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Poesía de la Transición (1970-1979, s. XX)

INTRODUCCIÓN

 

SIGLO XX (1970-1999)

El comienzo de la década de los años 70 marca la decadencia del franquismo, debilitado por conflictos laborales y universitarios, la recesión y el desempleo, que provocan la crisis del petróleo, y el asesinato del jefe del gobierno Carrero Blanco por ETA. Finalmente, el régimen desaparece con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.

La subida al trono del rey Juan Carlos I propicia una transición pacífica hacia la democracia. Adolfo Suárez con la UCD realiza la reforma política, la legalización de todos los partidos, el retorno de los exiliados, la supresión de la censura, las elecciones generales (1977) y la nueva Constitución (1978). No obstante, la década  termina con atentados terroristas y una crisis energética, que provocan un gran malestar en todos los niveles sociales.

En los inicios de los años 80, el gobierno de la UCD se agota y se desmembra, sube el paro, crece la inflación y se produce un intento de golpe de estado el 23 de febrero de 1981. En las elecciones de 1982 gana el PSOE, que ocupa el poder durante toda la década con Felipe González como presidente del gobierno.

En ese año, España ingresa en la OTAN y, en 1985, en la Comunidad Económica Europea. La crisis es superada, pero persiste el desempleo y un descontento general por la lentitud con que se producen los cambios anunciados.

En Europa cae el muro de Berlín (1989), se desintegra la Unión Soviética y termina la guerra fría (1991), hechos que suscitan la esperanza de conseguir un mundo mejor, pero numerosos conflictos, entre los que destacan los provocados por los nacionalismos, dieron al traste con esta ilusión.

Los años 90, aunque se abren con la invasión de Kuwait por Irak, comienzan con una mejoría económica en Europa, que lleva a los gobiernos a endeudarse para conseguir la “sociedad del bienestar”. Este despilfarro hacia 1992, año en que España celebra con éxito la Exposición Universal de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, produce una crisis mundial, drásticos recortes en las inversiones, aumento del desempleo y malestar social.

Por si fuera poco, en Europa estalla la guerra en Yugoslavia donde suceden hechos tan lamentables que, después de muchas indecisiones, la OTAN tiene que atajar con una intervención violenta. 

Durante esta década, España es gobernada por el PSOE hasta 1996, año en que ocupa el poder el Partido Popular liderado por José María Aznar. La sociedad española comienza a notar en la modernización general del país los beneficios de su integración en la CEE, pero se encuentra dominada por la publicidad, las multinacionales y la llamada cultura del pelotazo, que propicia el enriquecimiento rápido de cualquiera sin esfuerzo ni merecimientos al borde de la legalidad.

En las tres últimas décadas del siglo XX, la poesía se caracteriza por dar un vuelco a la concepción de la palabra, del hecho poético y del oficio de poeta con la aparición de los novísimos en la década de los 70 y la multiplicidad de tendencias en los años 80 y 90. 

La poesía creada en Extremadura se beneficia de la llegada de la democracia a mediados de los años 70, cuando los jóvenes poetas ayudan decididamente a cambiar el ambiente literario y cultural de la región. Primero participando en las numerosas actividades que se realizan en el inicio de la democracia pidiendo cultura y progreso y, después, adaptando sus poéticas a las nuevas corrientes españolas y europeas hasta situarse a la altura de los poetas nacionales.

transicion2Este resurgir poético se debe también a la labor realizada por instituciones autonómicas e iniciativas privadas, que alientan la celebración de actividades literarias, la aparición de editoriales, revistas, premios, asociaciones, congresos, aulas literarias, bibliotecas, librerías e infraestructuras culturales, y propician la edición de libros, críticas, estudios, antologías y actas de Congresos.

Estos hechos frenan la emigración de escritores extremeños a Madrid, donde en décadas anteriores fueron buscando (aparte de trabajo) el ambiente literario y cultural que les faltaba en su región, y generan un considerable aumento de poetas en Extremadura durante la década de los años 80 y 90 que, a su vez, contribuirá al resurgimiento cultural de finales del siglo XX.

De la amplia nómina de escritores extremeños (sobre todo poetas), ha despuntado a nivel nacional un número considerable de ellos, cuando comienzan a publicar en editoriales prestigiosas, obtienen premios de renombre, aparecen en publicaciones literarias de calidad y son valorados positivamente por la crítica literaria.

Estas realidades han sido suficientes para imprimir identidad a la poesía de autores extremeños, característica primordial que le faltó hasta los años 70 y, hoy día, es el valor que le permite disponer de su propio espacio en la historia literaria española.

 

POESÍA DE LA TRANSICIÓN

Al comienzo de los años 70, se observa un cambio de sensibilidad hacia el esteticismo y el culturalismo en el ámbito poético nacional cuando, en 1970, José María Castellet edita la antología Nueve novísimos poetas españoles (Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, Guillermo Carnero, Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix, José María Álvarez y Ana María Moix) y, en 1971, aparece otra antología de Antonio Prieto, Espejo del amor y de la muerte (Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca, Javier Lostalé, Eduardo Calvo y Ramón Mayrata).transicion3

Son poetas que comienzan a escribir en la sociedad de consumo, constituyen un nuevo vanguardismo y aportan una sensibilidad distinta, pues realizan viajes al extranjero y encuentran amplios horizontes culturales. Se interesan por la música, los temas personales, los hechos de su entorno vital e histórico y la búsqueda exigente de un nuevo lenguaje.

También se sienten atraídos por las vanguardias mundiales y leen a poetas extranjeros de todas las tendencias (Hölderlin, Keats, Pessoa, Kavafis), se evaden de la realidad presente y buscan temas en la cultura clásica y el renacimiento italiano.

Usan un lenguaje novedoso, rico y experimental, que se adentra en el espíritu humano y se olvida del entorno, pues no creen en las ideologías políticas ni en la capacidad humana para ordenar el mundo, por lo que son escépticos ante el futuro. Cercanos a los poetas citados se encuentran Marcos R. Barnatán, Antonio Colinas, Miguel D’Ors y Jaime Siles.

En Extremadura, al comienzo de la década, se sigue produciendo la emigración a ciudades industriales españolas y europeas. El panorama lírico no cumple las características del ambiente poético nacional, pues se observa un aislamiento con respecto a los cambios, que se están produciendo en el país, por falta de buenas conexiones exteriores y la carencia de Universidad.

Los poetas se encuentran dispersos, no existe una crítica orientadora, las bibliotecas y librerías están deficientemente dotadas y la difusión de sus obras es casi nula por la inexistencia de editoriales. Los que viven fuera de la región son casi ignorados o no tienen interés por publicar en su tierra, más atentos a los cambios que se están produciendo en la cultura nacional. Aunque coinciden en el arraigo a su tierra natal y la recreación de hechos cotidianos.

transiscion4Sin embargo, la celebración de cuatro Congresos de Estudios Extremeños (III, 1970; IV, 1972; V, 1974; VI, 1979) y la creación de la Institución Cultural Pedro de Valencia (1972 –edita en 1979 Un árbol solo, libro cumbre de Jesús Delgado Valhondo–) por la Diputación de Badajoz, la fundación de la Universidad de Extremadura (1973, fundamental para la Poesía que será alentada por profesores como Ricardo Senabre y Juan Manuel Rozas de la Facultad de Filosofía y Letras), la aprobación del Estatuto Preautonómico y la creación de la Junta de Extremadura (1978), presidida por Luis Ramallo de la UCD, promueven una intensa actividad política, social y cultural.

