter de los naturales de los Reinos y Provincias de España” donde, en veintiuna décimas, define los distintos caracteres de los españoles de una forma burlesca y satírica. Así sucede con los extremeños, a los que califica de «indios de la nación». Duramente criticado por sus definiciones hirientes, en este caso se justificó diciendo que la expresión significaba que en aquel tiempo el sustento de los extremeños se lo llevaban los ganaderos del norte como hacían los europeos con los indios de América.
Su estilo es propio de un escritor ilustrado y de un sacerdote, que advierte la necesidad de guardar unos preceptos morales no sólo por tranquilidad espiritual sino también por el bien común, el progreso y la felicidad general, objetivos prioritarios en los escritores neoclásicos. También destacó las ventajas físicas y espirituales de la existencia en contacto con la naturaleza frente a la vida urbana, donde el componente anímico queda diluido por los intereses materiales.
CORIDÓN (1)Yo veo a mi hortelano,
DEL PASTOR (3)Suele el pastor que duerme prevenido Reconoce el ganado en el sonido Ordeña en tarros la abundante leche, y como allí no hay nadie que lo aceche,
FÁBULA (4)Traidoramente un tigre
EPÍGRAFE (5)Al diestro lado de la ilustre cueva
EL ESPAÑOL EN GENERAL (6)El español es honrado,
ASTURIAS (7)El asturiano cerdoso,
ANDALUCÍA (8)Al andaluz retador
EXTREMADURA (9)Espíritu desunido |
NOTAS
(1) Poema (vv. 305-322) del Observatorio rústico, cuyo contenido es una alabanza a la vida sencilla y austera que llevan los pobladores del campo.
(2) También “almagra o almagre” se refiere a una “especie de tierra roja que se usa para teñir lana, madera y cuerdas”.
(3) Soneto de Epigramas, que acoge una alabanza de la vida apacible y natural del pastor.
(4) Poema de Poesías contra los oportunistas que prosperan engañando a los incautos. [recitado en el vídeo del final]
(5) Alabanza de Elogios poéticos para ser inscrita en el sepulcro de D. Pedro Ceballos, político español de la época relacionado con Extremadura.
(6) Epigrama del “Juicio imparcial o definición crítica del carácter de los naturales de los Reinos y Provincias de España”, cuyo contenido es una excelente opinión sobre los españoles, aunque critica que no saben aprovechar sus cualidades.
(7) Epigrama del “Juicio imparcial o definición crítica del carácter de los naturales de los Reinos y Provincias de España”, que presenta a los asturianos como nobles brutos y escasos de entendimiento.
(8) Epigrama del “Juicio imparcial o definición crítica del carácter de los naturales de los Reinos y Provincias de España”, que considera a los andaluces gente abierta y desenfadada. Curiosamente esta «décima» tiene nueve versos, como en el original.
(9) Epigrama del “Juicio imparcial o definición crítica del carácter de los naturales de los Reinos y Provincias de España”, cuyo contenido considera a los extremeños inteligentes pero, a la vez, desunidos, apáticos y perezosos.
VICENTE GARCÍA DE LA HUERTA
(Zafra, Badajoz, 1734 – Madrid, 1787)
Se marcha a Salamanca, aún adolescente, para cursar estudios universitarios. En Madrid es archivero del Duque de Alba, quien consigue que lo nombren poeta oficial de la Corte de Carlos III.
A partir de 1757, vive su mejor época literaria y social, porque es nombrado, entre otros cargos, académico de la Real Academia Española de la Lengua, goza de una excelente consideración en los ambientes ilustrados del siglo XVIII y realiza un viaje a París, donde conoce la Ilustración.
Sin embargo, en 1766, comienza una polémica con el Conde de Aranda, que termina con su destierro en Orán. De vuelta en Madrid se convierte en una persona intolerante, que continuamente polemiza con escritores de la época como Iriarte, Samaniego, Jovellanos y Juan Pablo Forner.
