Poesía Renacentista (1500-1599, s. XVI)
INTRODUCCIÓN
En el siglo XVI, los Reyes Católicos terminan la Reconquista, propician el descubrimiento de América y gobiernan hasta el año 1505. Después suben al trono su hija Juana la loca (1505-1506) y su esposo Felipe I el hermoso (1506). Más tarde ocupan la regencia Fernando el católico (1506) y el cardenal Cisneros (1506-1516). Y, finalmente, reinan Carlos I (V emperador de Alemania) de 1516 a 1556 (año en que se retira a morir al monasterio cacereño de Yuste) y su hijo, Felipe II, de 1556 a 1598.
En este siglo, el imperio español llega a su cénit, pues goza de un auge económico y militar, apoyado en las remesas de oro y plata que llegan a España procedentes de América, e influye con su cultura en todo occidente. Pero también aparecen los primeros síntomas de decadencia con varias bancarrotas, la reforma protestante de Lutero (1514), que provoca la Contrarreforma de la Iglesia católica y el aislamiento de España con respecto a Europa, y la derrota de la Armada invencible (1588).
En la literatura renacentista del siglo XVI se distinguen dos talantes. El reinado de Carlos I (primera parte del siglo) tiene un carácter abierto en consonancia con el nacimiento y la educación del rey en Europa. En cambio, la época de Felipe II (segunda mitad del siglo), se desenvuelve en un ambiente cerrado e intransigente, que concuerda con el origen y la formación de este rey en España.
La literatura renacentista, en la época de Carlos I, se encuentra influida por el Humanismo (el Hombre ocupa el centro del mundo), que propicia una vuelta a la Naturaleza (locus amoenus), un mayor interés por la vida terrena (carpe diem) y el descubrimiento de la cultura clásica, sus poetas (Ovidio, Horacio, Virgilio) y sus mitos (Tántalo, Dafne, Prometeo).
También se produce un avance de la Ciencia, que se refleja en el deseo de conocer el cuerpo humano (avances médicos) y el mundo (descubrimientos geográficos). Completan el ambiente del Renacimiento español el idealismo platónico, que busca la armonía y alaba la belleza (en la poesía amorosa la amada es una mujer ideal), la influencia italiana de Dante, Petrarca y Bocaccio y el Erasmismo, que pide mayor sinceridad en las prácticas religiosas.
Los poetas fundamentales de la época de Carlos I fueron Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Fernando de Herrera, que usan el soneto para expresarse de una forma culta. Al mismo tiempo, una novela protagonizada por un antihéroe, el Lazarillo de Tormes, descubre la triste realidad de la España del Imperio.
En el reinado de Felipe II, influido por la reforma protestante, se produce una vuelta a la Edad Media (teocentrismo, temática sobre la muerte y el paso del tiempo, olvido de la naturaleza), la reaparición de la poesía religiosa (el ambiente severo, impuesto por el carácter de Felipe II, lleva a la aparición de la Ascética –Fray Luis de León– y de la Mística –San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús–), el auge de la Épica (La araucana, La austriada, Carlo famoso) y la obra de Cervantes.
El siglo XVI es el primer Siglo de Oro de las letras españolas por la calidad de sus escritores. El español se extiende por Europa y Juan de Valdés compone Diálogo de la Lengua (1535) para que pudieran aprenderlo en las cortes europeas, donde su uso se consideraba de buen gusto.
Extremadura, a principios del siglo XVI, sufre una fuerte emigración de artesanos y trabajadores del campo a América buscando mejores condiciones de vida ante la escasez de tierras, que estaban en mano de la Nobleza y las Órdenes Militares.
Posteriormente, aumenta bastante su población, pero se reduce al final del siglo por una epidemia de peste. No obstante, los extremeños participan decididamente en el descubrimiento de América a través de destacados conquistadores como Hernán Cortés, Francisco Pizarro o Núñez de Balboa.