En el verano de 1975, el panorama poético experimenta un notable desarrollo, que se inicia con el Festival de música, poesía y convivencia, celebrado en Badajoz y coordinado por universitarios extremeños, que logran reunir a centenares de personas durante un día.

Este hecho sorprendente anima a grupos culturales a organizar otras actividades de este tipo como la Convivencia Poética-Literaria convocada por la Sociedad El Obrero Extremeño de Almendralejo el 20 de agosto de 1975.

Este acto fue el comienzo de las actividades poético-musicales que se dieron por toda Extremadura en los lugares más insospechados (cines, plazas, salones, corrales), donde intervienen cantautores (Pablo Guerrero, Luis Pastor…), vates conocidos (Álvarez Lencero, Delgado Valhondo, Manuel Pacheco…) y poetas jóvenes (Álvarez Buiza, Martín Tamayo, Santiago Castelo, Cayetano Rosado, José Antonio Zambrano, Justo Vila…) con características líricas nuevas, que denuncian su inconformismo ante la situación regional y adoptan el compromiso de crear una conciencia nueva de Extremadura.

La falta de editoriales lleva a la creación de La Encina (Cáceres, 1972), Esquina Viva (Badajoz, 1976), Universitas Editorial (Badajoz, 1978) y Entre Tajo y Guadiana (Mérida, 1979). Todas muestran interés en difundir a poetas extremeños y, especialmente, la segunda citada que edita durante esta década tres antologías de poesía escrita en Extremadura. El periódico Hoy crea el suplemento Seis y Siete (1975), vuelve a editar la página literaria de Jesús Delgado Valhondo (1978) y funda la revista Alminar (1979).

Francisco Lebrato promueve reuniones poéticas por Extremadura (1978). El diario Extremadura publica la revista Aguas vivas (1979) y la Facultad de Letras de Cáceres la titulada Gayinero (1979). La política cultural de la Junta de Extremadura toma como objetivo prioritario la creación de bibliotecas (hasta ahora tarea de las Diputaciones provinciales).

Cuando llega la democracia, existe una amplia nómina de poetas destacados al que se le ha asignado el nombre de Grupo de la Transición: Jaime Álvarez Buiza, Pureza Canelo (Adonáis 1970), José Antonio Zambrano, José María Bermejo (accésit Adonáis 1971), Ángel Sánchez Pascual (Adonáis 1975), María Rosa Vicente (accésit Adonáis 1977), José Miguel Santiago Castelo, José Luis García…

…Martín, José Antonio Ramírez Lozano, Joaquín Calvo Flores, Vicente Sabido, Manuel Neila, Gregorio González Perlado, Agustín Villar, Felipe Núñez, Moisés Cayetano Rosado, Luis Limpo, Felipe Muriel, Lali González Castell, José Antonio Gabriel y Galán, Juana Vázquez, Antonio Bellido, José María Pagador Otero, Lola Santiago, Pablo Guerrero, Efi Cubero, Antonio Gómez y Miguel Pérez Reviriego.

Son poetas distintos a los de las décadas anteriores, pues tienen horizontes más amplios, mayor formación intelectual y un ambiente literario más activo. Sus temas tratan la realidad actual, la insatisfacción por un mundo descompuesto, el amor y la indagación sobre la misma poesía. Toman como referencia la poesía del momento a nivel nacional a la vez que mantienen una estrecha relación con Pacheco, Lencero y Valhondo (que, sin proponérselo, se convierte en el patriarca del grupo más representativo de jóvenes escritores). Los tres los conectarán con los movimientos y etapas poéticas anteriores a la guerra civil (vanguardismo, generaciones del 98, 14 y 27).

 

JOSÉ ANTONIO ZAMBRANO

(Fuente del Maestre, Badajoz, 1946)

José Antonio Zambrano Zambrano realiza estudios de Arte, Magisterio y Psicología. En los años 60 participa en recitales con Lencero, Pacheco y Valhondo. Después imparte conferencias y realiza lecturas poéticas en foros extremeños y nacionales. Ha conseguido el Premio Ciudad de Badajoz (1989) y el Premio Constitución (1994). transicon5

Su poesía recoge referencias de la tradición tanto popular como culta y evoluciona desde el neopopularismo a una condensación expresiva personal, que busca la palabra exacta para llegar a la esencia del asunto tratado a través de un proceso íntimo, exigente y reflexivo (con frecuencia doloroso), donde suele conseguir enfoques y perspectivas novedosas, que enriquecen su expresión.

De ahí que entienda la poesía como un oficio de silencios para desentrañar, a través de la palabra (vida) expresada en versos, el misterio sobre la condición humana, el amor, la existencia, el mundo, el proceso de creación concebido como una mezcla de arte, belleza y rigor, y la misma poesía (“aquello que se percibe detrás de la niebla”). 

Su temática cuenta las emociones que le suscita su experiencia vital, unas veces afligido ante el paso del tiempo, que trata de recuperar con sus recuerdos, y otras esperanzado ante la plenitud que le proporciona el amor.

Su expresión suele ser hermética como el carácter de la naturaleza inefable de la palabra, que tan insistentemente busca, para desentrañar su significado y desvelar con ella la existencia de otra frecuencia de la realidad no afectada por el tiempo, cuya hondura meditativa exige la activa participación del lector.

Entre sus referentes se encuentran Claudio Rodríguez, Ángel González, César Vallejo, René Char, Paul Celan y Fernando Pessoa.

Su obra poética la conforman numerosos poemarios. Al lado mismo de nosotros (1977), editado en Poesía extremeña actual por Esquina viva, se basa, según Zambrano, en «Casi siempre la vida, la querencia de buscar el sentido de las cosas, el aroma de un día y, por qué no, el inconformismo con lo escrito».

Canciones y otros recuerdos (1980), compuesto por coplas, cancioncillas y evocaciones, donde se mezcla el amor, la poesía y el lirismo con ritmos andaluces y flamencos. Sonetos (1982).

El libro de las murmuraciones (1984) es el comienzo de una nueva etapa, donde Zambrano pretende crear un lenguaje personal a través de una poesía concisa, culta y elegante con un ritmo y un léxico renovado.

Poemas de la espera y el canto (1984). Pavana para una voz y musas (1985). Coplas de la bella Edinda (1987).

El rostro conocido (1987) presenta al poeta subiendo su montaña particular para llegar a la cumbre y contemplar desde lo alto al amor, a los demás y a sí mismo con una perspectiva más lúcida. La noche de los lirios (1989).

transicion6Como una presunción (1994) acoge una poética de la memoria, en la que destaca el valor de esta facultad humana para reflexionar sobre los recuerdos y el paso del tiempo. Su meditación concluye en que resulta pretencioso por su parte considerar la poesía como el medio más adecuado para calmar sus intranquilidades.

