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Poemas de Extremadura

POEMAS DE EXTREMADURA

 

NACER [1]

   Las águilas nacidas de su sombra llevaban

el hígado de la tierra para una nube blanca

y afilaban los picos en las nubes y afilaban las alas

para cortar al aire, para cortar la luz eternamente pálida.

   Allí en el cielo está -pensé- la vida que soñara,

la vida verdadera, la de las águilas.

Aquí sólo mis ojos ven tras de la ventana

las hierbas y los árboles empapados de alba.

   Allí en el cielo está -pensé- para mañana

recogido el olor que tienen las palabras.

Aquí las mariposas entre las rosas blancas

y el piar de los pájaros sobre las ramas.

   Para cortar al aire las águilas volaban.

Yo pensé quién pudiera volar como las águilas.

Pero dejar la sombra para nacer mañana

en esta tierra mía, en esta tierra dura, en esta tierra parda.

GÉVORA [2]

(La vida)

A Francisco Rodríguez Perera [3]

«Nuestra vida son los ríos»

J.M.[4]

Soy río, sólo río,

y cuánta prisa tengo.

-¿Vas buscando en la muerte

maternidad al cuerpo?

Soy río, sólo importa

ir hacia el mar, y voy corriendo.

JARAS [5]

El verde herido supura

la flor blanca que yo temo

y en ansiedades me quemo

por ver mi mano en albura.

Hoy Jesucristo en su altura

blanco su vuelo y su ocaso

deja en pétalos de raso

sangre roja que derrama,

(y mi brazo es ya la rama

que ofrece flor a su paso).

ESA MANO DE TIERRA [6]

Para Antonio Reyes Huertas [7]

Cuando estrecho tu mano fuerte, callosa y dura.

Cuando estrecho tu mano

parece que recojo del fondo las raíces

terribles del espanto.

Tu mano, campesino, de tierra mal labrada,

de rocas inventándonos

los jornales del tiempo, la historia de los días

erigida al trabajo.

Esa mano de tierra, fuerte, callosa y dura

con sequedad de campo

que busca bajo el suelo las aguas cristalinas

de ríos subterráneos.

Y que yo la venero por el pan de mis hijos,

por la sombra del árbol,

porque padece y sufre su silencio de siglos

en lo que no ha ganado,

porque es la tierra misma que nos tiende en el hombre,

como amiga, la mano.

ALJIBE [8]

Que si otra vez la alegría,

que si otra vez vuelve el mito …,

que sí, que no, que vendría.

La golondrina del rito

se mojó de noche fría

y deshojó el gorgorito.

Que si después, alma mía,

luna de aljibe -¡delito!-

se quedó en melancolía …

Que no, que sí, que nacía

el agua oscura del grito.

MAR EXTREMEÑO [9]

«Este es el mar,

el mar ya junto al cielo».

Era el simple trigal

a boca de lamentos.

«Este es el mar …

sus olas, sus momentos …»

Veía cabalgar

sobre el trigal

al tiempo.

Y comenzó a gritar:

«¡El mar, mar …»

serpenteando aliento!

Oía dialogar

con el trigal

sus sueños.

Yo también dije: «¡Mar!»

(Mis ansias en su acento)

y sólo era el trigal,

Señor, este trigal

a corazón de viento.

BARRIO DE SAN MATEO [10]

Pasó un joven que llevaba

rosas y mirtos de luna.[11]

F.G.L.

I

Se queda Dios en la noche

se para el alma en la orilla

haciendo no sé qué tiempo,

qué catedral de horas íntimas.

Y yo, ¿de dónde dependo

en dónde pongo mi huida?

Hálito de mundo a mundo

de sueño a luz fugitiva

desentrañando no sé

qué turbia sombra dormida.

Y yo ¿dónde tengo puesta

la niña del ojo, niña?

No sé por qué tengo el alma

de la noche estremecida

aquí, junto a mí, cercana,

más que cercana en la herida.

Y yo, ¿dónde pongo luego

la muerte de mi alegría?

En el sentir de mi sangre

por esta noche vertida

tengo yo puesta una lágrima,

de tanto dolor, legítima.

Y yo, ¿dónde juego libre

corazón de sangre viva?

Que siento miedo, que temo

que se me quede perdida

ésa que yo tengo puesta

a latir melancolías.

Y yo, ¿por dónde me muero

para ser centro y partida?

En una palmera queda

la luna verde en avispa

y se desparrama y siembra

pequeña de espacio en ruinas.

Y yo que me estoy muriendo …

¿dónde pongo muerte y vida?

II

De la campaña al cielo sólo un poco,

un poco que volar, lanzarse humano

para coger estrellas como frutas

maduras de calleja y sobresaltos.

De la veleta al cielo existe menos,

aun menos que volar del arbolado

cosido al viento, a tanta vida alzada

y cogerlo, Señor, con nuestras manos.

III

¡Callad!, que sólo el silencio

quede en el rincón dormido,

que le cubra el alto viento

secreto desvanecido.

¡Callad!, que sólo el lamento

quede roca, reprimido,

hecho barro, barro y cuerpo,

por los siglos de los siglos.

IV

Una gitana de sombra

en el rincón se devana.

Y bueno estará lo bueno

de su bienaventuranza.

En la ventana quedó

imprecisa luz de araña

y la duda del recuerdo

medio desasosegada.

V

De la sombra a la luz sólo penumbra

sólo la turbia historia codiciada

del infortunio desandando versos

de lo que puede ser y no ser lástima.

De aquello que medir su propia tarde

su estatura de esquina desgraciada,

lo que puede caer en el vacío

y ser desprecio de su misma nada.

LA PIEDRA [12]

«… y con un gesto de divina alegría toma en sus manos estas enormes piedras cárdenas y fabrica con ellas un delicioso juguete» (De El espectador de Ortega y Gasset).[13]

Alzo la piedra. Te tengo,

trozo de mi Patria. ¿Tú eres

corazón sólo de campo

rondando laderas verdes?

¿O estás alta, con las águilas

en el azul, donde sienten

estrellas la paz divina,

cercana de Dios? Latente

silencio a espaldas del hombre,

puño que amenaza. Bebes

el vuelo a ras de la tierra,

gravedad de vientos. Hieres

eco encerrado en tu casa

mientras piel del tiempo dueles.

¡Oh, piedra, si yo pudiera!

¡Oh, piedra, si yo supiese

tirarte sobre la inmensa

claridad del día! Verte

crecer, hecha voz de patrias,

de patrias nuevas. Simiente

con sólo saber tirarte

alta, más alta, más fuerte,

-honda de David-, que Dios

con sus manos te cogiese

y al bendecirte y besarte

te diera vida en la muerte.

Tú, piedra, hija de mi Patria,

fecunda hija que tuvieses

otras tierras, más Españas,

más ciudades, otros seres

que gozasen del amor

bajo la historia de siempre.

Si pudiera … Si supiese …

Mañana acaso, mañana,

nunca es tarde si Dios quiere.

GUADIANA[14]

Guadiana es agua de vida, cuerpo desnudo en el aire,

labios en flor que soñando hasta el mismo borde bajan.

Agua que se despereza, agua que canta y que ríe,

agua que besa y nos ama y deshoja rosas pálidas.

Rosas del alba de un pueblo, de una nación, de una tierra.

Agua que encuentra el camino en espumas de canciones,

deshaciendo las estrellas que se han caído en su falda

para dejarlas rocío entre la hierba del viento.

Agua amiga, compañera, agua hermana, sangre nuestra,

el milagro se percibe, gota a gota se proclama.

Agua fértil, agua pulso, agua rostro, agua lúcida.

Mensaje de Dios. Palabras. Bautismo que nos redime.

Guadiana es agua que habla, que nos va ordenando

las horas de cada día. Agua que nos va escribiendo

el poema del trabajo, el poema de la tierra,

el poema de las vegas, el poema del amor.

Espera, mira y enciende con tu palabra la sombra,

enciende con tu mirada, con tus músculos el campo.

¡El Cijara! revelándose en un mundo de promesas,

panorama levantado, la verde esmeralda o mar,

un verde colmando auroras para que los ciegos vean,

para que los sordos oigan, para que los mudos hablen,

para que el grito sea rama asomada al día de ayer,

para que la niebla vuele en la mano azul del río.

Baja más, es todo un pueblo el que espera tu venida,

saciar la sed con tu agua, sed de justicia y de paz,

sed del hombre abandonado en un rincón desde siempre,

sed del hombre que cautivo de una tierra parda y dura

padecía de imposibles en su soledad forjada.

Pantano de Puerto Peña, de Orellana, de Montijo,

cantad conmigo a esta tierra que reveláis en el cielo,

como si fuese el espejo que necesita la obra

para que Dios la bendiga y la señale en su pecho.

Guadiana cambia el paisaje. Guadiana gana una Patria

en la batalla más bella que la historia le brindara.

¿Dónde estarán los escombros de la vieja que arrullaba

en su regazo la tórtola, en sus raíces la roca,

en su carne tierra seca? ¿Dónde estará todavía?

Despiadadamente bello el paisaje, paso a paso,

anda, crece, inmortaliza. Cambia un país. Y es el agua.

Cambia el paisaje y el hombre. Y es el agua. Y es el agua.

Nacen pueblos. Lo primero la campana de la iglesia.

Y las centrales eléctricas y la fábrica y la danza,

el nuevo hombre extremeño con su delirio y sus alas.

Sin lágrimas en los ojos, sin seca espuma en los labios,

abandonando la rabia y el dolor de haber nacido.

Con el corazón abierto de par en par a la vida.

Guadiana río. Y el alma. Cuerpo y alma para el cuerpo

de esta tierra amanecida que en la sonrisa moraba

del hombre que te camina con su vida y con su muerte.

Donde mueren los rincones aparecen las esquinas.

Donde un nombre se ha olvidado otros nombres amanecen.

Donde una frase se estanca una imagen se interpreta.

Donde el agua se ha dormido la misma tierra despierta.

Del dolor, del sufrimiento, nace el placer verdadero,

la verdadera alegría, la franciscana alegría,

de nuestra tierra extremeña, que va subiendo a nosotros

en cada gota de sangre, en cada oración que hicimos.

¡Los pantanos de Guadiana, escalones que alcanzamos

para ganarnos nosotros y conquistar nuestras manos!

Guadiana riega la tierra, sopla al barro para hacerlo

un espíritu que inunde desde la cima hasta el llano,

mientras pinta, mientras canta, mientras hace, mientras crece,

una nueva Extremadura en la inmensa luz del alma.

ABRIENDO MI VENTANA [15]

Dichosa luz en donde vuela el pájaro

en donde está la estrella dulcemente apagada

en donde anida el aire casi azul, casi blanco

y donde ríen ángeles y donde el río canta.

Bendita luz en donde están las cosas

en donde está la vida nuevamente creada

en donde están los ojos abiertos de la noche

y la voz hecha mano descansando palabras

……………………………………………………….

……………………………………………………….

Ya el zumo de la gloria gotea desde el cielo

un alegre rosario de luz en la mañana

Dios me mira contento desde sus grandes horas

en el momento justo de abrir yo mi ventana.

«CANTO A EXTREMADURA» [16]

CASTILLO [17]

   Se alza el monte durísimo en índice de piedra

castillo que señala la vieja Extremadura,

en el suelo se enreda en una amarga hiedra

y eterniza en el aire su historia y su aventura.

   Los ángeles se encienden de azul y van subiendo

para ensanchar el cielo y ahondar en el abismo,

para llevar más alto mi corazón latiendo,

para volar miradas en ansias de bautismo.

   Debajo está la tierra, ancha tierra extremeña

dilatando su pecho en inmenso suspiro,

tiene puesto su traje de campo, de estameña

de franciscana sangre que en el alma respiro.

   Cielo y tierra: paisaje. Mi corazón mendiga

el surco del otoño como grano de trigo,

quiero quedarme toda esta enorme fatiga

en el milagro hermoso de morirme contigo.

OLIVAR [18]

   Cuánto tiempo retuerce el tronco del olivo,

veinte siglos calienta su ceniza cernida,

con raíz abrazada a la tierra y motivo

como abraza la muerte a lo que fue la vida.

   Aún la luna hace un cáliz que la noche desata,

aún la huella de angustia con la que yo me visto

y la luz de unas manos como rayos de plata

y amarguras de sombras que recuerdan a Cristo.

   Oh, bíblicos olivos, que mi tiempo deshacen

en un momento solo, ángeles para amar,

yo también me arrodillo y oraciones me nacen

en el cáliz divino de noche de olivar.

ENCINAS [19]

   Yo no sé si la encina ha nacido de roca

o ha nacido del polvo que levanta el rebaño

o ha nacido de tierra seca, caliente y loca,

o ha brotado en la siesta o es un dolor extraño.

   Yo no sé si la luna resbalando en el suelo

yo no sé si fue el búho inventándose el nido

o tormenta apretada o los barros del cielo[20]

o cuento de la bruja o cansado quejido.

   Encinar extremeño, mis heroicas encinas,

mis sufridas encinas milenarias y llenas

de cigarras, de tórtolas, de olor de campesinas

como si fuese sangre sin encontrar sus penas.[21]

TRIGAL [22]

   El trigal son los mares que anhela el extremeño,

el mar donde la sangre suda sus esperanzas,

el mar donde la tarde tiene puesto su empeño

de morir lentamente sobre doradas lanzas.