También contribuyen al auge del Renacimiento español con pintores de la talla de Luis de Morales (Badajoz), el más destacado pintor español del siglo XVI, y con humanistas como Benito Arias Montano, Francisco Sánchez de las Brozas (1523), el brocense, que llega a ocupar la cátedra de Retórica en Salamanca y elabora una gramática latina titulada Minerva. Pedro de Valencia (Zafra, 1555) escribe sobre temas bíblicos, filosóficos, económicos y sociales (Discurso contra la ociosidad). Y Gonzalo Correas (Jaraíz de la Vera, 1571) realiza estudios lingüísticos, con los que defiende una simplificación de la escritura (Ortografía castellana).
Además Extremadura en el Renacimiento cuenta con escritores de prestigio como Bartolomé Torres Naharro, Francisco de Aldana, Luis Zapata y Benito Arias Montano. En general, por ser universitarios, cortesanos (1) o militares, recibieron su formación intelectual fuera de Extremadura y, como consecuencia, sus obras responden a las mismas características que las del Renacimiento español.
NOTA
(1) Juan Antonio de Vera y Figueroa Ávila y Zúñiga, I Conde de la Roca, nace en Mérida y es bautizado en la iglesia de Santa María el 26 de abril de 1583. Muestra afición por la Literatura y publica versos como el poema que le edita Pedro Espinosa en su Flores de poetas. Hombre renacentista, elegante y buen conversador, mantiene amistad con escritores del prestigio de Lope de Vega y políticos de la talla del Conde-Duque de Olivares, quien lo llama a Madrid para instruir a diplomáticos, después de publicar El Embaxador (1620); luego le encomienda las embajadas de Venecia, Roma y Saboya y Felipe IV lo nombra consejero real. Además, es autor de Epítome y hechos del invicto emperador Carlos V (1645), Fragmentos históricos de la vida del Conde de Olivares (1620) y otras obras histórico-biográficas. El Conde de la Roca muere en Madrid el 20 de noviembre del año 1658.
BARTOLOMÉ TORRES NAHARRO
(Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, 1485 – Sevilla, ¿1530?)
Estudió Filosofía y Humanidades en Salamanca, donde servía a un estudiante adinerado. En la ciudad universitaria fue clérigo, aunque no recibió la ordenación sacerdotal. Más tarde es soldado en Andalucía y Valencia. Después, cuando se dirige por mar a Italia, es apresado por piratas berberiscos y llevado cautivo a Argel.
Una vez libre, marcha a Roma donde conoce el Renacimiento, la poesía y el teatro italiano. Ordenado sacerdote, entra al servicio del cardenal español Bernardino de Carvajal y del Papa Clemente VII. Más tarde se traslada a Nápoles y, finalmente, quizás muriera en España mientras ejercía el sacerdocio en la diócesis de Badajoz.
Su doble experiencia le permite conocer de cerca la situación lamentable del Ejército y de la Iglesia y, en sus obras, critica la corrupción de los militares y los intereses políticos y económicos del Clero, a los que encontraba muy alejados de las enseñanzas de Jesucristo. Sus críticas contra los eclesiásticos estuvieron motivadas por sus ideas erasmistas, que abogaban por una mayor autenticidad en la práctica religiosa.
Torres Naharro publicó sus obras en verso dentro de un volumen titulado Propalladia (“Primeros dones a Palas”(27)) en Nápoles (1517). Se trata de un libro compuesto por un Prohemio (prólogo), que contiene la primera preceptiva teatral de Europa. También incluye tres lamentaciones de amor, once sátiras y siete epístolas, que son un conjunto de poesías religiosas y profanas.
Además acoge seis comedias tituladas Serafina, Trophea, Soldadesca, Tinellaria, Himenea y Jacinta, donde plasma situaciones de la vida en Roma. Aunque la Propalladia fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos de la Inquisición (1559) por su tono erasmista, obtuvo un gran éxito y de ella se realizaron numerosas ediciones.
Su obra teatral es considerada el germen de la comedia nacional, a la que Lope de Vega dio forma definitiva y haría famosa décadas después. Se caracteriza por contener la experiencia acumulada en sus múltiples vivencias, y por su conocimiento del ser humano, que le permite crear prototipos de personajes singulares.