Diario de los sitios (1995).

La mitad del sueño (1999) es un poemario con una expresión más clara y cercana, que gira en torno al número dos, el de la doble realidad y el de las dos caras del poeta, que sólo expresa una parte de sus sentimientos porque la otra la oculta. Con esta oscilación emocional quiere transmitir la dificultad de llegar al conocimiento de las cosas por medio de la palabra.

Después de la noche (2000) insiste en la dificultad de encontrar la palabra justa y la esperanza que a veces proporciona el amor. «Después de la noche, viene el amanecer. Ese nuevo día que conlleva la gracia de sentirse vivo. El útil sentido de la espera que renace y la luz, siempre la luz de lo nuevo», dice el poeta.

A continuación, De la luna libros le edita a Zambrano Poesía 1980-2000, una recopilación de sus libros editados hasta el momento.

Las orillas del agua (2003) es un poemario que ahonda en la poesía como conocimiento de la realidad, el amor, la soledad, la memoria y el reflejo en los otros con un léxico preciso y sugerente.

Amor mío, la vida (2003). Las orillas del agua (2003). Soleares. A cantar las doce (2004) es otra consecuencia poética de su pasión por el flamenco, donde, según Miguel Ángel Lama, autor del prólogo, «Zambrano vuelve, a sabiendas de que el flamenco se hace perdurable a través de otras voces. Lo demás es poesía».

Treinta minutos de libertad (2006) son treinta poemas, donde el poeta invita a gozar de la lectura en el ambiente de libertad que le proporciona la poesía. En este poemario condensa el viaje poético que ha sido su vida, buscando la palabra justa para versar sobre los recuerdos, el amor, el tiempo y la reflexión sobre la misma poesía.

Apócrifos de marzo (2009), Premio Extremadura a la Creación 2010, mezcla temas como el amor, la amistad y la naturaleza dentro de un denso discurrir temporal descrito con un tono confidencial y depurado.

Después ha editado Tonás de los espejos (2013) [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/, 12-2-16], un poemario en el que muestra su atracción por la hondura del flamenco.

Lo que dejó la lluvia, (2014), donde intenta resistir a los embates del tiempo sin perder la memoria del tiempo vivido. Según Carmen Fernández-Daza, el título del libro avisa de la esencia de lo que habita en la intimidad del poeta, tras un proceso de purificación.

Ahora (2019, Premio Centrifugados), prologado por el poeta Luciano Feria, se trata de un poemario [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/] cuyo contenido se ambienta en la placidez de una existencia asentada en la tranquila madurez del poeta, una etapa en la que más que nada le importa la sencillez del vivir cotidiano, aunque no olvida su atento compromiso con la palabra y su intranquilidad por los sucesos que ocurren en su entorno inmediato y lejano. (1) 

En 2022, la Editora Regional de Extremadura le edita Poesía reunida (2001-2023) con una cuidada edición de José María Lama, que acoge ocho libros de Zambrano más un apartado final titulado «Inéditos 2020-2021».

 

ASÍ QUE LA VIDA VENGA  (2)

Así que la vida venga,
no la muerte,
a verme.

Noche adornada
del sueño,
a verme.

Lenta pasión
de sentirla,
a verme.

Así que la vida venga,
no la muerte,
a verme.

A verme.

 

PULSO DE VERME  (3)

Pulso de verme
libertad y verso,
carezco de la flor y su abundancia
como mayo de lluvia. Oh pasión
de la vida
que me pretendes brote y certeza
de futuro,
preserva navegante tu exilio
desbocado,
y prorrumpe feliz y evanescente
en mi gran alegría
de lirio y de silencio.

 

TU VOZ ES UN ALIENTO QUE SE AMASÓ EN EL BARRO  (4)

Tu voz es un aliento que se amasó en el barro
de las escuchas.

Una fija liana que se unce
a mi aridez de infancia.

Nadie puede detener las jaras que le tiemblan
ni su pureza de arroyo.

Es la oquedad más limpia de mis labios.

 

PARA QUE NADA SEA COMO ES  (5)

Para que nada sea como es
oiré otras voces
silabear en la distancia.

Oiré el murmullo de otro pensamiento
despertar en su quietud
como un agua sin transparencia única.

Pero ¿quién contará a quién
esta consideración definitiva
de las sílabas?

Cuesta volver
a ese lado donde la luz acoge
el instante de una respiración distinta.

Para que nada sea como es
buscaré un gesto del mundo
como diálogo que va
más allá de uno mismo.

 

CON CONVICCIÓN  (6)

Hablando del olvido 
queda a veces el trato del recuerdo. 
Los sitios que ocultan los mugidos 
del aire, 
            y esa coronación de la esperanza 
huyendo de mis pies. 

Lo sé, intuyo el gesto 
de lo que enciende la vida, 
de lo que sube como sombra 
y permanece en la intimidad. 

Esto sucede y lo que estoy contando 
no es vestigio del alma, 
sino mirada atrás 
que desprende el rumor de lo que dice 
que nunca lo olvidado 
merece recordarse.

 

FUERA DE TIEMPO  (7)

Lo que parece pero no es
quiebra el sentido de lo escrito
y pacta entre sus líneas
el perpetuo desaire de contar el silencio.

Ahora,
           más fuera de los días
y más cerca del dolor,
ando sin rumbo por el milagro de los ojos
que se funde inconsolable en mi gesto.

Escuchad este grito sin brillo,
este abandono de miedo oscuro
y mirada muda,
que intenta comprender la vida
desde el absurdo de la muerte.
Y todo,
             porque la poesía no hace que sucedan cosas,
decía Auden,
pero siempre pensamos en su patria.

Vuelvo,
a esta afrenta de los rincones
que adobo como sitio,
mientras ajusto
la huella que pretenden mis pasos,
y que sirve a este final
de su única obstinación:
ser uno dentro del corazón de muchos.

  

PERDIDO EN LO REAL (8)

Para que no arrumbe mi pasado
dejadme su camino de cañas
y la vasta cordura del barro.
Dejadme, al menos,
la afable sensación de haber vivido,
a la espera de prender
la inquietud de los años
que no subliman los versos,
solo para amigar
la parte más fugaz de su historia.
Dentro de este parco desdén
busco el clamor de unos ojos,
lo que conmueve otra presencia
al compartir con ella
alguna presunción.
Ese sería el sentido
intemporal de este murmullo,
el que celebra su mirar y habla
cuando todo en el aire y nada es el ayer.

 

HISTORIA (9)

Un poema se hace 
con palabras lentas.

Protegidas por el balbuceo 
de una gota de agua sobre el mar.

Hundidas en el refugio
de una rara decencia.

Amparadas por los espejos 
que guardan lo que ven.

Ansiadas por el vicio 
de dar nombre a las cosas.

Todo lo que ambiciona 
el verso de los dioses 
que más sabe de amor.

NOTAS

(1) El resto de sus poemarios están recogidos en la bibliografía de esta edición.