Su obra erudita está compuesta por la Biblioteca militar española, los Retratos de los Reyes de España y Theatro español, cuya edición provoca fuertes críticas, pues ignora a todos los dramaturgos del ciclo de Lope de Vega.
La obra dramática de García de la Huerta se compone de una comedia pastoril titulada Lisi desdeñosa y tres tragedias: La triunfante de amor y cetro o Xayra, Agamenón vengado y Raquel, que trata de los amores de Alfonso VIII con una judía de Toledo. Es su pieza más lograda y la tragedia neoclásica española de mayor calidad.
La poesía de García de la Huerta está formada por poemas conmemorativos entre los que destaca la «Égloga piscatoria», que fue leída en la Real Academia de San Fernando, y «Los bereberes. Égloga africana», que escribió para conmemorar la colocación de una estatua del Rey en Orán.
También compuso poesía amorosa en forma de sonetos, endechas, romances, madrigales, estancias y glosas. En estos variados poemas, se suele dirigir a Lisi, Filis o Amarilis con el nombre de Hortelio para reprocharles su indiferencia y solicitar su atención. También trata el dolor por la ausencia de la amada, la espera impasible de la muerte, la influencia de la Fortuna y los detalles autobiográficos.
Su poema más destacado es «Endimión. Poema heroico» que, escrito en sesenta octavas reales y con influencia de Góngora, cuenta cómo Zeus, a petición de la Luna (Selene), concede a Endimión el sueño eterno, del que sólo se despierta para recibir a su amada Selene.
Además escribió dos romances épicos (“Romance. Imitación de don Luis de Góngora» y «Romance II»), donde cuenta cómo se preparan para luchar el caballero don Gutierre y el moro Hizán, que se ve obligado a separarse de su amada Daraja, la pelea entre ambos, la victoria del cristiano y la muerte de Daraja, cuando ve herido de muerte a su amado.
También, se pueden localizar en la poesía de Huerta poemas como los titulados «No os atropelléis, traidoras» y «Satisfacciones a una calumnia», que expresan el estado de desolación sufrido al final de su vida. Completan su obra literaria numerosas cartas y ensayos, compuestos para polemizar sobre los más variados asuntos.
A LOS DESVELOS DE HORTELIO
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NOTAS
(10) Declaración amorosa de la pasión que Hortelio enamorado siente por su amada Filis.
(11) Seudónimo del poeta que procede de su apellido “Huerta”.
(12) Declaración amorosa donde el enamorado se muestra muy seguro de la fortaleza de su amor.
(13) Bienvenida con deseos de paz y riqueza para la nueva reina María Luisa de Parma, que llegó a España para casarse con Carlos III el 4 de septiembre de 1765.
(14) Descripción de la vida bucólica de los primeros habitantes de la tierra (estrofa VII) que, sin embargo, se vieron afectados por el amor (estrofa VIII).
(15) Petición del amado a Lisi para que sea más condescendiente y menos desdeñosa con él (vv. 1-16).
(16) Últimas palabras de Raquel contra Rubén, su asesino, y de amor por el rey.
(17) Lamentación del rey Alfonso VIII cuando encuentra muerta a su amada Raquel.
JUAN MELÉNDEZ VALDÉS
(Ribera del Fresno, Badajoz, 1754 – Montpellier, Francia, 1817)
En 1757, se traslada con su familia a Almendralejo. A partir de 1772, estudia Leyes en la universidad de Salamanca, donde llega a ser catedrático de Humanidades. Allí contacta con Juan Pablo Forner y José Cadalso, escritores neoclásicos con los que forma la escuela salmantina, y comienza una relación epistolar con Jovellanos. Consigue el Premio de la Real Academia Española de la Lengua con su poema “Batilo (18), égloga en alabanza de la vida del campo”. Posteriormente ejerce de magistrado en Zaragoza, Valladolid y Madrid.