   Quizá la estampa aquella que vi de Jesucristo

atravesando trigos como si fuese el mar

ha grabado en mi alma algo que siempre he visto:

el Señor entre el trigo en un constante andar.

   Quizá porque la espiga pueda ser cuerpo luego

de Dios y salve al hombre de su duro vivir.

Porque es pan para el cuerpo y para el alma fuego

y es trabajo del hombre en su amar y sufrir.

VIÑAS

   Brazos y viejos dedos de tierra están clamando

el verde de unas hojas, la perla de su fruto

para mujer desnuda, nueva Eva llamando

al escondido sueño en la sombra del bruto.

   Todo viñedo tiene andando entre su tarde,

bajando luz de viento, ángeles de la brisa;

y el demonio que, luego en una copa arde,

en una llama llena de llantos o de risas.

   Como olivar y trigos es bíblica la viña.

Viñedos extremeños, campo que siempre encierra

abuelos soleados en juegos de una niña

que vive de la sangre de un corazón de tierra.

HUERTOS [23]

   Un huerto con las manos cogidas entre muros

con dedos de cipreses en los labios del frío

y un pozo donde el agua pace sabores puros

de rosas, de violetas, de silencio sombrío.

   Mancha tactos al aire, la palabra amarilla

las palabras ahumadas de calladas razones,

hay silencios larguísimos en donde el sueño brilla

hay hojas que parecen ya secos corazones.

   La soledad destapa su velo y se desnuda,

sabe a mármol de hueso, a colmena dejada,

al aliento del ángel, al verde mar que suda

en rocíos de auroras, la serpiente y la espada.

MONTES [24]

   El ciervo está llagado de sol y lluvia fría

y en los ojos le laten las jaras y tomillos,

tiene cosido el aire blanquísimo del día

y en cabeza los pastos de amargos amarillos.[25]

   El jabalí es la roca que su fuerza desvela.

El conejo es el pálpito de la hierba mojada.

El águila es montaña que se desprende y vuela.

El lobo es el ladrido de noche a madrugada.

   Mientras piedra del monte va ganando la cima,

nadie sabe que sube en ansiedad de estrella

al azul entre sombras de la hoz que lastima

el gris de los silencios, aceros de querella.[26]

CUADROS

   Álamos, pinos, robles. Y jaras y tomillos

y hueco de la roca y el agua desatada

y la sencilla hierba y los berros sencillos

y soledad sonora en la tierra labrada.

   El paisaje extremeño tiene tanto de cierto

tiene tantos aspectos y tiene tanta herida

que simplemente un fruto por la mitad abierto

es un cuadro resumen de su pequeña vida.

   Y ese olor de la tarde cuando se cierra fría

y ese olor del silencio más eterno y profundo

rodando del verano al otoño en un día

para llevar pequeños paisajes por el mundo.

TAJO [27]

   El Tajo con sus músculos, con su pecho bravío,

con el ansia constante de minar en su mundo,

con su traje de hierro con su espada de frío,

con su sangre de arena, con su dolor profundo.

   Este Tajo extremeño que trae a Garcilaso

metido entre su alma, como fiel centinela,

va pasando en sus aguas en un eterno ocaso

los barcos de la carne y viento en carabela.

   Y va pensando en Roma y va añorando el mar

y va dorando historias en la piedra del puente

y diciendo el poema y pensando el cantar

entre rocas que beso, porque roca es su frente.

GUADIANA [28]

   El Guadiana, con falda siempre llena de cielos,

con su sol de culebras, con su voz escondida,

maternidad del agua y novia de mil celos

y cierva de la tarde constantemente herida.

   En el seno le late un empeño viajero

el cristal y los senos de la piedra rodada

y en el viento sonoro de la rama el lucero

que se cayó del ángel ayer de madrugada.

   Descalzo pie entre juncos de la moza que grita

pisando va la nube llena de escalofrío,

yerbabuena, poleo, adelfa, margarita …

Y se desnuda el agua para que pase el río.[29]

CIUDADES

   Ciudades extremeñas, de rincones y esquinas

de piedras y de cielos unidos codo a vientos,

de plazas y callejas, de luces sin espinas

de torres y murallas, de iglesias y conventos.

   Ciudades que son sueños de siglos en la historia

que llevan nuestra vida entre su sangre clara

que tienen nuestras almas metidas en la gloria

de su paisaje limpio y de su limpia cara.

   Desde la sierra al llano, desde el Tajo al Guadiana.

Desde Plasencia a Cáceres y desde Roma a Mérida.

Y desde Badajoz a Jerez y Orellana.

Y Medellín-Trujillo: casi en la mano América.

NUEVA EXTREMADURA [30]

   Se nos iba la sangre del alma tan temprano,

se nos iba la vida sin darnos casi cuenta

y moría de sed la tierra y era vano

el esfuerzo del hombre con nervios en tormenta.

   Ya el campo tiene agua, nacen pueblos hermanos,

suenan nuevas campanas en el cielo extremeño,[31]

los hombres han sabido dónde tienen las manos

para hacer nueva patria en un gigante empeño.

   Y fábricas que hacen un paisaje celoso

y energías que estrenan sus fuerzas en la luz.

Agua viva bendice el campo. Y hace hermoso

el cielo que se clava en redentora cruz.

HOMBRE EXTREMEÑO [32]

   Porque somos así, pardos como la tierra,

duros como la roca y recios como el roble,

porque somos trabajo, porque somos la guerra

porque somos el alma más generosa y noble.

   Porque tuvimos mundo que aún vive en el paisaje

-Medellín y Trujillo- fecundo e inmortal

y tenemos la frente clara de buen linaje

y la mirada llena de historia universal.

   Cuando la Patria dijo: «Necesito tus hombres,

necesito tu sangre, necesito tu entraña»,

todos fueron a una sin conocer sus nombres

a colocar el hombro para elevar a España.

MUJER EXTREMEÑA [33]

   La mujer extremeña de «voz azul»[34] y cálida,

de suspiro y secreto, de silla de costura;

de albas en ventanas y de la tarde pálida

esperando en sus manos la paz de la aventura.

   La que siempre es la madre con las alas abiertas

por cobijar al hijo sentido en el amor

y que tiene la casa con las puertas abiertas

y la lumbre encendida y escondido el dolor.

   Porque ha sembrado el trigo de promesa en América

y ha tenido héroes y santos que criar

yo venero la savia del árbol de la épica

Extremadura mía donde poder rezar.

OFRENDA A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD

   La soledad me hiere si en soledad me quedo

pero me fortifica al saberme verdad,

al beberme el rocío de lágrimas y Credo,

al saberme tu hijo, Madre de Soledad.

   A tus plantas yo pongo esta flor del destino

y mi alma en tus manos tan llenas de bondad:

vengo de muchos años rodando en el camino:

Tú solamente puedes tenerme caridad.

   Mi corazón te ofrezco, como clavel dormido

en la sangre primera que no tuvo maldad

en mi fondo de niño, por lo que ya he sufrido

recógeme en tu seno, Luz de la Soledad.[35]

SIRUELA [36]

I

(Mientras dan las doce de la noche)

… Y son las doce de la noche

en Siruela. ¿Nadie nos llama?

Quizás sombras que resucitan

rincón de nido en la ventana.

Calle adelante, son las doce.

Suena un aliento en las acacias.

Los eucaliptos van cortando

trozos de brisas y pestañas.

El monte abre la voz caliente

del cárabo que bebe el alba.

Sueño perdido en el regazo

de un aire triste y sin palabras.

Son ya las doce de la noche,

duermen pájaros en las alas.

Pronto rezos en cerradura,

pronto el susurro se descalza.

Tiene el aire cáscara verde,

sabor a lunas en manzanas,

dentro una historia de muchachos,

una leyenda, unas miradas.

Son las doce, noche naciendo

constantemente de la nada,

en no sé bien qué caracola

de un cielo escrito en la montaña.

Son ya las doce, cuento torres

en las estrellas y esperanzas.

Vuelve el silencio solitario

por la calleja de mi alma.

Sólo una flor de tantas flores

que se deshojan en el agua;

el agua es flor que va creciendo

húmedo aroma por la plaza.

Son ya las doce de la noche …

Suena la fuente y las campanas.

II

(Mientras amanece)

… Y se desenreda la sombra

como un ovillo de mi sueño,

no sé qué va debajo, vivo

y ando sobre puente de viento.

Va incubando la noche, noches:

profundas noches de momentos:

el mundo queda solo y triste

pero, Dios y yo, estamos dentro.

Va pasando cerca la nube

hasta robarme pensamientos,

van dejando sus labios

muchas estrellas en los besos.

Presentimos el alba al lado.

(Sudor de sábanas). Convento

bajo los ángeles. Siruela

sabe a frutas y sabe a cielo.

Cuerpo viviente. Las montañas

crecen. Tienen miel los silencios.

Se despierta el aroma como

si fuese corazón abierto.

Ha llegado Siruela de su noche.

Sacude pájaros. Yo rezo

este llegar al nuevo día.

III

(Mediodía)

Claustro de luces y de flores

esta alegría que me basa

el dolor de mirar mi puente

y no pasar y no ser nada.

Estoy cansado de llevar

el corazón en las espaldas,

reclamo paz que me acaricie

sangre, recuerdos y nostalgias.

Mágica fuente de mi ser

una Siruela que me mana

hoy por los ojos lentamente

como un suspiro de mis lágrimas,

hecha en mi mundo torre y vuelo,

hecha en mí mismo cielo y casa.

Has de ser tú, Siruela, siempre

luz en el trino del que canta,

pueblo en la sangre del que tiene

sed de tu viento y de tus aguas.

Y de tus aguas floreciendo

sobre mi boca las palabras:

vamos andando por la sangre

hasta encontrarnos en el alma

amor de calles y plazuelas

y de callejas a la plaza.

PLAZA ALTA [37]

La mano abierta, del pueblo

de Badajoz, la Plaza Alta.

Cielo caído parece

en pregunta contestada.

Buenaventura del sueño

el ayer será mañana

pisando viejos silencios

florecen nuevas palabras

mientras la lluvia del tiempo

va creando vida mágica.

Soñadoras de recuerdos

juegan esquinas de plaza

y el amor encuentra letra

y alegremente la canta

en esta fiesta del día

que abre las puertas del alba.

¡Cuánta luz hoy se equivoca!

Ya catedral. Ya alcazaba.

CENTRAL ELÉCTRICA [38]

A cielo gris y a martillazo puro,

a calambre de loco entretenido,

a la delgada voz que ya recorre

el nervio de la luz en cada hilo.

Hablad de un cuadro abstracto si queréis,

del músculo del viento entretenido,

de las manos cerradas. Saltimbanqui

soñando con el circo.

Venas que van sin corazón. ¡Central

eléctrica! Pensamiento dormido

del hombre. Quizás en carne viva.

El mundo de todos los caminos.

Rayo domado. Cuerpo que no está

donde se espera. Espíritu del río.

PUEBLO NUEVO [39]

De cal y canto. Y de silencio lleno.

Y de cartón la torre y la campana.

A salto de color en la mañana

y a paso de la noche por el heno.

Un pueblo niño de mirar sereno:

calle y jornal. La puerta y la ventana.

Falta escribir un hombre vero y pleno

con azadón y con la voz lejana.

Nacido apenas y ya con su destino

en la frente clavado como día,

de barro dibujando un campesino.

Ni perro ni mujer ni mancha el vino

ni se come del cieno todavía,

pero empiezan a andar en el camino.

AMANECER [40]

Abre el día la puerta

del campo. Como sábana

el viento. Van cayendo

flores en el Guadiana,

dulcemente rendidas,

azul y verde al agua.

La llanura se acuesta

y el monte se levanta.

El cielo del canal

moja nuestras palabras.

LA NOTICIA [41]

Han talado una sombra

al declinar la cuesta.

¿Quién recuerda la encina

en la tórtola muerta?

Una cigarra ausente

en el eco resuena.

Escuchamos un tiempo

que ha cerrado la cuenta.

Horas que se perdieron

de luz en campo abierta.

La noticia se escribe

con arado en la tierra.

LAS CAPITULACIONES DE UN POETA [42]

Como cualquier hijo de vecino el poeta pacta

con su soñado mundo la paz nuestra de cada día.[43]

Vamos a inventar un mundo con sólo decir palabras.

J.D.V.

Creo, Señor, en lo que no conozco

porque mi fe es así de grande y buena.

Creo en el amor que hacia la vida

me justifica, me conforta y lleva.

Y creo en la aventura de la flor

y el gesto, en la hermosura de la tierra,

en este dar constante lo que tengo

y en dar lo que no tengo a manos llenas.

Capitulo creencia y aventuras

a diestro y a siniestro y a conciencia:

la luna en una encina enamorada,

la mano con que escribo y me alimenta.

Y también os concedo en mis palabras

mundos enteros en sus primaveras,

hasta la nube que vendrá una tarde

oscura o blanca a conjugar tormentas.

Capitulo secreto de mis cosas

porque el caso es, Señor, que si echo cuentas,

no tengo nada para dar que valga

si no sirve la sangre por moneda.

Hago convenios, pero de hombre a hombre,

verso por verso, canciones por estrellas.

Concedo la esperanza del torrente,

y doy ciento por diez al que la quiera.