(2) Poema de Canciones y otros recuerdos, que contiene una alabanza a la vida y un rechazo de la muerte, aquí conjurada con el ágil ritmo de la canción andaluza.

(3) Poema de El rostro conocido que, presidido por una cita de Gil de Biedma: “Resolución de ser feliz / por encima de todo …”, acoge los deseos de libertad (como la del navegante) que se manifiestan en la belleza y en el silencio de la creación poética.

(4) Poema de Después de la noche, cuyo contenido es una declaración amorosa que centra su esperanza en la pervivencia del amor por su perenne pureza.

(5) Poema de Las orillas del agua, donde el poeta aspira a salir de su aislamiento escuchando los mensajes de sus semejantes y del propio mundo para aclarar su visión personal de las cosas.

(6) Poema de Treinta minutos de libertad, que encierra el convencimiento de que quien está atento sólo al pasado se olvida de vivir el presente.

(7) Poema de Apócrifos de marzo, donde se deduce que la aspiración de la madurez es la pervivencia en el sentimiento de otros semejantes.

(8) Poema de Lo que dejó la lluvia, que encierra una petición del poeta sobre la permanencia de sus recuerdos pretéritos, donde destaca el descubrimiento del amor. 

 (9)Poema de Ahora, que descubre el mimo extremo con que el poeta maneja las palabras concebidas por él como la esencia originaria del poema.

 

PUREZA CANELO

(Moraleja, Cáceres, 1946)

Pureza Canelo Gutiérrez se marcha en 1957 a Madrid, donde realiza estudios de Turismo y Magisterio. De 1975 a 1984 dirige el Departamento de Actividades Culturales de la Universidad Autónoma de Madrid. En 1979 funda el Aula de Cultura y la Biblioteca Pública Pureza Canelo de Moraleja.

Desde los años 80 promueve colecciones poéticas y actividades socioculturales. En 1993 coordina el Cincuentenario de la Colección y el Premio Adonáis y, en 1996, el I Centenario de Gerardo Diego. Desde 1999 es directora de la Fundación dedicada a este poeta.

Irrumpe en el panorama poético español cuando obtiene el Premio Adonáis 1970 con Lugar común. Además ha conseguido otros premios de poesía, que se citan más adelante. En 2008 se le concede la Medalla de Extremadura. Y su obra ha sido traducida al inglés y al alemán.transicion7

Aunque se marcha muy joven de su pueblo, no ha dejado de visitar su tierra natal, que está presente en todos sus poemarios como telón de fondo o por medio de referencias directas a la familia, el entorno rural, la naturaleza, los valores y la esencia de la cultura popular. Concibe la poesía como un recorrido entre el hecho cotidiano y el pensamiento con rasgos intimistas y filosóficos, que reflejan su soledad frente al mundo.

No obstante, sus versos traslucen seducción por la vida y por el proceso de creación, cuyo ser y búsqueda ha sido el núcleo y la obsesión de toda su poética. Su temática se centra en el poema que se atreve a hablar de su esencia, en el amor, la soledad, la muerte, el dolor y el destino.

Su estilo se caracteriza por el interés en expresarse de un modo singular desde la pasión y el conocimiento a través de un lenguaje depurado, que se caracteriza por la sintaxis trastocada, las asociaciones insólitas, los versos inacabados, el interés renovador, la mezcla de los sueños con vivencias reales, las referencias a poetas preferidos (San Juan, Juan Ramón, Lorca, Rilke, entre otros) y los símbolos (la fruta, la sal, la noche, los elementos telúricos), que ha ido filtrando del ámbito rural.

Sus poemarios son Celda verde (1971), escrito en verso libre con una expresión impetuosa, vivencias mezcladas con sueños, paradojas y alusiones a sus poetas apreciados.

Lugar común (1971) es un monólogo interior sobre evocaciones pretéritas y el arraigo espiritual a su lugar de origen, Moraleja, el lugar común que es el centro de su mundo poético.

El barco de agua (1974) contiene reflexiones sobre la dificultad de vivir afrontando la existencia y sobre la creación poética, donde la poeta no es sólo la que maneja las palabras sino la palabra misma.

Habitable (Primera Poética) (1979) es un libro experimental y hermético, donde inicia una reflexión sistemática sobre su propia obra, busca definir la poesía y expresa la necesidad de convertir el poema en un espacio habitable, donde convive con la soledad y la ternura en el ambiente de su tierra natal.

Espacio de emoción (1981), reeditado con el título de Tiempo y espacio de emoción (1991), contiene una revisión de su poética.

Vega de la paloma (1984) supone un canto a la libertad interior a través de un recorrido por la naturaleza desde el amanecer al crepúsculo.

Tendido verso (Segunda Poética) (1986) significa un nuevo ahondamiento en su concepción del hecho poético, que encuentra su razón de ser en la pasión por escribir, aunque aparentemente sea un ejercicio estéril.

Gerardo en mis poemas (1990) está dedicado al recuerdo del poeta Gerardo Diego, su referente poético desde que descubrió su obra creacionista en 1968.

Pasión inédita (1990) trata de una experiencia amorosa, de la emoción poética sentida en ese estado de gracia y del gozo de su entrega a la poesía como búsqueda y autoconocimiento durante veinte años.

Moraleja (1995) es el rescate que realiza la poeta de los hechos más significativos de su infancia y su juventud en el medio rural y la recuperación de su memoria histórica.

No escribir (1999, Premio Ciudad de Salamanca) contiene una meditación donde la poeta oscila entre la necesidad de la escritura como acto vital y la angustia por no hallar inspiración para crear, cuando la pasión poética la abandona o desaparece.

transicion8Ya en este siglo, ha editado Claridad de ausencia (2003) que es una plaquette, cuyos poemas son un avance de su último poemario en elaboración, donde la poeta escribe como si ya no existiera.

Poética y poesía (2008) es una antología de su poesía anterior.

Dulce nadie (2008, premio de poesía Francisco de Quevedo) contiene el encuentro de la soledad, el desamor, la ausencia materna y el egoísmo humano.

En 2009, la Unión de Bibliófilos Extremeños le dedicada el Día del Bibliófilo y le edita el volumen monográfico Esfera Poesía

Cuatro poéticas (2011) reúne cuatro libros anteriores (Habitable, Tendido verso, Tiempo y espacio de emoción y No escribir), cuya escritura es replanteada por la poeta siguiendo la estela de la “poesía refleja” o “poesía autocrítica”, cuya máxima es “el poema sólo se abandona, jamás se termina”.

A todo lo no amado (2011, Premio Ciudad de Torrevieja) es una reflexión sobre el rápido paso del tiempo, las vivencias personales y los olvidos.

En 2013, publica Oeste, libro en prosa poética, donde, desde su tierra natal (situada al oeste), expresa un fuerte deseo por perdurarse en el tiempo a través de su palabra.

En 2016 es nombrada académica de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura, donde se presenta con un discurso de ingreso titulado «Oeste en mi poesía», que contiene un repaso de los fundamentos de su obra poética, cuyo soporte temático se sitúa en su lugar de origen y en su entorno natural con un carácter antropológico y un enfoque metapoético.