Fuera de su actividad profesional, colabora con los proyectos educativos y reformistas de las Sociedades Económicas de Amigos del País del lugar en que se encuentra y con escritos, donde difunde las ideas sociales y filosóficas de la Ilustración.
En 1810, es nombrado académico de la Real Academia Española de la Lengua. Gran conocedor del pensamiento ilustrado y admirador de sus ideas progresistas, durante la Guerra de la Independencia fue partidario de José Bonaparte, que lo nombró Ministro de Instrucción Pública. Esta fue la causa de que, al terminar el conflicto, tuviera que exiliarse en Francia por afrancesado.
Es considerado un gran intelectual, el poeta de mayor calidad del siglo XVIII y el primer lírico moderno. Su temática se centra en el amor, el bucolismo, los sentimientos, la sensualidad, la moral y la filosofía. Influido por el estilo rococó, que estuvo de moda a partir de 1760, comenzó componiendo poemas anacreónticos, donde trata sobre los amores juveniles, la frivolidad y los placeres en medio de una naturaleza bucólica.
Su forma de expresión más frecuente es la oda, poema al que le imprime un carácter elegante y aristocrático. Las amadas adoptan variados nombres (Dorila, Belisa o Galatea) y los poemas se agrupan en torno a títulos como “La paloma de Filis”, “Odas a Lisi”, “Galatea o la ilusión del canto” o “Los besos de amor”.
Después de que Jovellanos en 1776 llamara la atención a los componentes de la escuela salmantina por la intrascendencia de su poesía, Meléndez Valdés se interesa por enriquecer su poesía con reflexiones morales y la adapta a la influencia clásica. En esta etapa destacan las églogas “Aminta” y “El zagal del Tormes”, donde unos pastores exponen sus vivencias amorosas en un ambiente característico de la poesía neoclásica.
Por último, escribió poesía ilustrada con la finalidad de formar a los lectores, cambiar su mentalidad y ayudarlos a conseguir el progreso y la felicidad. Esta es la razón de que verse sobre la educación, la igualdad, la agricultura, la ciencia, el arte, las letras y la crítica contra el fanatismo religioso y los vicios sociales. Destacan en este tipo de poesía elegías morales como la titulada “De las miserias humanas” sobre los vicios y defectos del hombre y epístolas críticas como “La mendiguez” sobre la pobreza.
Realizó cuatro ediciones de su Poesías (1785, 1797, 1811, 1815), donde abundan los romances (“La lluvia y la tarde”), las letrillas (“A unos lindos ojos”), los sonetos (“La fuga inútil”), las endechas (“En ausencia de mis amigos”), los idilios (poemas cortos y festivos, “La corderita”) y las silvas (“Sobre mi amor”). Además escribió un drama pastoril, que obtuvo un premio nacional, titulado Las bodas de Camacho el rico con ocasión del nacimiento de los infantes gemelos, hijos del futuro Carlos IV.
Juan Meléndez Valdés fue uno de los impulsores de reformas necesarias para un país, que había estado a punto de ser repartido en la Guerra de Sucesión, junto a otros intelectuales como Jovellanos, que lo ayudaron a salir de su postración desde la Judicatura, la Universidad, la Literatura o las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País.
Durante el siglo ilustrado, hubo un deseo general de alentar todo tipo de reformas, especialmente económicas y educativas para cimentar los pilares sobre los que construir una nueva nación. Así se reformó la Administración del Estado y la Hacienda Pública, se dictaron leyes para incentivar y proteger la actividad comercial, se realizaron obras urbanísticas y de infraestructuras, que mejoraron la red de carreteras, y se renovó la Enseñanza, comenzando por los planes de estudio.