Sus piezas teatrales tratan sobre el amor (Serafina, Himenea, Jacinta), la vida militar (Soldadesca), los criados (Tinellaria) y el ambiente palaciego (Trophea) (28). Con esta variedad temática conforma una amplia descripción de la vida cotidiana durante el Renacimiento en Italia. Formalmente suele utilizar una lengua, que es mezcla de portugués, francés, italiano y español, y un estilo cuidado y vitalista. (3)
Su poesía tiene influencias de la lírica de Cancionero. En esta línea poética, compuso sus Lamentaciones de amor, donde el enamorado se siente vasallo de su amada, que se le muestra desdeñosa, y siempre se encuentra penando en vida por su amor esquivo. Sus sátiras y epístolas revelan, en tono desenfadado y crítico, la atracción típica del Renacimiento por cuestionar la actuación humana con el fin moral de afear los vicios y ensalzar las virtudes.
Como poeta se distinguió por emplear estrofas de doce octosílabos, que mezcla con versos de pie quebrado, por tener una excelente capacidad versificadora y por disponer de una gran agilidad en la expresión poética, donde se descubre un agudo ingenio, producto de la observación y de la experiencia. Formalmente su poesía se caracteriza por la variedad temática, que coincide con las diversas vivencias del poeta, y el uso de estrofas populares y cultas, que muestran su amplia formación cosmopolita.
LAMENTACIÓN SEGUNDA (4)A mí de poco valer
SÁTIRA I (5)Virtud en el mundo no cabe ni mora, EPÍSTOLA I (7)Manos mías que tembláis EPÍSTOLA VI (8)Vos, hecha de miel y cera HIMENEO (9)Guarde Dios, señora mía, Habéisme muerto de amores Dondequiera que me halle DIVINA (10)¡Qué buena vista de prados, |
NOTAS
(2) Palas Atenea es la diosa griega de la sabiduría, que adopta el nombre de Minerva en la mitología latina.
(3) Autor destacado del teatro extremeño del Renacimiento, coetáneo de Torres Naharro, fue Diego Sánchez de Badajoz (Talavera la Real, finales del siglo XVI). Sus veintisiete obras teatrales están reunidas en el libro titulado Recopilación en metro (1554).
(4) Advertencia (vv. 41-54) del poeta al Amor, cuyo maltrato lo ha hecho insensible a sus ataques.
(5) Dura crítica (vv. 36-56) contra los vicios de la época (falta de honradez, engaño, mentira, hipocresía).
(6) Ceviles: Personas civiles (que no son guerreros ni clérigos); prevalen: dominan; solacio: despreocupados; ruin: despreciable; frapadores: violentos; no curan: no se preocupan.
(7) Lamentación (vv. 1-19) por el sufrimiento que causa en el amado la indiferencia de la amada.
(8) Carta (parte final), que contiene la petición del enamorado a su amada de que muestre más interés por él.
(9) Monólogo del joven noble Himeneo (vv. 1-24) con el que declara su amor apasionado a Febea al comienzo de la comedia Himenea.
(10) Una dama alaba el entorno natural que la rodea en la jornada V de la comedia Jacinta. [recitado en el vídeo del final]
LUIS ZAPATA
(Llerena, Badajoz, 1526 – 1595)
Luis Zapata de Chaves nació en una familia de elevada condición. Su padre era comendador de la Orden de Santiago y mayordomo del emperador, y su madre era hija del Conde de Medellín. A los nueve años entra al servicio de la emperatriz Isabel (esposa del rey Carlos I de España) y, después, del príncipe Felipe (primogénito del rey), quien lo nombra caballero de la Orden de Santiago.
En palacio recibe de maestros humanistas una educación esmerada, en la que se intercalan la adquisición de conocimientos eruditos con el manejo de instrumentos musicales y el adiestramiento en las armas. Así Zapata con el tiempo alcanza el ideal de cortesano, pues fue un famoso caballero que se interesó por las Letras. Estas características personales le permiten acompañar en 1549 al príncipe en un viaje por Flandes, Italia y Alemania.