Retirada (2018) es, según la autora, «un volver sobre lo vivido y lo escrito hincada en el adiós, sin pena ni gloria. Contarlo: he estado aquí, compartí sufrimiento, no superé lo desabrido de la especie humana mordiéndose y ajustándose sus horribles cuentas, ni mi pertenencia a ella contribuyó a mejorarla».

 

POEMA DE ANTES DE CERRAR LOS OJOS  (9)

¿Quién me rondará esta noche,
si vivo como siempre he vivido
en este pueblo de ventanas y puertas
que se abren al perro, a los haces cortados,
y al rostro interior que lleva el hombre?
Nadie. Yo soy menos, mucho menos
que lo acontecido en la calle
cuando desde mi balcón admiro
las posibilidades hondas de las sombras
como si el reloj de la torre
fuera el espacio mejor movido de lo humano.
Nadie ronda mi casa ni ofrece la luz
de la linterna a por los pájaros que duermen
en mi hiedra.
Nadie, pero yo sí rondo y caigo
en la palabra de los versos desvalidos,
si no hay dique
que contenga el hermano sentir
en este trozo de la extremadura presente,
con categoría de flotación sobre los demás mundos.

Me levanto y ando hasta el dormitorio
de nuevas sombras. Entro a por descanso,
y a seguir esta ronda ondulada
en la cercanía del abismo antes de cerrar los ojos.
Así espero morir un día, con esta música sin aire,
bajo el esplendor agotado de la tierra mirando
el firmamento de la mejor huida.

 

A CONTRA MODA  (10)

No lo olvidéis
a contra moda escribo.

Siempre
a contra moda
peino, calzo, vivo.

Y si una sola vez no lo pareciera
castigadme definitivamente.
En el lugar de los hechos
el espacio es humilde
pero mi ambición sagrada
materia que es el alma
libertad en los versos.

No lo olvidéis
a contra moda vivo
y a contra moda escribo
desde que en este océano
eché los primeros dientes.

Atreveros ahora
a pisarme las alas
tan granadas y fijas
mi cuerpo en los cielos
de la palabra a solas.

 

SIN RED  (11)

Un declive que pasma
es la nieve
con la trova del sol.
Una escritura esencia y forma
son los cerezos del valle
con arco de rama indivisible.

Junto a tribu tan hermosa,
persevero.
Cuarteado mi tronco, no el afán.

Libre un sonido
por la pluma rural
que tarda en su deshielo.

Torpe palabra licuada
a orillas del prodigio.
Nieve sin red, verso sin amo,
línea pura.

 

PLANETA  (12)

Nos dice el amanecer 
si haces el camino 
hacia mi nacimiento 
irás a la ceguera de pasos 
obligados a seguir 
el limo de la luz. 
Si acaso hicieras el camino 
dándome la espalda 
entonces moveré el dedo 
de los olvidos del firmamento 
hacia ti.

Es el amanecer quien manda 
hace y anula separación 
en el planeta vestido de seres.

¿Hacia dónde levantar la cabeza 
en dulce nadie, todavía palabra? 
Estas líneas como hilos de hierba 
¿a quién pertenecerán mañana? 

A todo lo no amado. 

Es la soledad en el valle 
para oír llover 
oír vivir como en la selva 
si en tus brazos cruza 
el tiempo de amanecer 
crecido 
pero al fin tacto 
de asirte. 
Ceguera en la que te fundas.

VENDRÁ (13)

Un ciego separa las semillas al abrigo del establo. Espalda al sol, ojos en noche, con manos ágiles; la cruz marcó su vida. Voy acercándome, lo presiente porque sabe de mí por estos campos. Es la hora de los pasos, del granero, y la procesión de hormigas ávidas hasta su silla de hacedor; el gato no se ausenta, una cabra atada a lo salvaje. Sereno atardecer y la tierra arada espera el cereal que vendrá a salvarla de ser monótono terrón bajo el firmamento. 

Hacia poniente asumo el destino de servir a la palabra en el origen, ancestros, esfera oeste. Ciego con simiente, ciega con poema. Alguien vendrá a vernos. Se llevará en volandas este declinar septiembre con un verso.

 

POEMA DE RETIRADA (13a)

Leo textos ajenos y me pierdo en vericuetos del decir. Lo mismo pasaría si alguien fijara su dedo en mi escritura.

Clamoroso ego. Deficiencia perenne entre nosotros. Vanidad sin límites. A la vez que tuertos y mancos, todos.

 

NOTAS

(9) Poema de Habitable, en el cual la poeta se despide de la existencia, antes de irse a dormir, en el lugar donde ha nacido y donde le gustaría cerrar los ojos definitivamente.

(10) Poema de Pasión inédita, que acoge una contundente reafirmación de la independencia personal, cuya presencia no sólo se hace patente en la poesía sino también en la vida cotidiana.

(11) Poema de No escribir, dedicado a José María Bermejo, donde la elaboración poética se mimetiza con la contemplación de la naturaleza.

(12) Poema de Dulce nadie, donde preguntas retóricas plantean dudas existenciales que indican desorientación presente e incertidumbre futura.

(13) Poema de Oeste, en que la poeta evoca el pasado tratando de rescatar agradables vivencias.

(13a) Poema de Retirada, donde la poeta reconoce su egocentrismo que, general en la profesión lírica, a todos perjudica.
 
 

SANTIAGO CASTELO

(Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1948 – Madrid, 2015)

José Miguel Santiago Castelo lee a Bécquer, mientras estudia bachillerato en su tierra natal. Después se marcha en 1964 a Madrid, donde descubre la poesía del Conde de Villamediana, de la Generación del 27, Manuel Machado, Luis Rosales y otros grandes poetas.

Estudia Periodismo e ingresa en el periódico ABC, del que hoy es subdirector. Viajero incansable, es colaborador asiduo de publicaciones extremeñas, españolas e internacionales, miembro de la Academia Norteamericana y de la Academia Cubana de la Lengua, conferenciante y poeta. Goza de un carácter abierto, campechano y cosmopolita.transicion9

Viaja frecuentemente a Extremadura para atender su cargo de director de la Real Academia de las Artes y de las Letras (desde 1996) y para intervenir en ferias del libro, jurados, congresos, conferencias o aulas literarias.

Ha recibido importantes premios periodísticos (Nicolás González Ruiz, Martín Descalzo, Luca de Tena, Julio Camba) y poéticos (Fastenrath, Gredos). En el año 2006, se le concedió la Medalla de Extremadura.

Su obra literaria es la descripción poética de su biografía, cuyo desarrollo gira en torno a la nostalgia por su pueblo y por Extremadura.

Su poesía se distingue por su carácter emotivo, su sereno y culto clasicismo (gusto por el soneto y por el cuidado del lenguaje), su respeto a la tradición (aprecio por Lencero, Pacheco y Valhondo) y su cálida expresión que, aunque enraizada en el desarraigo y en la melancolía sentida por su lejano lugar de origen, sabe envolver con características de los novísimos.