DE MIS CANTARES (19)Dícenme las zagalas
A LAS ZAGALAS (20) Decidme, zagalejas,
EL LUNARCITO (21)La noche y el día, ¿De dónde, donosa, La noche y el día,
LOS ARADORES (22)¡Oh! ¡qué bien ante mis ojos ¡Cómo la luciente reja Con lentitud fatigosa Anímalos con su grito, La letra y pausado tono Ellos las anchas narices y el gañán aguija y canta,
LA FUGA INÚTIL (23)Tímido corzo, de cruel acero En vano busca el agua y el ligero Así la flecha al corazón clavada, crece el veneno, y de la sangre helada
EL DESPECHO (24)Los ojos tristes, de llorar cansados, Mil dolorosos ayes desdeñados Huyo a la soledad, y va conmigo aborrezco mi ser y, aunque maldigo |
NOTAS
(18) Seudónimo del poeta.
(19) Exaltación de los placeres mundanos materializados en el amor y el vino.
(20) Angustia del enamorado que no encuentra a su amada.
(21) Juego sensual centrado en un lunar de la amada, que contrasta en su pecho con el blanco de la piel.
(22) Alabanza del trabajo en el campo (vv. 1-28). Meléndez Valdés, en el prólogo de sus Poesías dedicadas a Manuel Godoy, le dice: “Composiciones de este tipo las oyó el Guadiana, y han resonado por sus fértiles y extendidas dehesas”.
(23) Descripción del estado emocional de un enamorado, que se siente morir como el corzo herido mortalmente por el cazador.
(24) Lamentación hiperbólica donde un enamorado cuenta el enorme pesar sentido ante el rechazo de su amada.
JUAN PABLO FORNER
(Mérida, Badajoz, 1756 – Madrid, 1797)
El nacimiento en Mérida de Juan Pablo Forner y Piquer se debió a la afición de su padre por el estudio de los restos arqueológicos de Augusta Emerita, fin para el que, como médico, pidió traslado a la ciudad. Él hizo las primeras excavaciones realizadas en Mérida y, en lo que hoy es el Parador de Turismo, creó un Jardín de Antigüedades, que es el precedente del actual Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
Juan Pablo estudió Humanidades y Leyes en Salamanca, ciudad donde conoce a José Cadalso y Juan Meléndez Valdés con los que forma la escuela salmantina. Se traslada a Madrid donde se dedica a la jurisprudencia, la escritura y la polémica con intelectuales como Tomás de Iriarte y Vicente García de la Huerta. En 1790 es nombrado Fiscal del Crimen de la Real Audiencia de Sevilla y, posteriormente, Fiscal del Consejo de Castilla.
Escribió obras de teatro como la titulada La escuela de la amistad o El filósofo enamorado, una comedia de buenas costumbres; obras eruditas (Discurso imparcial y verdadero sobre el estado actual del teatro español); composiciones doctrinales (Exequias de la lengua castellana y Discurso sobre el modo de escribir y mejorar la historia de España) y textos de polémica (Oración apologética por la España y su mérito literario), que crearon un gran revuelo y el Gobierno le prohibió publicar otros sin un permiso especial.
También tiene escritos que representan el espíritu crítico neoclásico, donde denuncia el escaso rigor de los ilustrados franceses, y traducciones de escritores clásicos como las Odas de Horacio, con las que deseaba contrarrestar su agitada vida de escritor ilustrado.
Es autor, además, de poemas laudatorios (a Carlos IV, a Godoy), amorosos (“A Lisi tocando el arpa”), sonetos morales (“Pequeñez de las grandezas humanas”), sátiras (“Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana”, “Sátira contra los vicios de la Corte”) y composiciones filosóficas (“Discursos filosóficos sobre el hombre”). Estas composiciones no siempre aparecen firmadas con su nombre, pues suele utilizar varios seudónimos como Aminta, Filena, Floro o Silvia.
Su poesía es típicamente neoclásica, unas veces resulta un producto de la erudición o de la crítica ilustrada, otras es equilibrada y cercana cuando habla del amor, contiene reflexiones morales o filosofa sobre hondas consideraciones humanas. Su estilo es propio de un poeta ilustrado: lenguaje razonado, directo y práctico, aunque se convierte en cálido y próximo cuando el tema tratado así lo requiere.