Porque soy generoso y fantasías

puedo dar a montones y a cualquiera,

basta venir, pedir, llamar despacio,

aunque tengo de par en paz la puerta.

Llevo castillos en el aire ocultos,

hago castillos de la rubia arena;

puedo dar más, el corazón si cabe

en el cáliz del lirio de la selva.

Capitulo emociones de un futuro

del mundo, con el dios-hombre que quiera.

Pacto silencios. Pacto soledades.

Pacto mi muerte para quien la quiera.

Si alguien descubre y cuenta quién soy yo

le daré lo que exija y mi problema

-aquí más valen capitulaciones-

se paga lo que digan y en paz quedas.

Siembro un árbol de patrias en mi libro,

pájaro sin raíz que alegre vuela,

canciones de armonías tan gozosas

como es Extremadura en nuestras venas.

Capitulamos planes por encinas,

el hambre por dos ríos con promesas,

jugada en los trigales del paisaje,

la humilde vida en el tapete puesta.

Capitulo con hombres un mañana

de amanecer en casa solariega,

en la fraternidad de la palabra,

en el sueño de todos los poetas,

en este juego que nos vive historia

diariamente crear a Extremadura

beber el vino libre de su origen

muerto, vivir, su cuerpo en nuestra tierra.

AMANECER EN LA CIUDAD DE MÉRIDA [44]

   Cuando por la mañana al despertar te miro,

ciudad recién nacida en un alba apoyada,

te vivo intensamente como a calor de lecho

con el alma desnuda.

   Cuando por la mañana abro la sangre y voy

de un lado para otro en tu hermosa mirada,

me sobran muchas cosas, me sobran hasta vidas

y hasta muertes me sobran.

   Vivo esa agonía que al hombre va arrancándole

el cuerpo carne a hoja, dolor tras esperanzas

así ya liberado, voy creyéndome viento

que hueles, que respiras.

   Cuando las calles cruzo o en la plaza me quedo

como ave que vuela un corazón sin nadie

acechando silencios, hasta sentirme dudo

de contento que estoy.

   Cuando por la mañana eres la mujer joven

que estrenas la sonrisa, todo queda en el aire

y yo dentro construyo, sostenido por manos

invisibles, amor.

   Tus gestos me alcanzaron la memoria en tu imagen

y me acerqué a tus labios y comulgué en tu boca

para guardarte siempre en los latidos últimos

que Dios me ha regalado.

   Cuando por la mañana al despertar descubro

que no te fuiste anoche y sigues en mi casa,

hago un canto a la vida y me siento dichoso

de ser, ciudad, contigo.

EXTREMADURA SIEMPRE [45]

A Luis Chamizo, en el corazón de nuestro pueblo[46]

Moja nuestras palabras

el agua del canal. Amaneciendo

los álamos, la yerba, la cosecha,

nevada de algodón, cálido el verso.

Como palomas blancas que descienden

al más hermoso de los suelos

van posándose dueñas

convirtiéndose en pueblos,

ángeles, alegrías,

como blancos pañuelos,

como blancas banderas

en la torre de raza que es el hombre extremeño.

Suenan nuevas campanas

en el azul abierto.[47]

En esta tierra, Luis, amigo,

donde sembraste corazón de tiempo

ha nacido una nueva cosecha,

paisaje prometido a los desvelos:

«que los campos de su Patria

y la madre de sus hijos son lo mesmo».[48]

Hizo Dios un milagro, Luis, hermano,

no podía por menos.[49]

Extremadura se levanta y crece,

sangre y vuelo,

ancha, fuerte, profunda,

como el poema tuyo en el alma del pueblo.

BADAJOZ  [50]

A Ricardo Senabre [51]

Isla que sueña con el mar

tras el trigal y la montaña;

que son orillas las que cercan

pequeños mundos de naranjas.[52]

(No sé por qué detrás de todo

está la mar vuelta de espaldas).

Un profundo parque olvidado,

recordado sonar del agua,

sin saber dónde, en dónde oscura,

-corren caballos- por dónde anda.

(Es una música que busco

y que no sé cómo encontrarla).

El tiempo es un jardín poblado

de tactos y amapolas del Guadiana.

Tiempo por donde todos vamos

dejando versos y nostalgias.

(Un Badajoz que yo comprendo

está naciendo en mis palabras).

CANTO A SANTA MARÍA DE GUADALUPE COMO REINA Y MADRE DE LA HISPANIDAD [53]

MADRE

Mater Christi, María, amarga mar radiante,

Madre de Cristo, amada. Atlántica alegría.

Madre divina gracia, flor del aire y su aroma

vertido en tanto suelo, flor de la gracia misma.

Gentil Mater Purissima. Cristal de agua romera,

alba sobre la mar, blanca; Madre castísima.

Decid: Madre Inviolata. Madre ante la violencia

Mater Intemerata, en la luz resplandecía.

Mater Immaculata; Inmaculada Virgen;

el cielo claro y casto limpia toda una vida.

Se agrandan los espejos, balcones de las montañas,

ventanas en los ojos abiertos: nuevo día.

Y Mater Amabilis, amable pastorea

rebaños que pacientes van pastando poesía

y nacen ruiseñores del canto y de la sombra

y se duerme arrullando la tórtola en la encina.

Mater Admirabilis, admirable extremeña.

Madre guadalupana. Madre de bienvenida.

Madre del Buen Consejo: serenidad ganada

en oraciones faro, en oraciones místicas.

Mater Creatoris. Carne de la Creación de Cristo,

de la creación de Hombre, de la dulce caricia,

del silencio divino. Madre del Salvador.

Madre lumbre de Amor que de Ti se deriva.

Como el río del mar, como el viento del aire,

como el hijo del hombre y de la noche el día,

como nace la piedra, mariposas y árboles

y de nuevo mi tierra naciendo en su agonía.

REINA

Regina Angelorum, ángeles de esta mañana

volando casi tierra, volando vieja sangre,

volando las montañas, volando el Monasterio:

plumas, vientos, aromas. Incienso se derrame.

Regina Patriarcharum. Regina Prophoetarum.

De Patriarcado: patria: Profecías de Madre.

De todos los profetas, belleza de bellezas,

hermosura infinita, España. Dios te Salve.

Regina Apostolorum. Reina de los Apóstoles.

San Juan ha retenido su cabeza en la tarde

y tiene los latidos de Cristo todavía

tan vivos como entonces de amor tan palpitante.

Por éstos, por aquéllos, por todos: son tus hijos.

Por el hombre de gente, Tú, Reina de los Mártires

condúcenos las penas, sudores, sacrificios,

hasta que contemplemos un día tu semblante.

Regina Confesorum. Pecador a tus plantas;

se arrepiente, perdonas; eres su Reina-Madre:

morena pena queda como temblando duelos

hecha estrella perdida temblorosa en el aire.

Luz: Regina Virginum. Conciencia de dulzura.

Purísima criatura, flor de flor intocable,

espuma de brillantes, un sol de mediodía,

palmas del arco iris, espíritu de ángeles.

Reina y Madre de Santos. Reina de la Santidad;

el silencio es fulgor que de pronto se abre

e ilumina las almas. Y santo, santo, santo,

golpes de pecho, tenue dolor zozobrante.

Regina sine labe originali concepta.

Albor de la pureza, concebida la frase.

La palabra tan sólo. El Verbo glorifica.

Gabriel vuelve de nuevo; primavera de arcángel.

Y Reina del Sagrado Rosario. Rezaría:

los misterios gozosos: Guadalupe, mensaje;

dolorosos misterios: España eterna siempre.

Los misterios gloriosos: Extremadura, Salve.

Las cuentas una a una, gastas a lento fuego.

Rosario. Letanía: Oración: Reina y Madre.

El pan de cada día pedimos, Padre Nuestro.

Amén. Ora pro nobis: misterio del paisaje.

Regina Pacis. Reina de la paz; la conciencia

del hombre que Tú reinas y que la paz le guarde.

Común felicidad, común de tierra parda

extremaduramente comunión caminante.

Un paisaje de luz, de misterios profundos,

olivos y viñedos, encinas y trigales.

La paz sea con vosotros venida de la Reina

como un agua bendita que siempre nos hermane.

Y Regina Hispanorum. Reina de las Españas.

Rosario de Naciones tu presencia consagre,

misericordias tengas de tus hijos postrados

de rodillas el alma, y con el alma amándote.

Reina de las Españas, acércanos América

hasta poder besarla, cantar común la Salve,

tener la misma Reina que gobierne su pueblo,

poder todos fundirnos en una misma sangre.

Dios te Salve María. Reina guadalupana.

Dios te Salve María del Amor insondable.

Nosotros hoy rezamos también: Salve María,

Reina de las Españas. Guadalupana Madre.

EL CERDO [54]

Un cincel le dio forma tan hermosa

que ya piedra se cierra en escultura

y por dentro le crece flor oscura

del fuego en alba que la luz rebosa.

Perseverante efigie la estructura

de su noche caliente y dolorosa,

agua turbia subiendo en la gozosa

sangre en clavel y ojal de la locura.

¿Quién en sus ojos abre las mirillas

para observar la historia que le sueña?

¿Quién asoma por él tan de puntillas?

Viejo campo, vestido de estameña,

caminando encinares de rodillas,

trozo de tierra parda y extremeña.

SOLEDAD [55]

Pueblo solo, plaza desierta,

vas y vienes, retumban pasos,

son los tuyos, a nadie encuentras.

¿Dónde están los hombres del campo

que tienen sus casas sin puertas?[56]

Nombras uno a uno: “¡Juan!, ¡José!”.

Ni el eco, Dios mío, contesta.

Han huido de pueblos, de campos, …

Ni el perro rabioso se queda.

Pálido temblor del paisaje

en la soledad de la tierra.

EL VINO DE VICENTE [57]

Cuando bebo de este vino,

bebo, misteriosamente,

mi vida de peregrino.

¡Mi vida entera, Vicente!

Para andar y hacer camino

en mundo actual o ausente

no hay cosa mejor que el vino

que hace del tonto un sapiente,

quita a la rosa el espino,

aviva el alma en la mente

al corazón da destino.

Y hace mejor a la gente.

Yo soy gente y bebo vino

de Vicente.

MONTÁNCHEZ: CIELO DE EXTREMADURA [58]

Balcón de Extremadura para gozar paisajes

y ser, nuestro Montánchez de Extremadura, centro.

Geografía de cielo y de bendita tierra

recreada en los ojos y en corazón adentro.

Balcón de Extremadura para tender las alas

y volar ideales de extensas panorámicas

de infinita belleza. Manos de Dios tendidas

recogiendo el rocío, de los ángeles, lágrimas.

Virgen de la Consolación y del Castillo

siempre amando a tus hijos, siempre enjugando llanto,

danos esa alegría que viene del consuelo,

venturosa alegría para el amor y el canto.

Subir es el destino de los hombres que avanzan

subiendo la montaña para ganar la cima

de ideales valores, de ilusión y esperanza

que perfecciona al hombre que a su Dios se aproxima.

Era Pedro de Alcántara un santo que gustaba

subir a la montaña más alta con la cruz

al hombro. La clavaba donde todos la vieran

como si fuese ruta de esplendorosa luz.

Desde allí presidía a la creación entera

con sus brazos abiertos a la feliz ventura.

Aurora de domingo flotando en el ambiente

y convirtiendo en día la amarga noche oscura.

Quisiéramos nosotros extender hoy los brazos

a todos, pueblo a pueblo, juntos y sin cisura[59]

que sangre y nos perturbe. Y en fraternal concordia

hacer aún más hermosa a nuestra Extremadura.

BUENOS DÍAS, SEÑOR, A TI EL PRIMERO [60]

Buenos días, Señor, a ti el primero,

a vosotros después, por este rato.

Buenos días, Señor, porque nos haces

que nos amemos todos como hermanos.

Buenas noches, Señor, por este día

de Extremadura unida en un abrazo.

EXTREMADURA [61]

Pisando la memoria, barro apenas,

nos nace historia y se nos muere viento;

como recuerdo inesperado y raro;

hombres curtidos en el sufrimiento.

Siglos y más siglos:

«en la tierra feraz rebaño hambriento»:

codo a codo, perdidos, añorando

un trabajo decente y un consuelo.

Amapolas sin trigo, dulce mano,

boca sin pan, las palabras sin ecos.

La mujer sin ventana ni ilusiones

anónima criatura del lamento,

que va y que viene, sin vivir apenas,

hecha una hormiga más del hormiguero.

Alzad vosotras la bandera blanca

llena de paz y de estremecimientos,

para que reine la concordia

entre todos los hombres extremeños:

somos hermanos de la misma tierra:

y vosotras sois lo mejor que tenemos.

El hombre acobardado, no culpable

del mal de España, tiene miedo,

caminando su vida, cruz a cuestas,

dolidos pies, por un camino incierto.

Huyendo, por parajes tan difíciles,

a ciegas va, sin desgranar sus sueños,

sin compartir el pan con su familia,

ni las páginas escritas del momento.

Con los brazos cruzados y perdido

detrás de sí, con la mirada lejos,

meditando su soledad a solas,

alma rumiando su vivir del cuento.

Deseando lo que jamás él tuvo

y que otros tuvieron.

Nos duele ver marchitas las adelfas

en el paisaje turbio del recuerdo.