Vuelto a sus propiedades de Extremadura, su carácter escandaloso y derrochador provoca que sea encarcelado de 1566 a 1590 en Segura de la Sierra, Hornachos y Valencia de las Torres por orden real. Sin embargo, después lo nombra regidor de la ciudad de Mérida. En sus últimos años, se dedica a escribir y a practicar la cetrería en Valencia del Ventoso.
Es un poeta de importancia en la tradición épico-lírica de Extremadura. Su poema Carlo famoso (1566) es considerado el primero que trata del descubrimiento y de la conquista del Nuevo Mundo. Zapata inicia la escritura del poema en 1562 para ensalzar las hazañas de Carlos I. Sin embargo, se lo dedica a su hijo Felipe II (“a la Católica Real Majestad del Rey Don Felipe Segundo Nuestro Señor”), a quien acompañaba en su periplo por Europa cuando lo comienza en 1548.
Se trata de un extensísimo poema de cincuenta cantos en octavas reales, que comienza su narración en 1522 contando que el rey Carlos I se embarca en Flandes para visitar por segunda vez España y una tempestad le obliga a desembarcar en Inglaterra. El poema termina en 1558 cuando el emperador muere en el monasterio de Yuste (Cáceres).
En su amplio contenido mezcla hechos reales de la historia de España durante el reinado del Rey Carlos con otros fantásticos (indicados por él con asteriscos), donde destaca las gestas del Emperador, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Garcilaso de la Vega y famosos caballeros de su tiempo. Entre estos hechos, el poeta intercala una dura crítica contra la violencia que ejerce el hombre con sus semejantes y, sobre todo, contra la guerra que entonces era frecuente entre cristianos. Finalmente expone su añoranza por un tiempo feliz, donde reine la paz y la concordia entre los seres humanos.
El poema, que tardó trece años en escribirlo, resulta curioso porque contiene características llamativas: interés histórico, detalles atractivos cuando intercala leyendas como la de la Torre de Hércules de La Coruña, gracia cuando cuenta situaciones burlescas como la guerra entre gatos y ratones, descripciones de personajes alegóricos como la Envidia, alusiones a momentos gloriosos del Imperio y recuerdos de la conquista de América. (11)
Zapata también escribió el Libro de cetrería, donde muestra una gran afición por la caza menor con halcones, tradujo el Arte poética de Horacio y compuso Miscelánea (1592), una obra por la que fue un escritor tan apreciado que hasta el mismo Cervantes se inspiró en ella. La parte más entretenida se titula Silva de casos curiosos y es una llamativa recopilación de hechos autobiográficos, anécdotas, dichos, refranes, supersticiones, burlas, duelos y costumbres que Zapata describe con un tono espontáneo y desenfadado. Es, en definitiva, la reunión de los hechos más curiosos y gratos que había vivido en su larga experiencia de cortesano.
CARLO FAMOSO[I] Los hechos, las empresas, las hazañas, [II] Cantaré de españoles juntamente [III] Que ciertamente de él, ni a mí me engaña [IV] Ya en medio de la mar la gruesa armada [V] Colón pues inflamado de amor grande [VI] Y lo cierto por falso fue tenido, [VII] Armó en Palos Colón tres carabelas, [VIII] Colón entró en el golfo encontinente [IX] Los indios que de lejos descubriendo [X] ¡Qué plaga grande es ésta de la gente, [XI] Y no sólo en aquesto aventajados [XII] Dichosos fueron bien los que nacieron [XIII] Ni se había suertes hecho y dividido, |
NOTAS
(11) Otro poeta épico, que con Luis Zapata y Cristóbal de Mesa forma la tríada de la épica extremeña, es Alonso de Acevedo (¿Plasencia, 1550-1648?), autor de la epopeya De la creación del mundo (1615).