No obstante, se inflama ante las injusticias, la intolerancia, los vicios, las malas costumbres y los ataques contra el progreso y el bien común. Le gusta exaltarse ante el brillo de ciertos personajes de su tiempo y lanza críticas furibundas contra la falsa apariencia, la hipocresía y todo lo que fuera perjudicial para España y su gente.
Su variedad temática lo lleva a utilizar numerosas formas de expresión poéticas como letrillas, octavas, décimas, romances, epigramas, sonetos, odas, silvas, epístolas y sátiras, en cuya diversidad se encuentra cómodo, consigue ser ingenioso, muestra buen gusto, usa un español selecto y expone pensamientos muy razonados.
PEQUEÑEZ DE LAS GRANDEZAS HUMANAS (25)Salgo del Betis a la ondosa orilla Entre la opaca luz su honor humilla Pierde en las sombras su grandeza ufana Fía, Licino, en la grandeza humana;
EL SERVICIO INÚTIL (26)Ya silva el viento en la nevada cumbre Y Bato el mayoral sin pesadumbre El mísero zagal humedecido Zagal, reposa, tu fatiga es vana:
DEFINICIÓN DE UN PETIMETRE (27)Yo visto, ya ve usted, perfectamente; Charretera a la corva cabalmente; Sé un poco de francés y de italiano; ¿Tengo, Señor, razón de estar contento?
EPITAFIO (29)Aquí yace Jazmín, gozque (30) mezquino, Si inútil fue y aborrecible bicho,
A UN DEVOTO (31)Tanto rezar Sulpicio,
VIUDA APARENTE (32)Murió Fermín, y su esposa Tan acelerada unión
COPLERO IMITADOR (33)Que a Horacio y Anacreón No es por cierto desatino,
DE QUE TE HA NACIDO UN HIJO (34)De que te ha nacido un hijo |
NOTAS
(25) Reflexión sobre la vanidad de las cosas terrenas que, ayer grandiosas, hoy no son nada.
(26) Preocupación por un joven pastor, cuyo amo no se interesa por él ni siquiera en una noche de temporal.
(27) Sátira contra este prototipo masculino de la época, caracterizado por la apariencia y la banalidad.
(28) “muestras de Cabrier” significa “modelos de Cabrier”, famoso modisto de la época.
(29) Crítica contra la dueña de un perro molesto por maleducarlo y permitirle un comportamiento contrario a la razón.
(30) “Perro pequeño conocido también como perrillo labrador”.
(31) Sátira contra un beato, que oculta con rezos su holgazanería.
(32) Sátira contra una mujer adúltera.
(33) Sátira contra un poeta mediocre.
(34) Sátira contra un cornudo.
IMÁGENES
INTRODUCCIÓN: Portadilla de la Enciclopedia francesa (página de la derecha) y de Diderot, uno de sus autores (página de la izquierda) (1ª). Grabado del sitio de Alburquerque (Badajoz) por las tropas portuguesas en 1705 (2ª). FRANCISCO GREGORIO DE SALAS: Francisco Gregorio de Salas (1ª). Portada de su Observatorio rústico (2ª). VICENTE GARCIA DE LA HUERTA: Vicente García de la Huerta (1ª). Fachada del Palacio de los Duques de Feria en Zafra, hoy Parador Nacional de Turismo (2ª). JUAN MELÉNDEZ VALDÉS: Juan Meléndez Valdés (1ª). Palacio de los Vargas-Zúñigas en Ribera del Fresno (2ª). JUAN PABLO FORNER: Juan Pablo Forner (1ª). Portada de su Obras (2ª).
VÍDEO POESÍA NEOCLÁSICA (de Extremadura, un bello poema)
Fotografía cabecera: Detalle de mapa de 1570 de Extremadura