Y cuánta angustia, lentamente,

pasando por la tierra dura: el tiempo;

como mano de Dios de vuelo alto,

un sembrador de estrellas en el cielo,

en medio una bandera que nos une:

verde color y blanco y negro.

Han talado la encina y el paisaje[62]

han matado, deshecha la luz. Nuevos

caminos para una amarga verdad

que atraviesa las vegas y los cerros.

El hombre trabajo tendrá si quiere

una patria mejor para el recuerdo.

Una patria segura y ordenada,

en un paisaje como libro abierto.[63]

Que el Tajo y el Guadiana nos bauticen

esta tierra sedienta y sin concierto.

Agua de nueva aurora, sosegada

y sentida, cantando, conviviendo

con la azada y el hombre – los rencores

olvidados- en un vivir honesto.

No debemos dejarlo abandonado

de ninguna manera. No podemos.[64]

Hay que ganar la vida trabajando

para horizontes en el pensamiento.

Sabemos que las Vegas, del pasado

servidumbre, nos ha tendido un lecho

donde florece el aire de las aguas,

da de beber a los sedientos,

y no debe perderse la cosecha

bajo ningún pretexto.

Humanas aguas, pródiga llegada

del Tajo y el Guadiana: ríos nuestros.

Amaneciendo está, la yerba fresca,

el árbol canta vida nueva, el verso

glorifica esperanzas con palabras

que tiemblan febrilmente al descubierto.

¡Qué soledad amarga nos rodea

y qué triste, qué penoso ver pueblos

grises, vacíos de alegrías, donde

fechas viven lágrimas en pañuelos

de los pocos que quedan esperando

bajo la sombra del dolor paterno¡

Donde nacían dioses … y héroes,

y santos …, centro y seña de universos,

ya se nos ha quedado escasa, enferma,

se nos está muriendo.

Rescatemos del odio, de la insidia,

de la soberbia, del envilecimiento,

a nuestra ancha y profunda Extremadura:

es nuestra, sólo nuestra, y la queremos

porque en ella nacimos y vivimos,

aquí están nuestros muertos,

porque la ambicionamos buena y libre,

capaz, culta, bajo el azul del cielo:

¡es hermosa y nos apetece sea

Extremadura de los extremeños!

PLAZA DE MÉRIDA [65]

Se tiende en el ancho suelo

un amarillo sol sin horas.

Sobre la taza de la fuente

dedos de un alma melancólica.

Viento en la rama de los árboles

doran las musicales hojas

(Ha de venir a verme un día

alguien que busca mi memoria).

Baja la tarde. Suben pájaros

hasta un grito de voz rota

del cielo último. Una pregunta

late en el alma de las cosas.

Sigo esperando mientras vivo

a alguien que historia de la historia

venga a conversar conmigo

en esta plaza, de mi pueblo, hermosa.

SOLO EN EXTREMADURA [66]

Era yo niño entonces y vi mi tierra llena

de rosas rojas, cuerpos, culpas en prados verdes.

Y más allá montañas que buscaban la altura

del águila ascendiendo plumas de hierba y nieve.

Hace ya mucho tiempo, escucho, lo recuerdo

como si fuese ahora, lo mismo se padece

en esta tierra mía, todo final es celda,

estampa del espejo, igual tristeza llueve.

Voy buscando paisajes en perdidos caminos,

gozo que deja el tiempo en la canción de siempre,

más allá de mis años, más allá del milagro,

donde estaba esperando lo que jamás se tiene.

Hoy, muy cerca, te tocas con las manos del ansia

los momentos vividos, momentos donde vuelves

a enterrarte en la fosa común de cada día,

a encontrarte a ti mismo y no saber quién eres.

Tan lejos y tan cerca, huido al encontrarte,

solo en Extremadura y en mitad de la gente.

ABRAZA EL RÍO [67]

Abraza el río besando

-baja temblando una lágrima-,

los labios de Badajoz

entre silencio y palabra.

Laten historias, leyendas,

tiempo pasado, añoranzas,

noche profunda esperando

contarle su sueño al alba.

Debajo, como escondida

entre jardines, el agua.

 

ALCAZABA [68]

Torre que espanta: alcazaba.

Índice de la ciudad.

Señala y, luego, se queda,

en sólo un verso el cantar.

Es subir a una montaña

dejarlo todo y volar

la hermosura del paisaje

sobre el verde azul del mar.

Y el mar se seca de pronto,

pero sigue habiendo mar.

ATARDECER EN BADAJOZ  [69]

No llega la sangre al río.

El río pasa y la sangre

se queda dentro y temblando

en el final de la tarde.

Nadie conoce quién fue.

Nadie lo sabe.

EL SILENCIO [70]

Bajo una encina me he dormido,

ha sido alegre el despertar,

cantaba el campo melodías

y estremecía su cantar.

Entre ramas se veían

azules ángeles volar

y un cielo a trozos repartidos

que nunca sabes a quién dar.

Y este silencio, que no acaba,

en esta tierra de estallar

está cubierto por la ausencia

de los que quieren regresar.

Entre las ramas de la encina:

Extremadura a meditar.

En silencio sólo penas.

Y tienes ganas de llorar.

CASTUERA [71]

(1942-1992)

¡Qué abismo entre el olivo

y el hombre se descubre!

Miguel Hernández [72]

¡Qué abismo entre el olivo

y el hombre se descubre!

Hondo combate, cielo

que vértigos asume,

horizonte, Castuera,

flores de incertidumbre

el olor de la tierra

sangre que sola sube.

Borraron los caminos

antiguas muchedumbres.

Memoria treinta y siete

que encendió dura lumbre

en el campo extremeño

que aún la tristeza cubre.

(Bajo la raíz de olivo

inmensa negra nube.

Las manos del paisaje

al hombre se le pudre).

Miguel, sólo el silencio

a la guerra descubre

viendo morir el brillo

del cuchillo en la lumbre

de esta vida extremeña

donde yo siempre estuve.

El ayer ha quedado

como soñando cumbres

muy lejos, casi historia

que apenas se descubre

a Castuera viviendo

llena de mansedumbre

Amor de Extremadura

que la paz nos descubre

manantial de la vida

que a los hombres nos une

algo nuevo y tan libre

como abierto perfume

como el agua que corre

y otro campo resurge

Miguel, el tiempo es otro

que ganó la costumbre.

La paloma de Alberti

está enferma y se aburre.

POEMAS DE LA PASIÓN


¡BENDITA VIRGEN MARÍA! [73]

A Pedro Macías Bravo [74]

Todo el azul le proclama

y claman hasta las flores,

se vierte sangre en amores

y el corazón se hace llama.

Todo le alaba, todo ama

a la Madre, más bendita

llena de gracia infinita,

donde el más alto Dolor

se hace siempre el bello Amor

que al hombre, dentro, le grita.

El alma, para Ti, navío,

navío para tu mano

-nido el cuerpo del gusano-

frente al mar negro y bravío.

Cuando se siente más frío

-la vida se hace molino-

y es difícil el destino

en Ella viene la gloria

y se abre flor la victoria

en el final del camino.

INMACULADA [75]

Dulzura de la vida gota a paso

de esta bendita y perdurable vida,

amargo mar, palabra ya vencida,

estrellas despuntadas en su ocaso.

La queja y la amargura en la dormida

y acobardada sangre donde abraso

viejo llorar al verme en el fracaso

del mundo, una vez más, en la caída.

Amanecer de Dios, Inmaculada,

intocable soñar de letanías,

me traerás tras la noche la alborada,

tras las renuncias las soberanías,

tras este caminar la sed saciada

del alma sin dolor por nuevos días.

MISTERIOS GOZOSOS DEL SANTO ROSARIO [76]

I

Bajó la divina y bella

palabra del cielo al día

hecha ángel, melodía,

caricia, cristal de estrella.

Y fue en las entrañas de Ella

donde Dios quedó vertida

carne y sangre, convertida

en semilla de corazón.

Era la gran Comunión

que Dios le daba a la Vida.

II

¿He visitado al hermano?

¿Ayudado a mi enemigo?

¿He sabido ser amigo

de la fiera y del gusano?

¿He renegado yo, humano,

de mí mismo, en el dolor?

Acaso, ¿tengo, Señor,

el alma cansada y fría?

Hoy visitaré a María

para saber del Amor.

III

Carne de Dios es llegada,

sangre de Dios florecida.

Hoguera en tierra encendida

y azucena rebosada.

El ángel de la alborada

canta paz, alegra el vuelo,

llama al pastor. Y en el suelo

el corazón ha encontrado

lo que de Dios ha bajado,

lo que ha bajado del Cielo.

IV

Ella misma lleva al Hijo

a dar la paz a este mundo.

Ay, qué gozo tan profundo

escapa de su cobijo.

Cuarto misterio. Bendijo

Dios. Madre. Flor escogida.

Y Pasión, Carne venida

en la sangre de los dos.

Está mirándolos Dios

desde dentro de la vida.

V

Se apagó la luz del día,

se nubló de sombra amarga

y la tormenta descarga

primera angustia en María.

Primer llanto de agonía

buscando al Hijo perdido.

¿Dónde estará? ¿Dónde han ido

ilusiones del Amado?

Y ya por fin, encontrado.

La Luz estaba en su nido.

MISTERIOS DOLOROSOS [77]

I

Huerto de Getsemaní:

tarde azul de primavera,

dentro de una noche entera

está Dios que yo lo vi.

Y rezaba Dios por mí.

Pueblo soy de la amargura,

sombra total, noche oscura

que se agita dando el beso

a quien quiero verle preso

del alma apenada y pura.

II

Una columna partida

es ciudad cansada y rota.

Hueso de tierra. Derrota

del tiempo. Nube caída.

A esta columna sin vida

atamos al Dios del cielo:

nosotros tan sólo duelo

de tanta bendita luz

para alcanzar nuestra Cruz

y desprendernos del suelo.

III

¿Quién te dio la bofetada?

¿Quién huyó? ¿De quién el reto?

¿Quién te puso velo y cetro?

¿La chusma desvergonzada?

Y, ¿nuestros pecados, nada?

¿Quién dijo con burla, alteza?

¿Quién presume de grandeza

cuando le pega al hermano?

¿Quién sino yo vil gusano

clava espina en su cabeza?

IV

Con cruz a cuestas a diario

camino de los caminos.

Caminantes, peregrinos,

seguir a Cristo al Calvario.

Meditad en el Rosario,

dolor a dolor. Confía.

A la noche sigue el día.

Ama al dolor que nos mueve

porque quien la Cruz no lleve

la Cruz le arrastra sombría.

V

Cuenta huesos al dolor,

clava la carne en madera,

se convierte el hombre en fiera

y Jesús paga en amor.

El cielo absorbe el color

y la tarde se convierte

en nube que noche vierte

en los ojos de los hombres.

No tienen las cosas nombre.

Y Dios abraza la muerte.

CRISTO EN LA NOCHE [78]

Llorad: que pasa Cristo destrozado,

que pasa Cristo por la calle fría

deshaciéndose en sangre gota a gota,

negándonos la luz con su agonía.

Llorad porque amanezca pronto

y este dolor de mundo en las vividas

noches del corazón el alba sea

y se llaguen de Dios nuestras heridas.

Llorad hasta que el rostro os duela,

hasta sentir que ya la vida os vierte …

y por hombres -amad- y por los hombres

abríos en la entraña de la muerte.

DOMINGO DE RAMOS Y EL RECUERDO [79]

Sentirse pueblo y asilo

de Dios. Domingo de Ramos.

Alzar la flor de las manos

y tener la gloria al filo

del alma. Seguir el hilo

del sol que vibra y que labra

la tierra que pisa. Y abra

la puerta de par en paz

y que el pueblo se haga un haz

con hombres en la Palabra.

En la Palabra, Señor,

que lleve alzada alegría

de trinos en este día

de grandioso resplandor

que va a engendrar el Amor

en pasión de un presidiario;

entre tantos, solitario;

haciendo un camino al hombre:

camino que tiene un nombre:

«El camino del Calvario».

 

JESÚS NAZARENO [80]

Cuánto pesa, Señor, la cruz llevada

con el alma al calvario tan temprano.

Cuánto pesa la pena del humano

corazón que se rasga en la alborada.

Es temprano, Señor, de madrugada

para andar el camino del gusano

arrastrando la sangre del hermano

con una cruz en el amor ganada.

Si yo pudiera, Señor, porque yo quiero,

servir de Cirineo en tu agonía,

ayudarte a llevar el mundo entero.

Mira, Señor, mi anhelo en noche fría

de la pasión donde contigo muero

a la par que tú vives en la mía.

SANTO ENTIERRO [81]

Tengo dolor en el amor clavado,

puñal que abre por mitad mi vida,

pájaro azul, acero que se anida

o que se queda entre la pena helado.

Y es de verte, Señor, amortajado

entre el cielo, la tierra y la partida,

permanente visión de tanta herida

que el alma de mis años ha ganado.

Aún me sabe tu sangre a dulce lirio,

aún a lilas me huelen tus mejillas,

aún me empino gozoso como un cirio

para verle, Señor, en las sencillas

miradas de otro tiempo en mi delirio,

en lágrimas de ayer hechas semillas.

VIRGEN DE LA SOLEDAD [82]

 

Este silencio azul ciñendo el talle

de una noche profunda y acabada

por el aliento de la paz cansada

que va cerrando al hombre con la calle.