(12) Alabanza dirigida al rey Carlos I de España y V emperador de Alemania, protagonista del grandioso poema (Canto I, estrofa 1).
(13) Aviso del poeta sobre que va a difundir las hazañas de héroes que ayudaron a ensalzar la fama del emperador (Canto I, estrofa 2).
(14) Continuación de las alabanzas al Rey, que ahora es definido como justo y decidido (Canto I, estrofa 4).
(15) Relato de la buena travesía que realiza la flota del emperador en su viaje a España, cuando está a punto de ser divisada en el horizonte (Canto I, estrofa 8).
(16) Descripción de cómo Colón, convencido de poder hallar una ruta comercial por el oeste, busca financiación sin éxito (Canto XII, estrofa 28).
(17) Aprobación del proyecto de Colón por los Reyes Católicos, una vez que terminan la conquista de Granada (Canto XII, estrofa 30).
(18) Inicio de la empresa descubridora por Colón en 1492 con tres carabelas, gobernadas por él y los hermanos Pinzón (Canto XII, estrofa 32).
(19) Comienzo de los problemas del arriesgado viaje, pues se alarga sin conseguir avistar la tierra buscada (Canto XII, estrofa 36).
(20) Llegada de Colón a América y asombro de los indios al ver las tres carabelas, que creían casas flotantes (Canto XII, estrofa 45).
(21) Crítica contra el hombre por ser el único animal, que ataca con saña a sus semejantes (Canto XX, estrofa 1).
(22) Desventaja del hombre con respecto a los animales, que nacen vestidos, con refugio y sin llanto (Canto XX, estrofa 3).
(23) Añoranza por no haber nacido en una edad dorada pretérita donde se vivía en la abundancia (Canto XXII, estrofa 1).
(24) Queja por nacer en una época de continuas guerras, que enloquecen al hombre (Canto XXII, estrofa 2).
BENITO ARIAS MONTANO
(Fregenal de la Sierra, Badajoz, 1527 – Sevilla, 1598)
Siente una acentuada devoción religiosa desde niño, pues recibe de sus padres y del sacerdote de su pueblo una educación de acuerdo con la moral y la religión cristiana. A los catorce años escribe el Discurso sobre el valor y la correspondencia de las monedas antiguas con las nuevas y tiene conocimientos de Física y Astronomía.
Comienza su formación en Sevilla, donde estudia Arte y Humanidades y obtiene fama de poeta latino. A los 25 años, es nombrado poeta laureatus en Alcalá de Henares, en cuya universidad estudia Filosofía y lenguas semíticas (hebreo y arameo). Después, en la Universidad de Salamanca, aprende Teología y lenguas clásicas (latín y griego), es profesor universitario y amigo del poeta Fray Luis de León.
Aún joven visita Italia y conoce el Renacimiento, que deja una profunda huella en su carácter abierto. Ordenado sacerdote en 1560, su elevada formación le permite intervenir como teólogo en el célebre Concilio de Trento (1545-1563) en temas de la eucaristía y el matrimonio.
Sus deseos de perfección espiritual lo llevan a renunciar a su nombramiento como obispo y a retirarse para estudiar las Sagradas Escrituras, base de su poesía, a sus posesiones de la Peña de Alájar en Huelva (cerca de la frontera con Badajoz y de su pueblo), lugar donde le gustaba residir por la pureza del aire, la amplitud del cielo y sus extraordinarias vistas. Después, reclamado por Felipe II en 1566, fue su capellán y consejero de asuntos internacionales en Flandes y Portugal.
Además, el rey le encargó la supervisión de la Biblia Políglota (también llamada Biblia de Arias Montano), que en cinco idiomas (latín, griego, hebreo, caldeo y siríaco) realizaban sabios europeos en Amberes, donde también fue consejero del Duque de Alba (1568-1575), a quien reprocha su política represora en los Países Bajos. En 1576 el rey le encomienda la catalogación de la biblioteca de El Escorial.