Sus versos tratan el amor, la amistad, el tiempo, el goce de la vida, los recuerdos nostálgicos de las vivencias en su pueblo y el paisaje de Extremadura, junto al que aparecen otros que ha conocido en sus viajes por el mundo.

El perfil de su poesía suele ser una mezcla de forma clásica (décimas, sonetos), popular (villancicos, romances) y moderna (verso libre) con una expresión directa, emotiva, pasional, cuidada y elegante, idéntica a su talante vitalista.

Ha escrito estos poemarios. Tierra en la carne (1976) es un libro que preside la nostalgia sentida por su tierra lejana, a la que recrea junto a vivencias infantiles y adolescentes en su pueblo.

Memorial de ausencias (1979) incide también en Extremadura unas veces directamente y otras a través de paisajes ajenos a ella pero que, sin embargo, traen a su mente recuerdos de su tierra natal con evocaciones históricas y referencias a un presente incierto.

Monólogo de Lisboa (1980) gira en torno al descubrimiento de la capital lusitana, cuyo atractivo impresiona al poeta, convertido en viajero que la visita por primera vez, especialmente cuando encuentra similitudes con Extremadura.

La sierra desvelada (1980) es otro viaje lírico y nostálgico a su tierra, donde recuerda con tristeza su pérdida como si de una amada real se tratara.

Cruz de guía (1984) surge de un pregón de Semana Santa pronunciado por Castelo en Granja de Torrehermosa.

Cuaderno del verano (1985) es una reflexión íntima y dolorida a modo de diario personal sobre la necesidad que tiene de su amada y el miedo a perderla, cuyo fondo se conforma con la luz y el paisaje del mar Mediterráneo.

Como disponga el olvido (1986) se trata de una antología que recoge poemas compuestos de 1970 a 1985.

transicion10Siurell (1988), cuyo título hace referencia a un silbato que usaban los campesinos mallorquines, contiene una declaración de amor a Mallorca, su gente y su paisaje.

Al aire de su vuelo (1993) rescata la infancia y la adolescencia del futuro San Juan de la Cruz en Fontiveros, su pueblo natal.

Diario de a bordo (1994) es un canto al placer de vivir, compuesto con poemas a lugares visitados en un viaje de Barcelona a Jerusalén, donde el poeta descubre el sentido de la vida y lo expone a través de bellas imágenes sensoriales, que no excluyen la nostalgia por su amada o el dolor por el endémico enfrentamiento entre palestinos e israelíes.

Habaneras (1997). Hojas cubanas (1998) son poemas apasionados, que el poeta dirige a la Cuba entrañable, sensual y española. Cuerpo cierto (2001) trata sobre la fuerza del amor que, sin embargo, se va difuminando ante el paso del tiempo.

Catorce sonetos (2002). La huella del aire (Poesía 1976-2001) (2004) reúne todos sus poemarios anteriores.

Quilombo (2008, Premio Extremadura a la Creación 2009) es un recorrido vital que el poeta realiza acompañado por el amor, unas fuertes emociones y su sempiterno vitalismo.

La hermana muerta (2011), libro amargo pero sereno donde el poeta reivindica a su hermana Lola y honra la memoria de sus muertos.

Después edita Esta luz sin contorno (2013) [comentado en http://asalgueroc.blogspot.com.es/, 17-11-13], un poemario donde se hace patente el paso del tiempo y la desorientación vital del poeta, después de las muertes cercanas de su hermana y de su padre.

Y, por último, la editorial Visor le edita póstumamente La sentencia (2015, XXV Premio de Poesía Gil de Biedma), un libro donde Castelo escribe sus versos postreros consciente de su inminente final (14). 

 

CARNE DE TIERRA  (15)

La mano es tierra
y tierra abierta el corazón que late,
tierra es la sangre
y en el rincón callado
del pecho hay tierra como cal hirviente,
tierra la carne tierra,
y esta sed solitaria me es de tierra
hecha de polvo fiel de Extremadura …

(En la alforja del alma
irme y dura,
llevo un trozo de tierra enamorada
para siempre saber cómo es mi cuna).

 

GREDOS  (16)

Para partir apenas una tierra
de otra tierra jamás hubo un cuchillo
tan de plata ni de tan fino brillo
como esta brava y desnudada sierra.

Ávila, arriba, castellana vieja,
abajo, Extremadura, y en el centro
todo ese costurón de piedra adentro
disparado hacia el cielo. Ávila deja

esta diadema en roca y flor trenzada
para el amor de su mejor ventura.
Ya vive Extremadura coronada.

Todo Gredos es una calentura
de pasión y de nieve colocada
sobre la frente azul de Extremadura. 

 

LECCIÓN FINAL  (17)

Ahora que tienes todo mi verano en tu mano,
que conoces mi pulso y el calor de mi sangre,
que me duermo en tus ojos de gacela y escucho
las canciones más dulces de la mar y la aurora;
ahora que he aprendido a libar los silencios
y a perderme en tu pecho como en un paraíso,
enséñame, si sabes, a vivir de otra forma
porque me mata el miedo de perderte algún día. 

  

PIEDRAS DE JERUSALÉN  (18)

Tan yerta la ciudad que es igual que un alfanje
de soledad helada. Jueves Santo en el aire
y en la mansa y serena quietud de los olivos.

Nuestros pasos resuenan en bóvedas de odio
sin que el óleo sagrado cauterice la herida.
Tan sólo una campana ciñe púrpura y cielo.

Cubren las azoteas fusiles y uniformes
y, desde el fondo oscuro de todos los postigos,
arden en el silencio los párpados prohibidos.

Las palabras resuenan con miedo en nuestros labios
y una oración perdida se cuela entre los muros.
Getsemaní, cenáculo, pretorio, palma, Gólgota

y esa lágrima huérfana desnuda por el arco.
Anochece. A lo lejos ha retumbado un tiro
y unos niños con rabia nos lanzan piedra y grito.

Jerusalén, Jerusalén, Jerusalén … La tarde
se amortaja de malvas al yugo de un destino
hecho de rezo y sangre y piedra sobre piedra.

 

PRESENTIMIENTO  (19)

   El dolor de la tierra nos desnuda la boca.
   Sube desde la angustia del barbecho a la sangre
y enarbola trigales y encinares y sombra.
Todo va en claroscuro de jaral y de anhelo …
(La tierra es un veneno endulzando las venas
y una canción antigua en arrullo de muerte).
   Cuando sólo nos quede el dolor y el silencio
volverá a cada instante puntual la primavera
a llenar los riachuelos de jacintos y lágrimas.
   Nosotros estaremos, como siempre, escribiendo
la historia de esa tierra hasta que al fin, cansada,
nuestra mano se torne en simiente de surco
y germine entre el trigo como una flor de ausencia.
   Mientras tanto los aires se vestirán de azules
y no faltará nunca una adelfa florida
y en el rincón más triste del patio, aleteante,
pondrá guardia a la noche la luz de un jazminero.