 

Nosotros en el fondo de algún valle

o escondido en el alma que es amada

vamos de noche oscura a la alborada

y al silencio decimos que se calle.

Soledad y silencio de un calvario

donde la voz dormida ha de tenerte

en el pecho, como un escapulario.

Este silencio de rincón tan fuerte

que aprieta el corazón del solitario

acompañando a la Divina Muerte.

Y MI TIERRA. MI PAÍS [83]

El pueblo aclama y anima:

mañana vuelve la espalda.

La corona de guirnalda

siempre lleva alguna espina.

Al sol, que también declina,

antes de hundirse, pidiera

la luz por dentro y por fuera

este Domingo de Ramos

y en esta tierra que amamos

siembre amor de primavera.

SEÑOR: EL ALMA SUBE [84]

Señor: el alma sube

hambrienta de tu amor a la esperanza

quiere ser una nube

de bienaventuranza

y hacer contigo pasto de alianza.

Quisiera ser el vuelo

en el perfume del Pimpollo Cristo.

Fruto de Dios. Mi anhelo

en cada cosa visto

con traje de este tiempo donde existo.

Espejo no diría,

purísimo cristal donde te viera.

Faces de Cristo: el día.

La luminosa hoguera

y quemarnos de Dios la vida entera.

He de andar el camino.

Cristo camino que subir deseo:

limpio, llano, divino.

Con oración blanqueo

la mancha donde pisa el Cirineo.

Oh campo donde pasta

el alma, hierba tierna y deliciosa.

El pastor entusiasta,

se muere y no reposa.

La condición de Cristo es amorosa.

Encierra en sí el tesoro

Cristo monte de riqueza plena.

Monte donde os adoro.

Dulcísima colmena.

He de cerrar el alma en tu alacena.

Mi padre eternamente.

Y todo por vivir hoy todavía.

Señor, la barca ausente.

Y está en la noche fría

el alma que ya espera travesía.

Brazo de Dios, mi Cristo.

En tu poder y fortaleza quiero.

Con la sangre resisto

de humilde jornalero:

es tu misericordia lo que espero.

Impera, Cristo Rey,

en este mundo mío tan pequeño.

Tú, díctame la ley,

de la humildad, mi Dueño

que todo he de ser yo tu gran empeño.

La tarde está estrellada,

cuánta tormenta atravesando el pecho,

perfume en tu almohada,

no otra paz que tu lecho

ni cosa que no sea en tu provecho.[85]

El alma te desea.

Esposo de su sed y te reclama

su íntima tarea.

Mi espíritu se inflama

que todo en este Amor es pura llama.[86]

Cúranos de dolores.

Jesús es la salud que el mundo tiene.

Las penas no las llores.

Recemos. Dios ordene

que el amor nos abrace y encadene.

Seguiremos tus pasos

entre el trigal del aire que atraviesas.

Paisajes sin ocasos,

la vida sin sorpresas:

sólo Cristo el amado en mis empresas.

Cristo Cordero. Pura

y grave humildad que Dios alumbre

al hombre en noche oscura.

¡Siempre Dios! Certidumbre.

Cordero de belleza y mansedumbre.

Tan sólo una palabra

que digas al oído de mi fe:

que ya mi mano labra

la tierra que heredé

con pulso firme y con sereno pie.

Nos queda que pedirte

que indiques el camino de la Vida.

Queremos, Dios, seguirte

como una abierta herida

donde el alma se quede entretenida.

POEMAS (PSEUDO)NAVIDEÑOS

 

NAVIDAD [87]

(La calle es el hombre)

Me asomo a mi recuerdo

y al fondo de la calle

veo un pasillo hueco,

fondo de noche y hombre,

en el nacer de nuevo.

Voy a resucitarme

en Navidad y quiero

verterme por la calle

porque en la calle creo.

Soy el que pasa siempre

porque siempre soy pueblo

donde del hombre vive

un niño bueno.

ÁLAMO [88]

Villancico para Antonio Machado [89]

Como lo dijo lo hizo:

en su sueño plantó un álamo.

Lo dejaba levantarse

lentamente sobre el campo.

Sostenido en la mirada,

suya y de Antonio Machado,

le metía dentro un viento,

alma de tarde y de pájaro.

La soledad del silencio

está en el color besando

hojas verdes y amarillas

y la aguja luz del rayo.

Escucha atento otro mundo.

Mira a otro mundo asombrado.

Le extraña una cosa mucho:

el imposible olvidado.

Se le está poniendo el sueño

en la rama de los brazos

queriendo coger la luna

como si fuese una mano.

¡Está poniéndose bueno

con tanta vida a su lado!

Hasta más allá del hueso

se está de pena calando.

VILLANCICO DE LAS TORRES DE JEREZ [90]

Se duerme Jerez al sol

dulcemente.

                   Sol de miel

le vela el sueño primero

la torre de San Miguel.

Cuando despierta Jerez

le canta alegremente

la de San Bartolomé.

Las torres velando siempre

sangre de historia y caminos

en el cielo de Jerez.

VILLANCICO DEL GUADIANA Y DE LA ENCINA [91]

Cuando el Guadiana besa

la yerbabuena

es que dentro del agua

hay nochebuena

__

Olas en las pilastras

con castañuelas,

por debajo del agua

es pez y estrella

__

Villancicos de espumas

luna de yerbas.

Extremadura tiene

sabor a menta

__

Por el puente de Palmas

tristeza sueña

el agua que se marcha

de nuestra tierra

__

Hay una sinfonía

de encinas muertas

para la nana, madre,

de Nochebuena …

VILLANCICO DE LA CULTURA [92]

A Tomás Martín Tamayo[93]

Una fiebre de cultura

postraba a un niño en la cama.

La madre al médico llama

porque la fiebre perdura

desde que el niño no mama.

El médico triste exclama:

«Esto tiene mucha hondura,

muy grave está la criatura;

esta enfermedad se llama:

sin luz en la noche oscura».

El niño, cuna y altura,

muerto de risa proclama

que tiene ya su programa

para un curso de cultura.

Y a Dios puso un telegrama

que decía:

                Extremadura.[94]

VILLANCICO DE LA UNIVERSIDAD [95]

El Niño no comprendía

lo de la Universidad.

No se explicaba que un día

un Salomón conseguía

partirla por la mitad.

Jesús preguntó a María

que cuál era la verdad.

Y Ella tampoco sabía

el porqué se dividía

en dos la Universidad.

VILLANCICO DEL ESCONDITE [96]

I

Toda mi noche una estrella,

que un platero tallaría

como a la joya más bella,

para Ti, Virgen María.

II

Para Ti yo llevaría

mi niño, que te visite,

en flor de melancolía,

para que juegue, María,

con tu Niño al escondite.

VILLANCICO DE TOMÁS Y JESÚS [97]

Dentro del invierno, mayo.

Dentro de poco, otro día.

Eran las doce, nacía

nueva luz fugaz del rayo.

Y no sé quién pasaría,

sirviendo de pararrayo,

tanta luz en su desmayo

que un pesebre recogía.

Un ángel fue su lacayo,

de Jesús, José y María,

yo también en compañía

de Tomás Martín Tamayo.

NAVIDAD EN EL RINCÓN DE LA CALLE [98]

A Teresiano Rodríguez Núñez

que todos los años me pide el aguinaldo

en forma de crónica, artículo, cuento,

villancico, …[99]

Me asomo a los abismos

del fondo de la tarde

y es un pasillo largo

túnel fresco del aire.

Vuelvo al que siempre guarda

un adiós para nadie.

Al pastor sin rebaño

que en cualquier sitio cabe.

Perdido en un retablo

el establo me invade.

Navidad extremeña

rincón hueco de calle

cuando me voy por dentro

del poema adelante.

PUERTA DE PALMA [100]

(villancico)

A Manuel Rojas, alcalde, que me

ha regalado una Puerta de Palma

para juguete del recuerdo y del

alma de las cosas. [101]

Los cabellos de oro

en luz de plata

el río va buscando

por el Guadiana

para el niño que vive

dentro del agua,

para el niño que vive

dentro del alba

de Badajoz, mi vida

esta mañana

que es la puerta del cielo,

Puerta de Palma.

VILLANCICO DEL TORO ESPAÑOL [102]

Mi niño se me cayó

esta tarde al redondel

y un toro me lo mató,

el toro de España, cruel.

Ámalo.

Pisaron su corazón,

verso escrito en un papel,

lleno de resignación

a flor de labio y de piel.

Súbelo.

Jesús, mi niño de miel,

dime si lloro razón

por mi niño puro y fiel

destrozado en su pasión.

Si podré vivir sin él.

Dímelo.

VILLANCICOS PARA EL NIÑO POBRE [103]

Sobre las latas viejas

de tu cabaña

cae un fulgor de luna

de piel quemada.

___

Detrás del hambre suena

sobre tu noche-mala

la Nochebuena.

___

Golpea lluvia y frío

en tu tejado

y en los otros hogares

champán y pavo.

___

Es buena cena

para cantar a Cristo

en Nochebuena.

___

Para ti no hay estampas

de nieve en rama,

sólo harapos de frío

sobre tu cama.

___

Con cuánta pena

describo niño pobre

tu Nochebuena.

TEXTOS VANGUARDISTAS

GREGUERÍAS [104]

«Carreteras que son hilos

con que se empaqueta el campo».[105]

«Lejos, muy lejos se oye

los besos que al río cede el viento».[106]

«Tiene el campo remiendos

hechos por el labrador»[107]

«Un tren pasa

como aguja que cose la tierra».[108]

«Los surcos de los montes

son señales de llanto.

[…]

Caminos y más caminos,

canas del campo.

Triste resbala la siesta

del monte al llano».[109]

«Un camino es una cuerda

para atarse el mundo al suelo».[110]

«[…] el sol.

[…]

Es la ventana que tiene

para ver el mundo Dios».[111]

«El río es una lengua de constante palabra».[112]

«Pronto el sol cae en la hucha de una montaña y el paisaje termina de leer una página y vuelve la hoja».[113]

«A era un niño raro. A los tres años mirando un lago agitado por el viento dijo: ‘El agua está arrugada’. Un día en la escuela comentó: ‘Las dos del reloj se han caído en el pozo’. […] Tuvo muchas de éstas: ‘La a es el perrito blanco que enseña el camino al alfabeto'».[114]

«Y José aprendió cuál era la a y la be y así hasta más allá de la cu. La a le hacía mucha gracia -por aquello del canto del cuclillo- y, también, la te con su bufanda al aire o como una cruz que anda».[115]

«El santo de los grillos es el 17 de abril. La a es blanca y la u es azul».[116]

LLAMAS DE CANDIL [117]

Al autor de «Llamas de capuchinas».

José Canal.

«Aquellos álamos hacían bolillos».

«Las hojas del eucalipto son navajas sin madurar».

«El gallo es monárquico, va dejando en sus huellas flores de lis».

«Los caballos de fuego que, tirando de un carro de oro llevaron a Elías al cielo, estarán pastando auroras boreales».

«¿Quién recortó el clavel?».

«Cuando a la lagartija le dan la alternativa se convierte en lagarto».

«La dalia tiene bastante con llamarse dalia».

«Tenía una hermosa barba negra y le llamaban el seis doble».

«La libélula es el alfiler de corbata liberado».

«El caracol tiene el ruido del mar al revés».

«El camaleón -mínima prehistoria- viejísimos son».

«El conejo debería ya quitarse la avispa de la nariz y estornudar de una vez».

AL MARGEN [118]

-«Cuando volvió la cara se dio de bruces con su otro yo que le seguía.

-¿Dónde vas?

-No voy, vengo.

Y quedó convertido en un hombre antiguo».

«El pájaro de Miró se hizo sangre con una estrella y creó un niño melancólico en el espíritu del hombre».

«Encontró una calavera. Mientras la acariciaba, pensó:

-Tuvo ojos, oído, ¿qué olería?, y boca. ¿Dónde lo que vio, oyó, gustó y besó?

Volvía a preguntarse:

-¿Dónde guardo yo lo que veo, oigo, siento, padezco, beso?

Alguien, más tarde, cuando pasen miles de años y tropiece conmigo ¿me preguntará lo mismo?

Pero yo le diré:

-Dentro. Más dentro aún.

Y el pobre no verá nada, ni escuchará nada. Y sabrá solamente lo que él no quiere saber».

«Tradujo mal y le nació un poema».

«Saltó a la comba del horizonte y se dio de bruces con el cementerio de su pueblo».

«Picasso pintó una cabra y le salió la radiografía de una prostituta que había vivido en Egipto hace cinco mil años».

«En los atardeceres recogía la cosecha de los vuelos de los pájaros que habían quedado en el cielo temblando y con ellos intentaba hacer palabras nuevas».

«¡Que salga el sol por donde quiera!

Pero siempre salía por el mismo sitio y eso le disgustaba».

«Nadie sabía quién era. Le preguntaban.

-¿Quién es usted?

Contestaba.

-Y yo qué sé».

«Era viejo. Los amigos le miraban de una manera rara. Él se encontraba extraño. Se hacía cargo de una edad que no tenía.

-¿Qué hago yo con tantos años? Por las calles pregonaba:

-¡Quién quiere años! ¡Se regalan años!