Sin embargo, estas distinciones no lo libraron de la Inquisición que le abrió dos investigaciones sobre su origen familiar, lo detuvo en una ocasión y, después de su muerte, incluyó todas sus obras en el Índice de Libros Prohibidos. A esta persecución contribuyó el hecho de que el sabio extremeño fuera miembro del movimiento espiritual denominado Familia Charitatis que, siguiendo a Erasmo de Rotterdam, propugnaba una religiosidad sincera y el contacto directo con Dios.
Arias Montano fue uno de los humanistas más destacados e influyentes de su época por los amplios conocimientos que acumuló. Su profundidad puede apreciarse en su Historia natural (1601), en su dominio de las lenguas clásicas, semíticas, flamenco, alemán, francés, italiano y portugués, en su interesante epistolario y en que, aparte de escribir poesía en latín, elaborara con él su obra moral y filosófica (Rhetoricorum libri IV, 1569, Monumenta humanae salutis, 1571, Hymni et saecula, 1593).
En español compone poesías religiosas, sonetos y poemas extensos. Toma como modelo al poeta latino Horacio y siente preferencia por los textos bíblicos, especialmente por el Cantar de los cantares y los Salmos del rey David, de los que realiza excelentes traducciones y comentarios. También escribe sobre temas diversos con un lenguaje sencillo, cuidado y armónico, que sintoniza con las características poéticas de los reinados de Carlos I y Felipe II.
Así en su poesía aparece el humanismo, la reflexión, el gusto por el arte, el placer de vivir y el afán por conocer de la época del Emperador y los deseos de perfección, la atracción por las Sagradas Escrituras y la tendencia a versar sobre temas religiosos del gobierno de Felipe II.
QUIEN LAS GRAVES CONGOJAS HUIR DESEA (25)Quien las graves congojas huir desea, En ella de paciencia se provea Mas el que está de amor apasionado porque la causa trae de su cuidado
SI EL ÁGUILA PINTASE LA BELLEZA (26)Si el águila pintase la belleza Porque ella alza su vuelo en gran alteza, La luz de los misterios, que escribiste Hasta que por hacernos bien, le diste
¿QUÉ ES ESTO, ENTENDIMIENTO? (27)¿Qué es esto, Entendimiento? ¿Qué revuelta Solías tú correr, parar, dar vuelta, Desesperado de mi luz avara, sentí, sin sentir cómo, otra tan clara
SI ALGUNA VEZ, MAÑANA, TE ARREASTE (28)Si alguna vez, mañana, te arreaste si alguna vez los campos rociaste hoy cumple que nos muestres tus riquezas Destierra los pesares, las tristezas,
AL RETRACTO DEL POETA (29)Divino entendimiento en que gran vuelo donde se muestra claro, el gran celo También se ve, cuánto bien pintada por donde está, la fama aparejada
PARÁFRASIS (30) DEL CANTAR DE LOS CANTARES (31)Esposa Aquel que en mis entrañas tiene nido
Esposo Eumenia dulce, y muy graciosa hermana, Cuando yo el tu galán cabello veo, |
NOTAS
(25) Alabanza a la vida retirada, que es beneficiosa para calmar intranquilidades, excepto la pasión de los enamorados.
(26) Elogio de la traducción de Las confesiones de San Agustín, cuyo autor es el padre Sebastián Toscano.
(27) Autocrítica moral del autor por la inestabilidad de sus razonamientos personales.
(28) Consuelo dirigido a una mujer mayor (que un día fue una joven hermosa), a la que el poeta alienta con la esperanza en Dios.
(29) Elogio dirigido al intelecto por haber dedicado todas sus energías a alabar la actuación de Jesucristo.
(30) Paráfrasis: Interpretación ampliada de un texto para hacerlo más comprensible. Tirsa: Primera capital del antiguo Israel. Hiladeo: Monte Gaad en Palestina.
(31) Diálogo amoroso (fragmento) entre la Esposa y el Esposo, que se declaran mutuamente su amor apasionado.