 

MI PADRE  (20)

Mi padre estaba ahí,
sentado en el sillón, con sus noventa años.
Miraba sin mirar
con los ojos clavados en el suelo,
sintiendo por los hombros el peso de la pena.
Quietas las manos, el sol de la ventana
le marcaba rayada la luz de la persiana.
Se hizo todo memoria de silencio y esfinge.
Se nos hizo aún más noble, más fino, más entero,
como un bramante, lo mismo que un cristal,
casi como un suspiro: débil y fuerte.
Y frente a la derrota quiso recomponerse.
(¿Cuánto pudo costarte, padre, lograr esa entereza?)
Y aguantó horas y horas velatorio y entierro
y millares de abrazos y frases sin sentido.
Y mantuvo la pena recio como una encina
y condenó a las lágrimas sólo para la noche
cuando la casa entera nadaba en soledades.
Así vivió diez meses.
Con la misma entereza,
cuajado de recuerdos, la mente clara y firme,
una tarde de marzo pidió un vaso de agua
y remató el camino sin una sola queja.

 

VERSOS SUELTOS (21)

De este derrumbamiento,
de esta luz sin contorno,
de este fuego sin lumbre
no sé cómo saldremos …
Como el sol de la tarde
que no quiere extinguirse
y desgrana sus rayos
con tristeza infinita,
así el corazón sabe
que no desea apagarse
y le pide a la noche
un poco más de tiempo …
Aunque sean unas horas
o unos breves minutos.
Lo justo hasta que hallemos
entre nuestros papeles
aquellos versos sueltos
que nos salvan la vida.

 

LA OTRA ORILLA (22)

Cuando ya estás cansado
de tanta medicina,
de tanta prueba clínica,
de tan modernas técnicas
y el dolor sigue ahí
bailando entre las goteras
de lo que fue tu cuerpo,
piensas si no sería
mucho mejor que bueno
dejar todo tirado,
marcharte suavemente
y desde la otra orilla
contemplar este mundo
que dejó de ser tuyo.
Sin dolor ni nostalgia.

NOTAS

(14) Castelo tiene también libros en prosa con tono poético como los titulados Paisaje y poesía (1989), donde destaca la influencia que el paisaje ha ejercido en los poetas extremeños, y Habaneras (1997), cuyo contenido son cuatro estampas de la capital cubana, donde realiza un canto lleno de pasión por Cuba y sus raíces hispanas.

(15) Poema de Tierra en la carne, que es una muestra del profundo enraizamiento del poeta con su tierra natal.

(16) Poema de La sierra desvelada, donde la honda pasión por Extremadura y el amor por Castilla aparecen equiparados.

(17) Poema de Cuaderno del verano, cuyo contenido es la preocupación del enamorado ante el temor de perder a su amada, con la que ha establecido una íntima compenetración.

(18) Poema de Diario de a bordo, que contiene un hondo lamento por el odio existente en el lugar sagrado de la cristiandad, Jerusalén, paradójicamente llamada la ciudad de la fraternidad universal.

(19) Poema de Cuerpo cierto, que recoge la nostalgia acentuada del poeta por su tierra natal a la que, asegura, no dejará de evocar hasta que él mismo se vuelva a fundir con ella.

(20) Poema de La hermana muerta, donde el poeta relata la fortaleza con que su padre encajó la muerte de su hija y la nobleza que mantuvo hasta su muerte unos meses después.

(21) Poema de Esta luz sin contorno, que muestra al poeta apenado buscando entre sus versos aquellos que les den una razón para seguir viviendo.

(22) Poema de La sentencia donde el poeta, conocedor de su estado clínico terminal, piensa que es mejor un plácido final que seguir con medicamentos que nada le remedian. 

 

JAIME ÁLVAREZ BUIZA

(Badajoz, 1952)

Cursa estudios de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y actualmente trabaja en la Administración de la Universidad de Extremadura. Admirador de los poetas de la Generación del 27 y de Miguel Hernández, en sus comienzos poéticos fue modelo de poeta solidario, que exigía un cambio rápido hacia el desarrollo de la situación económica, social y cultural de Extremadura.

Después de esta etapa comprometida socialmente, conoce a los novísimos y escoge un camino personal de poesía íntima, que concibe como un acto de comunicación basado en el sentimiento humano y en el misterio de la palabra, que lo atrae por su capacidad de ser libre y su poder de sugerencia.transicion11

Comienza escribiendo el poemario titulado Desde un amor en lucha (1977), donde reivindica el progreso para el extremeño común, critica la emigración, la violencia, el hambre y la injusticia.

Después compone la Trilogía del amor y del tiempo, que está formada por Tarde de siempre (1978), un libro muy apreciado por los jóvenes de la época, donde el poeta declara de una forma abierta y natural el amor que siente por su amada con un lenguaje cálido, cercano y sensual.

Huida de las horas (1980) expone con melancolía la certeza de que el paso del tiempo también afecta al amor de una forma negativa.

E Insistente reencuentro (1984) expresa la preocupación por la pérdida gradual del amor a lo largo de la existencia y la certeza de que, finalmente, sólo queda la soledad.

Después edita Personario (1987) que es una sentida elegía donde la muerte, hasta ahora sólo presentida, se hace realidad con el fallecimiento de su madre. Espera inacabada (1988) supone la certeza de que la existencia es una angustia insufrible para el ser humano, que aguarda solo la llegada de la muerte.

Desconsolada espera (1996) reitera la profunda convicción de que la muerte llega tras una triste y larga espera, que aleja al ser humano de sus recuerdos y vivencias más plenas y lo arrastra a la soledad.

Poesía (1997-2003) es una recopilación de sus libros editados hasta aquel momento.

Y Presagio del silencio (2006) evoca estremecedoramente a los seres queridos ausentes a causa del tiempo que los ha convertido en recuerdo y silencio, el mismo que, cercano, presagia desoladamente el poeta. (23)

transicion12

Temáticamente tiene como centro el amor que, con frecuencia, es la propuesta para manifestar sus anhelos y preocupaciones entre las que sobresale una estremecedora inquietud por el paso del tiempo, que también termina arrasando al amor.

A esta intranquilidad la acompaña otra no menos preocupante: la llegada lenta, sigilosa, inoportuna e impredecible de la muerte, que parece recrearse en sacar de quicio al ser humano obligándolo a realizar una espera interminable y desesperada, pues nunca sabe cuándo ni cómo se manifestará.

Para compensar estos nefastos efectos, el poeta hace uso de la ironía y se burla de este fatal destino indicando que no tiene sentido ni trascendencia alguna, pues convierte al ser humano en un alma en pena, que vaga sin destino, amedrentado y solo. Así su falta de esperanza es una forma de rebeldía contra esta injusticia universal, que ejerce el destino unilateralmente contra el ser humano.

Su estilo es directo, conversacional, pero expuesto líricamente a través de sugerencias e imágenes muy ilustrativas, que llevan al lector a sentir sus alegrías, dudas e intranquilidades como propias.

No en vano mantuvo una relación filial con Jesús Delgado Valhondo, de cuya poesía rehumanizada se le considera continuador. Formalmente se suele ayudar del verso libre, espacios en blanco y recursos gráficos, con los que acentúa detalles concretos de su mensaje que, libro tras libro, evoluciona a lo esencial.