Se le acercó un niño y le dijo:

-Yo quiero años. Muchos años. Déme todos los años que tenga.

Y el niño que estaba muy enfermo y era débil y era delicado y era triste, se convirtió en el sueño de los abuelos del mundo. Alguien dijo que en el padre del hombre».

NOTAS

[1] Ed. Intimidad poética (Alicante, nº 4, 1944).

[2] Ed. Alor (Badajoz, nº 1-2, 1950). JDV se refiere al río Gévora, afluente del Guadiana que fue como una Arcadia para los poetas de Badajoz por haberse inspirado Carolina Coronado en su discurrir sereno entre adelfas. De este aprecio surgió la creación de la revista Gévora por Manuel Monterrey y Luis Álvarez Lencero en Badajoz (analizada por el autor de esta edición en Gévora. estudio de una revista poética extremeña, Badajoz, Diputación Provincial, 2001 ).

[3] JDV dedica este poema al creador y director de la revista Alor de Badajoz, donde publicaba por primera vez.

[4] v. 1 de la tercera estrofa de Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique.

[5] Ed. Alcántara (Cáceres, nº 43, 1951). CMA, SD, APJDV: «El verde herido murmura» (v. 1); «por ver la rama en albura» (v. 4); «sangre roja de humano, / (y la flor es ya la mano / que ofrece amor a su paso)» (tres últimos versos). Estos ajustes mejoran dos momentos del poema y el cierre, que así resulta más lírico. Al final de los 50, JDV edita un poema TI pero con un subtítulo (“Leyenda de la sangre de Cristo”) y DC en Jara (nº 1, 1958), revista codirigida por Antonio Zoido y JDV: “Pasó Cristo ante la espiga / de trigo y quedó su carne. / Dejó su sangre, en la viña / derramada, ya su sangre. / Dejó su aliento en olivos / -óleo, Señor-, de verdades / para que crezca en el alma / el mismo Dios que la salve. / Pasó Cristo por el campo / precisamente esta tarde. / -(Siruela, Herrera del Duque, / montes de vientos que arden)- / resucitado Señor / que iba dejando su sangre / gota a gota en cada flor / que se deshojaba al aire. / Blancos pétalos de jaras / van la montaña adelante / manchados, purificados, / con las llagas del Amante. / Jaras con gotas de Dios. / ¡Oh, leyenda de la Sangre!”. Esta versión se basa en la idea apuntada en los vv. 7 y 8 del poema transcrito.

[6] Ed. Alor (Badajoz, nº 14-15, 1952), Cauce (Huelva, septiembre 1962) y Hoy (Badajoz, 2-9-53). En el artículo «Hombres y tierras», JDV vuelve a interesarse por el campesino: «Hombres curtidos por el aire y por el sol, por el frío del invierno y por el calor del verano. Curtidos en la siembra y en la siega. Parecen hechos de la misma tierra que ellos cuidan, que ellos labran, que ellos quieren» (Hoy, mayo 1955).

[7] Periodista (Campanario, 1887), que fue director de El noticiero extremeño, de Pueblo extremeño y de la revista cacereña Acción social, poeta (Ratos de ocio, 1905, La nostalgia de los dos, 1910), novelista (La sangre de la raza, 1920, Mirta, 1946) y autor de «Estampas campesinas», cuadros de costumbres cuyos protagonistas son la gente y el paisaje de la zona de Campanario, donde pasó largas temporadas atendiendo su finca y murió en 1952.

[8] Ed. Poesía española (Madrid, nº 19, 1953), Hoy (Badajoz, 21-3-53: «Que otra vez la noche fría», v. 1; «que no, que sí, que vendría», v. 3 y «se mojó con alegría», v. 5), Manxa (Ciudad Real, nº 14, 1980) y Poesía (1988, pp. 353 y 369, donde aparece junto al poema «El silencio» y llevan la denominación genérica de «Tierra extremeña»). Se sabe que es un poema dedicado al aljibe que se encuentra en el interior de la alcazaba árabe emeritense, porque en CME, SD, APJDV el poeta ha añadido al título la anotación “de Mérida”.

[9] Ed. Mérida (nº 36, 1953). Este poema se relaciona con el titulado «Trigal» de «Canto a Extremadura», que comienza con este verso: «El trigal son los mares que anhela el extremeño», y con artículos donde JDV encuentra una estrecha semejanza entre el mar y los trigales de Extremadura («Badajoz y el mar», Hoy, 11-2-66. «El ancla», Hoy, 11-7-76).

[10] Ed. Gévora (Badajoz, nº 14-15, 1953). La importancia espiritual que, para JDV, tuvo este lugar de la parte antigua de Cáceres se deduce de varios hechos: le pone este título a la cuarta parte de Pulsaciones, le dedica varios poemas como «Noche cocida» (lleva el subtítulo de “Barrio de San Mateo de Cáceres”) y «Luna en el barrio de San Mateo de Cáceres» de El año cero, lo cita en otros y habla de él en varios artículos.

[11] vv. 21 y 22 del poema «Arbolé, arbolé» de Libro de poemas y canciones de Federico García Lorca.

[12] Ed. Alor (Badajoz, nº 37-38, 1955) y Cauce (Huelva, septiembre 1962). En el artículo «Los minerales» (Hoy, 18-11-62), JDV reflexiona sobre la influencia de la piedra en la vida del ser humano y también en el artículo «Vicente Sos Baynat», eminente geólogo que conoció en Mérida, (Hoy, 2-9-91).

[13] Muestra de la atracción que JDV sintió por Ortega y Gasset y por su libro El espectador (1916-1934), a cuyo tomo V pertenece la cita. JDV leyó la obra del autor de La rebelión de las masas en los años 30. La teoría del raciovitalismo, que Ortega y Gasset difunde en su obra, influyó en JDV así como su prosa elegante y llena de razonamientos creativos y dinámicos que le ayudaron a conformar su propia poética.

[14] FAC, 1955 por su alabanza al Plan Badajoz. Este texto, que es la base del poema del mismo título de La vara de avellano, se encuentra sintetizado en sus 20 primeros versos en CME, SD, APJDV, donde aparece encabezado por la misma cita de Juan Ramón Jiménez que preside el poema de La vara de avellano: “Guadiana es agua de vida, cuerpo desnudo en el aire, / labios en flor que soñando hasta el mismo borde bajan. / Agua que se despereza, agua que canta y que ríe, / agua que besa y nos ama y deshoja rosas pálidas. / Agua que encuentra el camino en espumas de canciones, / deshaciendo las estrellas que se han caído en su falda / para dejarlas rocío entre la hierba del viento. / Agua amiga, compañera, agua hermana, agua nuestra; / el milagro se percibe, gota a gota se proclama. / Agua fértil, agua pulso, agua rostro, agua lúcida. // Guadiana es agua que habla, que nos va como ordenando / las horas de cada día. Agua que nos va escribiendo / el poema del trabajo, el poema de la tierra, / hermoso y bello poema porque es poema de amor. // ¿Dónde estarán los escombros de la vieja que arrullaba / en su regazo la tórtola, en sus raíces la roca, / en su carne tierra seca? ¿Dónde estará todavía? / Despiadadamente mío el paisaje, paso a paso, / anda, crece, inmortaliza. Cambia el paisaje y el hombre. / Y es el agua, es el agua, es el agua, es el agua …”. En “Canto a Extremadura” poema TI, DC.

[15] Ed. Gévora (Badajoz, nº 46, 1956). Sus dos últimos versos son idénticos a sus correspondientes en el poema «Amanecer en Badajoz» de Aurora. Amor. Domingo.

[16] Ed. Hoy (Badajoz, 28-6-56), Gévora (Badajoz, nº 44-45, 30-8-56, ilustrado con dibujos de Luis Álvarez Lencero), Alcántara (Cáceres, nº 102-104, 1956, donde lleva un subtítulo: «(Extremadura sentida desde el ‘castillo en el aire’ del alma)») y Poesía (1988).

[17] En 1969, JDV fue mantenedor del II Certamen poético-literario de la barriada de San Fernando en Badajoz y en su discurso realizó una alabanza de Extremadura glosando el «Canto»: «Tierra extremeña: alzo mi voz para cantarte una vez más. Quisiera arrancar tu piel y meterme dentro de tus entrañas para sentir tu palpitar. Para quedarte en carne viva, en sangre caliente y correr dentro de tu cuerpo un camino de tierra en el alma […]».

[18] Red. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1956.

[19] Red. Primera antología (1961), p. 119 de la novela Canal de Juan José Poblador (1961; “Yo no sé si fue luna resbalando en el suelo”, v. 5), Entre la yerba … (1979), Hoy (Badajoz, 22-5-88), El pozo de la comunidad (Mérida, nº 1 y 4, 1983) y La voz del bosque (Badajoz, Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, mayo 2001).

[20] En Entre la yerba …: «o tormenta apretada a los barros del cielo». «a» debe ser una errata pues rompe la disyunción y el paralelismo con el verso siguiente.

[21] «como si fuese sangre sin encontrar sus venas», op. cit. Cuando el poeta recitaba este poema, unas veces decía «penas» y otras «venas» en este verso. Por tanto, este cambio debe ser considerado una doble versión del poeta.

[22] Red. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1956. La relación entre Extremadura y el mar también se puede localizar en el poema «Mar extremeño» (ver en “Y otros poemas”), donde JDV lo ve materializado en los trigales, y en artículos periodísticos: «Extremadura siempre ha soñado con el mar. […] Los embalses parecen juguetes de mar. […] El trigal es un mar de olas verdes o amarillas» («Badajoz y el mar», Hoy, 11-2-66). «Badajoz sueña con el mar. Parques, paseos, fondos parecen islas […] Badajoz leva anclas. Se va» («El ancla», Hoy, 11-7-76).

[23] JDV participó en la I Semana Cultural del colegio público de E.G.B. Pedro de Valdivia de Castuera, celebrada en junio de 1989, y le dejó manuscritas la primera y tercera estrofas de este poema (sólo cabían dos estrofas en la orla donde le pidieron que las escribiera).

[24] Red. Primera antología (1961) y Entre la yerba …  (1979).

[25] «y en la cabeza pastos de amargos amarillos», op. cit. Este cambio mejora el sentido y ajusta la expresión.

[26] En Gévora (Badajoz, nº 44-45, 1956) esta estrofa es idéntica al original, pero después el poeta la corrigió con pluma: «Mientras piedra del monte va ganando la cima / nadie sabe que sube en poder de querella / el azul entre sombras de la hoz que lastima / el gris de los silencios en ansiedad de estrella». En las antologías citadas en la nota 24 dice: «Mientras piedra del monte va subiendo la cima / en ansiedad de cielo para ganarse estrella / el azul entre sombras de una hoz nos lastima / la mirada en la tarde y el silencio sin ella». Estas reelaboraciones son una muestra del afán perfeccionista de JDV.

[27] RO: El v. 4 que dice: «con su sauge, con su dolor profundo» (v. 4) está incompleto y mal transcrito. De ahí que se haya redactado tal y como viene en Gévora y en otras ediciones en la presente edición. En Primera antología: “con el ansia constante de mirar en su mundo,” (v. 2), “de barco que se esconde tras un viento que vuela.” (v. 8), “y va añorando historias en la piedra del puente / y diciendo el poema hondo de su bregar” (vv. 10-11). Estas variantes son simples ajustes.

[28] Red. Primera antología (1961) una versión: “Tú, Guadiana, con falda siempre llena de cielos, / con tu sol de culebras, con tu voz escondida, / maternidad del agua y novia de mil celos / y cierva de la tarde constantemente herida. // En el vientre te late un murmullo viajero, / el cristal y los senos de la piedra rodada, / y en el aire sonoro de la rana, el lucero / que va tirando el ángel de tarde a madrugada. // Descalzo pie, entre juncos, de la moza que grita / cuando pisa la nube llena de escalofrío, / y adelfa y yerbabuena, poleo y margarita … / Y se desnuda el agua … y sólo queda el río”. Se trata de una muestra del inconformismo de JDV hasta hacer definitivo un poema. En La vara de avellano, poema TI, DC.

[29] JDV dedicó al Guadiana, aparte de este poema y los mencionados, varios artículos como los titulados «Elogio del Guadiana” (Hoy, 1950), «Carta a un poeta en Alemania» (Hoy, 27-4-66) y «El Guadiana” (Hoy, 25-8-66).

[30] Red. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1956.

[31] En el poema «Extremadura siempre», transcrito en «Y otros poemas», JDV vuelve a emplear este verso pero partido por la cesura y con el segundo hemistiquio cambiado: «Suenan nuevas campanas / en el azul abierto» (vv. 13-14), aunque la imagen es prácticamente la misma.

[32] Red. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1956.

[33] ibidem. JDV ya había tratado sobre ella en el artículo «La mujer extremeña», subtitulado «Perfiles de la raza»: «A tanta varonía extremeña se tiene que oponer tanta feminidad. A plena varonía, plena feminidad, la media naranja, el complemento del sexo. El sexo completo: hombre y mujer. […] Su voz es la oración constante, llena de religiosidad, plástica. Azul, decía Pedro Caba que tenía la voz Lázara, su extremeña personificada» (Extremadura, 28-5-48).

[34] Esta expresión va entre comillas, porque es una idea adoptada de Pedro Caba como se puede comprobar en el texto del artículo anterior.