FRANCISCO DE ALDANA
(¿Alcántara?, Cáceres, 1537 – Alcazarquivir, Marruecos, 1578)
Francisco Vilela de Aldana posiblemente naciera en Alcántara, pues su familia era natural de este pueblo extremeño. Pasó su infancia en Florencia, culta y próspera ciudad italiana, donde su padre era militar al servicio de Cosme de Médicis, Duque de la ciudad. En este ambiente apropiado, el joven Aldana logra una densa formación humanística, pues aprende latín, estudia a los clásicos (Horacio, Virgilio, Ovidio), conoce la poesía petrarquista, que era el referente de la lírica de la época, y escribe sus primeros versos con el título de “Octavas de un verso español y otro toscano”.
Aldana es un modelo de caballero del Renacimiento pues, aparte de humanista, fue también un militar que participa en numerosas acciones de guerra principalmente en Flandes, donde alcanza fama de valeroso y llega a desempeñar el cargo de consejero del Duque de Alba. Por ser un hombre de Armas y de Letras, sus contemporáneos (entre ellos Cervantes en La Galatea) lo denominaron El divino capitán.
No obstante, con el tiempo se desengaña de la vida militar por los efectos destructivos de la guerra, añora sus años de juventud en Florencia y desea la vida retirada en contacto con la naturaleza. Después, Felipe II lo envía a Portugal para que aconsejara a su sobrino el rey don Sebastián sobre la arriesgada campaña que preparaba en el norte de África, con el fin de ampliar sus dominios exteriores conquistando el reino de Fez. Aldana congenia con el joven rey portugués, lo sigue en aquella descabellada empresa a Marruecos y ambos mueren en la batalla de Alcazarquivir.
El capitán Aldana sólo publicó un soneto en vida. Fue su hermano Cosme el que editó póstumamente su obra poética en dos tomos (1589 y 1591). Su poesía es apasionada, sensual, cálida, cercana y convincente. Trata la mitología, el amor, la angustia por el paso del tiempo, los desastres de la guerra, la espiritualidad y la burla con una delicada elegancia, que muestra la extremada sensibilidad del poeta y su formación humanista.
Sus sonetos amorosos tiene carácter neoplatónico y gozan de una fina sensualidad. En ellos, Tirsis (Aldana) expresa la imposibilidad de alcanzar el amor verdadero, pues su amada (Elisa, Filis, Flérida o Galatea) se muestra desdeñosa o se encuentra lejos y la añora. No obstante, también los amantes suelen aparecer en un plano de igualdad que sorprende en aquella época, lo mismo que el carácter espontáneo, cálido y directo de los diálogos que establecen entre ellos de una forma natural.
Además de sonetos de amor, compuso otros de tema existencial (expresan la angustia provocada por su soledad en Flandes, el paso del tiempo, su aversión contra la violencia), religioso (a Dios, a la Virgen, al Santísimo Sacramento) y circunstancial (a Felipe II, a su hermano Cosme, a Lucrecia de Médicis).
El resto de sus poemas tratan el tema moral, cortesano y militar. Utiliza estrofas y poemas cultos (tercetos, octavas, sonetos, epístolas), populares (especialmente la quintilla) e, incluso, el verso libre. De entre ellos destacan la Fábula de Faetonte (hijo de Apolo, dios del Sol, y la ninfa Climene, que pide a su padre conducir el carro solar, lo desboca y produce grandes males hasta que Júpiter lo fulmina con su rayo).
Además, de su producción sobresalen la Canción a Cristo crucificado (lamentación del poeta a los pies de la cruz), el Diálogo entre cabeza y pie (composición burlesca compuesta durante la convalecencia de una herida de guerra) y la Epístola a Arias Montano, al que conoció en los Países Bajos y admiró como gran humanista de su tiempo. Es considerada el precedente de la poesía mística española y contiene un sincero deseo de alejamiento del mundo y de encontrar refugio en la paz espiritual.