 

UN DÍA DE ÉSTOS  (24)

Mujer,
un día de éstos te cargo con mis sueños:
te cuelgo una mochila de futuro
de tus hombros así,
y te echo dentro palabras venideras,
esperas, sangre ajena,
tristeza de alpargatas callejeras,
manos, caricias, besos,
nerviosas esperanzas mañaneras,
amor a espuertas llenas
y mi cuerpo detrás de todo eso.

Mujer,
un día de éstos te hago esa faena.

  

CADENCIA DE ESPERANZA  (25)

Por detrás de la tarde,
en la mirada,
en lo que nunca me dijiste
y nunca
saldrá de la tramoya de la vida.
Por delante del sueño,
agazapado,
en el beso apretado de mis manos,
te espero.

Te espero entre la huida de las horas,
flor de luz, arroyo mantenido,
beso de amor, medida de mis sueños.

Por dentro del cristal
de mis espejos,
modelo del demonio, mano amiga.

Para escuchar tu voz
amortajada,
arrullo compartido, alondra herida.

Por encima del tiempo
que perdimos
en medio de la noche desvelada
pasión callada, paloma repentina.

  

ESTACIÓN DE SOLEDAD  (26)

Si no es para estar callado
a la sombra de tus ojos,
cómo ver partir los trenes
que salen desde mis manos
sin que me dejes, siquiera,
que salga a decir adiós
cuando marchan, asustados,
a perderse entre la noche
de mis recuerdos.
                           Velados,
mis ojos miran sumisos
la estación de la nostalgia,
sólo por estar dormido
cada noche a tu costado.

Paciencia de solitario,
sólo espero
poder recibir un día
un tren que venga cantando.

  

HONDO HUECO  (27)

Hondo hueco 
justísimo
donde cabe, precisa,
tu presencia.

Cóncava sinrazón
de tu agonía.

Impresión de tu
muerte
en la sensible luna
de mis ojos:

cristal triste por el que,
desde entonces,
miro la luz sin ti.

 

LA TARDE  (28)

La tarde,
almohada de agua,
le llegaba en sordina.
Las voces se mezclaban
con el tedio
y el hombre descansaba
de vivir,
le abrazaba la luz
como mortaja anticipada.

En la calle, el bullicio
lo alejaba de ser,
sopor en el otoño del día.

¿A qué vivir
si no es para estar solo?

Su pobre corazón, atónito,
contemplando
la eterna esquina,
la espera inacabada.

 

JUEGA EL ÁRBOL  (29)

Juega el árbol
a trastornar el sol de esta mañana.
Se ensombrece la luz
y le acompaña
en esta confusión de horas.
Tedio,
guiños en la ventana
mientras el día,
detrás de hojas y ramas,
revienta en un azul
que se hace gris en los cristales.

Adivino mi imagen
en ese espejo incierto.
La miro con desgana
sin tener la certeza
de haberla conocido. 

 

NOTAS

(23) En 2010 Álvarez Buiza declaraba lo siguiente sobre su próximo poemario: «Tengo un libro bastante avanzado. Quizás para 2011, 2012… Pero no tengo prisa porque las prisas, como decía Juncal, para los ladrones y para los malos toreros. Le puse ‘Palíndromos’ porque con la edad que uno tiene trata de vivir la vida en las dos direcciones. Ya me quedan más recuerdos que vivencias. Pero no me esfuerzo, porque forzarse en creación no es bueno», entrevista a Jaime Álvarez Buiza en http://www.hoy.es/v/20100925/regional/conformo-escribir-demas-importa-20100925.html, 25-9-2010.

En 2017 (concretamente el 18 de febrero) Jaime Álvarez Buiza, como articulista del periódico Hoy, edita «Hace ya un año» donde, hablando de la pérdida de su amigo Ángel, expone en prosa su estado emocional como si de un poema de su próximo libro se tratara:

«Tal día como ayer, hace ya un año, murió mi amigo Ángel.

Y su muerte vino a engrosar ese vacío que otros tantos vacíos ya ocupaban.

Se me cargan los años de ausencias, crepuscular silencio de los días, eterno atardecer que no descansa.

Hay veces que me quedo absorto, ensimismado, viviendo en las imágenes que mi memoria evoca, dormido con mis ojos abiertos como lunas de una noche que abarca toda la lejanía de un horizonte absurdo, de un ayer que mis manos recogen entregadas, de un sueño que pretende revivir imposibles.

Los recuerdos me agobian porque me inutilizan y mi vida se queda suspendida en el aire de un abismo de nombres; de risas interiores sordas, mudas; de manos que se agitan como sombras chinescas; de pasos que caminan siempre a ningún destino; de miradas que observan lo que no pueden ver, que miran desde dentro de mis ojos llorosos sin saber de mis lágrimas.

Y la nostalgia, entonces, resulta insoportable, despiadada, sin paliativos líricos que maquillen la pérdida.

Y yo me siento igual que un árbol solo».

[ilustra estas reflexiones la portada del poemario Un árbol solo de Jesús Delgado Valhondo]

(24) Poema de Tarde de siempre, donde el enamorado anuncia a su amada el deseo de compartir con ella sus ilusiones y proyectos futuros. [recitado en el vídeo del final]

(25) Poema de Huida de las horas, cuyo contenido asegura que el amor también se desgasta con el paso del tiempo.

(26) Poema de Insistente reencuentro, donde el emisor presiente y teme el adiós de su amada.

(27) Poema de Personario, que recoge la sensación de vacío y soledad del poeta por la ausencia de su madre.

(28) Poema de Espera inacabada, cuyo tema es la exposición de la soledad sufrida por el ser humano ante la espera angustiada de la muerte, que es la existencia.

(29) Poema de Presagio del silencio, que lleva esta anotación después del título: “Mi imagen reflejada en ese espejo incierto”, donde el autor muestra su desorientación vital. 

 

IMÁGENES

INTRODUCCIÓN. SIGLO XX (1970-1999): El rey Juan Carlos I firma la Constitución española de 1978 (1ª). Vista parcial de la Expo de Sevilla 1992 (2ª). POESÍA DE LA TRANSICIÓN: De izquierda a derecha, sentados: Pere Gimferrer y su compañera Cuca de Comingues, José María Álvarez y Antonio Colinas. De pie, Vicente Molina Foix, Luis Alberto de Cuenca, Guillermo Carnero, Jenaro Talens y Jaime Siles (1ª). Concentración músico-cultural, típica de los años 70 (2ª). JOSÉ ANTONIO ZAMBRANO: José Antonio Zambrano (1ª). Portada de su poemario Apócrifos de marzo (2ª). PUREZA CANELO: Pureza Canelo (1ª). Portada de su poemario Dulce nadie (2ª). JOSÉ MIGUEL SANTIAGO CASTELO: José Miguel Santiago Castelo (1ª). Portada de su poemario La sentencia (2ª). JAIME ÁLVAREZ BUIZA: Jaime Álvarez Buiza (1ª). Portada de su poemario Tarde de siempre (2ª).

 

VÍDEO POESÍA DE LA TRANSICIÓN (de Extremadura, un bello poema)