[35] En Gévora al último poema del «Canto a Extremadura» le sigue una crónica titulada «Juegos Florales» de Enrique Segura Otaño, en la que informa sobre el desarrollo del acto de entrega de los premios de este certamen. Y en Poesía este texto informativo aparece como Presentación del “Canto”. Sin embargo, en la presente edición no se incluye, porque en la RO no aparece y, además, su contenido es ajeno al poema.

[36] PME, NMA que pone: «Campaña de Educación Fundamental 1958. Envío a Juan José Poblador», APJDV. JDV contó su impresión de la Campaña en su artículo «Educación fundamental»: «En pueblos abandonados […] se ha hecho […] labor eficacísima de educación fundamental. Un grupo escogido de técnicos, maestros […] se pusieron al habla con unos hombres. Y […] se llegó al fondo del hombre siguiendo el camino por donde mejor se llega […] por medio de la poesía, que es -no lo olvidemos- la distancia más corta entre dos hombres» (Hoy, 7-5-60).

[37] PMA, SD, APJDV. FAC 1959, cuando JDV estuvo en el hospital militar de Badajoz acompañando a su hijo y visitaba esta plaza cercana, que es el centro del Badajoz antiguo. JDV dejó unas reflexiones sobre las plazas como lugares de encuentro donde transcurre la vida en el artículo «Plazas y calles»: «Punto de cita son las […] plazas de ciudades a ciertas horas del día. La gente necesita verse. Confrontar con los demás su manera de vivir. Sentirse nadie en la corriente de la calle; hombre común, vulgo, masa. Andar juntos el camino ordinario. Medirse humanamente. Tallarse entre el asfalto y el anuncio luminoso. Navegar» (Hoy, 4-11-60).

[38] Ed. Hoy (Badajoz, 1-9-60).

[39] ibidem.

[40] Ed. RFF de Zarza de Alange (Badajoz, septiembre 1960) junto al poema “La noticia”.

[41] ibidem, junto al poema “Amanecer” y bajo el título genérico de “Dos canciones sobre Extremadura”. “La noticia” fue posteriormente publicado con los versos agrupados de dos en dos en una página colectiva titulada «Lira emeritense» (Hoy, 1-9-61), en la que intervienen poetas de Mérida conmemorando sus Fiestas.

[42] PME, SD, APJDV. La cita “Vamos a inventar un mundo con sólo decir palabras” son los vv. 1 y 2 de su poema «Ciudades-palabras» de Aurora. Amor. Domingo, que fue editado en 1961. FAC 1961-1963, pues se supone que JDV debió seleccionar la cita de su último libro editado (en 1963 editó El secreto de los árboles).

[43] Esta nota es una aclaración del poeta que explica el motivo de la composición del poema. Antes del título lleva una anotación manuscrita de la palabra «Capitulación»: «Contrato estipulado entre la Corona española y un particular para llevar a cabo el descubrimiento o conquista de un territorio americano».

[44] Ed. Mérida, RFF de 1961, red. en la de 1963, donde aparece incluido en una extensa crónica titulada «I Bienal de Arte (pintura) extremeña» de JDV, y Empresa ’92 (Mérida, nº 3, 1994) en un artículo del autor de esta edición titulado «Mérida, ¿dónde has ido?».

[45] Ed. Hoy (Badajoz, 20-3-66) en una página titulada «Chamizo, la primavera y los poetas», donde poetas extremeños conmemoran la primavera.

[46] JDV muy joven conoció a Luis Chamizo en el Ateneo de Cáceres, donde le oyó una conferencia-recital.

[47] En el v. 6 del poema «Nueva Extremadura» de «Canto a Extremadura» (1956), se puede leer una expresión parecida: «Suenan nuevas campanas en el cielo extremeño».

[48] Son los dos últimos versos del poema «Consejos del tío Perico» de El miajón de los castúos de Luis Chamizo. JDV reconocía la fuerza arrolladora de su poesía. Incluso en el artículo «A Extremadura le falta tierra» (Hoy, 17-7-56) destaca la necesidad de que se trasladen los restos de Chamizo a Extremadura.

[49] Estos dos versos son un calco consciente de los dos versos finales del poema «La nacencia» del poeta de Guareña: «Jizo Dios un milagro, / ¡no podía por menos!», al que JDV ha hecho personal intercalándole dos vocativos.

[50] Ed. Hoy (Badajoz, 20-6-75) y en “JDV o la espiritualidad de un hombre cualquiera” del autor de esta edición (II Otoño literario …, Badajoz, Santa Marina, 2000). VRS, APJDV. VR1): presenta las tres primeras estrofas idénticas, excepto el segundo verso de la tercera que tiene una variante (“luz y amapolas del Guadiana”), y con una estrofa más: “Está naciendo en mi canción / que del silencio mana / un Badajoz que yo comprendo / en tarde que jamás acaba / donde mi pena y mi alegría / juntas me viven y me abrazan”. VR2): “sin saber cómo, noticia oscura” (v. 9), “entre caballos, herido anda” (v. 10), “luz y amapolas del Guadiana” (v. 14), “aroma viejo de la tierra” (v. 15), “aire de versos en la cara.” (v. 16), “(Un Badajoz igual, distinto,” (v. 17), “está naciendo en mis palabras.)” (v. 18) y una estrofa más que es distinta a la añadida en la VR1: “Y derramado en el paisaje / el silencio de una llamada. / Un Badajoz, desnuda historia, / de la existencia que no pasa // donde la pena y la alegría / vuelven y viven de mi nostalgia”. RD: Es el resultado de varias reelaboraciones, que muestran el interés de JDV por realizar una ajustada descripción lírica de Badajoz.

[51] No es la primera vez que JDV dedica a RS sus versos; ya le ofreció Los anónimos del coro y el poema “Noviembre”.

[52] Este verso recuerda a «La naranja» de El año cero, donde el poeta concibe el mundo con la forma de esta fruta.

[53] Ed. Hoy (Badajoz, 12-10-78), Alcántara (Cáceres, nº 193, 1978; va precedido de un texto donde la revista se congratula de que por este poema se haya concedido a JDV el Premio de Poesía Hispanidad) y Poesía (1988, pp. 371-373). En esta edición presenta tres variantes: «el cielo limpio y casto gana toda una vida» (v. 10); «Se agrandan los espejos, balcones las montañas» (v. 11) y «Regina Angelorum, ángeles de esta noche» (v. 29). Estos ajustes tienen la finalidad de acoplar ciertas expresiones.

[54] Ed. Manxa (Ciudad Real, nº 14, 1980) y Poesía (1988, p. 367). RO: PMA, TI, SD, APJDV: “Un cincel le dio forma tan hermosa / a piedra que le cierra en escultura. / Dentro de sí se vive su locura / y el fuego en alba de la luz gozosa. // En una roca vira la estructura / de tu noche caliente y perezosa, / cerdo inmenso, metido en una rosa / de sangre y grito bajo costra dura. // ¿Quién en tus ojos abre las mirillas / para entrever el mundo que te sueña? / ¿quién asoma por ti tan de puntillas? // Vestido de corteza o de estameña / eres barco de innumerables quillas, / para el cielo del mar, tierra extremeña”. RD: El poeta se aleja del objeto lírico (ahora usa siempre la tercera persona) y consigue un mayor equilibrio en el conjunto del poema.

[55] Ed. Manxa (Ciudad Real, nº 14, 1980) y Poesía (1988, p. 368). RO: CME, SD, APJDV con el título de «Pueblo y campo: soledad»: «miras, buscas, a nadie encuentras» (v. 3); «Nombras uno a uno: «¡Juan! ¡Hermanos!» (v. 6); «Ni un perro rabioso se queda» (v. 9) y «Pálido temblor de fatiga» (v. 10). Debe ser una versión anterior. RD: Los ajustes imprimen al contenido más emoción. En este poema JDV muestra una gran preocupación por el abandono del campo y la muerte de los pueblos en la época de la emigración a la ciudad, que se produjo a mediados del siglo XX.

[56] JDV explicó indirectamente el sentido de estos dos versos en su artículo «Aldea y ciudad»: «Yo, sinceramente, la mayor bondad que le encuentro a la aldea es que tiene el campo en la puerta de casa» (Hoy, 10-9-59).

[57] PME, SD, APJDV. FAC 1981, cuando JDV pronunció el pregón de las fiestas de Montánchez. Ed. artículo «La copa de la palabra: Un soneto inédito de Jesús Delgado Valhondo» de Fernando Delgado Rodríguez (Reex, LI, nº III, 1995) e incluido en la comunicación «Poesía en el vino» del autor de esta edición (actas XVIII Jornadas de Viticultura , Almendralejo, I.C. Santa Ana, 1997). Vicente Fernández Moreno tenía una bodega en Montánchez, adonde JDV iba a reencontrarse con sus raíces (su madre, Sofía Valhondo Carvajal, era de este pueblo). A JDV le agradaba visitar la bodega de su amigo Vicente y, entre copa y copa, charlar animadamente aleccionado por el  vino. En sus artículos «Saber beber” y “Posibilidades extremeñas” describe los beneficios espirituales de esta bebida.

[58] Poema incluido en el pregón de las Fiestas de Montánchez (1981). No será la única vez que JDV escriba con pasión sobre este lugar, pues en su artículo «Montánchez» realiza una visión lírica de este bello pueblo cacereño. RO: CME, SD, APJDV: “venturosa alegría, de bien aventurado” (v. 12) y  “y perfecciona al hombre que a su Dios se aproxima” (v. 16).  RD: Los ajustes evitan el encuentro de “venturosa … aventurado” y de un polisíndeton desacertado (“y esperanza / y perfecciona”) respectivamente.

[59] «herida».

[60] PMA, SD, ST, TPV, APJDV. JDV compuso este poema sobre la base del poema «Oración» de La esquina y el viento para conmemorar un Día de Extremadura. FAC a partir del 3 de junio de 1985, fecha en que fue instituida esta celebración.

[61] PME, SD, APJDV. FAC después del 3 de junio de 1985, día en que fue creada la bandera de Extremadura, que se cita en los vv. 41 y 42.

[62] JDV denunció la tala indiscriminada de encinas y la destrucción de su paisaje en el artículo «Después de las encinas»: «El campo estaba lleno de encinas muertas tras una batalla cruel, a base de máquinas, que las habían arrancado de cuajo. Las raíces al viento impresionaban. Se oía un agudo, estridente, grito” (Hoy, 12-8-76).

[63] Estas ideas las expuso en repetidas ocasiones a través de artículos como los titulados «Sobre todo el paisaje» (Alcántara, nº 4, 1946), «Tierra entre ríos» (Extremadura, 6-1-48) y «Una lección» (Hoy, 10-7-60).

[64] Esta preocupación de JDV por el abandono del campo también aparece en el poema «Pueblo y campo: soledad» (redacción original del poema “Soledad”) y en artículos como el titulado «Aldea y ciudad» (Hoy, 10-9-59).

[65] Ed. Abanico (1986). Red. Reex (Badajoz, nº 3, 1992) y recitado por JDV (9-7-93). Red. Homenaje. A JDV, Mérida, IFP Emerita Augusta, 1994. De este poema hay tres VRS.:

VR1) RPE, SD, APJDV. FAC 1960 pues pensó incluirla en Aurora. Amor. Domingo (1961). Su título es “La plaza de Mérida” y tiene dos partes de 10 y 8 versos respectivamente: “dedos de un agua melancólica.” (v. 4), “doradas, verdes, musicales hojas.” (v. 6), “Ha de venir a verme un día / alguien que ya me busca en la memoria.” (vv. 7-8) // “(No acaba de llegar. Se habrá perdido / entre las calles rotas).” (vv. 9-10) -1ª parte-. II / “Baja en la luz una manzana / ávida carne de la boca. / Pechos de la mujer suben los pájaros: / la humana carne de la rosa. / El alma viene y va por este cielo, / suave y tibio, hacia las cosas. // (Te espero paseando, como siempre, / presentida belleza emeritense)” (vv. 11-18) -2ª parte-.

VR2) Ed. Álamo (Salamanca, nº 27-28, 1970), 20 versos: “Se tiende en ancho suelo” (v. 1), “dedos de un agua melancólica.” (v. 4), “doradas, verdes, musicales hojas.” (v. 6), “alguien que ya me busca en la memoria.” (v. 8) // “(No acaba de llegar. Se habrá perdido / entre las calles rotas).” (vv. 9-10) “Baja en la luz una pregunta / ávida carne de la boca. / Pechos de una mujer suben los pájaros: / la humana mano de la rosa. / El «vamos», viene y va por este cielo / suave y tibio de las cosas. / Un no sabemos qué hoy nos persigue / como lobo de tiempo en la derrota. // (Te espero, como siempre paseando / por esta plaza de mi vida rota)” (vv. 11-20).

VR3) Ed. ABC (Madrid, 25-11-71), 20 versos: “En el ancho suelo se tiende” (v. 1), “dedos de un agua melancólica.” (v. 4), “doradas, musicales hojas.” (v. 6), “alguien que busca en mi memoria.” (v. 8) // “(No acaba de llegar. Se habrá / perdido, entre las calles, sola).” (vv. 9-10), / hasta los gritos de la comba (v. 12), “late en el filo de las cosas / que nadie sabe contestarla: / oculto trino de la historia. / Niños persiguen en sus juegos / un tiempo escrito en mariposas. // (Espero siempre paseando / por esta plaza de mi vida rota)” (vv. 14-20).