RESPUESTA A COSME DE ALDANA (32)¡Oh dulce musa mía!, ¿cómo y qué es esto? Y bien me acuerdo yo que allá en el monte En fin, en fin, la tenebrosa noche
JUNTO A SU VENUS, TIERNA Y BELLA, ESTABA (33)Junto a su Venus, tierna y bella, estaba y mientras ella, atenta, en él notaba Del precioso coral tan blando efecto ¡Oh fuerza extraña, oh gran poder secreto,
POCOS TERCETOS ESCRITOS A UN AMIGO (35)Mientras estáis allá, con tierno celo, sayo de hierro acá yo estoy vistiendo, Mientras andáis allá lascivamente yo de honroso sudor cubro mi cara Mientras que cada cual con su designio yo voy acá y allá, puestos los ojos
OTRO AQUÍ NO SE VE QUE, FRENTE A FRENTE (37)Otro aquí no se ve que, frente a frente, éste es el dulce son que acá se siente: El gusto envuelto va tras corrompida hueso en astilla, en él carne molida,
LA VANIDAD DEL MUNDO (39)En fin, en fin, tras tanto andar muriendo, tras tanto acá y allá yendo y viniendo hallo, en fin, que ser muerto en la memoria y en un rincón vivir con la victoria
EL ÍMPETU CRUEL DE MI DESTINO (40)El ímpetu cruel de mi destino ¡Oh, si tras tanto mal grave y contino, Iríame por el cielo en compañía ¡Oh, qué montón de cosas le diría, |
NOTAS
(32) Carta (3ª tirada de versos) enviada por Francisco de Aldana desde Flandes a su hermano Cosme, a quien le comunica su soledad y los recuerdos nostálgicos de sus años jóvenes en Italia cuando, junto a él y a sus amigos, componía felizmente poemas de amor en el entorno natural de Florencia y el río Arno.
(33) Reflexión sobre la fuerza purificadora del amor (Venus) sobre la guerra (Marte).
(34) “instante, momento”.
(35) Dura crítica basada en el fuerte contraste entre la dureza de la vida militar y la existencia cómoda del cortesano (seis primeras estrofas).
(36) “Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”.
(37) Descripción de los horrores de la guerra, que finaliza con una censura moral e irónica contra la violencia bélica.
(38) Grito de guerra, que pronunciaban los soldados españoles a coro para aumentar su ardor guerrero ante la inminencia de la batalla.
(39) Opinión adversa del mundo pues el ser humano, después de superar tantos obstáculos, acaba en la muerte y en el olvido; sólo en Dios encuentra recompensa a sus desvelos.
(40) Deseo del poeta de ser libre en la elección de su destino para poder actuar naturalmente en la existencia sin la influencia de circunstancias adversas.
IMÁGENES
INTRODUCCIÓN: Retrato al óleo sobre lienzo (160,5 x 214,5 cm.) del rey Carlos I de España y de su hijo y heredero Felipe II, realizado por el pintor Antonio Arias Fernández en 1639 (1ª). Escena del descubrimiento de América donde, acompañados por un misionero, avanzan conquistadores por un territorio exótico (2ª). BARTOLOMÉ TORRES NAHARRO: Busto de Bartolomé Torres Naharro en su pueblo natal, Torres de Miguel Sesmero [fotografía de Juan Salguero Carvajal] (1ª). Fachada de la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Candelaria (siglo XVI) [fotografía de Antonio Salguero Carvajal] (2ª). LUIS ZAPATA: Iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada de Llerena (siglos XIV-XVIII) (1ª). Portada de su libro Carlo famoso (2ª). BENITO ARIAS MONTANO: Imagen de Benito Arias Montano (1ª). Fachada de la iglesia Santa María de la Plaza de Fregenal de la Sierra (siglos XIII-XVII) (2ª). FRANCISCO ALDANA: Imagen de Francisco Aldana (1ª). Imagen del río Arno a su paso por Florencia [fotografía de Antonio Salguero Carvajal] (2ª).
VÍDEO POESÍA RENACENTISTA (de Extremadura, un bello poema)
Fotografía cabecera: Convento de San Benito en Alcántara