RD: Como se puede comprobar es producto de una síntesis de las versiones transcritas.

[66] Ed. Poesía (1988), p. 349. FCH mayo 1986.

[67] ibidem, p. 350. Este poema trata del río Guadiana a su paso por Badajoz. Bajo el título genérico de “Estampas de Badajoz”, este poema aparece editado, junto a “Atardecer de Badajoz”, “Catedral” y “Alcazaba”, en una página de la RFF de Badajoz, SD, APJDV.

[68] ibidem, p. 351. Este poema se refiere a la alcazaba árabe de Badajoz.

[69] ibidem, p. 350. JDV tiene un poema titulado «Amanecer en Badajoz», que forma parte de Aurora. Amor. Domingo. La razón de estos poemas dedicados a Badajoz se encuentra descrita en el artículo titulado también «Atardecer en Badajoz»: «Badajoz es una ciudad poéticamente lírica. Acogedora como el lirismo. Y como el lirismo del encantamiento. Y, como a todo encantamiento, se llega por la maravillosa aventura del amor. […] Badajoz, entre otras cosas, es un florido silencio en el hueco de la mano de Dios. Cáliz de aroma. Por eso sus parques y jardines son tan esenciales, tan profundos, tan de atardecer» (Hoy, 26-5-66).

[70] ibidem, p. 369. Aparece editado junto al poema «Aljibe» con el título genérico de «Tierra extremeña». RO: En Hojas sergas (Almendralejo, otoño 1984) fue editada una versión de “El silencio” con las siguientes variantes: “un cielo a trozos repartido” (v. 7), “hecho una bomba, de estallar” (v. 10) y le falta la cuarta estrofa. RD: Es una elaboración más ajustada y completa. El valor espiritual que JDV atribuía al silencio se puede apreciar además en artículos como «Ser el último para recoger silencios»: «Me gustaría en la feria ser el último en gozar la impresionante manera de ir apagando luces e ir cerrando silencios. El último en salir de una corrida de toros. Cerrar la plaza y la tarde. […] en cerrar el campo de fútbol donde el silencio se aplasta en el césped -entre la hierba pisada- empujado por un cielo que pesa mucho … […] Cerrar el teatro y quedarme allí […]. Alzar el telón de la imaginación”. El texto en cursiva ayuda a entender el título de su antología Entre la yerba pisada queda noche por pisar (1979).

[71] PMA, SD, APJDV. Poema escrito por JDV para el Cincuentenario de la muerte del poeta Miguel Hernández (Castuera, del 27-1-92 al 1-2-92). También compuso el artículo «Miguel Hernández-Castuera-Cañamero» (Hoy, 16-2-92), donde reivindica la poesía de Francisco Cañamero nacido en este pueblo pacense (ver «Ha muerto un extraordinario poeta: Francisco Cañamero, sacerdote», en Literatura en Extremadura de Manuel Pecellín, tomo III, 1983, pp. 78-80). FAC enero de 1992.

[72] JDV conoció la poesía de Miguel Hernández a comienzos de los años 40, cuando Lola Mejías, esposa de Eugenio Frutos, le envía cuatro versos del poema «Égloga» («Un claro caballero de rocío / un pastor, un guerrero de relente / eterno es bajo el Tajo; bajo el río / de bronce decidido y transparente») y, después, Frutos le manda la «Elegía a Ramón Sijé». Posteriormente en 1949, JDV consigue El rayo que no cesa en la Colección Austral de la editorial Espasa-Calpe, editada en Argentina con prólogo de Cossío.

[73] Ed. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre 1947.

[74] Amigo íntimo de JDV en el pueblo citado.

[75] Ed.  Alor (Badajoz, nº 29-30, 1954).

[76] Ed. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1958. También en CME, SD, APJDV: los misterios van precedidos por una breve explicación: “El primer misterio es la Encarnación del Verbo divino en las purísimas entrañas de la Virgen María”. “El segundo misterio es la Visitación de la Virgen Santísima a su prima Santa Isabel”. “El tercer misterio es el Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén”. “El cuarto misterio es la Presentación del Hijo de Dios en el templo”. “El quinto misterio es cuando la Virgen María, después de tres días de haber perdido a su Hijo, lo halló en el Templo”. El primer misterio a partir del v. 5 dice: “cayó en las entrañas de Ella / y quedóse convertida / por una sangre encendida / en carne de Comunión. / Misterio de Encarnación / en el alma, de la Vida”. El segundo misterio a partir del v. 7 dice: “¿He sabido yo, Señor, / ofrecerle mi alegría / al Corazón de María / como Templo del Amor?”. Y las estrofas no van separadas por blancos. RD: los ajustes aclaran ciertos momentos que, por tratarse de asuntos de fe, debían ser expuestos con absoluta claridad.

[77] Ed. RFF de Zarza de Alange (Badajoz), septiembre de 1959.

[78] RPE, SD, APJDV. FAC década de los años 60, cuando JDV colaboró en numerosas actividades relacionadas con la Pasión de Cristo (viacrucis, glosas a las siete palabras de Cristo en la cruz, antología de pensamientos pasionistas …).

[79] CME, SD, APJDV. También en RPE, SD, APJDV: Aparece distribuido en dos partes. En la primera los versos 1 y 7 están partidos («Sentirse pueblo / y asilo» y «la tierra que pisa. / Y abra») y, en la segunda, «en pasión de presidiario» (v. 6) y no aparece el verso antepenúltimo. FAC en la década de los 60 por las mismas razones que “Cristo en la noche”.

[80] Ed. Extremadura, 12-1-69, junto a «Santo entierro» y «Virgen de la soledad» con el título genérico de «Lírica pasionista».

[81] ibidem.

[82] ibidem.

[83] RPE, SD, APJDV. Aparece transcrito junto al poema «Domingo de Ramos y el recuerdo». FAC década de los 60 por las mismas razones citadas para otros poemas que tratan la Pasión.

[84] Poema ST incluido en el pregón de Semana Santa, que JDV en 1973 pronunció en Don Benito (Badajoz).

[85] Esta estrofa, en el borrador del poema, tiene otra elaboración: «La noche está estrellada, / noche serena, silencioso pecho, / aroma en tu almohada / no otra paz que tu lecho / ni cosa que no sea en tu provecho». RD: Quizás la reelaboración tuvo el fin de cambiar la noche por la tarde, que le resultaba más lírica al poeta.

[86] Esta estrofa en CMA, APJDV: «Señor, tanto te ama» (v. 4) y es seguida por otra, que no aparece en la RD: «Hijo te quiso el Padre / de la Virgen hecho hombre. Pensamiento. / Que Redención esa Madre / da a sus hijos. Alimento. / Eucaristía. Antes templo. Nacimiento». RD: Los ajustes evitan el tópico del v. 4 y eliminan una lira no muy afortunada.

[87] PME, SD, APJDV. FAC, 1961-1969 por la intranquilidad mostrada por el hombre desorientado y solo en la existencia, que JDV manifiesta a través del símbolo “calle”, típico en su poesía de esta época.

[88] PMA, SD, APJDV. FAC 1975, cuando JDV compuso a su maestro otro poema titulado “Leyendo a Antonio Machado”.

[89] JDV se sintió atraído por la concepción que tenía Machado del hecho poético. La influencia del autor de Campos de Castilla se observa en el comienzo y en algún otro momento de la obra lírica de JDV que le dedicó, además, el poema citado en la nota anterior y el artículo «Sacudiéndose la última muerte de Antonio Machado” (Hoy, 19-2-92).

[90] PMA, SD, APJDV. En el poema JDV se refiere a dos de las cuatro torres excepcionales que adornan Jerez de los Caballeros (Badajoz) -las otras dos torres son la de la iglesia de Santa Catalina y la de Santa María-. FAC mediados de la década de los años 70, época en que visitó este pueblo pacense.

[91] Con este poema navideño JDV felicitó las Navidades de 1980 a Antonio Bellido.

[92] Ed. «Poetas extremeños a la Navidad» -junto a «Villancico de la Universidad»- (Badajoz, Consejería de Cultura, 1981), edición propiciada por Tomás Martín Tamayo, consejero, y JDV, su asesor. Red. Hoy (Badajoz, 21-12-90).

[93] Exconsejero de Cultura de la Junta de Extremadura (1979-1982), que estableció con JDV una cálida amistad. Es narrador (Cuentos de madrugada, prólogo de JDV, 1979, Cuentos al alba, 1984, Cuentos de la maldita resignación, 1997), poeta (Abstracción de la culpa, 1981) y articulista del periódico Hoy de Badajoz.

[94] Para JDV la adquisición de la cultura comenzaba por una Enseñanza que propiciara un conocimiento profundo de Extremadura, porque estaba convencido de que el ser humano pertenece a un lugar. Y, lógicamente, debe conocerlo primero para llegar a amarlo después.

[95] Ed. «Poetas extremeños a la Navidad» (Badajoz, Consejería de Cultura, 1981), junto a «Villancico de la Cultura».  Red. Hoy (Badajoz, 21-12-90). En «Villancico de la Universidad», JDV critica con ironía la división de la Universidad de Extremadura. Este asunto que le preocupó mucho ya lo había tratado en el artículo «El lirismo» (Hoy, 8-6-76), donde defiende su ubicación en Mérida y ataca el enfrentamiento entre las dos capitales teóricamente hermanas.

[96] PME, SD, APJDV. FAC edición de “Villancico de la Cultura” («Poetas extremeños a la Navidad», Badajoz, 1981), pues aparecen en la misma CME.

[97] PMA, FCH 22-12-81, APJDV. Es una felicitación de Navidad de JDV a Tomás Martín Tamayo.

[98] PMA, SD, APJDV. FAC posterior a mayo de 1982, cuando Teresiano Rodríguez Núñez (a quien se lo dedica) fue nombrado director del periódico Hoy (ejerció este cargo hasta septiembre del año 2002).

[99] El director del diario de Badajoz siempre animó a JDV a que editara en su periódico e incluso le llegó a proponer que volviera a publicar la página literaria, que durante años había editado en el Hoy.

[100] PME, FCH diciembre de 1988, APJDV. Puerta de Palma es la antigua entrada a Badajoz por la parte de Portugal, que es uno de los restos del pasado más característico de la capital pacense. JDV, amante de Badajoz, apreciaba este lugar que daba acceso a la zona antigua, donde se reencontraba con la ciudad auténtica.

[101] Manuel Rojas fue alcalde de Badajoz durante las primeras legislaturas del partido socialista en los años 80 y mantuvo una relación amistosa con JDV que, con este poema, le agradece el regalo de una copia en miniatura de la Puerta de Palma.

[102] Ed. Alor novísimo (Badajoz, nº 23-24, 1990). APJDV, CMA, RO con la que JDV felicitó las Navidades de 1981 al menos a Fernando Bravo y Jorge Guillén, y las de 1985 a Antonio Bellido: «y un toro me lo mató. / Un toro de España, cruel» (vv. 3-4). «muerte de resignación / guardada bajo la piel» (vv. 8-9). «por mi niño duro y fiel,» (v. 13) y «Si puedo vivir sin él» (v. 15). RD: Las reelaboraciones tienen el objetivo de mejorar el efecto sonoro del poema.

[103] PME, SD, APJDV. FAC 1990, cuando JDV sintetiza al máximo su expresión y se encuentra componiendo Huir.

[104] Bajo este título genérico se recogen versos y frases de JDV que, repartidos por su obra literaria, reúnen características de la literatura de vanguardia.

[105] vv. 7 y 8 del poema «Meditación» de Pulsaciones (1935-1940).

[106] vv. 7 y 8 del poema «Octubre» del BP (1939-1950).

[107] Son los dos versos finales del poema «Pardo, verde, amarillo» del BP. En la RO, estos dos versos son los sustitutos de otros dos que se encuentran tachados (“Le ha dado de color al campo / con lápices de colores, Dios”) y también pueden catalogarse como una greguería por su sorprendente novedad.

[108] vv. 3 y 4 del poema «Dentro de una nube …» del BP.

[109] vv. 1, 2, 5, 6, 7 y 8 del poema «Agosto», PBP que fue editado en El año cero (1950).

[110] vv. 1 y 2 de «El maestro explica las vías de comunicación en la escuela», PROEV (1952).

[111] vv. 1, 4 y 5 de «No es el sol», PROEV (1952).

[112] Del artículo de JDV titulado «Agua» (Hoy, 18-6-59).

[113] Del ensayo «El poeta y su mundo» de JDV, ed. Alcántara (Cáceres, nº 141, 1963).

[114] De «El niño A» de Cuentos y narraciones (1975).

[115] Del relato «José y Joselito» de Cuentos (1986).

[116] Del relato «Pablito el de las vacas» de Cuentos (1986). Son las respuestas del maestro (JDV) a preguntas inocentes de su alumno Pablito, disminuido psíquico.

[117] Ed. Mérida nº 74, 1954. JDV denominó así estas frases como imitación del título (“Llamas de capuchinas”) que le puso a otras semejantes su amigo José Canal, al que muestra su agradecimiento en la dedicatoria.

[118] Ed. Alminar (Badajoz, nº 27, 1981).

Fotografía cabecera: Dehesa extremeña